La espacialidad del cuerpo y la motricidad
Merleau Ponty toma como ejemplo los casos patológicos para explicar que en
estos casos los enfermos actúan de manera tal como describen los
intelectualistas los movimientos de laspersonas normales. Para la teoría
intelectualista, los sujetos deben primero subsumir lógicamente (sintetizar
intelectualmente) cada movimiento, cada palabra que pronuncian para luego poder
llevar a cabo la acción. Sin embargo, como señala Merleau Ponty, tenemos un esquema corporal que nos permite
movernos, hablar, mirar sin tener que previamente “buscar el movimiento” o
“pensar cada palabra antes de decirla” o “buscar mentalmente” cada cosa que se
percibe para poder comprenderla, los sujetos normales poseen un esquema
corporal en tanto disponibilidad: los movimientos están disponibles como
latencia, como posibilidad y cuando queremos llevarlos a cabo no es necesario
una “preparación previa” debido a que simplemente se llevan a cabo, el cuerpo fenoménico no es un cuerpo
objetivo como lo define la ciencia, el cuerpo fenoménico es un cuerpo vivido que actúa en un mundo
donde las cosas funcionan como polos motores. Los sujetos normales comprenden
directa y globalmente y actúan de manera inmediata. Existen en los casos de
ceguera psíquica una incapacidad derealizar lo que Merleau Ponty denomina Movimientos Abstractos (Movimientos
para sí), es decir “hacer de cuenta que….” “jugar a …”, si se le pide a un
enfermo que por ejemplo haga el movimiento de cerrar una puerta en el aire,
solo hacer el gesto, el enfermo probablemente tendrá muchos problemas para
llevarlo a cabo, así como también si se le pide que cierre los ojos y se le
toca la pierna y se le pregunta que parte del cuerpo se le están tocando tienen
dificultades para reconocer el lugar, lo mismo sucede si se le pide que señale
su nariz (pueden tomarla, pero les cuesta señalar), hay movimientos que han
perdido, carecen de la disponibilidad del esquema corporal y sus movimientos
inmediatos. Cuando al enfermo se le pide que realice un movimiento concreto, nunca lo hace de manera inmediata ni se limita
a moverse estrictamente lo que se le pide, sino que “busca” el miembro que debe
mover agitando todo el cuerpo y cuando lo encuentra recién comienza a intentar
hacer el movimiento requerido. Es decir que para hacer un movimiento concreto
(Movimiento en sí) debe realizar una serie de movimientos preparatorios ya que
no dispone de sus movimientos como lo hace un sujeto normal. El enfermo no
puede ponerse en situación imaginaria, jugar, actuar, por otra parte cuando se
le pide hacer un movimiento concreto debe primero encontrar su brazo, encontrar
su pierna, etc. No tiene su cuerpo disponible de manera inmediata, debe buscar
cada miembro, cada parte de su cuerpo y pensar la manera de ponerla en acción,
carecen de un cuerpo fenoménico, se trata de un cuerpo objetivado (como lo
describe la psicología intelectualista en los casos normales). Muchas veces el
enfermo ni siquiera encuentra el movimiento, sino que agita su cuerpo como si
fuese una masa amorfa y da con el movimiento buscado casi por azar. En el
normal el movimiento y la conciencia de movimiento son simultáneos e
intencionales. Los enfermos carecen de todo poder de evocación y proyección: si
es lunes y se les pregunta que día será mañana, no saben responder aunque sepan
el orden de los días de memoria, no pueden ponerse en situación cuando se trata
de hipotetizar. En el caso de Schneider, se trata de una lesión occipital y
solo con la vista Schneider es incapaz de reconocer ningún objeto. La
psicología intelectualista es causal y toma por separados los trastornos
táctiles, visuales y motores, sin embargo es menester destacar que estos
trastornos son inseparables unos de otros como se comprueba en las experiencias
con enfermos: toda afasia trae trastornos gnósicos y praxicos, toda apraxia trastornos
de lenguaje y percepción, y toda agnosia trastornos de lenguaje y motores, esto
se debe a que lenguaje, percepción y motor son indivisibles. Mientras que el
pensamiento en los normales no consiste en subsumir en categorías generales
cada caso particular para luego comprenderlo, si no que comprende en su sentido
global de manera inmediata, en los casos patológicos el enfermo subsume para
poder comprender (lleva a cabo el proceso explicado por la teoría intelectualista
a cerca del pensamiento en general de las personas normales), con esto se
demuestra que la explicación intelectualista solo es válida para los casos
patológicos ya que los casos normales funcionan de manera inversa a la postulada
por la teoría intelectualista. Para los intelectualistas primero se recuerda y
luego se subsume en la lógica categorial, para Merleau Ponty se percibe en el
presente por la doble estructura de espontaneidad y sedimentación. Schneider al
ver una estilográfica va diciendo “es alargada, azul, fina, tiene un broche…”
al unir estos datos el lenguaje le permite ir construyendo el objeto por
partes, se va acercando a al a medida que va nombrado sus características, sus
cualidades; en los casos normales el objeto se presenta abierto, global e
inmediato, el sentido está disponible en el mundo, es dinámico y se hace
presente en el mismo momento en que el sujeto se encuentra con él. El sujeto
del que habla Merleau Ponty, el “yo puedo”actúa libremente en el presente, dispone de sus movimientos
y acciona en el mundo interactúa con él, ve en las fisonomías polos motores y
no tiene un cuerpo objetivo ni un mundo objetivo, sino que se mueve en un mundo
fenoménico desde su cuerpo fenoménico (no tiene que pensar en flexionar una
rodilla para subir un escalón, calcular la distancia, luego estirar la pierna,
etc.), simplemente lo hace, dispone de sus movimientos, esto es de lo que
carece el enfermo: su cuerpo es objetivo, es como un objeto al que debe mover,
los movimientos no están disponibles: debe buscarlos y con suerte los
encontrara, antes de hablar tiene que pensar lo que va a decir y armar las
frases, no sale de su casa si no es con una finalidad concreta, no juega ni se
pone en situación imaginaria, carece de facultad de representación. La noción
de habito permite comprender como la
intención no se localiza puramente en la conciencia ni exclusivamente en el
cuerpo: tocar un instrumento de música, escribir a máquina o conducir un auto
implican movimientos veloces y destrezas que implican al cuerpo y a la
conciencia de manera simultánea e indivisible; por lo tanto es evidente que el
cuerpo no es mero instrumento de la conciencia que obedece sus mandatos, el
cuerpo es el que actúa, percibe, expresa y comprende.
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