Ir al contenido principal

Silvia Duschatzky: ¿Dónde está la escuela?

 Resumen Duschatzky: ¿Dónde está la escuela?

PRESENTACIÓN

Este libro busca construir un fresco que pinte las escuelas a través de distintas escenas del transcurrir de la vida escolar. A partir de entrevistas a directores, se construyeron relatos, se recuperaron allí sus palabras, lo que ellos viven, hacen y sienten en su escuela.

No persiguen retratar instituciones particulares sino formas de transitar por la experiencia educativa. Son escenas que invitan a preguntar por las diferentes formas de hacer escuela y por los vacíos de experiencia pública en un escenario de profundización de los quiebres del lazo social.

Hay múltiples modos de pensar la gestión en las instituciones, es una práctica ineludible a la hora de poner en marcha una idea, un proyecto, una institución. Nunca como ahora “la gestión” se presenta como el gran paraguas que todo lo contiene.

La educación no es más potente por su carácter innovador sino por su capacidad de producir alguna diferencia en el sujeto y de poner a su disposición algo que le permita ser distinto en algún aspecto. La cuestión no es entonces ahogarse de innovaciones sino crear condiciones para que el porvenir acontezca.

El libro que aquí se presenta se plantea el desafío de transitar por los problemas de la gestión institucional en tiempos en que han estallado las representaciones sobre la escuela.

Se trata de un diálogo entre escenas escolares y pensamientos que irrumpen allí donde la práctica educativa parece demandar otras descripciones y otras posiciones. Éste texto se propone aportar para activar imaginarios capaces de provocar una ruptura en la fatalidad del tiempo existente.


CAPÍTULO I: ESCENAS ESCOLARES DE UN NUEVO SIGLO

Se relatan escenas de cuatro instituciones secundarias ubicadas en distintas zonas geográficas y realidades sociales familiares culturales.

Primera escena: transcurre en un colegio situado en un barrio periférico, en los márgenes de un barrio en el que conviven grandes hoteles, edificios espejados símil Wall Street, etc.

Día tras día se reitera el mismo suceso un docente puja por hacerse escuchar frente a un coro de bebés que tironean a sus mamás, sus alumnas, que intentan mantener la dualidad de su doble condición, éstas mamás adolescentes abandonan la escuela y pasan a engrosar las estadísticas de los desertores. Los profesores se preguntan ¿qué hacer?, la escuela no cuenta con un equipo de orientación, sólo poseen un asesor pedagógico. Un jardín maternal en la escuela aparecería como mejor opción. Las reacciones en los estamentos superiores no fueron alentadoras, la respuesta fue negativa. Hubo que buscar en otro lado llegando a la Secretaría de la Mujer, brindando la posibilidad de abrir una sala de jardín.

Pero la deserción no es simplemente una cuestión de género “cuando un chico consigue una changa deja la escuela”.

Los jóvenes traen códigos muy cerrados, comprendidos solo en la frontera de su lugar, la relación entre los chicos es muy dura, la mujer es desvalorizada y la violencia es el modo que los acerca. Insultan a los profesores, se van abruptamente del aula, no soportan escuchar.

El equipo de conducción ensaya otras formas de resolver las disputas entre ellos por disputa por una joven. Los pibes transitan frecuentemente por los institutos de minoridad, el período en el que se registran más caídas es durante enero y febrero, tiempo en que la escuela permanece sin actividad. Pero lo siguen al instituto y les toman examen allí, de modo tal de favorecer su reinserción posterior a la escuela.

En el ámbito escolar se sienten reconocidos…”cuando les digo: Ponete las pilas, estás faltando mucho, , me contestan: Y usted cómo sabe quién soy yo?, cómo no, vos sos Juan…” transmitiendo en ese momento un gesto de satisfacción.

Cuando se solicitó un asistente social le contestaron ( al rector) que continuara apoyándose en la profesora del colegio que estudia la carrera y de hecho cumple ambas funciones.

A pesar del compromiso docente, hay resistencias a revisar los estilos de trabajo. Surge la pregunta, dónde está el problema:¿sólo en el pibe?, ¿qué responsabilidad le cabe al docente?, se trabaja con la asesoría pedagógica y en gral, se producen cambios. 

Segunda escena: colegio secundario ubicado en el barrio de Belgrano, recibe población de diferentes escuelas primarias del norte de la ciudad.

En general, los chicos se involucran en la situación de clase, muestran disposición a acompañar al docente. Cuestionan, pero no impugnan las reglas de juego: “un docente enseñando a un grupo de alumnos que vienen a aprender…”; no está en cuestión para ellos que a la escuela deben asistir.

Los pibes no son los mismos que aquellos que se recibían cuando la escuela se abrió. Los padres eran mucho más permisivos y su preocupación era que la pasaran bien, que no fueran maltratados. La estabilidad económica desapareció, de consumir sin límites tienen que pasar a consumir con restricciones impensadas.

Hoy hay mucha locura, por ejemplo, un joven cuyos padres se divorciaron, tienen que convivir con la nueva pareja homosexual del padre. Los chicos están muy expuestos a riesgos de todo tipo. Reconocen la necesidad de la formación; temen quedarse afuera y ven en la caída de sus familias un fantasma del que quieren huir.

Por su parte los docentes tienen gran autonomía intelectual, su formación académica es sólida, casi todos tienen otros ámbitos de pertenencia, algunos se dedican a la investigación, otros al trabajo editorial o a la docencia universitaria.

Los estilos de trabajo docente difieren entre sí, hay profesores que hablan todo el tiempo y otros son más constructivistas. La cuestión es que todos generen situaciones de producción. Se les propone asistir a las clases de sus compañeros, que observen otros estilos, en general son renuentes a hacerlo.

La vida social de los pibes circula por lugares muy restringidos. La Boca, San Telmo y otros barrios no existen para ellos. Consumen shoppings y son pocos los que usan celular. Todos siguen estudiando , la escuela es valorada porque es el trampolín para la universidad.

Tercera escena: ésta escuela está ubicada en las afueras del distrito de la Matanza, en un barrio muy humilde, de viejos trabajadores y actuales desocupados, cerca de una asentamiento. 

Estos pibes se hacen cargo de situaciones familiares complicadas, en muchos casos son los únicos proveedores de sus hogares y se ocupan del cuidado de sus hermanos menores. Comparten la vida escolar en el trabajo . El año pasado uno de los chicos esperaba la salida de la escuela para ir a robar armado, junto a un amigo robaron a una carnicería, la policía los atrapó y los llevó al juzgado. Apenas se enteraron en la institución fueron hasta allí con la asistente social. El pibe era adicto, pudieron evitar que lo trasladasen al instituto de menores; lo enviaron a una granja de recuperación. Personal de la institución no le perdió el rastro, lo visitaban.

La escuela para los chicos es mucho más que una escuela, se escuchan comentarios como:”Nosotros zafamos con la escuela que tenemos”. No es sencillo sostener la posición institucional que se desea, el único lugar no negociable es el respeto por los chicos. Lo que se busca es producir espacios que los “obligue” a salir de la posición de sometimiento, de resignación o de agresión en laque se encuentran.

Las becas generan altas expectativas y mucha desilusión cuando no son otorgadas. No siempre se encuentran buenos interlocutores en la gestión superior.

Muchas de las percepciones sociales de las familias son muy autoritarias, en todas las casas hay algún policía.

Respecto a los docentes están agotados, lo que los salva es el compromiso con la realidad del pibe.


Cuarta escena: Ésta es una escuela diferente a las demás, para acceder, los chicos tienen que transitar muchas pruebas, pasar un examen de ingreso sumamente severo en simultáneo con la cursada de séptimo grado. El mandato familiar pesa y romper con una cadena de generaciones que egresaron del colegio también.

Se advierte que el 43% de los chicos que hacen el ingreso provienen de escuelas privadas.

Ser rector de una escuela como la que se describe es muy fácil, representa una gran ventaja disponer de una importante motivación de partida en los alumnos, la colaboración de otras unidades de la universidad, un presupuesto.

El eje del proyecto es la solidaridad, la compresión y el afecto; éstos son los grandes elementos distintivos que forman parte de la cultura institucional.

Los pibes de hoy sufren el desencanto, a medida que se acercan a quinto año crece la angustia por su futuro. La violencia circula en situaciones de diversa índole, en los gestos, en el trato entre ellos, en la agresión verbal, en el consumo de alcohol, y también de drogas, sin que signifique adicción, en los hechos de bulimia y anorexia, en la relación con los profesores. Se percibe mucha fragilidad en los vínculos familiares.

El proyecto más valioso de la escuela es el llamado Acción Solidaria, cuenta con el apoyo de los docentes, que no escatiman dedicación aún cuando los requerimientos exceden sus obligaciones. El aula es un reducto de arbitrariedades docentes, algunos discriminan y estigmatizan. No todos son respetuosos de los alumnos y esto tiene su contracara en la actitud de los pibes. El profesor que prepara sus clases, que viene a horario, que se compromete, aunque sea muy exigente, es respetado por los alumnos.

Se ha apoyado la creación del Centro de Estudiantes, éste espacio democratiza el funcionamiento de la escuela al igual que disponer de un Consejo Académico con representantes estudiantiles.

 

EPÍLOGO TODO LO SÓLIDO SE DESVANECE EN EL AIRE

Las páginas que se presentan a continuación resultan del impulso que ha provocado la lectura de todo el material. Lo interesante de un texto no es lo que dice sino lo que permite pensar. Recorrer las escrituras disparó una serie de ideas sobre las transformaciones de la escuela que se puede ordenar en cuatro ejes de discusión:

- La caída de una ilusión.

- El estallido de la representación,

- Los pliegues de la conflictividad social y

- La gestión como ética.


La caída de una ilusión

Lo que cae es el Estado-nación en su capacidad de imponer un orden simbólico y por ende la ilusión civilizatoria de la escuela que prometía formar un sujeto igual ante la ley, portados de una moralidad compartida alrededor de los valores nacionales, de participar del bien común.

¿Qué se ha instaurado en su lugar, qué es lo nuevo? Lo nuevo es que la potencia soberana del Estado se muestra impotente frente a los reclamos o estamos frente a un poder sin autoridad, todos somos responsables. La promesa del Estado parece haber sido sustituida por la promesa del mercado, allí todo está disponible: objetos, reconocimiento, credenciales.

La escuela cayó como ilusión forjadora de un sujeto universal pero además que la institución está suspendida en tanto no dispone de ninguna narrativa en la que anclar la constitución de lo social.

La caída de una ilusión podría contener alguna posibilidad si obliga a abandonar el hábito de pensar en las escuelas como entidades esenciales que deberán responder siempre a sus intenciones fundacionales.

Pero si esta caída arrastra otras, como la caída del otro, la caída de referencias en nombre de las que hablar, la caída del saber puede traer sufrimientos y rupturas sociales inéditas.

El estallido de la representación

Ser alumno en la etapa adolescente de acuerdo con las matrices culturales tradicionales sólo era compatible con la posición de ser hijo. El hijo y el alumno dependían del adulto, no tenían a nadie a cargo, su responsabilidad se reducía a la formación y en ocasiones al ocio, eran vistos como portadores de los mandatos del mundo adulto. A medida que crecía la escolarización descendía el trabajo en la población infantil.

Ser docente ya no resulta equivalente a autoridad académica sino que es evaluada por los alumnos quienes dictaminan su capacidad de enseñar por ejemplo dicen: “la clase es un despelote, el profe no pone límites, no escucha…”

La imagen del joven no es la única que estalla. La representación de lo que significa conducir una escuela también aparece dislocada. El rector ya no es aquel que en su indeclinable función de educar, moralizar hace caso omiso de lo que le acontece a los alumnos fuera del marco escolar. Se involucra, por ejemplo: junto a los profesores buscan nuevos modos de evitar que la institución se torne expulsiva.

Los pliegues de la conflictividad social

Castoriadis señala que el mayor problema de la época contemporánea es que ha dejado de ponerse a sí misma en tela de juicio. En el plano educativo esto supone dejar de pensar la escuela como institución y sólo pensar cada escuela en particular o cada contingencia en su territorio.

La ética de la gestión

Gestionar una institución supone un saber sobre la situación en la que se interviene. Lo interesante de una gestión se mide por la capacidad de crear condiciones para que algo se movilice en los sujetos y en las matrices culturales de la institución.

La gestión como ética orienta a pensar las escuelas como las instituciones capaces de habilitar que otras cosas, de otro orden puedan suceder. La ética está unida a la decisión.

Es un hacer apoyado en la capacidad de “leer” las situaciones y de decidir frente a su singularidad. La singularidad de una situación (violencia, embarazos) remite a modos de hacer, modos en que son dichas diversas situaciones.

La gestión como ética supone dejarse alterar por un problema implica moverse de lugar, desbordar las medidas usuales para analizarlo. El problema no está resuelto con el jardín maternal, hay mucho para pensar. Si la conflictividad es una interferencia, las opciones en relación con las madres adolescentes hubieran sido otras: multiplicar las clases de educación sexual para evitar futuros embarazos, sugerirles a las alumnas que rindan como libres, ampliar el margen de inasistencias justificadas.etc.

 

Hay algo insoslayable para hacer escuela y es la existencia de narrativas donde anclar sentidos; sin ellas podrá haber organización, capacitación, competitividad tecnológica, pero no escuela.



VALORACIÓN PERSONAL Silvia V. Benedetich

El texto muestra como la escuela y sus actores se ven atravesados por los distintos contextos, los jóvenes no son los mismos. La institución debe responder a esta realidad involucrándose para mejorar la situación, desde éste punto de partida la importancia de la gestión: no olvidar cuál es su principal objetivo manteniendo el rol pedagógico en tanto los proyectos construídos, ( para tratar los problemas) tengan capacidad de producir diferenciaen el sujeto y permita crear condiciones de cambio.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Línea de tiempo historia Argentina

Línea de tiempo historia Argentina. 1880: - Presidencia de Julio A. Roca.   ECONÓMICO  Implantación de una economia capitalista  - liberalismo económico (que se extiende hasta  1916) (Liberalismo Oligárquico)  Argentina se integra a la economía europea y al  mercado mundial  - Compradora de manufacturas y proveedora de  materias primas  La élite no se preocupa en invertir en la industria Por falta de inversiones locales las tareas de  infraestructura deben ser encaradas por el estado Modelo Agroexportador como régimen de acumulación Estado: papel de central en la formación de empresas  privadas nacionales y en la instalación de compañías  extranjeras   Inversiones Inglesas (bancos , ferrocarriles y frigoríficos)  POLÍTICO  finaliza el proceso de “construcción del Estado “ conservadurismo político  ideología positivismo (progreso y neutralidad – la clase  dominante garantía la neutralidad ya que era una clase  culta)   fraude electoral , características:  - Sistema: voto can

Lidia Fernández - Capítulo 1: El concepto de institución

Lidia Fernández - Capítulo 1: El concepto de institución El término “institución” se utiliza para aludir a ciertas normas que expresan valores altamente “protegidos” en una realidad social determinada. En general tienen que ver con comportamientos que llegan a formalizarse en leyes escritas o tienen muy fuerte vigencia en la vida cotidiana, como por ejemplo: la familia, el matrimonio, la propiedad privada, el tabú son, instituciones (están instituidas socialmente). A continuación, tres acepciones diferentes sobre el concepto de institución: 1) Institución como sinónimo de regularidad social, aludiendo a normas y leyes que representan valores sociales y pautan el comportamiento de los individuos y los grupos, fijando sus límites. Por ejemplo: la norma constitucional que establece la libertad y el derecho de enseñar y aprender; los programas vigentes; las leyes de educación, etc. El individuo actúa siempre dentro de grupos y organizaciones, las cuales sufren el efecto de dos tipos de reg

Barthes, Roland - “Significado y significante” y “Denotación y connotación”, en Elementos de semiología - Semiología - Cátedra: Arnoux

Barthes, Roland - “Significado y significante” y “Denotación y connotación”, en Elementos de semiología - Semiología - Cátedra: Arnoux Roland Barthes : Semiólogo francés de mediados del siglo XX. Estudió los signos no lingüísticos, los llamó signos semiológicos. Se apoyan en la concepción racional que anteriormente planteó Saussure . Barthes toma los conceptos de Saussure para poder basar la cultura. Además de los signos verbales y gráficos, existen signos gestuales, icónicos, etc. que se combinan con los lingüísticos también y se forman nuevos lenguajes; por ejemplo, el publicitario, el de la moda, las señales de tránsito, los gestos de cortesía, protocolo, etc., éstos producen significantes que relacionamos con significados pero no son signos lingüísticos, son gestos imágenes, dibujos, etc. Barthes tratará de pensar las características de la cultura como un gran y complejo sistema semiológico. No hay en éstos signo unidades distintivas, sino más bien sentido, Ej. En l