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Período 1976 - 1983 - Historia Argentina - ICSE - Introducción al Conocimiento de la Sociedad y el Estado - CBC

Período 1976 - 1983 - Historia Argentina - ICSE - Introducción al Conocimiento de la Sociedad y el Estado - CBC 

Periodo 1976 – 1983:

El 24 de marzo de 1976 comienza una nueva dictadura militar, impulsada por las tres fuerzas en conjunto: el ejército, la marina y la fuerza aérea.  “Proceso de reorganización Nacional” fue el nombre elegido para el golpe realizado.
El país, hasta ese entonces, estaba atravesando una crisis “de dominación”. Ante el fraccionamiento del gobierno de María Estela Martínez de Perón, los enfrentamientos internos del movimiento peronista y la crisis social y económica, se alentaron los sentimientos conservadores de una parte de la sociedad argentina que, una vez más, vio a los militares como un medio para atenuar los conflictos. Cabe destacar que no sólo grandes fracciones del partido político gobernante sino también otros partidos cuestionaban las medidas políticas y económicas implementadas por el gobierno. Se estaba frente a una crisis del Estado y los sectores dominantes temían que no se estuvieran dando las garantías institucionales para la continuidad del sistema. La inflación descontrolada y el accionar radicalizado de gran parte de los grupos subalternos alteraron y desconcentraron a los sectores medios de la sociedad que, haciendo eco del discurso tradicional hegemónico, comenzaron a pedir “orden” en defensa de sus intereses.
En este contexto fue como se instauró el régimen autoritario en la argentina, a partir de marzo de 1976. Permitir la concentración e internacionalización del capital, a la vez, debilitar al movimiento obrero para someterlo a una mayor explotación, fueron los objetivos centrales de este gobierno.
Presidencias del período:
1976 – 1981: Videla
1981: Viola (algunos meses)
1982: Galtieri, hasta junio de ese año.
1982 – 1983: Bignone.
Modelo económico: Estado Neoliberal. Modelo de desindustrialización.
Se realizó una reestructuración de la economía argentina, que consistió en un retroceso del salario y un desplazamiento de la industria y del mercado interno como claves del proceso económico.
Una de las primeras medidas fue congelar los salarios en medio de una fuerte inflación (si bien el aumento de precios fue desacelerado durante el primer año de gobierno, al año siguiente retomó un ritmo ascendente) lo que produjo una fuerte caída de la calidad de vida de los trabajadores. La disminución del déficit del sector público no dejo exento de esta medida al salario real de los empleados públicos, quienes resultaron sumamente perjudicados.
Se abandonaron las políticas de control de precios, por lo que estos aumentaron, al igual que los alquileres, también liberados de controles estatales.
El sector financiero fue el más beneficiado por las políticas implementadas. Se otorgó una amplia libertad para el ingreso y la transferencia de divisas, se liberó la tasa de interés (que especulativamente aumentó), se autorizó la existencia de una gran cantidad de bancos y otras entidades financieras. El sistema fue alimentado por una gran cantidad de créditos llegados del exterior, que hicieron crecer la deuda externa exageradamente.
La apertura de la economía al mercado mundial, logrado por el bajo monto de aranceles de importación (impulsado por el Estado) hicieron que las empresas locales perdieran el mercado interno debido a la falta de competencia frente a los productos importados. Se dio un proceso de desindustrialización intenso que afectó a numerosos sectores de la burguesía industrial (muchas empresas quebraron o cerraron). Aunque el sector más golpeado fue el de los trabajadores, disminuyendo la calidad de vida de los mismos y aumentando los desocupados. Pero la reducción de la fuerza de trabajo tuvo a su vez otros efectos, debilitó la estructura sindical y limitó la capacidad de presión del movimiento obrero, resultando perseguidos por el gobierno de facto.
La dictadura llevó adelante una política de destrucción de empresas estatales, manteniendo bajas tarifas que dificultaron su modernización y empeoraron la calidad de los servicios prestados.
Sector Hegemónico: Se conformó por los grandes capitales tanto nacionales como extranjeros que habían logrado el control de múltiples empresas en distintos ámbitos de la actividad económica. Se trató en general de firmas preexistentes en el país mucho antes de la instalación de la dictadura, pero que crecieron de modo notable durante esos años gracias al proceso de desindustrialización llevado a cabo por el gobierno. Esto provocó la formación de oligopolios, es decir, un conjunto pequeño de empresas dominando el mercado, imponiendo sus condiciones casi sin competencia.
Modelo de Estado: Neoliberal.
Con la meta de “restablecer el orden”, los militares se propusieron, por un lado, lograr la subordinación del conjunto de la sociedad civil, y por otro, la “normalización” de la economía. Para reorganizar la sociedad acudieron a la represión sistemática e implementación del terror con el fin de desmantelar todo contenido político-ideológico que cuestionara el régimen.
Tenían la ideología de la Doctrina de Seguridad Nacional, esta doctrina está vinculada a un determinado modelo económico político, de características elitistas y verticalistas que suprime toda participación del pueblo en decisiones políticas. Como consecuencia, los mecanismos de control y los aparatos represivos fueron desplegados en todos los ámbitos de la sociedad.
Cabe destacar que en este sentido, “restablecer el orden” es entendido como la supresión de las expresiones espontáneas enfrentadas a la autoridad y la instauración del respeto absoluto a la estructura jerárquica.
Este régimen organizó las relaciones de poder concentrándolo en el Poder Ejecutivo, que englobó a todos los demás poderes del Estado. En el primer comunicado dirigido a la población se anunció la disolución del Parlamento, la remoción de la Corte Suprema y la prohibición de la acción tanto política como gremial.
La dictadura militar representó la supresión de la ciudadanía al eliminar los derechos fundamentales de la población y el régimen de democracia política.
Terrorismo de Estado: La llamada lucha antisubversiva fue el mecanismo utilizado para hacer desaparecer la protesta social e imponer sus objetivos neoliberales. Miles de dirigentes sindicales, estudiantes y políticos asesinados, encarcelados o exiliados le permitieron a la burguesía argentina instrumentar su proyecto.
Los objetivos represivos jugaron un papel preponderante. La esencia de la política del Estado fue el terrorismo. Desde persecuciones, detenciones hasta desapariciones físicas de personas consideradas opositoras al régimen imperante, fueron las acciones principales de este gobierno.
Se instalaron campos de tortura, se deportaron refugiados de países limítrofes y en general se desencadenó un régimen represivo de carácter masivo.
Se perseguía a todo aquel que tuviera algún tipo de vinculación, directa o indirecta, no sólo de tipo ideológico o político, sino también personal, con alguien que participara en acciones consideradas subversivas y también a aquel que pensara distinto del régimen, política e ideológicamente.
Se estima que la cantidad de desaparecidos alcanza las 30mil personas.
La organización para llevar a cabo la represión sistemática consistió en dividir al país en zonas y subzonas con el fin de que cada grupo represor actuara en forma intensiva en un lugar determinado.
La cúpula eclesiástica se mantuvo muy cercana a la dictadura, mirando hacia otro lado frente a los asesinatos y  tormentos aplicados por el régimen. Sin embargo, hubo algunos religiosos que estuvieron comprometidos con los reclamos de justicia, por lo cual, fueron perseguidos y desaparecidos.
A sí mismo, durante esta época se llevó a cabo el PLAN CONDOR: Red de represión conformada por los países del Cono Sur, gobernados por dictaduras militares. Esta operación consistió en rastrear y eliminar a los opositores políticos. El aparato represivo se extendió más allá de los límites geográficos y funcionaban en países vecinos, en una cooperación intergubernamental. Los refugiados y exiliados se expandieron por toda la región, de un país a otro escapando de las dictaduras que se iban implementando. Las agencias de inteligencia de los distintos países trabajaron conjuntamente para realizar persecuciones y asesinatos.
Legitimación del poder: La legitimación del poder es un aspecto clave para la permanencia y la continuidad de todo gobierno, aun para los gobiernos de factos. No fue suficiente con el apoyo de los grupos económicos dominantes y de ciertos sectores opositores a movimientos populares. Por ello podemos ver a través del mundial de futbol de 1978 y la guerra de Malvinas, entre otros, una clara estrategia por parte de la dictadura militar para legitimar su gobierno, demostrando supuestas acciones nacionalistas vinculadas con la voluntad popular.
Contexto Internacional: La década del 70 fue una época de crisis en casi todo el mundo. En los países del tercer mundo se conformaron organizaciones políticas, sociales, sindicales y estudiantiles que cuestionaban la hegemonía y el poderío de Estados Unidos.
La situación social de los países latinoamericanos y los ejemplos revolucionarios victoriosos alentaron a la formación de guerrillas urbanas y rurales.
En este contexto, en toda América del Sur las fuerzas de seguridad se hicieron presentes no solo para “garantizar el orden” sino para combatir todo posible intento de homogeneización de la sociedad civil y de aquellos que levantasen banderas socialistas o bien de algún sistema que representase a los postergados de siempre.
El derrocamiento de gobiernos constitucionales por las Fuerzas armadas significó el fin de los sistemas democráticos.
Eje Social: La reducción del gasto público, empeoró la situación general los parámetros de la sociedad, tanto en trabajo, vivienda, salud como en educación.
  • Trabajo: Si bien la tasa de desempleo no creció mucho, en realidad, se mantuvo dentro de los parámetros previos, ya que el gobierno de facto no quería un aumento de la desocupación para evitar conflictos sociales. Además influyó en ese resultado, el crecimiento del cuentapropismo, el alza de la industria de construcción y la menor participación de las mujeres en el mercado laboral. Culpaban a los inmigrantes de la falta de empleo en el país.
     El empleo industrial cayó, (gracias al proceso de desindustrialización) sobre todo en los rubros automotores, textiles, metalúrgicos y siderúrgicos. Esta disminución en la cantidad de obreros asalariados es paralela al crecimiento de los trabajadores autónomos, como mecánicos, electricistas, albañiles y otros.
    Para debilitar al movimiento obrero, en los primeros meses se intervino la CGT              y numerosos sindicatos. Muchos dirigentes fueron perseguidos, encarcelados, torturados y también desaparecidos. Como consecuencia, se redujo la cantidad de afiliados a los gremios. Además, la dictadura estatizó las obras sociales para limitar los recursos económicos y sociales de los sindicatos.
    Se reformó el código Nacional del trabajo para quitarle protección a los trabajadores y darles a las empresas un poder discrecional sobre ellos. Este cambio fue en especial en lo referido a los salarios, con el fin de profundizar la distribución regresiva del ingreso ya que de esta manera disminuiría la demanda de bienes por parte de los empleados. Además, las contribuciones personales de los trabajadores, obras sociales, jubilación, fueron aumentadas, y las que hacían los empleadores, eliminadas. Fue suspendido el derecho a huelga.
  • Vivienda: Se realizaron políticas de erradicación de villas de emergencia, aumento de los alquileres de las viviendas (debido a la liberación de los precios por parte del Estado) y la aplicación de un nuevo código de planificación urbano (desplazamiento de plantas industriales en capital a provincia) con el fin de convertir la residencia en Bs. As en un privilegio de ciertos sectores. Además, la construcción de autopistas trajo consigo la expropiación de viviendas que lindaban su trazo. La consecuencia de ello para esos propietarios, fue recibir una indemnización inferior a la correspondiente, por lo que tuvieron que trasladarse a lugares alejados de la capital.
    De esta forma, se intentó dar una imagen de la ciudad donde la pobreza quedaba oculta a la vista de la burguesía y de los sectores medios.
    Por otro lado, se dio una emigración de numerosas personas, muchas de ellas profesionales, tanto por la persecución política e ideológica desplegada por la dictadura como por razones económicas.
  • Salud: Se aplicaron políticas que apuntaron a la discriminación y profundización de la segmentación de clases sociales. Los hospitales públicos proveían servicios gratuitos sólo a aquellos que no se encontraban en condiciones de pagarlos, para lo cual, se debía presentar “certificados de pobreza” como comprobante de la situación. Ya las obras sociales no cubrían todos los gastos, y los asalariados comenzaron a abonar los pagos adicionales o servicios diferenciales por los servicios recibidos.
  • Educación: Educar para el orden y la lucha antisubversiva, era la función de la época. El orden y la disciplina debían convertirse en funciones mucho más importantes que el proceso de enseñanza-aprendizaje. No se daba espacio para cuestionar al régimen ni a las políticas educativas implementadas, los docentes no eran convocados para intervenir en la formulación de objetivos.
    Fueron épocas de persecución del movimiento estudiantil, quema de libros, intervención en universidades y profesores, artistas y escritores perseguidos y asesinados.
    Lo que la dictadura pretendió fue arrancar, entre otras cosas, del seno de la sociedad el surgimiento de un arte con raíces populares, la concientización de la juventud en cuestiones políticas-sociales y las ideas de liberación de la mujer.
Desenlace del régimen: En la comunidad internacional ya se conocía la crítica situación en materia de derechos humanos que estaba atravesando el país. El tema de los desaparecidos era difundido mundialmente. En 1979 llegó a la Argentina la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) con el fin de evaluar la situación y el nivel del cumplimiento de los derechos fundamentales de los habitantes del país. Los funcionarios de la CIDH recibieron al público para recibir las denuncias sobre las violaciones de los derechos humanos. El informe que elaboró la comisión después de su visita fue mucho más crítico de lo que el gobierno esperaba.
En 1982 con Galtiere al frente, ya se estaba haciendo visible el descontento de la población a través de reclamos. Durante los primeros meses de ese año hubo manifestaciones en la ciudad convocadas por grupos sociales disconformes con el régimen. El presidente de facto, para intentar perpetuarse en el poder, utilizó una vieja aspiración del pueblo argentino, como lo era la recuperación de las Islas Malvinas. La restitución de las islas causó un entusiasmo popular mucho mayor de lo esperado. Finalmente, con la ayuda de Estados Unidos, las Fuerzas Armadas Británicas derrotaron a la Argentina. Tras el fracaso militar y político que costó la vida de centenares de jóvenes que participaron de esta guerra, Galtieri debió renunciar, quedando al mando Bignone. Para ese entonces, las protestas comenzaron a ser masivas, ya sea por demandas de aumentos salariales como por reclamos por la aparición con vida de los desaparecidos y la libertad de todos los presos políticos. En diciembre de 1982 una amplia movilización convocada por la Multipartidaria (unificación de los partidos políticos existentes en reclamo de una salida democrática) exigió la reinstauración de la democracia. Las fuerzas armadas, ante el fin del régimen propusieron un pacto de salida, fijando su posición frente a sus propias violaciones a los derechos humanos. Sostenían que todos los actos de terrorismo implementados debían considerarse actos de servicio y por ello, no punibles. Finalmente la Multipartidaria realizó algunas negociaciones al respecto.
De esta manera se llega al 30 de octubre de 1983, fecha en la que se efectúan las elecciones presidenciales, restaurándose la democracia en el país.



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