Campolongo - Unidad 6 - Planificación de la actividad periodística
BONETE PERALES, E: “De la
ética filosófica a la deontología periodística”
Este autor se dedicó a estudiar las cuestiones de la ética y la moral en
el periodismo. Entendemos por ética a la vertiente de la filosofía más fecunda
en nuestro contexto cultural.
Siglo XX ® Las ciencias humanas intentan responder las
preguntas éticas y morales que los hombres se han formulado a lo largo de la
historia. Esta permanente reflexión, al mismo tiempo, muestra claramente las
limitaciones de estas ciencias. Además, otros ámbitos del quehacer humano
(p.ej. las profesiones) intentan resolver a través de sus códigos deontológicos los conflictos morales que se presentan en el
desarrollo de sus tareas.
La ética filosófica es:
▪ Necesaria ® porque sin la reflexión ética carecerían de
respaldo los principios que inspiran los códigos de las profesiones,
▪ Insuficiente ® porque por sí misma la ética no comporta
ninguna fuerza de convicción si no existe previamente una voluntad moral por
parte de los profesionales.
Se parte del supuesto de que la ética filosófica es capaz de iluminar y
orientar realmente el mundo de la práctica, el mundo de la información y
comunicación, dado que no sólo toda moral pensada incide en la moral vivida (en
este caso, la moral profesional), sino
que también moral vivida presupone unos determinados principios que la
justifican y la legitiman.
Etica y moral: aproximación
etimológica e implicaciones deontológicas
Ética (del griego êthos) ® el carácter,
el modo de ser adquirido a través de
los actos y los hábitos. El carácter moral de un hombre constituye el resultado
de la ejecución de una serie de actos reiterados y, por ello, generadores de
hábitos, que a su vez dan lugar a una personalidad moral. El carácter moral se
convierte también en la fuente personal de donde emana nuestro modo de
obrar.
Según lo dicho, deberían concebirse las profesiones no sólo como un mero
ejercicio de actividades, sino también como una especial manera de ser, como un
“êthos moral” al que cabe,
consecuentemente, exigirle determinados comportamientos a fin de que genere
hábitos que se conviertan en los más significativos (moralmente hablando) de
una profesión.
Ética
periodística: Concebir la profesión periodística como una manera moral de ser, que encarna valores y virtudes dignos de ser
reivindicados y asumidos por la entera profesión, a fin de conseguir para ella
una dignidad moral que no siempre trasluce.
Una tarea principal de cualquier deontología
profesional consiste en explicitar a través de los códigos deontológicos un
“êthos profesional”, una manera moral de
ser profesional, más que el inculcar deberes y normas que se han de cumplir
por parte de los profesionales conscientes de su responsabilidad social.
Cabe aclarar que ética y moral no son lo mismo:
Ética (proveniente de los
griegos) ® estudio que organiza
un sistema de saber en orden a la práctica.
Moral (proveniente de los
romanos) ® consideración
fáctica ó empírica de los comportamientos, tanto individuales como
sociales.
La
pregunta clave de la ética: ¿Qué debo hacer?
![]() |
|||
|
|||
La pregunta sobre “¿Qué debo hacer?” se
relaciona con las otras dos, pero no se responde por completo desde ellas.
Tiene relación con todo lo que puedo conocer (ciencia) y con lo que me cabe
esperar (religión) pero se centra en un área de problemas específicos. El decir “qué debo hacer” presupone la
necesidad de hacer algo que debe ser hecho, lo que implica que el “qué” del
“hacer” es un asunto primordialmente de responsabilidad.
Conviene aclarar que la cuestión en torno al
hombre no queda aclarada describiendo “lo que es” sino que exige comprender al
hombre como un “alguien” y no simplemente como “algo”. El hombre es libre y
responsable de todo cuanto hace y dice. Sólo
en la medida que acontece esta experiencia de ser un “alguien”, un “quién”,
cabe hablar de experiencia moral, de responsabilidad.
Dimensiones
del fenómeno moral
|
|
Dimensión aretológica–praxeológica (virtudes)
|
La aspiración a la virtud que debe inspirar el comportamiento de todo hombre.
|
Dimensión axiológica–teleológica (valores)
|
El contenido del bien cuya realización se convierte ineludiblemente en la tarea
moral de toda vida personal y organización social.
|
Dimensión nomológica–deontológica (normas)
|
La fuerza obligatoria del deber siguiendo la cual las relaciones
interpersonales adquieren un sentido dignificante.
|
Aplicado
a los códigos deontológicos periodísticos:
a)
Cuando se busca expresar cuál debe ser la virtud de todo periodista, se habla de
“integridad”.
b)
Cuando se habla de los valores que deben ser respetados, se habla de tolerancia,
pluralismo, paz, democracia, justicia...
c)
Por último, en los códigos se habla de respeto a las normas y deberes inspirados en leyes
jurídicas ya existentes, o bien en cláusulas formuladas por los mismos
periodistas.
El “bien”
aparece como constituyente “intrínseco” del deber y de la virtud, lo
que a su vez constituye el punto de
referencia que justifica moralmente una norma y un acto. Pero, ¿en qué
consiste el “bien” en sí? El bien incondicional está constituido por la dignidad de cada persona, que debe ser
no sólo admitido sino protegido jurídicamente y defendido políticamente. Esta
afirmación de lo que se considera bueno incondicionalmente requiere:
a)
Algún tipo de concreción en leyes y deberes (dimensión
nomológica–deontológica);
b)
Algún tipo de concreción en ideales culturales,
valores morales y fines sociales (dimensión axiológica–teleológica);
c)
Algún tipo de concreción en virtudes ó hábitos a
adquirir a través de actos personales (dimensión aretológica–praxeológica).
No es extraño, pues, afirmar que todos los
códigos deontológicos del periodismo más recientes pretendan garantizar la dignidad de toda persona
implicada en el ámbito de la información, tanto aquel que recibe los mensajes
(ciudadano), como el que los difunde (periodista) y sobre todo, aquellos que
estén involucrados en la información en sí (protagonistas del suceso).
Imperativos categóricos
de Kant ® Tienen
como finalidad que el individuo pueda calibrar por cuenta propia la moralidad
de sus personales intenciones y acciones.
▪
“Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al
mismo tiempo que se torne ley universal”
▪
“Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu
persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo
tiempo y nunca solamente como un medio”
Niveles de la ética
de la información
|
|
Ética prescriptiva de
la
Información
(Recomendar valores y normas como preferibles ó deseables)
|
A los medios de comunicación les corresponde hoy en día cierta misión
“moralizadora”. Se parte del supuesto de que además de constituirse como
empresa económica, los medios de comunicación cumplen una función social. Informar implica formar. El
reconocimiento social del periodismo depende de la capacidad de asumir
criterios morales con los que se defienda la dignidad de toda persona
involucrada en el proceso informativo. Además de ser críticos con la realidad
existente, tienen una labor moral digna de ser perseguida con responsabilidad
aprovechando el poder cultural que poseen. (ver en el apunte “mito de la
caverna” – Platón)
|
Ética descriptiva de
la
Información
(Mostrar los valores propios de las culturas ó clases sociales)
|
Este aspecto de la ética fomenta el compromiso de los medios de
comunicación en dar a conocer lo más fielmente posible lo que de hecho
acontece en la sociedad, narrar con la máxima objetividad la realidad moral y
política, reflejar las diferentes mentalidades que coexisten en la sociedad,
procurando mantenerse en una neutralidad. La ética descriptiva procurará
dignificar al hombre y a la propia profesión, no solo orientando la práctica
de los ciudadanos sino principalmente mostrando la verdad de los hechos. La búsqueda de la verdad y la objetividad
constituye la meta de todo periodista. Pero por otra parte, hay que tener
en cuenta los problemas que se originan a partir del hecho de que el
periodista está inmerso en la misma realidad que pretende reflejar.
|
Ética lingüística de la
Información
(esclarecimiento de la lógica de los términos y los enunciados
valorativos)
|
Cuando los periodistas informan, se sirven inevitablemente del
lenguaje, y por ello podemos sugerir que los medios de comunicación tienen
que ser conscientes de los supuestos e implicaciones morales que conlleva el
uso del lenguaje. La forma en que se cuentan los mensajes comporta tanta
gravedad moral como el contenido del mensaje y su finalidad.
a)
Responsabilidad sintáctica (signos): Escribir correctamente a
fin de evitar ambigüedades, confusiones e insinuaciones, es decir, evitar el falseamiento de la realidad a
describir.
b) Responsabilidad semántica (relación entre los signos y los objetos designados): El periodista
ha de procurar que los términos utilizados en un discurso informativo se
ajusten al máximo a la realidad que se pretende designar. El periodista y su lenguaje deben buscar
en todo momento la verdad.
c) Responsabilidad pragmática (relación entre los signos y los sujetos que los usan): Los
periodistas no sólo son responsables de cuanto escriben sino también y sobre
todo de las implicaciones de sus
mensajes en quienes lo reciben. Tales efectos pueden ser intencionalmente
buscados ó indirectamente derivados de la forma gramatical y del contenido
semántico del lenguaje usado.
|
Así pues, si el concepto ético principal de la
responsabilidad sintáctica es el de la corrección, y el de la responsabilidad
semántica el de la verdad, cabe decir que el concepto clave de la
responsabilidad pragmática del profesional de la información sería el de la veracidad.
Relación entre responsabilidades lingüísticas y
niveles de ética
|
|
Responsabilidad pragmática
|
Ética prescriptiva (por cuanto todo mensaje incide
inevitablemente en la vida de quienes lo reciben)
|
Responsabilidad semántica
|
Ética descriptiva (ya que todo mensaje
informativo debe ser necesariamente objetivo, con pretensión de representar
la realidad)
|
Responsabilidad sintáctica
|
Ética lingüística (toma de conciencia del
carácter intrínsecamente moral que comporta todo mensaje informativo en su
estructura).
|
Deontología ® El estudio o la ciencia de
lo debido. Término acuñado por el inglés Jeremy Bentham, se aplica
fundamentalmente al ámbito moral, a las acciones que no están sometidas al
control de la legislación pública. Consiste en una especie de ética de los
deberes prácticos. Bentham considera que la base de la disciplina deontológica
es el principio de la utilidad, es decir, la afirmación de que la bondad ó la
maldad de cualquier acción se encuentra en su tendencia a aumentar ó disminuir
la suma total de la felicidad ó bienestar público (maximización del bienestar).
Si bien el término se le debe a Bentham, se denomina como “deontología” a la
tradición ética kantiana, tan enfrentada al utilitarismo, y a este último se le
denomina “teleología”, dada su insistencia en los fines de las acciones.
Profesión ® Término acuñado por Max Weber. Tiene una importante
reminiscencia religiosa: la idea de una misión encomendada por Dios según la
cual cada hombre había de seguir su llamado (“vocación”) en las tareas específicas
de su circunstancia laboral, impregnándola de un profundo sentido religioso y
moral. El trabajo adquiría así un sentido sagrado que implicaba una exigencia
moral. De este modo, el trabajo se constituye en la prueba no sólo del amor a
Dios sino también del amor al prójimo. La dignidad de toda profesión radica en
la mayor conciencia que se posee de servicio a la sociedad. El sentido correcto
de entender las profesiones, por su carácter moral, es el de un servicio
altruista a la sociedad.
ADELA
CORTINA: “Ética discursiva en el ámbito de la información”
Nos encontramos frente a una profesión, siempre y cuando
cuente con un código moral propio que la respalde y la presente como digna
socialmente: Una profesión es una organización laboral humana capaz de
autocontrolarse y consolidar así su función humanitaria y social
Ética
discursiva ® Surge en la
década ’70, Escuela de Frankfurt (Apel y Habermas). Se denomina ética
discursiva porque es una propuesta de filosofía moral, es decir, de ética, que
extrae sus conclusiones para la moral sobre todo de analizar cuáles son los
elementos que hacen racional un discurso práctico. En ambientes menos técnicos,
recibe también otros dos nombre: ética comunicativa, porque su punto de partida
es el análisis de las acciones comunicativas; y ética dialógica; porque uno de
los descubrimientos esenciales que surgen de ese análisis es que la razón
humana es dialógica, y que sólo a través de este tipo de diálogo llamado
“discurso” podemos las personas saber qué es lo moralmente correcto. Aunque
estos dos nombres se utilicen corrientemente, el técnico es ética discursiva porque esta ética hacer
referencia al discurso
a) Personas como interlocutores válidos ® El hecho de
que hablante y oyente Objetivo de la ética discursiva ® La ética
discursiva se propone responder a la pregunta: ¿Por qué debo actuar moralmente?
Método
de la ética discursiva ® La ética
discursiva entiende que el método propio de la filosofía es el llamado “método trascendental”, introducido por
Kant, que consiste en tomar como punto de partida un fenómeno que resulte
indiscutible (es decir, que todo hombre tenga que aceptar) e intentar dilucidar
qué condiciones tienen que darse para que ese fenómeno resulte racional. Kant
tomó como punto de partida el hecho de que todos los hombres tengamos una
conciencia moral (la conciencia de que
debemos cumplir determinados deberes aunque no obtengamos ningún beneficio de
ello). La ética discursiva también parte de un hecho indiscutible: que
todos los seres humanos realizamos acciones comunicativas.
El
punto de partida: las acciones comunicativas
Que se realicen actos de habla significa también que, aunque
no lo digan, están aceptando implícitamente muchas cosas. Se están reconociendo
mutuamente como interlocutores válidos. La acción comunicativa precisa, por
tanto, de un hablante y un oyente, que se consideran respectivamente como
interlocutores válidos y que tienen como meta de su comunicación el entendimiento
mutuo.
b)
Las
cuatro pretensiones de validez del habla
|
|
Inteligibilidad
|
Que el interlocutor entienda lo que el hablante dice. Si
se cuestiona este aspecto de la conversación, al hablante no le quedará más
remedio que buscar el modo de hacerse entender mejor.
|
Veracidad
|
Que el hablante dice lo que piensa. Si el interlocutor
cuestiona este aspecto, tenemos un problema más serio, porque la fiabilidad
no puede demostrarse con discursos. No queda más solución que la de tratar de
observar a lo largo de la vida si una persona suele comportarse coherentemente.
|
Verdad
|
Para demostrar que lo que dice es verdadero, el hablante
simplemente tiene que aducir los argumentos en que se apoya para tener la
proposición por verdadera o la norma por correcta.
|
Corrección
|
De las normas en las que se apoya su discurso.
|
De este modo, si el interlocutor pone en duda que la proposición es verdadera
o que la norma es correcta, la única salida es aducir argumentos, es decir,
iniciar un proceso de argumentación. No vale cualquier tipo de argumentación,
sino la que se ajusta a normas discursivas. Recibe el nombre de discurso y es
de tipo teórico si estamos tratando de averiguar la verdad de las
proposiciones, y de tipo práctico, si estamos preocupados por demostrar la
corrección de las normas. Naturalmente, en ética el discurso que nos interesa
es el práctico, el referido a normas de acción.
Las reglas
del discurso práctico
1) La argumentación ha de
cumplir las reglas de una lógica mínima:
▪
Ningún hablante puede contradecirse.
▪
Cualquier hablante que aplique un predicado X a un objeto
Y, tiene que estar dispuesto a aplicar el predicado X a cualquier otro objeto
que coincida con Y en todos sus aspectos relevantes.
▪
Distintos hablantes no pueden utilizar la misma expresión
con significados distintos.
2) La argumentación debe
considerarse como un procedimiento, que consiste en la búsqueda cooperativa de la
corrección, y no como un medio para la persuasión. Por eso hay que atenerse
también a reglas de carácter ético:
▪
Un hablante puede afirmar únicamente aquello que cree.
▪
Quien recurra a un enunciado o a una norma que no es objeto
de la discusión debe dar una razón para ello.
3) Si consideramos el
discurso argumentativo en tanto proceso de comunicación, esto significa que los
interlocutores quieren llegar a un acuerdo que no venga motivado por la fuerza
o por impulsos más o menos viscerales, sino por el mejor argumento. Las reglas
que se deben cumplir son:
▪
Cualquier sujeto capaz de lenguaje y acción puede
participar en el discurso.
▪
Cualquiera puede problematizar cualquier afirmación.
▪
Cualquiera puede introducir en el discurso cualquier
afirmación.
▪
Cualquiera puede expresar sus posiciones, deseos y
necesidades.
▪
No puede impedirse a ningún hablante hacer valer sus
derechos.
Una vez que el discurso ha finalizado, ¿cómo comprobar que la norma es
correcta? Para ello los interlocutores deben atenerse a dos principios:
▪
Principio de universalización ® Kant le dio
un tipo de formulación que sirve de modelo a la ética discursiva, aunque
modificándola: “Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo
tiempo que se torne ley universal”. Tener
en cuenta este principio significa tomar como morales sólo aquellas normas que
yo creo que cualquier ser racional debería cumplir para actuar de acuerdo con
su racionalidad. Pero la razón humana no es monológica sino dialógica. Por eso,
para comprobar si una norma es correcta, habiendo celebrado un diálogo en que
han participado todos los afectados por ella, es preciso someterla a un
principio dialógico de universalización. Tal principio diría: “Una norma será
válida cuando todos los afectados por ella puedan aceptar libremente las
consecuencias y efectos secundarios que se seguirían, previsiblemente, de su
cumplimiento general para la satisfacción de los intereses de cada uno”.
▪
Principio de la ética del discurso ® Sin
embargo, si las reglas del discurso práctico lleva al principio de universalización
dialógico, lo propiamente específico de la ética discursiva es el principio
según el cual: “Sólo pueden pretender validez las normas que encuentran (o
podrían encontrar) aceptación por parte de todos los afectados, como participantes
en un discurso práctico”. Por lo tanto, para que la norma sea correcta tienen
que haber participado en el diálogo todos
los afectados por ella, y no sólo algunos, y la norma se tendrá por correcta
cuando todos la acepten porque les
parece que satisface intereses universalizables (acuerdo unánime).
Una
actitud dialógica
Las negociaciones son estratégicas, mientras que los
diálogos son propios de la racionalidad comunicativa. Quienes entablan una
negociación se contemplan mutuamente como medios para sus fines individuales.
Por el contrario, quien entabla un diálogo considera al interlocutor como una
persona con la que vale la pena entenderse, para satisfacer intereses
universalizables.
Por eso:
1) Quien toma la
argumentación en serio está dispuesto a escuchar al otro.
2) Considera a su
interlocutor como alguien con quien dialogar, y no como alguien a quien
convencer.
3) Quien argumenta en
serio está, dispuesto a escuchar para mantener su posición, sino le convencen
los argumentos del interlocutor, o para modificarla si tales argumentos le
convencen. Pero también está dispuesto a aducir sus propios argumentos y a
dejarse derrotar, si viene al caso
4) Está preocupado por
entenderse con su interlocutor a fin de hallar soluciones concretas.
5) La decisión final se
toma en base a intereses universalizables, y no en base a intereses
individuales o sectoriales.
6) Por tanto el acuerdo
sobre la corrección de una norma, no puede ser un pacto, una negociación.
La actitud
dialógica es indispensable en una sociedad democrática y pluralista
Quien asume la actitud dialógica tal como se ha descrito muestra con
ello que tiene a los demás hombres y a sí mismo como seres autónomos,
igualmente capaces de dialogar sobre las cuestiones que les afectan, y que está
dispuesto a atender a los intereses de todos ellos a la hora de tomar
decisiones.
Se precisa pues:
▪
un reconocimiento básico del otro como persona,
▪
el interés activo en conocer sus necesidades, intereses y
razones,
▪
la propia disposición a razonar,
▪
el compromiso con la mejora material y cultural que haga
posible al máximo la simetría,
▪
la disposición a optar por los intereses generalizables en
detrimento de los propios,
▪
tolerancia, solidaridad y respeto hacia el otro.
Sólo si reconocemos que la autonomía de cada hombre
tiene que ser universalmente respetada, podremos exigir que se respeten sus
particularidades.
La
actitud dialógica en el ámbito de la información
Los fines de la actividad informativa son:
® Ofrecer al público una imagen de los múltiples aspectos
del mundo que el público por sí mismo no puede percibir.
® Servir de foro para debates que requieren un consenso de
la población.
Estas
son las actitudes que debe desarrollar el periodismo para conducirse
éticamente:
1) Formación de una opinión crítica madura ® Existen al menos tres puntos que diferencian la
acción comunicativa entre dos interlocutores y el acto comunicativo entre
periodista y público:
▪
El periodista no se dirige a un solo oyente, sino a un
público heterogéneo, por lo que es difícil precisar cómo será recibido el
mensaje.
▪
La capacidad del individuo que integra el público de
cuestionar el mensaje es muy limitada.
▪
El periodista forma parte de una empresa, que como tal
defiende determinados intereses particulares.
A pesar de estos obstáculos, existen factores que hacen necesario
aplicar los elementos de la actitud dialógica al ámbito de la información:
▪
Entre la acción comunicativa interpersonal y la acción
comunicativa mediática existe la semejanza suficiente como para que esta
actitud dialógica sea asumida por los medios, para alcanzar el fin que les es
propio.
▪
Los medios de comunicación tienen también la tarea de
fomentar los diálogos entre los ciudadanos a fin de que formen una opinión
pública crítica y preocupada por todos los afectados.
2) El principio de no instrumentalización ® Quien realiza la acción comunicativa mediática tiene
que aceptar que los oyentes son personas, es decir, interlocutores válidos, con
los que merece la pena entenderse. Que no son simples instrumentos que puede
manipular para conseguir beneficio económico o mayor prestigio. El periodista
ha de asumir ante su público la actitud comunicativa que consiste en respetarle
y apreciarle en tanto persona y en tanto interlocutor válido.
3) Las cuatro pretensiones de validez ® Si lo que importa es llegar a entenderse con las
personas, el periodista ha de mantener las cuatro pretensiones de validez del
habla:
▪
Aquello que dice debe ser inteligible para el público al
que se dirige.
▪
La información que brinda debe ser fiable.
▪
La información que brinda debe ser verdadera, entendiéndose
como información por lo menos contrastada.
▪
Debe respetar las normas morales, o sea, comportarse de una
manera justa.
4) Los afectados como protagonistas ® Para saber qué normas son justas será preciso tener
en cuenta a todos los afectados por esas normas, y tomar como correcta aquella
que todos podrían querer. Por eso es necesario propiciar el diálogo entre los
diferentes afectados, participando en iguales condiciones, y decidir cuáles son
las normas correctas para la prensa.
▪
Los mínimos de una moral cívica: Respetar los derechos de
libertad (primera generación, derechos civiles y políticos, inseparables de la
idea de ciudadanía), igualdad (segunda generación, derechos económicos,
sociales y culturales) y solidaridad (tercera generación, derecho a vivir en
paz y en un medio ambiente sano).
▪
La relación con los compañeros de trabajo: Que nadie esté
convencido de que tiene toda la verdad, que se entablen diálogos destinados a
que todos participen.
▪
La relación con el público: Respetar las reglas de la
lógica mínima. Ayudar a que los ciudadanos entiendan que sus posiciones no son
incompatibles, que es posible lograr el entendimiento por medio del diálogo
(argumentación como procedimiento, búsqueda cooperativa de la corrección).
Considerando el discurso argumentativo como proceso de comunicación, dar armas
a los ciudadanos para que puedan formar buenos argumentos, ofrecer el ámbito
para que los diferentes grupos puedan expresarse, destinar un espacio para que
los ciudadanos puedan problematizar los argumentos surgidos del propio medio de
comunicación. Y destinar un espacio para que cada quien pueda expresar sus
posiciones deseos y posiciones.
Conill, J: “Ética económica y empresa
informativa”
Cuando se habla de ética económica se
hace referencia a una cuestión que si bien estuvo presente tanto en los
orígenes de la economía –más concretamente en la filosofía práctica de
Aristóteles como en los umbrales de la ciencia económica moderna, se ha ido
perdiendo durante los últimos siglos a partir de la racionalización de la
economía que pareció excluir cualquier reflexión ética.
En la actualidad reaparece el debate
sobre el lugar de la ética en la economía, con voces divergentes sobre los
alcances y posibilidades de la moral, pero con un interés particular en la
ética empresarial. Este campo entiende que la racionalidad económica ha cedido
cierto espacio a la racionalidad social involucrando así cultural, moral y
socialmente a los individuos en los proyectos de la empresa. Es decir, ésta continúa
siendo una organización comercial. Sin embargo, pensarla como institución
social o proyecto humano implica también reconocer la responsabilidad que
mantiene tanto con la sociedad como con los empleados. La ética empresarial
también puede ser fuente de recursos a la hora de configurar la toma de
decisiones estratégicas de la organización.
Dentro de la discusión, hay quienes
opinan que la ética aparece como respuesta a la desconfianza pública sobre los
negocios corporativos mientras que algunos empresarios, captando la sospecha
social, convierten la duda en beneficios invirtiendo en la problemática de la
ética. Por eso hay otros que sugieren que la ética es algo del momento, que
conviene a algunos, pero es moda de todos modos. Hay una visión más optimista,
según la cual la inserción de normas éticas puede ampliar el campo de la
empresa hacia una concepción más amplia donde se incluiría la responsabilidad
social. Por último, algunos destacan una ética cívica, enfatizando el lugar de
las instituciones económicas en una sociedad democrática.
La ética económica entonces se
plantea como una nueva disciplina que encuentra su lugar como reacción ante las
demandas públicas que circulan en la sociedad actual y que responden al consumo
masivo y a las nuevas tecnologías de la comunicación, por un lado, y a la
decadencia del sistema económico en vigencia, por otro.
En cuanto a la empresa informativa,
ésta también debe cumplir su rol comercial compitiendo en el mercado de la
información a partir de sus productos periodísticos. No obstante, la eficacia y
el objetivo de vender también son integrados con el sentido y la
responsabilidad éticos puesto que se trata no sólo de una organización
lucrativa sino además de una institución social. Esa responsabilidad debe regir
tanto a nivel privado como público, es decir, no es meramente personal sino
también corporativa y comunitaria. La empresa informativa, además de influir en
el mercado de la noticias, interviene en la conformación de la opinión pública.
Las cuestiones éticas están presentes
puesto que la empresa informativa sufre un proceso de retroalimentación en el
que los implicados pueden cambiar la función de la información y adoptar otras
pero siempre en una suerte de disputa con los otros. En esta dialéctica
intervienen la empresa como organización, los profesionales a cargo y el
público o sujeto universal. La primera se trata de una visión puramente
empresarial que obedece tanto al fenómeno de la concentración como al rápido
crecimiento de la publicidad comercial y que corre el riesgo de convertir la
información en mercancía centralizada y uniforme.
La perspectiva profesional adopta una
posición de “colaborador” de la empresa. Es decir, el periodista concibe y
trabaja a la información como la institución, el servicio o el medio a través
del cual la empresa cumple su otro fin –además del comercial– que es la
difusión de ideas.
Finalmente, están las demandas y
necesidades de la sociedad civil. En este caso, interviene un principio moral
universalista a través del cual el público se asegura que el profesional de la
empresa informativa comunique con eficacia y libertad.
Para hacer viable una ética cívica,
social, es indispensable intentar corregir los errores de la racionalización
moderna que se ha venido llevando a cabo hasta el momento. Éste es un rol que
pueden cumplir los medios de comunicación a partir de la integración social de
la ética cívica y la ética política. La responsabilidad de la empresa
informativa radica en colaborar en la constitución de una opinión pública que resguarde
la libertad pública y el pluralismo de una sociedad abierta.
Manual de Estilo de
“El país”
1-
PRINCIPIOS
Política editorial
El País se define como un periódico independiente, nacional, de
información general, defensor de la democracia y la constitución. Acoge todas
las tendencias excepto las violentas.
Información veraz, completa, interesante, actual, de calidad, para que
el lector entienda la realidad y se forme con su propio criterio.
Rechazo de presión de cualquier grupo político, económico, religioso,
etc. por imponer sus intereses. No manipulación de las noticias. La información
y la opinión estarán claramente diferenciadas.
No publica información sobre boxeo. Línea editorial contraria al
fomento del boxeo.
Las falsas amenazas de bomba no son noticias, salvo que tengan
consecuencias de interés general.
Prudencia con información sobre suicidios. Solo se publicarán suicidios
cuando sean personas relevantes o supongan un hecho de interés general.
Los nombres de víctimas de violación se omitirán, solo se podrán usar
iniciales, al igual que en menores de edad detenidos.
Una información off de record podrá publicarse si se obtiene por
otros medios
Responsabilidad
profesional
Los redactores no deben hacer el vacío a una persona o institución por
problemas que hayan tenido para cubrir una noticia. El derecho a la información
es del lector, no del periodista. No debe desahogar su humor en el periódico.
El periódico será el primero, y del modo más rápido, en subsanar los
errores cometidos.
El redactor está obligado a releer y corregir sus originales.
Tratamiento de la
información
Se transmiten noticias comprobadas y no se incluyen opiniones
personales.
Los rumores no son noticia.
Las fuentes. Dos tipos: presencia en el lugar o narración
de terceros. El lector debe saber cual se utilizó. Cuando el periodista no haya
estado presente, siempre se citará la fuente que haya suministrado la
información.
La palabra fuente se utiliza cuando se da una información personal. Si,
por ejemplo, el gobierno da la información a todos los medios, no se utiliza
“fuentes gubernamentales”, sino simplemente “el gobierno”.
Evitar utilizar “fuente” cuando no se da una información sino una
opinión. En ese caso, se deberá dar el nombre de quien opina.
La información en otro periódico, antes que en el propio, de
informaciones relevantes no es motivo para no publicarlas.
No apropiarse de noticias ajenas. Los despachos de agencia se firmarán
siempre, salvo que el texto se amplíe con medios propios.
Se prohíbe reproducir ilustraciones de revistas, enciclopedias, etc.
sin autorización previa. Siempre debe aparecer el nombre de la fuente.
Los comunicados transmitidos telefónicamente deberán ser avalados por
una voz conocida si resulta imposible conseguir el texto.
En casos conflictivos se debe escuchar ambas partes en litigio. Los
casos dudosos deberán ser constatados por al menos dos fuentes independientes
entre sí.
Si hay dos versiones radicalmente opuestas de un mismo hecho y el
periódico no se inclina por ninguna, el titular no podrá ser adjudicado a una
en detrimento de la otra.
Tratamiento de la
publicidad
Los espacios publicitarios no podrán contradecir informaciones
publicadas.
La veracidad de anuncios individuales o familiares (desapariciones,
avisos, etc.) deberá ser comprobada.
Nunca los intereses publicitarios motivarán la publicación de un
articulo.
La publicidad siempre se diferenciará tipográficamente de la
información.
Durante campañas políticas, la publicidad política no podrá estar en
espacios que contengan ese tipo de información.
Fotografías
Se prohíbe toda
manipulación que no sea técnica. Por lo tanto, no se puede invertir una
fotografía para que el fotografiado dirija su vista a la información.
Las fotos con
imágenes desagradables solo se publicarán cuando añadan información.
Cuando se publican
fotos de archivo para informaciones actuales, deberá aclararse.
Entrevistas
Los defectos de
dicción no deben ser reproducidos.
Las conversaciones
serán grabadas para aclarar cualquier error en la trascripción.
Encuestas
La información que
haga eco de encuestas deberá responder: quién pagó la encuesta, cuándo fue
realizada, cómo se obtuvieron las entrevistas, cómo fueron formuladas las
preguntas, quienes han sido encuestados, cómo fueron elegidos, cuál es el
margen de error.
Expresiones malsonantes
Las expresiones
obscenas, vulgares o blasfemas están prohibidas. Como excepción, cabe
incluirlas cuando sean citas textuales que provengan de personas relevantes,
hayan sido dichas en público o estén impresas y no sean gratuitas. Si hay que
escribir una mala palabra se escribirá completa, nunca abreviada. Por ejemplo,
hijo de puta, no hijo de p...
Nunca deben
utilizarse palabras ofensivas para una comunidad.
CAP. 2. “GÉNEROS PERIODÍSTICOS”
Normas
generales
Uso del idioma
- El propósito al redactar cualquier noticia
es comunicar hechos e ideas a un público heterogéneo. Por tanto, el estilo de
redacción debe ser claro y conciso a fin de captar el interés del lector.
- El periódico se escribe en castellano, y la
regla general es que no deben usarse palabras de otras lenguas. El criterio
seguido ha sido aceptar las palabras no castellanas impuestas por su uso generalizado, por ejemplo,
`whisky´. Las mismas se escriben en cursiva.
- Las frases deben ser cortas, con una
extensión máxima aconsejable de 20 palabras. Sujeto, verbo y predicado es regla
de oro. No obstante, para mantener el interés conviene variar la longitud y
estructura de las frases y los párrafos.
Rigor
- La información debe ser exacta. Deben
otorgarse datos concretos.
- En los casos conflictivos hay que escuchar
o acudir siempre a las dos partes en litigio.
- El autor de un texto informativo debe
permanecer totalmente al margen de lo que cuenta, por lo que no podrá utilizar
la primera persona del singular ni del plural.
Edad
- Los años que tenga el protagonista de una
noticia, entrevista o reportaje constituyen un dato informativo de primer
orden. Por tanto, debe incluirse siempre.
Citas
- Jamás ha de escribirse que un personaje ha
insinuado algo si no se reproduce a continuación la expresión textual, de modo
que el lector pueda corroborar la interpretación del periodista o discrepar de
ella. Las citas irán entrecomilladas.
Las fichas
- Las fichas que preceden a una crítica de
libros, obras de teatro, películas, exposiciones, etc. constituyen datos
informativos de suma importancia. Deberán contar siempre con los mismos datos o
elementos, y siempre escritos por el mismo orden.
Normas
específicas
Noticias
Pirámide: En un texto informativo, el uso de
la técnica de la pirámide invertida (de mayor a menor interés) es conveniente,
pero no obligatorio.
Entradilla: La entrada es el primer párrafo
de la noticia. Contendrá lo principal del cuerpo informativo, pero no deberá
constituir un resumen o un sumario de todo el artículo. De él se desprenderá
necesariamente el título de la información. Su extensión ideal, unas 60
palabras.
Cuerpo-informativo
- El cuerpo de la noticia desarrolla la
información con todo tipo de elementos complementarios: incluye los datos que
no figuran en la entrada, explica los antecedentes y apunta las posibles
consecuencias.
- Entrada y cuerpo de una información no
deben superar las 900 palabras.
- Siempre al término de cada párrafo, la
noticia debe tener unidad en sí misma.
- Ningún párrafo debe constar de más de 100
palabras.
Edición
- No es sólo un diario de información
general, sino una agencia de informaciones, un semanario, una base de datos,
utilizada también por otros medios informativos, y un servicio de documentación
con una colección de microfichas.
- El rigor del dato es fundamental en las
informaciones.
- Las informaciones deben personalizarse; la
profesión o cargo que desempeña el protagonista de la noticia y demás
circunstancias personales son elementos noticiosos de primer orden.
Clases de notas
-
Breves: no llevan nombre del autor, no se datan,
-
Cuñas: Son breves, se usan para rellenar la página .Son noticias de
importancia secundaria o anecdótica.
-
Reportajes: los mismos se estructuran en aperturas, relato y final.
-
Crónicas: Contiene elementos noticiosos (título) y análisis, o interpretaciones.
-
Opinión: Todos llevarán un pie de autor con sus datos personales.
-
Tribunas: artículos estrictamente de opinión que no serán corregidos, salvo por
errores gramaticales.
-
Editoriales: Son responsabilidad del director.
-
Despieces: Artículos de opinión que acompañan a la noticia.
-
Seriales: notas de opinión serializadas.
-
Cartas al director: las mismas poseen una extensión determinada y
deben ser firmadas y se les debe adjuntar los datos personales del autor.
-
Documentación: los artículos que posean
documentación, deben citar la fuente de la que se extrajeron los datos.
6. El uso de la firma
Se destaca la
primacía de la noticia por sobre la figura del periodista. Sin embargo, en
informaciones polémicas o comprometidas es menester firmar la nota.
El criterio
genérico es que no se firma en la primera página del periódico. En el resto del
diario la norma es que no se firman las conferencias de prensa, los cables, los
resúmenes de crónicas de corresponsales, cronologías, extractos de
conferencias, y en general los complementos informativos.
Las excepciones a
dicha norma son dos: los trabajos de documentación que supongan creación
literaria, descubrimiento de fuentes o aportación de información relevante; y
las traducciones de reportajes o artículos literarios.
Algunos de los
criterios son los siguientes: los textos de opinión no podrán ser firmados con
el nombre El País; es inmoral apropiarse de noticias cuya paternidad es de
otros; a pesar de que el autor firme la nota deben destacarse claramente todas
las fuentes; para las fotos, dibujos, gráficos y mapas se aplican iguales
criterios que para las informaciones literarias.
3. Estatuto de la redacción
Se consideran
miembros de la redacción todos los periodistas, al margen de la titulación que
posean, con seis meses de antigüedad.
-Principios: El País es un periódico
independiente, nacional, de información general, con clara vocación europea,
defensor de la democracia pluralista, y que se compromete a guardar el orden
democrático y legal establecido en la constitución. Acoge todas las tendencias,
salvo las que utilizan la violencia. La información pretende ser veraz,
completa, actual y que ayude al lector a entender la realidad y formarse su
propio criterio.
El país rechaza
cualquier presión externa sobre sus contenidos. La información y la opinión
estarán claramente diferenciadas entre sí.
-Cambio de línea y cláusula de conciencia: En
caso de cambio de la orientación ideológica, el periodista puede invocar
cláusula de conciencia (implica cese e relación laboral con indemnización
máxima). También puede hacerlo en el caso de que se imponga algún trabajo que
vulnera los principios ideológicos del periodista.
-El secreto profesional: Es un derecho y un
deber ético de los periodistas.
COLACILLI DE MURO: “Nociones
sobre la teoría de la verdad”
1.
Aproximaciones al problema
En el vocabulario
metodológico hay una serie de términos que se vinculan directa o indirectamente
con la verdad y la falsedad, pero que no designan ni lo verdadero ni lo falso.
Las distinciones entre estos términos cobran relevancia en tanto constituyen
auténticas aproximaciones al problema de la verdad, cuya complejidad es
notable.
1.1. Corrección e
incorrección
Observancia o
violación de alguna regla, norma o prescripción. Correctas o incorrectas son
las acciones y, por extensión, los resultados de las acciones. Así por ejemplo
“adecua” (sin acento) y que, en cambio, es incorrecto escribir “adecúa”, porque
en adecúa se viola una regla gramatical que prescribe que los verbos terminados
en “-cuar” y “-guar” no se acentúan en la “u”. Lo mismo decimos de determinadas
actitudes morales, sociales, o de otro orden, cuando esas acciones no coinciden
con ciertas normas aceptadas de antemano.
Una actitud, o su
resultado, no son verdaderos ni falsos; como hechos estimables serán correctos
o incorrectos, pero siempre con referencia a las prescripciones con las cuales
se los compara.
1.2. Validez e
invalidez
Estos términos son
usados en distintos aspectos de la actividad humana, pero considerados desde el
punto de vista de la investigación e la verdad, interesan como propiedades de
aquellas estructuras lógicas que llevan de premisas a conclusión, o sea, de los
razonamientos y, en particular, de los razonamientos deductivos.
Ambos términos
pertenecen también al grupo anterior, puesto que se trata de la observancia o
violación de alguna regla sintáctica especial (las reglas de transformación o
inferencia), razón por la cual se dice también que los razonamientos son
correctos o incorrectos. Según vimos, la validez de un razonamiento no es nunca
garantía de la verdad de las proposiciones que lo integran, pero tratándose de
un razonamiento deductivo, su validez nos garantiza que partiendo de premisas
verdaderas no podrá llegarse nunca a conclusión falsa. “Validez” e “invalidez”
determinan importantes relaciones en el establecimiento de ciertas verdades:
las verdades obtenidas por deducción o por demostración, pero tampoco son
sinónimos de “verdad” y “falsedad”.
1.3. Autenticidad y
aloenticidad
Los que están más
próximos a las nociones de “verdad” y “falsedad”. “Auténtico” significa, pues,
aquello que es lo miso que es: lo que tiene el mismo ser que se le atribuye, o
se descubre que tiene. “Aloéntico” significa, pues, aquello que tiene un ser
distinto al que se le atribuye, o al que se considera o se estima que tiene.
Tanto la autenticidad como la aloenticidad se vinculan con las definiciones
reales con las cuales caracterizamos los objetos. Si llamamos “hombre” a aquello
que posee las propiedades “ABCD”, p.e., y nos encontramos con un individuo que
manifiesta tener estas cuatro propiedades, diremos que se trata de un hombre
auténtico. Lo que hace “auténticos” o “aloénticos” a las cosas y a cualquier
objeto, en general, es nuestro conocimiento de ellos cuando ese conocimiento lo
es del objeto tal cual es (autenticidad), o de distinto modo a como realmente
es (aloenticidad); y también cuando les asignamos –por definición, descripción,
etc.- propiedades que ellos realmente poseen (autenticidad) o de las cuales
ellos carecen por naturaleza o definición (aloenticidad).
1.4. Verdadero y falso
“Verdadero” y
“falso” son propiedades de los juicios y de las proposiciones. También suele
atribuírseles, por extensión, a los enunciados u oraciones que usamos para
expresar lingüísticamente unas y otras. Los juicios (subjetividad) y las
proposiciones (objetividad) tienen, como veremos, la ventaja de afectar o
depender de todas las otras entidades a las cuales también se les ha atribuido o
se les atribuye verdad y falsedad.
2. ¿Qué es la
verdad?
Distintos aspectos
componen el concepto, diversas concepciones se han propuesto de la verdad.
2.1. Diversas
concepciones acerca de la verdad
2.1.1.
Concepciones onticistas
La verdad como algo
que existe independientemente del conocimiento, identificándosela con el “ser”
de las cosas. La verdad no depende del conocimiento. La verdad es una “cosa”,
algo que es como es y que nuestro conocimiento no sólo no puede alterar ni
producir, sino que, a veces, ni siquiera puede alcanzar.
2.1.2.
Concepciones ontologistas
Para las
concepciones ontologistas también la verdad es algo que está en las cosas, pero
ya no se presenta como algo indiferente al conocimiento: por el contrario,
consiste en aquello que ocultándose a nuestros sentidos en la diversidad y el
cambio, se presenta a la razón (lógos), cuya función primordial es descubrir,
des-ocultar, el “ser” de las cosas. A diferencia de la verdad óntica, concebida
como una entidad independiente del conocimiento, la verdad ontológica es
concebida también como fundamentada en el “ser” de las cosas, pero que surge y
se manifiesta sólo al entendimiento humano o al divino, según los casos: la
verdad es una relación entre la realidad y el conocimiento; una relación de
conformidad.
2.1.3.
Concepciones gnoseologistas
Para las
concepciones gnoseologistas la verdad es una construcción del conocimiento o es
el conocimiento humano mismo; o es alguno de sus resultados.
2.1.4.
Concepciones expresionalistas
Para las concepciones
expresionalistas, la verdad es una propiedad de las expresiones lingüísticas:
palabras, oraciones, enunciados, términos y, especialmente, las proposiciones.
Conviene advertir, no obstante, que no se trata de una propiedad física de esas
expresiones –como la de estar compuestas por letras, por ejemplo-, sino de una
propiedad relacional compleja que les es conferida por tratarse de expresiones
significantes: o sea, por ser signos de algo, para alguien que les da o acepta
una interpretación.
En suma: para las
concepciones expresionalistas, la verdad no es una “cosa” que existe
independientemente de nuestro conocimiento (onticismo); ni aquello que se
des-oculta o des-cubre al pensamiento, o que coincide con él (ontologismo); ni
tampoco es el pensamiento mismo, o una construcción, producto, o propiedad del
pensamiento (gnoseologismo); sino una propiedad de las expresiones del
conocimiento.
2.2. La verdad:
sistema de relaciones biunívocas
El conocimiento de
un único objeto presenta una serie de alternativas con respecto a la verdad o
falsedad, cuya aplicación va aumentando a medida que se hacen intervenir todos
los niveles de objeto. En suma, el conocimiento de un único objeto puede dar
lugar a distintos tipos de verdad, como los que a continuación consideramos.
2.2.2. Tipos de
verdad con relación a conocimiento de un determinado objeto
1.
Verdad en sentido estricto
2.
Verdad subjetiva estricta
3.
Verdad objetiva estricta
4.
Verdad gnoseológica subjetiva
5.
Verdad gnoseológica objetiva
6.
Verdad ontológica subjetiva
7.
Verdad ontológica objetiva
8.
Falsedad en sentido estricto
3. Criterios de
verdad
3.1.
Caracterización y clasificación
Dar un criterio de
verdad es proponer un método, regla, prescripción o convención que indique en
qué casos o bajo qué condiciones estamos en presencia de lo verdadero o de lo
falso; de la verdad o de la falsedad.
Por tratarse de
prescripciones metodológicas, los criterios de verdad no son, ellos mismos, ni
verdaderos ni falsos, y su aceptación o rechazo dependerá de la eficacia que
prestan para el logro del fin que con ellos se persigue.
a) Criterios
científicos
Los criterios
científicos son propuestos por la metodología de las ciencias y prescriben las
condiciones necesarias y suficientes para dar por convalidados los enunciados.
Los criterios de este grupo exigen que esta aceptación o rechazo sea el
resultado de una prueba o serie de pruebas según los casos. La prueba
(mostración, demostración, verificación, confirmación, etc.) es una condición
indispensable para que un criterio de verdad sea considerado científico.
b) Criterios
filosóficos
Los criterios
filosóficos nos dirán, pues, cuál es el procedimiento para encontrar la verdad:
no la verdad de un enunciado sino la de todos los enunciados posibles, o de los
juicios, o del pensamiento, o de las cosas, según los pensadores que los
proponen. Los criterios científicos tienden a establecer las condiciones que
permitan aceptar o rechazar un enunciado científico como verdadero o como
falso; descansan en el rigor objetivo sustentado por las pruebas; y pueden
variar si varía el tipo de enunciado que se quiere convalidar o la
característica de la realidad con la cual se los confronta. Los criterios
filosóficos tienden a establecer la naturaleza de la verdad misma y determinar
en qué circunstancias y con qué órgano de conocimiento esa “verdad” es, o debe
ser, aprehendida. Cuando están basados exclusivamente en el rigor subjetivo
varían de un pensador a otro, o de una concepción a otra de la verdad, que será
la misma para cualquier tipo de objeto considerado verdadero en cada caso.
3.2. El criterio
de evidencia
Etimológicamente
considerado, lo evidente es lo visible, lo no oculto, lo claramente manifiesto.
Y por evidencia se entiende, generalmente, la visión o visualización, o
clarividencia, o captación, ya de la verdad, ya de cada uno de los pasos que
llevan al establecimiento de la verdad a través de las pruebas. Consiste en
aceptar sólo el tipo de conocimiento (cualquiera fuere) que se presente libre
de duda o incerteza. La evidencia es el fundamento de todos los criterios de
verdad, sean estos científicos o filosóficos. Adviértase, no obstante, que si
bien la evidencia es condición necesaria para cualquier criterio de verdad no
es, en cambio, suficiente. La evidencia no garantiza la adquisición de la
verdad; sólo garantiza nuestra seguridad de estar en presencia de la verdad o
de lo verdadero. Puesto que la evidencia es un fenómeno individual y subjetivo,
no es posible eliminarlo de ningún criterio de verdad, a pesar de que se lo ha
intentado. Lo que sí es posible es la complementación de otras evidencias que
concurran a fortalecerla sometiendo a prueba aquella que la evidencia
individualmente considerada nos presenta como verdadera. Esto es, precisamente,
lo que nos proponen los criterios científicos que, en definitiva, pueden ser
considerados como sistemas coherentes de evidencias intersubjetivas.
4. Actitudes
respecto de la verdad
Las actitudes
respecto de la verdad difieren de los criterios porque no están sujetos a
ninguna regla o prescripción, son privativos del sujeto de conocimiento que los
adopta.
4.1. La certeza
Actitud según la
cual se acepta incondicionalmente determinado resultado de conocimiento. La
certeza nos proporciona una seguridad efectiva sobre aquellos a lo cual
adherimos, pero en ningún caso nuestra certeza puede garantizarnos que la
corrección, validez, autenticidad, verdad, o sus opuestos, hayan sido
efectivamente alcanzados. La certeza es producida por la evidencia, y la falta
de certeza, o inseguridad, es producida por la falta de evidencia. Excesiva
confianza en la certeza = dogmatismo.
4.2. La duda
La duda es una
actitud crítica que consiste en no aceptar incondicionalmente ni la corrección,
ni la validez, ni la autenticidad, ni la verdad, ni sus opuestos. La duda es
una actitud decidida en la no admisión ni de lo uno ni de lo otro, hasta tanto
no haya pruebas a favor de lo que se acepta, o en contra de lo que se rechaza,
o inversamente. Duda radical = escepticismo, certeza negativa, seguridad de que
es imposible formular ningún juicio o proposición verdaderos o falsos.
4.3. La opinión
La opinión consiste
en la aceptación provisional, antes de toda prueba, de lo correcto, lo válido,
lo auténtico, lo verdadero, y sus opuestos. La opinión es la aceptación
provisional de una verdad, que puede llegar a ser científica si se le busca
fundamentación adecuada tendiente a hacerla evidente mediante las pruebas. La
opinión persistente estimula la adivinación. A diferencia de la conjetura
científica, para la cual se establecen las condiciones que habrán de
confirmarla y cuáles habrán de refutarla, la opinión adivinatoria es
inescrutable e infalible, pues no se establecen en su formulación las
condiciones mínimas para la prueba de su verdad o falsedad.
4.4. El error
Tanto la certeza,
como la duda, pueden estar sustentadas en el error. El error es una adhesión
inconsciente que consiste en aceptar como verdadero lo que es falso; como falso
lo que es verdadero; como correcto lo que es incorrecto, y así sucesivamente.
Lo contrario del error es el acierto, que consiste, consecuentemente, en
estimar como verdadero lo que es verdadero; como falso lo que es falso; y así
sucesivamente. El acierto puede ser consciente o inconsciente.
4.5. La
ignorancia
La ignorancia es la
ausencia de determinado saber y suele manifestarse comúnmente a través del
error. Ignorancia y error no son sinónimos. La ignorancia es un no-saber y
constituye un ingrediente fundamental en los procesos de conocimiento. Quien
fuera poseedor de la totalidad del saber no conocería y, por lo tanto, no
habría para él nada ignorado. Tampoco “saber” es sinónimo de “verdad” o de
“saber verdadero”. El saber puede ser auténtico, o aloéntico, o estrictamente
verdadero, o verdadero en ciertos respectos pero no en otros, o finalmente,
estrictamente falso.
4.6. Veracidad y
mendacidad
Señalan ambas un
aspecto ético en lo que respecta a la aceptación o rechazo de lo que se estima
verdadero. Es veraz quien acepta como conocido sólo aquello que conoce, y sólo
tal como lo conoce; y como verdadero sólo aquello que él estima verdadero. La
veracidad hace digno de confianza al hombre veraz, pero no garantiza la verdad
de sus juicios o de sus afirmaciones, puesto que no siempre se está en
condiciones de conocer la realidad tal cual ella es, sino más bien tal cual
ella se nos presenta desde determinada perspectiva objetiva, o desde determinada
capacidad subjetiva de conocimiento. Lo contrario de la veracidad es la
mendacidad, actitud que consiste en aceptar deliberadamente como falso aquello
que se presenta como verdadero, y como verdadero aquello que se presenta como
falso. La mendacidad hace indigno de confianza al hombre mendaz, pero no
garantiza la falsedad de sus afirmaciones o de sus juicios.
FAYERABEND, P:
“Adiós a la razón”
Ciencia como arte
El autor tratará de vincular dos
términos ciencia y arte a partir de dos
autores:
- Giorgio Vasari quien afirma que el hombre
está ubicado en un mundo ordenado y, paulatinamente, adquiere los conocimientos
para poder desenvolverse en él. El hombre evoluciona progresivamente, afinando
y perfeccionando las técnicas, formas y representaciones. Según esta tesis se
pasa de conocimientos y representaciones inicialmente imperfectos hacia otros
más refinados y desarrollados.
En relación a esto, Fayerabend, quien explica
cómo en el arte no se observa una evolución permanente sino que habría en
algunos casos involuciones, siguiendo este paradigma.
- Alois Riegl, quien asegura que en
el arte no habría progresos ni decadencias, sino que existen diferentes formas
estilísticas. Cada forma de estilo es algo perfecto en sí y, a su vez, obedece
a leyes propias. El arte es entonces la producción de formas de estilo y la
historia del arte es la historia de su sucesión.
En relación a esto, Feyerabend aceptará
parcialmente la tesitura de Riegl en la que el arte produce muchas formas
distintas, que toda forma artística tiende a una perfección interna y que
ocasionalmente la alcanza. Sin embargo, toda producción artística no permite
reconocer las leyes de una determinada voluntad artística (concepto que, según
Feyerabend, Riegl dejó muy impreciso).
Feyerabend irá más allá de lo planteado por
Riegl, al afirmar que el artista en su creación quiere representar la realidad.
Para ello, la perfección interna y la concepción de la realidad son las dos condiciones
indispensables. Las dificultades teóricas pasarán por la interpretación de la
realidad realizada por el artista, pero pensar que sólo hay una manera de ver
las cosas o contemplar la naturaleza no puede inducirnos al error de que hemos
alcanzado la realidad, más allá del dilema que implica su definición. Significa
que otras formas de la realidad no son conocidas o nadie tiene interés en ellas
pero que una prevalece sobre el resto.
Los defensores de una única realidad apelan
aquí a principios de orden que no sólo separan a las ciencias de las artes,
sino que deben mostrar que las primeras, y más específicamente el pensamiento
racional, son lo único objetivo.
La respuesta a este argumento es que no
existe ninguna tradición, incluida las ciencias, que se atenga exclusiva y
permanentemente a los supuestos principios del orden. Por lo tanto para el
autor: “La razón es raramente razonable”. No sólo hay formas artísticas sino
también formas de pensar, de verdad, de racionalidad y de realidad. Esta
última, entonces, sería lo que representan los científicos como realidad.
Una segunda condición en Riegl es la cuestión
de la verificabilidad. La solución es que a cada estilo particular le
corresponde un método de comprobación propio. El éxito está dado porque un estilo
responde a las nuevas exigencias planteadas por una nueva voluntad estilística.
Esto puede lograrse de dos maneras: ya sea agregando nuevas ideas sobre viejos
criterios o cambiando las ideas y los criterios.
En consecuencia, la inclusión de conceptos
abstractos y pruebas empíricas que comprueben las hipótesis teóricas, no
otorgan por sí mismas las cualidades de real o verdadero. A lo sumo, podrán
aportar una nueva concepción de la realidad, un nuevo estilo. La verdad, por lo
tanto, será lo que afirma el estilo de pensar -en una determinada época y
cultura- que es verdad y la elección de un estilo, de una realidad, de una
forma de verdad es la elección de un producto humano, que es un acto social, o
sea que depende de la situación histórica, por lo tanto es objetiva, pero el
autor aclara que la objetividad también es una característica de estilo.
Al igual que el artista, el periodista
también representa la realidad. Esta, no puede ser concebida desde un único
punto de vista, es decir que sería imposible abordarla de una manera objetiva,
pero tampoco se espera que sea una mera manipulación de los acontecimientos.
Para evitarlo, deberá utilizar sus conocimientos sobre la realidad, es decir
que apelará a su mundo de referencia para darle, entre otras, coherencia
interna al texto. A su vez, deberá realizar una verificación de lo escrito en
el mundo real, para contrastar la versión que está elaborando con la que
aportan las fuentes. Finalmente el escrito definitivo deberá responder a
ciertas reglas de verosimilitud, propias del momento y lugar en que se está
llevando a cabo la cobertura del acontecimiento.
Se pueden formular las
siguientes tesis:
1-Riegl tiene razón al decir que las artes
han desarrollado una serie de formas estilísticas con derecho propio de
existencia, a menos que se las enjuicie desde otro punto de vista arbitrario,
bajo una forma determinada de estilo de pensamiento.
2-Las ciencias también pueden ajustarse a la
afirmación de Riegl, ya que también han desarrollado una serie de estilos
incluyendo estilos de comprobación.
3-Los científicos cuando elaboran un estilo
tienen la intención de que su trabajo sea la presentación de la “verdad”.
4- Según Riegl, los estilos artísticos están
estrechamente enlazados a estilos de pensamiento.
5-El concepto de
“verdad” es lo que afirma el estilo de pensar que es verdad.
6-El éxito sólo puede distinguir a un estilo
de pensar cuando ya poseen criterios que determinan lo que es éxito.
7-Un ejemplo: hoy la ciencia es considerada
desde el estilo de pensar que califica como más importante lo terrenal que lo
sobrenatural, que considera a ésta como el artífice de la mejora de los bienes
terrenos.
8-La elección de un estilo de pensar, de una
forma de realidad es un acto social y depende de una situación histórica,
ocasionalmente basada en un acto consciente, la mayoría de las veces, basándose
en intuiciones más fuertes. La objetividad también es una característica de
estilo como lo es también el puntillismo, el realismo o el naturalismo.
9-Hasta ahora se creía que sólo las artes
eran estilos de pensamientos, pero ahora se está demostrando que las ciencias
también pueden ser catalogadas de esta manera.
HABERMAS,
J.: “Historia y crítica de la opinión pública”
6. La transformación política de la función de
la publicidad
-Del periodismo a los escritores privados a los
servicios públicos de los medios de comunicación de masas. El reclamo
publicitario como función de la publicidad.
El cambio de función de la publicidad se basa
en su cambio de estructura como esfera, por lo que, la prensa a causa de ese
cambio se fue comercializando y eso implicó que se dificultara más aún, la
separación entre lo público y lo privado. La publicidad entonces, dejó de ser
exclusivamente una parte del ámbito privado.
El negocio periodístico estaba en sus inicios,
organizado como una industria artesanal; los cálculos se orientaban de acuerdo
con los principios de una maximización moderada, tradicional en el capitalismo
temprano, de los beneficios.
El editor era el que organizaba el tráfico de
noticias y las clasificaba. A esta fase económica se le agregó una fase
política, en cuanto comenzó a transformarse la prensa de noticias en una prensa
de opinión.
Los periódicos pasaron a ser guías de la
opinión pública, medios de lucha de la política partidista; además de ser meros transportadores de
noticias. Esto conllevó a la aparición de una nueva instancia, la redacción, y
sus grandes cambios funcionales. Para el editor esto supuso el hecho de que
dejara de ser un vendedor de noticias y pasara a ser, un vendedor de opinión
pública.
Estos cambios se dieron sobre todo, en los
periódicos “cultos”, y en los semanarios y revistas políticas en Inglaterra. A
esta segunda fase se la llamó “periodismo de escritores”. En esta fase el
redactor, cumplía la función de compilador y autor.
Pero, la competidora prensa periódica de los
escritores publicísticamente activos, llevó a la organización de redacciones
profesionales y autónomas. Se separaban ahora las funciones publicísticas y
económicas, que eran responsabilidad; las primeras del compilador y las
segundas del editor.
Con esta autonomía redaccional tiene que ver
también, que durante la primera mitad del siglo XIX, se fuera imponiendo en la
prensa diaria el artículo editorial.
En la fase en que la publicidad se impone como
publicidad política activa, conservan también las redacciones de las empresas
periodísticas editorialmente consolidadas el tipo de libertad que caracterizaba
a la comunicación de las personas privadas reunidas en calidad de público.
La prensa continuó siendo mediadora y
vigorizadora del público. Esta prensa políticamente raciocinante se ve obligada
a una “autotematización” continua: hasta la legalización de la publicidad
política activa, la aparición y el mantenimiento de un periódico político.
Solo la consolidación del Estado burgués de
derecho y con la legalización de una publicidad políticamente activa se
desprende la prensa raciocinante de la carga de la opinión. Esa evolución que
lleva a la prensa de opinión a convertirse en una prensa-negocio, se da casi al
mismo tiempo en Inglaterra, Francia y EE.UU., durante los ’30.
En la tercera fase el periódico cobra el
carácter de una empresa productora de espacios para anuncios publicitarios.
Estos primeros ensayos de prensa comercial moderna devolvieron al periódico el
inequívoco carácter de empresa lucrativa privada.
La prensa entonces, se empezaba a convertir en
la puerta de entrada a la publicidad de intereses privados privilegiados.
En consonancia con esto, cambia la relación
entre la editorial y la redacción. La actividad de la redacción había dejado de
ser una mera actividad literaria para convertirse en una actividad periodística
especializada. La selección del material llegó a ser más importante que el
artículo editorial y que la prosecución literariamente eficaz de una “línea”.
Sobre todo, en los ’70 se empieza a desplazar de las primeras jerarquías del
periódico a los grandes periodistas, para sustituirlos por administradores
talentosos. La editorial contrata a los redactores para que trabajen para los
intereses privados de una empresa lucrativa.
La autonomía periodística o publicística del
redactor también es limitada en el tipo de prensa que no está sometida a las
leyes del mercado, sino que sirve
primariamente a intereses políticos individualistas, incluso luego de
constituirse en Francia e Inglaterra, las fracciones parlamentarias y los
partidos políticos.
Pero los comienzos de la prensa partidaria controlada
por organizaciones políticas, se remontan a la primera mitad del siglo en
Inglaterra y en Francia. En Alemania se desarrolla en los ’60. El redactor se
ve sometido, en vez de al director, a una comisión de control.
La evolución técnica de los instrumentos del
tráfico de noticias (luego del telégrafo y teléfono, la telegrafía sin hilos y
la radio) aceleró la unificación organizativa y el entreveramiento de la
prensa, y a veces, fue condición de posibilidad para todo ello.
Entre 1870 y 1880 comenzó a utilizarse en los
países anglosajones la estereotipia. La mayoría de las veces, esa
homogeneización tecnológica coincidió con una unificación organizativa, dando
lugar a cadenas de periódicos locales.
Con todo, el grado de concentración económica y
de coordinación tecnológica organizativa, es reducido en comparación con los
nuevos medios del siglo XX (radio, TV y cine sonoro). El capital manejado llegó
a ser tal, al igual que el poder de la publicidad, que en algunos países la
organización de esos medios tuvo que ser controlada por el Estado.
En Inglaterra, Francia y Alemania, esos medios
fueron organizados como corporaciones públicas o semi-públicas.
En cuanto al mercado publicístico, éste creció
en correspondencia con los medios de comunicación mencionados; hasta se crearon
revistas, folletos y panfletos destinados a propaganda comercial, que eran más
consumidos por las clases bajas que por las altas. (Porque estos medios de
comunicación imponían e imponen una pedagogía del consumo).
PAVLIK,
J.V.: “El periodismo y los nuevos medios de comunicación”
-La ética del
periodismo y los nuevos medios
4 cuestiones que
enmarcan los problemas éticos que
enfrentan los periodistas y el público en el entorno digital:
1. ¿Cuáles son o
deberían ser las normas éticas a la hora de recoger los datos?
2. ¿Cuáles son las
reglas éticas de la presentación digital de las noticias?
3. ¿Cuáles son los
límites éticos de los contenidos
informativos en la red?
Y por último,
Pavlik agrega, ¿cuáles son las cuestiones éticas de carácter general con las
que se enfrentan los periodistas en un sistema informativo cada vez más
interactivo y global?
1.
Pensar en esto implica preguntarse
entre otras cosas, ¿qué pasa con el derecho a la intimidad de las personas en
una era de imágenes omnidireccionales?, ¿qué pasa con las cámaras ocultas?,
¿qué sucede con el uso de Internet, para recoger datos?, etc.
El periodismo de
investigación y revelación puede, con la ayuda de nuevas aplicaciones
mediáticas, invadir cada vez más la intimidad de las personas.
2.
La producción digital de la
información puede traer varios cuestionamientos éticos, como el de la
manipulación de la imagen, el uso de datos sin contrastar, la sobrecarga de
información y la violación de los derechos de autor; por ejemplo.
En cuanto a la
manipulación de la imagen, ésta se da de tres formas: añadiendo, quitando y
modificando. Añadir digitalmente significa poner algo en una imagen que no
estaba allí. La manipulación digital implica transformar.
Y además, hoy por
hoy, es posible usar toda esta nueva tecnología digital no sólo para
transformar las imágenes y el sonido, sino también para inventarlas/os,
crearlas/os.
En algunos
terrenos, como el de la publicidad, la manipulación digital de la imagen es la
noma de facto.
3.
Contenidos de la red. Información
y banners, van de la mano. Al respecto, la ASME (Sociedad Americana de Directores de
Revistas) expone una serie directrices sobre publicidad y redacción en los
nuevos medios, que conminan a los directores, editores y publicitarios a:
-mostrar de manera
visible el nombre y el logo de la organización que controla el contenido del
sitio;
-distinguir el
contenido de redacción y el publicitario en todas las páginas;
-rotular como
publicidad todas las secciones publicitarias especiales, los “publireportajes”
y similares;
-no permitir que
los redactores creen contenidos para la publicidad; y
-no poner enlaces a
publicidad en el sumario, o en cualquier listado de los contenidos editoriales
de una publicación digital.
Estas y otras
directrices de la ASME
subrayan la importancia de una transparencia total y de mantener el control
editorial en el campo digital.
La audiencia y la sociedad:
Éstas hoy en día tienen el poder de crear
contenidos electrónicos, desde la red.
Objetividad, imparcialidad y exactitud:
Para el periodismo americano hay tres normas
que hay que cumplir en la prensa:
1.
objetividad, que implica
evitar la distorsión y el sensacionalismo.
2.
imparcialidad, implica dar
cobertura equilibrada que refleje todas las partes de una cuestión.
3.
exactitud, implica informar
bien, de manera completa.
Estas normas definen una prensa ética, digital
o no debe buscar la verdad.
Un conflicto de intereses
La era digital
trajo cotizaciones de valores y datos en tiempo real, así como la capacidad de
operaciones bursátiles digitales para cualquiera que posea un modem y una PC.
Es decir que cualquier persona puede comprar o vender acciones, invertir en la
bolsa, etc.
Gil, Q: “Diseñando el periodista digital” (ii)
Ética y deontología periodística en la sociedad de la
información
En la sociedad industrial,
los medios de comunicación ocupaban una posición intermedia entre los poderes
públicos y las sociedades democráticas. El “cuarto poder” se definía como
herramienta de control al servicio de la ciudadanía, que obtenía una
información transparente e imparcial a través de los medios y se integraba a
través de la opinión pública. Los medios de comunicación fueron el elemento
imprescindible para fundamentar el corolario de la libertad y el control sobre
los abusos de poder en las democracias liberales.
Los medios de
comunicación fueron reacios a la creación de códigos jurídicos que pudieran
menoscabar su libertad e independencia frente al Estado, fomentado conceptos
alternativos como los códigos deontológicos (éticos) y la autorregulación
(códigos que recaen en la conciencia del periodista y esta autorregulación
recae en la conciencia y ética de
empresas dedicadas a la información).
En las sociedades
democráticas actuales, el periodista, su actividad informativa, tienen
trascendencia social que está explicitada en el reconocimiento de derechos como
la cláusula de conciencia y el secreto profesional.
Pero todo este marco
entra en crisis con la llegada de la Sociedad de la Información. Los
medios tradicionales dejan de ser el único medio de comunicación entre los
organismos públicos, las organizaciones privadas y los ciudadanos. No solo
informan los periodistas. Todos tenemos la posibilidad de informar.
Todo esto complica
la aplicación de las autorregulaciones y de los códigos deontológicos que están
en controversia en la profesión
periodística.
Códigos
deontológicos en la profesión periodística inciden en los siguientes aspectos:
Ø Aceptación explicita del código deontológico: requiere un compromiso
ético muy alto. Es imprescindible para la autorregulación disponer una
identidad certificada (para que el receptor sepa que el que forma los
contenidos es un sujeto real, identificado y avalado por el medio que contrata
y una asociación profesional). LA comunicación digital requiere de
‘informadores seguros’ y e organizaciones de certificación periodística, que a
la vez puedan regular y servir de amparo ante abusos al periodista
Ø El periodista debe explicar la verdad: verdad, objetividad e
imparcialidad no existe en forma absoluta. Pero existen procedimientos que permiten
aproximaciones a informaciones veraces (contrastar información - en la red
permitido por enlaces).
Ø El periodista debe respetar a las fuentes y a los sujetos de la
información: En la mayoría de las legislaciones, el derecho de información está
limitado por: derecho del honor, de la intimidad, de la propia imagen, de la
presunción de inocencia, así como derechos especiales de la infancia y la
juventud. Otras consecuencias del trato especial en la relación entre
periodistas y fuentes son el: derecho al secreto profesional, respecto del off
the record y al silencio de las fuentes (no varía en el medio digital, pero lo
transnacional da pie a múltiples apreciaciones éticas, etc).
Ø El periodista no debe mezclar información y opinión: la libertad de
expresión y libertad de información no deben confundirse. Los periodistas
representan el “cause de la información” hacia la ciudadanía. Sí mezclan
condicionan la veracidad de la información, limitando la libertad de los
ciudadanos. En el caso de abundancia de información, pasa lo contrario. El
periodista digital selecciona, prioriza y descarta fuentes a sus interactores
(lectores) y lo hace bajo un criterio subjetivo. Por tanto, la opinión del
periodista pasa de ser un elemento secundario a constituir el factor principal.
Ø El periodista no debe mezclar información y publicidad: En la red esta distinción se complica más por:
-vivir
sólo de la publicidad:
En
la mayoría de las publicaciones electrónicas los lectores no pagan por obtener
la información, lo que deja todas las inversiones en manos de la publicidad.
Hay
otro factor importante, que es el que un buen porcentaje de los directivos de
estas publicaciones no se sienten afectados por ningún Código Deontológico de la Profesión Periodística.
-
Se puede informar sobre productos
comerciales:
En
los orígenes del periodismo estaba claro que la visita de un político a un restaurante era información, los detalles de
un restaurante era publicidad, pero en
la actualidad; esto no es tan así.
Internet
permite que cualquier producto comercial se convierta en fuente de comunicación -los productos
comerciales son también información (información y los propios productos
publicitados “confusión”)
Ø Los periodistas deben respetar los derechos de autor: No deben plagiar,
lo cual es más frecuente que suceda en la red que en los escritos en papel.
Ø Los periodistas no deben obtener económico de sus informaciones: No
deben recibir regalos que puedan influir en su trabajo.
Ø Los periodistas deben combatir los monopolios informativos y las concentraciones:
A favor de la libertad, riqueza y variedad informativa (“Darle la voz a los q
no tienen voz”).
Sánchez Tabernero, A “Dirección estratégica de empresas de comunicación”
Cap. 9. Desafíos éticos
Desde
la época pre-profesional de las empresas periodísticas, existen problemas sobre
las cuestiones éticas en el quehacer del periodista. Entre esos problemas
están:
-
la debilidad económica de los
medios lo hace vulnerables a las presiones de los anunciantes
-
los medios se concentran a merced
de las políticas de sus promotores
-
poca preparación de los
profesionales
-
el escaso prestigio y remuneración
de los periodistas, facilita la corrupción.
Y
por último, la falta se honradez e integridad de los profesionales de la
empresa periodística.
1.
Un nuevo entorno económico:
Desde
1850 se empieza a configurar una industria de la comunicación, con la aparición
de: las primeras agencias de noticias, aplicación de la máquina de vapor a la
imprenta, nuevos procedimientos de fabricación de papel prensa, desarrollo del
telégrafo y del ferrocarril y empleo de la publicidad como fuente esencial de
recursos de diarios y revistas.
Hasta
esa fecha el periodismo estaba vinculado a distintos ámbitos: políticos,
literarios y culturales; y se mantenía casi ajeno al afán de lucro. Sin
embargo, la plena introducción de los medios de comunicación social en el
engranaje económico de los países occidentales varió el campo de la deontología
de la comunicación. Después de la 2ª Guerra, y desde 1890, los empresarios han
sustituido a los redactores, guionistas o creativos de agencias publicitarias a
la hora de tomar decisiones en las empresas de comunicación.
El
comportamiento ético en las organizaciones exige que los directivos tengan una
idea cabal del hombre.
En
la actualidad se requiere de gran cantidad de información para participar en la
vida política y para decidir acerca del empleo del tiempo del ocio. Por otra
parte, el crecimiento de los salarios y de las pensiones y la disminución de la
jornada laboral favorecen a que las familias destinen más recursos al
entretenimiento. Por lo cual, los medios se han convertido en la materia prima
de un negocio próspero, cuya aliada principal es la publicidad.
Los
medios de comunicación se constituyeron en el canal más eficaz de transmisión de
anuncios publicitarios.
Y
a estos cambios hay que añadir nuevamente,
la cuestión de la ética; que si no se tienen en cuenta pueden traer
dificultades competitivas a corto plazo: -disminuciones del volumen de ingresos
tanto por ventas como publicitarios.
-disminuir
el atractivo de los negocios con expectativas de rentabilidad pero que exigen
pactar con actitudes inaceptables desde el punto de vista deontológico.
2. Los riesgos de la
revolución empresarial:
En
la actualidad toda empresa debe innovar, debe buscar excelencia, calidad,
liderazgo y conocimiento, por la aparición constante de nuevos competidores. Y
esa vorágine por la competencia, puede provocar que las organizaciones
periodísticas busquen los caminos más “fáciles”, para ser los “primeros”.
3. Dilemas éticos en la dirección de
personas:
Éstos se ven también, en el momento de
contratar o despedir personal.
4.
Cultura empresarial y difusión de mensajes: La
emisión de mensajes. En este campo el comportamiento ético se condensa en la difusión
de contenidos que respeten la realidad de las cosas y que no desvirtúen los
aspectos básicos de la naturaleza humana. Por consiguiente, la obligación de
los medios consiste en servir al público, en vez de usarlo para fines
económicos, políticos o ideológicos. El compromiso deontológico en la difusión
de mensajes se fundamenta en la idea de veracidad. Ser veraz, es propio de las
personas. Difundir es abrir un diálogo entre ellas, basado en la veracidad y en
la confianza, pues las relaciones comunicativas y comerciales son relaciones de
personas.
5.
Aspectos éticos de las estrategias corporativas:
Las estrategias de crecimiento de los grupos de comunicación deben buscar
u equilibrio entre: rentabilidad, preferencias de los empleados, e interés
público. Estos 3 objetivos, muchas veces se pierden de vista, con el “afán” de
crecer.
6.
La ética como ventaja competitiva:
4 principios básicos que deben guiar la actividad cotidiana de las
empresas de comunicación:
a)
El comportamiento ético en las
organizaciones sólo puede tener lugar cuando los directivos poseen una
idea cabal del hombre, que implique
primacía de los social sobre lo individual, apertura al destino trascendente de
las personas y fomento de valores como libertad, responsabilidad y tolerancia.
b)
Los directivos deben asumir
planteamientos éticos, lo que implica reconocer que la rentabilidad económica
no es el motor exclusivo de las decisiones empresariales.
c)
Los empresarios no deben
ausentarse de los negocios de comunicación.
d)
Coherencia ética y eficacia
empresarial no sólo resultan compatibles, sino que se exigen mutuamente. Sólo
el comportamiento ético permite alcanzar un alto nivel de motivación de los
empleados, favorece la buena imagen de la empresa y da confianza al público.
- Hay que tener en cuenta también, que los conflictos entre ética y rentabilidad se solucionan a largo
plazo.
Comentarios
Publicar un comentario