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Travi - CAZZANIGA: Trabajo social e interdisciplinas: la cuestión de los equipos de salud - CAVALLIERI, M. Silvina; (2008) “Repensando el..." MALLARDI. “La entrevista en..." - CARBALLEDA. “Hacia una discusión..." - IAMAMOTO, “intervención prof..." - Trabajo Social - Nivel de Intervención III - Cátedra: Bruno

Nivel de Intervención III - Bruno
Texto: Travi

El articulo está dividido en dos partes; en la primera se discute la construcción de los problemas sociales en relación a las demandas de intervención profesional; en la segunda parte se aborda la cuestión de la investigación diagnostica, el proceso planificador y el papel de la teoría en la definición de problemas.

1-La construcción de problemas sociales y las demandas de intervención profesional.
Cuando la intervención profesional tiene lugar a partir de una demanda, nos encontramos en primer lugar frente a un pedido. Un pedido de ayuda, de asesoramiento, enunciado a través de un discurso cuyo contenido incluye:
·         la evidencia de un problema o situación adversa.  
·         una interpretación respecto del problema.
·         un pedido de solución.
La evidencia de un problema suele ser percibida como que “algo no está bien”, el problema no solo es enunciado sino que “demanda,  ser atendido” es decir que se espera que después de ser enunciado, sea solucionado, y toda solución  es producto de un complejo proceso de interpretación y toma de decisiones, consiste en la construcción/definición del problema a resolver.
Los problemas no tienen vida propia dado que:                                                                                     
·         Por una pare existen en la medida que un sujeto los defina como tales.
·         Por otro lado dependen de la construcción del analista en la medida en que es él quien lo define clasifica explica y evalúa

Las instituciones como “constructoras de problemas”.
En nuestra disciplina (y en particular en Latinoamérica) la preocupación por la definición del objeto se inicia entre 1965 y 1970, en el marco del llamado Movimiento de Reconceptualizacion.
Margarita Roza (1999) “(…) que la determinación del objeto de intervención, no es una construcción puramente racional o producto de cierto ordenamientoempírico (…) sino en contraposición, entendemos esa construcción como un proceso teorico-paractico, en el sentido que toda intervención tiene una matriz teórica que la sustenta y un instrumental metodológico que le permite recrear dichos conceptos en la realidad social. Por lo tanto, realidad y conceptos se relacionan dialécticamente como construcción de un saber especializado y mediados por una metodología”.
Por un lado nos encontramos con ciertas prácticas y concepciones teóricas, “(…) que tienen una mirada estática porque fijan el problema como si tuviesen vida propia, sin ubicarlo dentro de un contexto más amplio.
Por otra parte existen muchas situaciones que afectan a la población, pero que no son reconocidas, o anunciadas como problemas, es decir a situaciones naturalizadas que buscan su problematización.
El principio básico en el que se baso la ayuda a los pobres, fue la “ineptitud para el trabajo” y junto con los inválidos, niños abandonados y ancianos, encontramos a las mujeres-madres. Hasta hace una década, prevaleció una noción del concepto de necesidad basada en la noción de carencia, de “falta de”. Las nociones anteriormente dichas fueron concitativas de la identidad de estos sujetos como beneficiarios legítimos de la asistencia ajustando la intervención profesional en una trampa sin salida.
Por otra parte, los objetivos rectores del ejercicio profesional se basan en una concepción de la persona como sujetos de derechos y apuntan fundamentalmente a su protagonismo y participación activa en la resolución de sus problemas.

2-La investigación diagnostica, la planificación y el papel de la teoría en la construcción-definición de problemas.
El punto de partida para el diseño de toda estrategia de intervención profesional, es la elaboración de un diagnostico y la investigación-construcción-definición de los problemas a abordar.
Todo diagnostico que pretenda aportar un conocimiento necesario suficiente y pertinente acerca de una dimensione de lo real, deberá contener por lo menos:
·         Una caracterización de la naturaleza y magnitud de los problemas que requieren atención, sin perder de vista su inserción en el contexto global.
·         Una evaluación de las acciones realizadas.
·         y un examen de la actuación de las fuerzas sociales.
El diagnostico debe aportar una visión orgánica y dinámica de los procesos sociales y sus determinaciones a fin de esclarecer la naturaleza y magnitud de los problemas a abordar. El diagnostico no puede limitarse a descripción de la existencia de los problemas, sino que debe identificar los actores y grupos sociales “afectados” o “involucrados”.La superación de esta cuestión implica, por lo menos el abordaje de dos cuestiones cruciales: concepción a cerca de la planificación, el problema de la producción de conocimientos y al papel de la teoría en la investigación.Para ello será imprescindible dejar de concebir la planificación como un conjunto de pasos mecánicos y revalorizar el papel de la teoría en la construcción-definición de los objetos de estudio e intervención desde un enfoque interdisciplinario y totalizador que imponga la noción de vigilancia epistemológica en todo el proceso de investigación e implementación de los programas y políticas sociales.De esta forma quizás podremos superar el hecho de concebir al diagnostico como un “procedimiento de rutina”, en el cual se presente un listado ya establecido de “datos objetivos”, para pasar a un enfoque que de cuenta de todos los aspectos asociados al problema, que permitan no solo un “fotografía” de la situación actual, sino que contribuya a hacer visibles los procesos que generan y legitiman la desigualdad.

Texto: CAZZANIGA.Trabajo social e interdisciplinas: la cuestión de los equipos de salud.
1)  Ante la complejizacion de la vida social, nace la necesidad de racionalización del saber de las prácticas sociales. Pensar un modo de dar respuesta,  un saber racional acerca de los medios que utilizamos. Las profesiones a medida que se van constituyendo respondiendo a necesidades y urgencias sociales, estructuran su objeto específico de intervención, y su campo disciplinar. Pero el peso de la hegemonía de las ciencias naturales continúan poseyendo influencia y van marcando el campo disciplinar de las profesiones y negando el carácter científico de las cs. Sociales, alegando que: no posee objetividad—que conlleva una multiplicidad de métodos—que posee dificultades internas para llegar a consensos.
A. Comte desde el positivismo, señala que posee el mismo status a las cs. Naturales ya que utiliza el método experimental. Los antipositivistas  reconocen diferencias epistemológicas con las cs. Sociales, pero comprende que la realidad social posee una naturaleza particular, que al igual que las cs. Naturales, hay una continua  existencia de  periodos de crisis en el espectro científico, que colocan en cuestión las leyes universales.
El TS se inserta entre el espacio público y privado, se trabaja para un sector social pero respondiendo a su condición de trabajador asalariado. Muchas veces y a solicitud del  empleador, se imprime nuestra labor una impronta de control social. Esto la enfrenta a nudos de gran complejidad que tensionan la práctica cotidiana. La criticada falta consenso respecto al objeto de intervención, desvelo ligado mas a la preocupación por el requerimiento de cientificidad hegemónica reinante, que a nuestras prácticas en especifico; trae aparejado una especie de condición de todólogos (un ts q se hace cargo de todo aquello que no es objeto  de intervención de los demás profesionales), como si el adjetivo social que tiene nuestro titulo habilitaría a resolver todo aquello que entraña marginación pobreza y exclusión. Debemos despejar teóricamente el concepto de lo social.
-La influencia del positivismo configura al TS como técnica, como un mero hacer, con buen manejo de técnica e instrumentos, donde la producción teorías son utilizadas solo como categorías cristalizadas sobre los sujetos. Colocando a los ts en una posición subsidiaria, levantando evidencias para diagnosticar el tipo de caso, considerándonos como buenos encuestadores. Por lo tanto hay una necesidad imperiosa de resignificar la naturaleza interventiva del ts.
-Otra: el TS no es una variante mejorada de la caridad y la filantropía, sino es una nueva práctica que nace en un momento específico de la historia (la consolidación del sistema capitalista) es una profesión con carácter racional y científico. En paralelo a esta crítica, se puede señalar la incidencia de otras prácticas que le son encomendadas a las mujeres (dada la construcción de género en una sociedad patriarcal), promovió un desplazamiento a nuestra profesión. Esto influyo a la disciplina, que desvirtúa el compromiso social asumido, donde nos cuesta poner límites a las demandas, aceptar de bajos salarios o quizá trabajar ad honorem. Esta homologación de prácticas termina por creer que cualquier persona con buenas intenciones puede ocupar nuestro lugar. Aquí el debate refiere con una diferenciación de ética, voluntarismo, voluntarismo o moral sacrificial.
Estos aspectos han influido en nuestras prácticas y sobre todo cuando se trabaja en equipos interdisciplinarios. A continuación se las reflexiones de la autora en referencias a los aspectos señalados anteriormente.
El concepto de lo social: por un lado si entendemos a lo social, como toda actividad o relación intersubjetiva que teje la vida colectiva, no existiría división tajante entre las prácticas profesionales e incluso entre las diferentes practicas científicas, ya que el trabajo y la producción que las mismas realizan son actividades sociales.  Insertas las actividades en una red de relaciones se intenta resolver diversas problemáticas vía intervención o investigación, estos resultados vuelven a esa red. Si consideramos lo social como un conjunto de prácticas en relacionadas con poblaciones con NBI, las cuales presentan obstáculos para su reproducción social, ese espacio que se articula como diferente, lo podríamos llamar lo social asistencial. Ese es nuestro campo de intervención pero se trata de un campo compartido con otros profesionales. Tratamos de hacer un recorte con una mirada particular desde nuestra perspectiva, posibilitando la construcción teórica del objeto de intervención surge a raíz de las condiciones de vida de los sujetos involucrados, es decir, emerge de una problematización teórica que se realiza con una referencia empírica, en este caso las condiciones de vida.
El concepto de la intervención social: el salto cualitativo para superar esa idea de que la disciplina es mera técnica, es reconocer que en cada intervención está presente una matriz teórica que opera en relación permanente con una intencionalidad. El método en todo caso es una mediación entre teoría y empíria que presenta una coherencia intrínseca. Es por ello que se necesita una revisión de las categorías que utilizamos, ponerlas en tensión con la realidad que abordamos, y buscar pertinencia de los instrumentos que utilizamos para no caer en una racionalidad instrumental. La intervención es un ejercicio de tensión, de re traducción permanente entre categorías teóricas y empíria.
Diferenciación entre ética y voluntarismo: se debe recuperar una postura ética pero no desde un lugar abstracto sino recuperar valores reconociendo las causas por la cual hay sectores que viven en condiciones de necesidad y asistencia que reinstala el tema de los derechos. En este sentido se despliega además de los saberes del profesional la dimensión política del ts.
2)  El tema de lo interdisciplinario, que es la conjunción  de lenguajes diferentes que hablan de cosas distintas en términos diferentes lo cual conlleva un gran esfuerzo para mancomunar todo ello que presenta dificultades.
-Dificultad de orden epistemológico dado la fuerte estructuración de la ciencia hegemónica, la limitación de los objetos de conocimiento e intervención que dificulta la interdisciplina que a veces es simplemente vista como interconsulta.
- Dificultad de orden administrativo que articula concepciones epistemológicas y políticas, dado las divisiones tayloristas que separan en aéreas o departamentos las profesiones (dpto. de servicio social, dpto. de psicología, dpto. de médico, etc.), que terminan configurando a ese nexo interdisciplinario como derivaciones.
- Dificultad de orden asimétrico-profesional, dado por la consolidación hegemónica de otras profesiones que han adquirido status científicos, que se refleja al interior de los equipos ya que por un lado están los que deciden y por otro, nosotros los chicos de los mandados.
Estas dificultades/obstáculos son de difícil remoción que amerita una fuerte autocritica entre todos los profesionales debemos hacer énfasis en diálogos profundos de saberes, respetando las especificidades pero teniendo como fin trabajar en forma complementaria. Los problemas sociales poseen una gran complejidad que se acentúan con las transformaciones de la actualidad, por lo cual ninguna profesión puede dar respuesta global _dice TentiFanfani.
3) Los equipos profesionales en el campo de la salud pública se encuentran atravesados por las transformaciones estructurales.
-En primer lugar los cambios de enfoque en un contexto neoliberal con políticas sociales focalizadas hacen que emerjan nuevas reglas de juegos pactadas  por los diferentes actores sociales en un sentido de integración interpelando la noción misma de sociedad.
-En segundo lugar y en consecuencia de lo anterior, se vive una especie de estallido al interior de las disciplinas, dado los recortes presupuestarios que dificulta el desarrollo del quehacer de los profesionales, justo momentos en el cual, las demandas son cada vez más diversificadas  surgiendo situaciones recalificadas  en tanto conflictividad y magnitud (malos tratos, violentaciones diversas, requerimiento de alimentos, etc.)
-En tercer lugar el vernos reflejado en ese otro estamos precarizados, sufrientes, angustiados, incorpora un plus subjetivo a una práctica de por si dificultosa.
La interdisciplina es un desafío a construir, como estrategia necesaria de intervención y de resistencia que potencia la posibilidad de abordajes de problemáticas súper complejas; que brinda también la contención del grupo de los profesionales tanto como la elaboración de alternativas políticas de conjunto.
4) El TS, transito por muchas experiencias buenas y otras frustrantes. Si bien la autora entiende que en ámbitos de APS, es difícil estructurar intervenciones comunitarias hay que reconsiderar nuestras estrategias de intervención en clave interdisciplinaria, e independiente de los espacios en los que trabajamos y de la presencia de otros profesionales.
Para sacar las prácticas sociales de las representaciones que posee la sociedad, debemos desplegar la capacidad de argumentar, demostrar la rigurosidad teórica, poseer una intervención responsable, nos posicionara de otra manera y posibilitara hacer uso ejercicio de poder, en fin recuperar  desde otro lugar al TS.
Si en caso que en nuestros espacios no se contare con otros profesionales, lo imperativo en este caso apuntaría lograr un buen trabajo interinstitucional. Es decir, trascender la mera articulación, hacia una construcción interdisciplinaria. Nuestra tradición en la elaboración de diagnósticos, los saberes acerca de la vida cotidiana, la relación directa con la población, etc., nos coloca en un lugar de privilegio para proponer y defender proyectos aun en épocas de retracción y fragmentación. Debemos ser propositivos, recuperar la voluntad política, sin  caer en la impotencia ni omnipotencia, para fortalecer la interdisciplina (que es lo que cuenta).


Texto: CAVALLIERI, M. Silvina; (2008) “Repensando el concepto de problemas sociales. La noción de situaciones problemáticas”; En Castronovo, Raquel y Cavalleri, M. Silvina; “Compartiendo notas. El Trabajo Social en la Contemporaneidad”; Colección Salud Comunitaria; Serie Prácticas Sociales.
Piensa la intervención profesional en relación a las “situaciones problemáticas” entendidas  por Cavallieri, como: a. “situaciones(retomando a Matus) -situación es dónde está situado algo, ese algo es el actor y la acción-; b. manifestaciones de la cuestión social: -expresiones de los antagonismos constitutivos del orden social capitalista, donde el trabajo social interviene como una de las formas de enfrentamiento, ligado al Estado y las políticas sociales-; c. interacciones entre dimensiones sociales, culturales, económicas, políticas, ideológicas; d. expresiones en las que coexisten aspectos subjetivos y objetivos: cavallieri dice que objeto y sujeto estan en una relacion de unidad compleja y contradictoria. Los sujetos son también a la vez sociales e individuales. Retoma el concepto de personajes sociales de marildaiamamoto; e. y el espacio de la particularidad: lo particular representa la mediación concreta entre los hombres singulares y la sociedad”.
Piensa la intervención del ts vinculado desde su génesis, como profesión, a las Pol sociales y el estado, como una de las formas de enfrentamiento a la cuestión social. El proceso de intervención en la realidad social supone la articulación entre conocimiento y acción y se concibe esta realidad social desde la perspectiva de totalidad, siguiendo a KarelKosik. Esta perspectiva confronta con la noción de “problema Social”, entendiendo que esta última “remite a la fragmentación y sectorización de lo social, (...) entendiendo a la cuestión social como efecto negativo del capitalismo, pero que es transitorio y superable dentro del mismo orden capitalista. De igual manera la denominación social viene acompañada de una subordinación a la esfera de lo económico y se parte de la idea de que una vez que es incorporado a la agenda del estado, será reabsorbido por las virtudes del propio sistema capitalista”
Para que las intervenciones profesionales adquieran a su vez otra dimensión (distanciándose de prácticas fragmentarias, inmediatas y rutinarias) desarrolla la articulación entre las dimensiones de lo universal-particular y singular.
La universalidad da cuenta de las grandes determinaciones y leyes tendenciales de un complejo social dado: relaciones sociales de producción, leyes de mercado, relación estado y sociedad civil. Pol econ y sociales y su articulación, relacion capital trabajo.es necesario capturar en la propia cotidianidad la interferencia de fuerzas, leyes sociales, percibiendo su concreción y visibilidad.
Singularidad es la expresión de los objetos en sí, nivel de existencia inmediata, aparente, fenoménica. Nuestra intervención también está atravesada por esto aparentemente todo se reduciría a una posible demanda que se nos presenta y una posible respuesta en el marco de la institución en la q ejercemos.
Lo particular es un campo de mediaciones. (def puesta arriba) La particularidad de la vida humana esta compuesta de la singularidad de los hechos irrepetibles y saturada de universalidad, que es la legalidad q articula e impulsa la totalidad social.
“Es un espacio donde la legalidad universal se singulariza y la inmediaticidad de los singular se universaliza”
Después desarolla y conceptualiza que se entiende por: realidad; cuestión social; intervención profesional (cuando piensa en la intervención piensa la articulación entre conocimiento y acción, poniéndose en relación diferentes dimensiones, como la operativa metodológica, la ético política y la operativa instrumental. Coincide con Margarita, la intervención no tiene entidad propia ya que estas atravesada por diferentes dimensiones, relacionadas con diferentes procesos. Toma a Pontes que plantea una matriz de 4 aspectos para que las acciones estén dentro del estatuto profesional: teoría social; proyecto de sociedad; proyecto profesional e instrumental teórico-técnico operativo); el trabajo social como una de las formas de enfrentamiento a la cuestión social.


Texto: MALLARDI. “La entrevista en los procesos de intervención profesional del trabajo social”
La intervención socio-educativa en el trabajo social                                                                                    
Al considerar la compresión activa como un momento central en la realización de la entrevista, esta última no se reduce a la sola escucha de lo que el usuario dice.  Desde una postura instrumental, la información obtenida puede utilizar solo para determinar si se asigna o no un recurso, o si se lo incluye al entrevista en un programa. Sin embargo la inclusión de los planteos bajtinianos, ubicados dentro de la corrientes marxista, nos han permitido visualizar como el encuentro dialógico d la entrevista s constituye en un espacio complejo, en donde se produce una lucha de significados entre la ideología cotidiana del usuario y la reconstrucción analítica que el profesional realiza de la situación que le presenta el entrevistado. Guiados por la perspectiva dialógica, la intervención socio-educativa debe implicar la búsqueda de una síntesis entre la reconstrucción analítica que el profesional realiza de la situación con la ideología cotidiana del sujeto entrevistado.
Analizando los procesos de intervención, Netto plantea que la misma abarca dos niveles de legitimación profesional. Por un lado, ubica la intervención material, mientras que, por el otro, menciona la dimensión educativa o socioeducativa. MarildaIamamoto plantea que si bien los servicios sociales son la base material de la intervención profesional, el trabajador social conjuntamente realiza una intervención de cuño educativo.
En realidad, por la mediación de la prestación de servicios sociales el asistente social interfiere en las relaciones sociales que forman parte del cotidiano de su “clientela”. Esta interferencia se da particularmente por el ejercicio de la dimensión socioeducativa (y político/ideológica) de la profesión que puede asumir un carácter de encuadramiento disciplinador destinado a moldear al “cliente” en relación a su forma de inserción institucional y en la vida social, o puede dirigirse a fortalecer los proyectos y las luchas de las clases subalternas.
Andrea Oliva analiza las funciones del Trabajo social en el marco de las contradicciones y polarizaciones que caracterizan a la profesión, las tendencias se polarizan entre una educación de control/reproducción y una tendencia a la lucha/cambio social, caracterizando a la primera por su intención de adaptar a las personas al orden establecido, mientras que en la segunda tendencia el profesional puede impulsar a los usuario/pobladores a reclamar, poniendo en conocimientos sus derechos, haciéndolos participes e impulsores de procesos que tiendan a luchas reivindicativas.
Consideramos importante la intervención socioeducativa profesional, la cual no consiste, desde nuestra postura, en la trasmisión de conocimientos que el otro debe adquirir acríticamente, sino en promover en el sujeto entrevistado una actitud crítica frente a su realidad, cuestionándola y repensando sus condiciones materiales de existencia en sí mismas y como se relacionan con la totalidad en la cual se inscriben.
Consideramos limitado pensar la intervención profesional en la entrevista destinada a facilitar información, en la cual se orienta a las personas acerca del procedimiento de u servicio, ya que se estaría pensando al profesional como un rol similar a una guía de recursos.
Consideramos que en el procesos de la entrevista los limites y posibilidad de la intervención socioeducativa deben encontrase en la compresión que el entrevistador realiza de la visión que el sujeto entrevistado tienen de su realidad.
Consideramos oportuno retomar el concepto bajtiniano de compresión activa, ya que la misma se caracteriza porque el que comprende ejerce un rol activo, creativo, en la medida de que desde su posicionamiento construye interrogantes al interlocutor a fin de que éste busque nuevas posibilidades de sentido a su realidad. Este concepto, implica, que en el proceso de la entrevista, se supera la sola escucha y se llega al diálogo entre los interlocutores. Paralelamente, se encuentra dos valoraciones distintas sobre la misma realidad, produciéndose una lucha de significados entre os interlocutores.  En este momento nos aproximamos a la ideología cotidiana del sujeto entrevistado, la cual se vincula con las distintas ideologías coexistentes en el contexto social del mismo. A partir de dicha aproximación, llegamos a comprender cómo el sujeto entrevistado vivencia la situación que es motivo de la entrevista, debiendo identificar, siguiendo a bajtín, el grado de conciencia, teniendo como polos la vivencia-yo ya vivencia-nosotros. Posterior a este proceso de identificación consideramos que la práctica educativa implica dialogar procurando alcanzar un grado mayor de esa conciencia crítica en torno a la vivencia en cuestión. Ellos implica la vinculación de la situación del entrevistado con aquella vivida por la clase trabajadora, en donde se explicite la relación existen entre la situación que el entrevistado está atravesando con los derechos históricamente conquistados por la clase mencionada.
La intervención socioeducativa debe tener la intención de que el sujeto reflexione sobre la problemática que lo afecta en ese momento, ya través del proceso dialógico, pueda aproximarse a la comprensión de las causas que generan dicho problema, lo que implica pensarlo como el producto de relaciones concreta, en las cuales él juega un papel activo.
En oposición a las prácticas institucionales en las cuales los servicios sociales son pensados desde la carencia, consideramos que la intervención socieducativa debe procurar fortalecer el conocimiento de los mecanismo institucionales y extra-institucionales por los cuales el sujeto entrevistado puede actuar en post de que se garantice la satisfacción de sus derechos, es decir, se debe incentivar el fortalecimiento de los procesos de subdeterminación popular.


Texto: CARBALLEDA. “Hacia una discusión acerca de las características y necesidades actuales de supervisión. Lo social, la intervención y la supervisión”.
La labor de supervisar se relacionaba con verificar el desarrollo de una práctica dentro de un esquema entendido como el más correcto para ésta.
La supervisión se construía desde una mirada más orientada a corregir o mejorar una determinada forma de hacer, si se quiere, más emparamentada con un formato técnico, que poseía actividades, objetivos y acciones claramente predeterminados.
En la actualidad, las demandas de supervisión se orientan más hacia una revisión reflexiva de la intervención, dado que la mirada técnica no alcanza a abarcar la complejidad de los problemas sobre los cuales se trabaja.Estos temas se expresan con claridad en una época caracterizada por las desigualdades sociales, la fragmentación de la sociedad, los escenarios turbulentos, cambiantes y quebrantados, la emergencia de nuevos actores y la presencia del futuro como un fantasma asociado con la incertidumbre.
A partir de la creciente complicación de los diferentes escenarios de la intervención en lo social se generan una nueva perspectiva en el campo de la supervisión.
Estos hechos marcan el nivel de vulnerabilidad de los procesos de subjetivación. Como expresión de estas cuestiones se construyen nuevas subjetividades sin anclaje en el todo social, producidas por la falta de expectativas individuales y colectivas.
Diálogo, significa conversación, es decir una discusión organizada, donde participan iguales con puntos de vista diferentes. El diálogo en la antigua Grecia, era relacionado con la crítica, esta visión del diálogo se entrelaza con la mayéutica, entendida como el arte de dar a luz, encontrar el conocimiento sobre algo que era necesario develar. De ahí que el diálogo sea sinónimo de confrontación de diferentes visiones del mundo traducidas en conocimiento.
La supervisión se orienta, especialmente a partir de las demandas contextuales y la complejidad de las prácticas, hacia un proceso de análisis de la intervención incluyendo diferentes atravesamientos contextuales, institucionales, técnicas y metodologías en diferentes circunstancias
La supervisión involucra una re-visión de la práctica tanto dentro de la esfera de ésta, como en su impacto exterior.
La supervisión como procesos de análisis sobre la intervención, es una re-visión, también de la “trayectoria” de la práctica desde una perspectiva reflexiva.
El sentido, entendido como finalidad de la supervisión se construye desde la complejidad de las diferentes expresiones de la cuestión social.
La supervisión se transforma en un espacio de elaboración de nuevas preguntas. Estos interrogantes se presentan como cuestiones organizadas en un encuadre de clasificación y tratamiento de la información con posibilidad de favorecer la creatividad y otorgar un carácter reflexivo a la práctica cotidiana en diálogo con otros campos de saber y conocimiento.
La supervisión se torna de este modo en una forma de transmisión reflexiva de las diferentes modalidades de intervención ligadas a disímiles marcos compresivos explicativos.
La supervisión se transforma en un “hacer ver”, hacia la formación profesional, al equipo de trabajo, las certezas e incertidumbres desde las referencias con las cuales se opera.
La supervisión abre el camino hacia la elucidación, desde un matiz reflexivo, que permite problematizar el hacer cotidiano. Tanto desde las diferentes gamas teóricas o paradigmáticas desde donde “se está haciendo”, hasta la revisión crítica de las matrices conceptuales que se utilizan.
La posibilidad de re-pensar la intervención, conlleva una serie de expectativa y posibilidad, que interactúan estrechamente en la relación de ésta con la ética. Donde la reflexión ética, en tanto deliberación, es sinónimo de responsabilidad. La reflexión implica entender a la intervención como forma de generar decisiones responsables.
La supervisión invita a retomar el concepto de “deliberación”, pensar, reflexionar, en este caso alrededor de los argumentos y justificaciones que sostienen la práctica cotidiana. “ser responsable significa ser capaz (no olvidemos: tener poder) tanto de dar respuesta a la pregunta acerca del porqué de nuestras decisiones y acciones, así como hacernos cargo de sus consecuencias.”

Texto: IAMAMOTO, “intervención profesional frente a la actual cuestión social”
Trabajo social (TS): es una especialización del trabajo en la sociedad, que depende de las relaciones entre el estado y la sociedad civil, dentro de una dinámica tensa y conflictiva de distintos intereses de clase en nuestra sociedad.
El/la Trabajador/a Social No es un profesional liberal en nuestra sociedad. Es un trabajador asalariado que vende su fuerza de trabajo al Estado, empresas privadas, entidades filantrópicas, ong. El TS se produce cuando es socialmente necesario, que produce servicios, que atiende a las necesidades sociales y tiene una utilidad social. Participamos del proceso de la producción/distribución de la riqueza. A nivel del Estado el TS participa de la distribución del fondo público, de la riqueza social, desde ese lugar su trabajo consta de la defensa y realización de los derechos sociales, de la ciudadanía, de la gestión de lo público.  Desde acá puede; contribuir en la democratización del poder, construcción de una contrahegemonia al interior de las relaciones de clase, o de lo contrario, puede reforzar las estructuras de poder preexistentes. De este modo nuestra intervención está situada en el denominado campo Teórico Metodológico. El TS es una profesión que tiene una dimensión política, pero la realizamos a partir de nuestra inserción en el mercado de trabajo, porque dependemos de nuestro trabajo para sobrevivir. No debemos confundir la profesión con una militancia política. Nuestra categoría es plural, y tenemos que aprender  a convivir con las diferencias.
El TS a partir de la producción  y reproducción de la vida social, se vuelca a la producción y reproducción de la vida material y subjetiva. Es la reproducción de convivencia humana, de relaciones entre individuos, grupos de clases sociales, que involucran poder. Esta son relaciones de lucha, de confrontación entre segmentos sociales que no tienen intereses idénticos. Tienen en el Estado la expresión condensada de la trama del poder vigente en la sociedad. Se debe actuar en la producción y reproducción de las relaciones sociales, abarcar formas de pensar, formas de conciencia, subjetividad, por medio de las cuales se aprende, se explica la vida en sociedad. Tenemos que recuperar una concepción de Totalidad que rechaza las visiones economicistas o solo politicistas o solo culturalista, que segmentan divisiones de la vida que no son separadas.
Para pensar en el TS tenemos que superar las trampas del teoricismo, del politicismo y el tecnicismo. Nuestro desafío de intervención es triple:
·         Dotarnos de una base TEORIO-METODOLOGICO, que nos de seguridad para otorgar una dirección a nuestro trabajo.
·         Dimensión ETICO-POLITICO, que supone conocimientos, elección de valores. Permite neutralizar la alienación típica del trabajo asalariado, para los sujetos que lo realizan.
·         Competencia TECNICO-OPERATIVA de elecciones de estrategias de acción que requiere un conocimiento de las condiciones y las relaciones en el trabajo en el cual estamos insertos.
Pensar que somos trabajadores asalariados, y por eso nuestra intervención tiene límites, ya que quienes nos contratan establecen algunas demandas para nuestro trabajo. Pero la población también tiene demandas, que son distintas. Dentro de este campo de tensiones es que nosotros, como TS,  tenemos una RELATIVA AUTONOMIA, de definir direcciones para nuestra acción, definir prioridades y formas de encaminarlas.
El TS se sitúa en el campo POLITICO-IDELOGICO, que tiene dimensiones de control social, de difusión de ideologías oficiales hacia los trabajadores. Pero también puede tener otra dirección, dirigida a efectuar los derechos, a la construcción de una cultura de lo público, al ejercicio de las prácticas democráticas. Tenemos que desarrollar una reflexión TEÓRICA TÉCNICA para superar el tecnicismo.
Para pensar el trabajo del TS, debemos pensar también en los medios que tenemos para realizarlo, en la materia prima que queremos modificar y la cuestión social. De esta manera la institución es condición de trabajo, es nuestro reto trabajar en los límites existentes.
La investigación es parte de nuestro trabajo, para intervenir y cambiar algo debemos conocer, de lo contrario caemos en la burocracia. Tenemos que tener dominio de las problemáticas y conocer el punto de vista de los sujetos, de las informaciones sobre la problemática social, de la expresión de la cuestión social con la cual trabajamos. Nuestra intervención interfiere en lo material de la vida de la gente y también en cuestiones propiamente sociales que no son visibles inmediatamente. Podemos estar contribuyendo a la concentración o a la participación en el poder. Tiene resultados en el campo de la reproducción de la fuerza de trabajo, en la viabilidad de servicios sociales, tiene resultados en una dimensión  SOCIO-EDUCATIVA que interfiere en hábitos, modos de pensar, comportamientos de los individuos en sus relaciones cotidianas.
Esta perspectiva permite integrar lo que está aislado: las técnicas, las instituciones, la cuestión social. La intervención que es el trabajo en un contexto más integral. No podemos pensar nuestra intervención más allá de nuestra condición de trabajo, de nuestra relación de trabajo. El sector público estatal es el mayor empleador de los TS. Debemos diferenciar al 1° sector (Estado), 2° sector (Mercado) y 3° sector (la Sociedad Civil). En este último sector no quedan claro las instituciones y sus intereses, ya que quedan excluidos los partidos políticos, los sindicatos, las entidades de representación de los trabajadores, las cooperativas. Logrando una despolitización de la sociedad civil, dejando de lado los intereses existentes. La sociedad pasa a ser leída desde la óptica de una gran comunidad homogénea.  A partir de la descentralización de las políticas públicas, las empresas tuvieron mayor protagonismo, la llamada “filantropía empresarial”, las empresas saben que la inversión social es tan importante para sus negocios como los precios y la calidad. Para que las grandes empresas tengan préstamos públicos, tienen que tener proyectos sociales, ejemplo: abrir centros de salud, escuelas, etc. Moviendo la lógica del interés privado y no del interés público, imponiendo una selectividad del acceso, logrando una mercantilización de los servicios sociales de compra y venta. En este escenario nuestra intervención profesional cambia de significado social, ya que dejamos de viabilizar derechos sociales para todos.  La esfera pública es más que el Estado, incluye la representación de intereses colectivos en la escena pública, de modo que pueden ser confrontados, negociados, explicitando los conflictos.




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Lidia Fernández - Capítulo 1: El concepto de institución El término “institución” se utiliza para aludir a ciertas normas que expresan valores altamente “protegidos” en una realidad social determinada. En general tienen que ver con comportamientos que llegan a formalizarse en leyes escritas o tienen muy fuerte vigencia en la vida cotidiana, como por ejemplo: la familia, el matrimonio, la propiedad privada, el tabú son, instituciones (están instituidas socialmente). A continuación, tres acepciones diferentes sobre el concepto de institución: 1) Institución como sinónimo de regularidad social, aludiendo a normas y leyes que representan valores sociales y pautan el comportamiento de los individuos y los grupos, fijando sus límites. Por ejemplo: la norma constitucional que establece la libertad y el derecho de enseñar y aprender; los programas vigentes; las leyes de educación, etc. El individuo actúa siempre dentro de grupos y organizaciones, las cuales sufren el efecto de dos tipos de reg

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Barthes, Roland - “Significado y significante” y “Denotación y connotación”, en Elementos de semiología - Semiología - Cátedra: Arnoux Roland Barthes : Semiólogo francés de mediados del siglo XX. Estudió los signos no lingüísticos, los llamó signos semiológicos. Se apoyan en la concepción racional que anteriormente planteó Saussure . Barthes toma los conceptos de Saussure para poder basar la cultura. Además de los signos verbales y gráficos, existen signos gestuales, icónicos, etc. que se combinan con los lingüísticos también y se forman nuevos lenguajes; por ejemplo, el publicitario, el de la moda, las señales de tránsito, los gestos de cortesía, protocolo, etc., éstos producen significantes que relacionamos con significados pero no son signos lingüísticos, son gestos imágenes, dibujos, etc. Barthes tratará de pensar las características de la cultura como un gran y complejo sistema semiológico. No hay en éstos signo unidades distintivas, sino más bien sentido, Ej. En l