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Weber - "El espíritu del capitalismo" - Seminario de Informática y Sociedad - Cátedra: Ferrer

Weber - "El espíritu del capitalismo" - Seminario de Informática y Sociedad - Cátedra: Ferrer


Punteo

·         Retoma los principios de Benjamín Franklin sobre el espíritu del capitalismo.

o    Se caracteriza por el ideal del hombre honrado digno de crédito y la idea de una obligación por parte del individuo frente al interés de aumentar su capital.

o    La moralidad es útil porque proporciona crédito.

o    Podría bastar con la apariencia de honradez.

o    Las virtudes son tales solo si benefician al individuo (utilitarismo).

o    Íntima conexión con ideas religiosas.

§  La ganancia representa el resultado y la expresión de la virtud en el trabajo.

·         El capitalismo actual educa y crea por la vía de la selección económica de los sujetos.

o    El empresario moderno utiliza el salario a destajo para obtener el máximo rendimiento de sus trabajadores.

o    Pero el rendimiento del trabajo desciende cuando el salario no basta para satisfacer las necesidades fisiológicas del obrero.

·         La educación religiosa ofrece la más favorable coyuntura para una educación económica.

o    Actitud de “sentirse obligado” al trabajo.



·         El sistema de la economía de satisfacción de las necesidades parece coincidir con el tradicionalismo económico.

o    Este último se basa en el género tradicional de vida, la ganancia tradicional, la medida tradicional del trabajo.

·         El espíritu capitalista no se introdujo de manera pacífica.

·         El tipo ideal de empresario capitalista presenta rasgos ascéticos

o    Aborrece la ostentación, el lujo inútil.

o    Le repugna aceptar los signos externos del respeto social de que disfruta, porque le son incómodos.

·         La concepción del enriquecimiento como un fin en sí obligatorio para el hombre contradecía el sentimiento ético de épocas enteras de la historia.

o    El empresario del nuevo estilo se siente  obligado a integrarse en la categoría de “profesión”, único fin aparente de enriquecimiento.

o    Proceso de racionalización en la esfera de la técnica y la economía influye sobre el ideal de vida burguesa.

o    La economía se ordena al éxito económico.

 

Los fundamentos religiosos del ascetismo laico.

·         El dogma característico del calvinismo es el de la predestinación.

o    Dios ha destinado a unos hombres a la vida eterna y sentenciado a otros a la eterna muerte.

o    A los primeros los hace optar por lo que es bueno, a los otro los pone en relación con objetos de los que su corrupción hace una ocasión de pecado.

o    Se agradece todo a la acción de un poder objetivo y nada al propio valer.

o    Suponer que el mérito o la culpa humanas colaboran en el destino significaría pensar que los decretos eternos de Dios podían ser modificados por obra del hombre, lo que es absurdo.

o    Abandono de la posibilidad de una salvación eclesiástico-sacramental era el factor decisivo frente al catolicismo.

o    Insistencia en no confiar demasiado en la ayuda y la amistad de los hombres,

§  Dios debe ser el único confidente del hombre, por eso desapareció la confesión privada.

§  Aislamiento interior.

o    El mundo está exclusivamente destinado para honrar a Dios.

·         Carácter utilitarista de la ética calvinista.

o    Calvino se sentía “instrumento” de Dios.

·         Estaba el problema de constatar el estado de gracia del propio individuo.

o    Se plantea como un deber considerarse elegido, puesto que la poca seguridad de sí es consecuencia de una fe insuficiente.

§  Necesidad de recurrir al trabajo profesional incesante como modo de ahuyentar la duda religiosa y de obtener la seguridad del propio estado de gracia.

o    El hombre puede asegurarse su estado de gracia sintiéndose o recipiente o instrumento del poder divino,

§  en el primer caso, su vida tenderá a cultivar el sentimiento místico,

§  en el segundo, propenderá al obrar ascético. 

o    Las buenas obras no sirven para alcanzar la bienaventuranza, pero son indispensables como signos de la elección, constituyen un medio técnico para desprenderse de la angustia.


·         La metodización de la vida humana es la base del extraordinario poder liberador del ascetismo.


Resumen 1

El espíritu del capitalismo

Retoma los principios de Benjamín Franklin sobre el espíritu del capitalismo. Se caracteriza por el ideal del hombre honrado digno de crédito y la idea de una obligación por parte del individuo frente al interés de aumentar su capital. La moralidad es útil porque proporciona crédito. Podría bastar con la apariencia de honradez. Las virtudes son tales solo si benefician al individuo (utilitarismo). Íntima conexión con ideas religiosas. La ganancia representa el resultado y la expresión de la virtud en el trabajo. El capitalismo actual educa y crea por la vía de la selección económica de los sujetos. El empresario moderno utiliza el salario a destajo para obtener el máximo rendimiento de sus trabajadores. Pero el rendimiento del trabajo desciende cuando el salario no basta para satisfacer las necesidades fisiológicas del obrero. La educación religiosa ofrece la más favorable coyuntura para una educación económica. Actitud de “sentirse obligado” al trabajo. El sistema de la economía de satisfacción de las necesidades parece coincidir con el tradicionalismo económico. Este último se basa en el género tradicional de vida, la ganancia tradicional, la medida tradicional del trabajo. El espíritu capitalista no se introdujo de manera pacífica. El tipo ideal de empresario capitalista presenta rasgos ascéticos. Aborrece la ostentación, el lujo inútil. Le repugna aceptar los signos externos del respeto social de que disfruta, porque le son incómodos. La concepción del enriquecimiento como un fin en sí obligatorio para el hombre contradecía el sentimiento ético de épocas enteras de la historia. El empresario de nuevo etilo se siente  obligado a integrarse en la categoría de “profesión”, único fin aparente de enriquecimiento. Proceso de racionalización en la esfera de la técnica y la economía influye sobre el ideal de vida burguesa. La economía se ordena al éxito económico.

Los fundamentos religiosos del ascetismo laico.
El dogma característico del calvinismo es el de la predestinación. Dios ha destinado a unos hombres a la vida eterna y sentenciado a otros a la eterna muerte. A los primeros los hace optar por lo que es bueno, a los otro los pone en relación con objetos de los que su corrupción hace una ocasión de pecado. Se agradece todo a la acción de un poder objetivo y nada al propio valer. Suponer que el mérito o la culpa humana colaboran en el destino significaría pensar que los decretos eternos de Dios podían ser modificados por obra del hombre, lo que es absurdo. Abandono de la posibilidad de una salvación eclesiástico-sacramental era el factor decisivo frente al catolicismo. Insistencia en no confiar demasiado en la ayuda y la amistad de los hombres, Dios debe ser el único confidente del hombre, por eso desapareció la confesión privada. Aislamiento interior. El mundo está exclusivamente destinado para honrar a Dios. Carácter utilitarista de la ética calvinista. Calvino se sentía “instrumento” de Dios. Estaba el problema de constatar el estado de gracia del propio individuo. Se plantea como un deber considerarse elegido, puesto que la poca seguridad de sí es consecuencia de una fe insuficiente. Necesidad de recurrir al trabajo profesional incesante como modo de ahuyentar la duda religiosa y de obtener la seguridad del propio estado de gracia. El hombre puede asegurarse su estado de gracia sintiéndose o recipiente o instrumento del poder divino, en el primer caso, su vida tenderá a cultivar el sentimiento místico, en el segundo, propenderá al obrar ascético.  Las buenas obras no sirven para alcanzar la bienaventuranza, pero son indispensables como signos de la elección, constituyen un medio técnico para desprenderse de la angustia. La metodización de la vida humana es la base del extraordinario poder liberador del ascetismo.



Resumen 2

Clase
Concepto central: Racionalidad técnica

¿Acaso la idea de técnica se hizo aliada, en algún momento de la historia, de la dominación?
La respuesta lleva a la concepción moderna de técnica, al modo en que esta razón práctica en la Modernidad está anclada en lo que Weber llamó razón de acuerdo a fines. 

Desde la perspectiva weberiana, la técnica es uno de los modos de la razón de acuerdo a fines en el que priman criterios de eficiencia, éxito, rentabilidad y productividad.

El argumento central para poder pensar por qué el capitalismo se da en la Modernidad de esta manera y no de otra, tiene que ver con una especie de pasaje o de desplazamiento entre una primera acción de acuerdo a valores, que suponía sólo en principio un segundo plano una acción de acuerdo a fines. 

La ética protestante de la profesión y del trabajo estaba ligada a ciertos fines. Pero estos fines estaban sustentados por valores. Con el paso del tiempo, el capitalismo moderno ha devaluado esta acción con respecto a valores y ha dejado del par valores-fines sólo estos últimos. Por tanto ha dado vía libre a especulaciones, lo que posibilita el desarrollo posterior del capitalismo. 

Ya para el XVIII la acción con arreglo a valores, conducta económica del protestantismo, se había diluido considerablemente.  

Cuando explica el nacimiento del capitalismo en función de la ética del trabajo y de la profesión protestante (sobre todo la ética calvinista y metodista) está tratando de mostrar hasta dónde es posible rastrear el origen de un tipo particular de conducta económica. 

En los orígenes del capitalismo esa conducta está basada en algo más que el afán de lucro y rentabilidad, incluye ciertos valores ligados al lugar del hombre en la tierra en tanto “administrador de los bienes de Dios”, valores relacionados con la teoría calvinista y metodista de la predestinación. 

El surgimiento del capitalismo moderno está directamente relacionado con esa racionalización técnico-económica, porque se trataría de un tipo de racionalización particular que no se había dado en otros lugares o en otras épocas. Sostiene, sin embargo, que siempre existieron distintas racionalizaciones, entendiendo por racionalización el hacer ver algo como racional. 

Para el autor todas las esferas de la vida en la Modernidad se han racionalizado y el punto de vista de esta R es la utilidad. A lo largo del texto se habla de U, rendimiento, eficacia, eficiencia: todos criterios que hoy atribuimos a la técnica moderna. 

La ciencia y la técnica sí progresan. En la Modernidad hay una escisión entre las 3 esferas de la cultura: científico-técnica, artística y moral o ética. En este proceso el progreso C-T deja de lado los principios éticos y estéticos que lo acompañaban y la razón se convierte en razón instrumental.

Texto
“El espíritu del capitalismo”

Principios de Benjamin Franklin sobre el “espíritu del capitalismo”, 1736:
-Piensa que el tiempo es dinero
-Piensa que el crédito es dinero
-Piensa que el dinero es fértil y reproductivo. El dinero puede producir dinero, la descendencia puede producir todavía más y así sucesivamente
-Un  buen pagador es dueño de la bolsa de cualquiera. El que es conocido por pagar puntualmente en el tiempo prometido, puede recibir prestado en cualquier momento todo el dinero que sus amigos no necesitan.
-Nada contribuye tanto a hacer progresar en la vida a un joven como la puntualidad y la justicia en todos sus negocios
-Has de procurar siempre que te acuerdas de tus deudas, has de procurar aparecer siempre como un hombre cuidadoso y honrado, con lo que tu crédito irá en aumento
-Guárdate de considerar como tuyo todo cuanto posees y de vivir de acuerdo a esa idea. Para preservarte de ese peligro, lleva cuenta de tus gastos e ingresos

Lo característico de esta “filosofía de la avaricia” es el ideal del hombre honrado digno de crédito y la idea de una obligación por parte del individuo frente al interés de aumentar su capital. Aquí se enseña una ética peculiar, cuya infracción constituye no sólo una estupidez, sino un olvido del deber. Se enseña la “prudencia en los negocios”.

Todas las máximas morales de Franklin han sido desvirtuadas en sentido utilitarista: la moralidad es útil porque proporciona crédito; lo mismo ocurre con la puntualidad, la diligencia, moderación. 

Todas aquellas virtudes sólo lo son en cuanto benefician concretamente al individuo. 

La ganancia no es un medio para la satisfacción de necesidades vitales materiales del hombre, sino que más bien este debe adquirir, porque tal es el fin de su vida. Hay una inversión en la relación entre el hombre y el dinero, para el capitalismo esto es algo natural.

La ganancia de dinero representa, dentro del orden económico moderno, el resultado y la expresión de la virtud en el trabajo, y esta virtud constituye el auténtico alfa y omega de la moral de Franklin.

El orden económico capitalista actual es como un cosmos extraordinario en el que el individuo nace y al que, al menos como individuo, le es dado como un edificio prácticamente irreformable, en el que ha de vivir, y al que impone las normas de su comportamiento económico, en cuanto que se halla implicado en la trama de la economía. 

El empresario que de modo permanente actúa contra estas normas, es eliminado indefectiblemente de la lucha económica; del mismo modo el trabajador que no sabe o no puede adaptarse a ellas, se encuentra arrojado a la calle, para engrosar las filas de los sin trabajo. 

El capitalismo actual, señor absoluto en la vida de la economía, educa y crea por la vía de la selección económica los sujetos (empresarios y trabajadores) que necesita.

Sin embargo, este espíritu capitalista ha tenido que imponerse en una lucha difícil contra un mundo de adversarios poderosos. No se introdujo de modo pacífico, una ola de desconfianza, odio y de indignación moral envolvió de ordinario a los primeros innovadores. Y no es que en las épocas precapitalistas no se conociera el “impulso adquisitivo”. 

Precapitalismo: se refiere a que todavía la utilización industrial racionalizada del capital y la organización racional del trabajo no eran las fuerzas dominantes que orientaban la actividad económica. Es esta conducta uno de los más potentes obstáculos psicológicos con los que hubo que luchar en todas partes para la adaptación del hombre en los supuestos de una economía capitalista y burguesa ordenada. 

La mentalidad y conducta del precapitalismo se puede designar “tradicionalista”, lo que el hombre quiere por naturaleza no es ganas más y más dinero, sino vivir pura y simplemente, como siempre ha vivido, y ganar lo necesario para seguir viviendo. 

Al hombre precapitalista le resulta inconcebible y misterioso, sucio y despreciable que alguien pase su vida trabajando, guiado por la sola idea de bajar un día a la tumba cargado de dinero.

La nueva mentalidad es producto de un largo y continuado proceso educativo. Esta mentalidad aspira a obtener un lucro ejerciendo sistemáticamente una profesión y encontró su realización más adecuada en la moderna empresa capitalista.

Una de las propiedades de la economía privada capitalista es estar racionalizada sobre la base del más estricto cálculo, el hallarse ordenada, con plan y austeridad, al logro del éxito económico, en oposición al estilo de vida del campesino que vive al día.

No era la afluencia de dinero nuevo lo que provocaba esta revolución, sino el nuevo espíritu que se había introducido. La cuestión acerca de las fuerzas impulsoras de la expansión del capitalismo moderno no versa principalmente sobre el origen de las disponibilidades dinerarias utilizables en la empresa, sino sobre el desarrollo del espíritu capitalista. Cuanto éste despierta y logra imponerse, él mismo se crea las posibilidades dinerarias que le sirven de medio de acción, y no a la inversa. 

Si a estos hombres se les preguntase por el “sentido” de esa actividad incansable, jamás satisfecha de su propia posición, su respuesta sería la de la “preocupación por los hijos y los nietos”. Dirían que el negocio es indispensable para su vida. De hecho, esta es la única motivación de su actividad, actividad irracional, puesto que el hombre existe para el negocio y no a la inversa.  

Actualmente, con nuestras instituciones políticas, civiles y comerciales, con las actuales formas de la industria y la estructura propia de nuestra economía, este espíritu podría explicarse como producto de adaptación. El orden económico capitalista necesita esta entrega a la “profesión” de enriquecerse: es una especie de comportamiento ante los bienes externos. Ya no requiere apoyarse en la aprobación de los poderes religiosos; y considera como un obstáculo toda influencia perceptible sobre la vida económica de las normas eclesiásticas o estatales. La “concepción del mundo” va determinada por la situación de los intereses político-comerciales y político-sociales.

“Los fundamentos religiosos del ascetismo laico”
La metodización de la vida humana es la base del extraordinario poder liberador del ascetismo.
Los representantes históricos del protestantismo ascético son el calvinismo, pietismo, metodismo y las sectas nacidas del movimiento bautizante (?).

En todos los grandes espíritus de apasionada y activa religiosidad, el fenómeno del sentimiento religioso de la redención va unido con la seguridad de tener que agradecerlo todo a la acción exclusiva de un poder objetivo y nada al propio valer. Se piensa a las cosas como un obsequio de la gracia que no puede deberse a la propia cooperación, ni que puede ir unido a realizaciones o cualidades del propio creer o querer.

Calvinismo: El hombre puede asegurarse de su estado de gracia sintiéndose como un instrumento del poder divino, propende al obrar ascético

El calvinista crea por sí mismo la seguridad de su salvación, pero esta creación no puede consistir en un incesante acopio de acciones meritorias aisladas, sino que un sistemático control de sí mismo que cada día se encuentra ante esta alternativa: ¿elegido o condenado? 

El Dios del calvinista no exige de sus fieles la realización de tales o cuales “buenas obras”, sino una santidad en el obrar, elevada a sistema. Ya no se habla de la católica oscilación entre el pecado, arrepentimiento, penitencia, descargo y la vuelta a pecar; ya no se establece para la vida un saldo expiable por penas temporales y cancelables por los medios eclesiásticos de la gracia. De este modo perdió la conducta moral del hombre medio su carácter anárquico e insistemático, sustituido ahora por una planificación y metodización de la misma. Para el católico la gracia sacramental de su Iglesia estaba a su disposición como medio de compensar su propia insuficiencia: el sacerdote era el mago que realizaba el milagro del cambio y que tenía en sus manos el poder de las llaves (?).

Su dogma característico era la predestinación. Dios no es por los hombres sino los hombres son por y para Dios, y todo cuanto sucede no tiene sentido sino en calidad de medio para el fin de que la Majestad de Dios se honre a sí misma. 

Ser trascendente e inaccesible a toda humana comprensión, que desde la eternidad asigna a cada cual su destino según designios totalmente inescrutables. 

Desaparece la confesión privada, que se empleaba en el luteranismo. El comercio del calvinista con su Dios se verificaba en el más profundo aislamiento interior, a pesar de la necesidad de pertenecer a la verdadera Iglesia para salvarse. 

Presenta el rasgo del desconocimiento del dualismo entre individuo y la ética (esto es lo de las esferas que se separan, que plantea Kozak)  

Luteranismo
: El hombre puede asegurarse de su estado de gracia sintiéndose como recipiente del poder divino. Su vida tenderá a cultivar el sentimiento místico.

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