Voloshinov - "El signo ideológico y la filosofía del lenguaje" - Comunicación III - Cátedra: Caletti
Voloshinov - "El signo ideológico y la filosofía del lenguaje" - Comunicación III - Cátedra: Caletti
Primera parte:
La importancia de la filosofía del lenguaje para el marxismo
Cap.1: “El
estudio de las ideologías y la filosofía del lenguaje”
Cap. 2: “Problema de la relación entre las bases y las superestructuras”
Capítulo 3.
Interacción discursiva
Primera parte:
La importancia de la filosofía del lenguaje para el marxismo
Cap.1: “El
estudio de las ideologías y la filosofía del lenguaje”
Todo producto
ideológico es parte de la realidad natural y social en dos sentidos: como
cuerpo físico, y como elemento que además refleja o “refracta” otra realidad,
que está más allá de su materialidad. “Todo
producto ideológico posee una significación”, es decir, sustituye algo que
se encuentra fuera de él; aparece como signo. “Donde no hay signo no hay ideología”. Un cuerpo físico que
permanece idéntico a sí mismo no significa nada.
Pero un cuerpo
físico que se percibe como imagen de algo,
cuando simboliza algo, se convierte
en un producto ideológico. La cosa física no deja de ser parte de la realidad
material, pero adquiere al mismo tiempo la cualidad de reflejar y refractar otra realidad que no es la propia de su ser
material. Lo mismo puede decirse de los instrumentos de producción: por sí
mismos carecen de significación, y su único destino es el de servir para cierto
propósito en el proceso de producción. Sin embargo, un instrumento de
producción puede convertirse en un signo ideológico (ver ejemplo de la hoz y el
martillo como símbolos de la
Revolución Rusa ). Un producto de consumo también puede
devenir signo: pan y vino son símbolos religiosos. Así al lado de la
naturaleza, los prod del trabajo y del consumo están el mundo de los signos.
Al refractar
otra realidad el signo bien pude distorsionar o bien serle fiel a dación
singular de la naturaleza. “A todo signo pueden aplicársele criterios de una
valoración ideológica (mentira, justo…). Todo lo ideológico posee una
significación sígnica.
Cada zona de la
creatividad ideológica se apropia de una función en la totalidad de la vida
social. El carácter sígnico es la determinación general de todos los fenómenos
ideológicos”.
Todo sigo,
además de reflejo de la realidad, es parte material de la realidad. La realidad
del sg es objetiva: es un fenómeno del mundo exterior, el sg y sus efectos son
parte de la experiencia externa.
(V) critica a
las filosofías idealista y psicologista de la cultura, porque ambas corrientes
afirman que “la ideología es un hecho de la conciencia”: “el cuerpo exterior
del signo es tan solo la envoltura o un recurso técnico para conseguir un
efecto interior: la comprensión”. (V) señala que estas corrientes no consideran
que la comprensión misma sólo puede
llevarse a cabo por medio de algún material sígnico. “La propia conciencia sólo
puede realizarse y convertirse en un hecho real después de plasmarse en algún
material sígnico”. La comprensión responde al signo mediante otros signos. Esta
cadena de la creatividad id es unificada y continua, no puede haber rupturas:
la cadena no se sumerge en una existencia interior no material, que no se
plasme en el signo.
Los signos
surgen en la interacción entre
conciencias. “La conciencia sólo deviene conciencia al llenarse de un contenido
ideológico, es decir sígnico, y por ende, solo en el proceso de interacción
social”.
P Para el idealismo, la
conciencia se convierte en el todo, se sitúa por encima del ser,
determinándolo.
P Para el psicologismo, la
conciencia se convierte en la nada, es un conjunto de reacciones psico-físicas
individuales.
Para (V), el
lugar auténtico de lo ideológico se encuentra en el ser; “en el específico
material sígnico y social creado por el hombre”. Aparece entre los hombres
organizados, es su ambiente.
El signo solo
puede surgir en un territorio interindividual, territorio que no es “natural”,
en el sentido literal de la palabra, sino que es necesario que los individuos
estén socialmente organizados, que representen una comunidad, un colectivo. “La
conciencia individual no solo es incapaz de explicar nada en este caso, sino que,
por el contrario, ella misma necesita ser explicada a partir del medio
ideológico social”. Una definición
objetiva de la conciencia solo puede ser sociológica. La conciencia se
construye y se realiza mediante el material sígnico, creado en el proceso de la
comunicación social de un colectivo organizado. La conciencia individual se
alimenta de signos, crece en base a ellos. Sin contenido signito en la
conciencia nada queda.
El estudio de
las ideologías no depende de la psicología. Las leyes de la id son leyes de la
comunicación semiótica determinada
por las leyes económicas y sociales. La realidad de los fenómenos ideológicos
es la realidad objetiva de los signos sociales.
La
palabra es el fenómeno ideológico por excelencia. Toda la realidad de la palabra
se disuelve por completo en su función de ser
signo.
1)
La
palabra no sólo representa un signo puro y ejemplar, sino que aparece además
como un signo neutral. Todo el
material sígnico restante se especializa de acuerdo con las áreas de la
creación ideológica. Cada una de ellas posee su propio material ideológico,
forma sus signos y símbolos específicos, que resultan inaplicables en otras
áreas, en las que el signo se crea por su función ideológica particular y es
inseparable de ella. La palabra es neutral con respecto a la función id, sea
científica, religiosa, moral.
2)
Además.
Existe una enorme zona de la comunicación ideológica que no se dejar relacionar
con esfera ideológica alguna. Es la zona
de la comunicación de la vida cotidiana. El llamado lenguaje coloquial esta
en la id de la vida cotidiana.
3)
La
palabra posee otra particularidad de suma importancia: es el medio de la conciencia individual. A pesar de que
la realidad de la palabra, como la de cualquier otro signo, se ubica entre los
individuos, la palabra (al mismo tiempo) se produce mediante los recursos de un
organismo individual sin intervención alguna de instrumentos o materiales
extra-corporales. Por este motivo, la palabra se ha convertido en el material
sígnico de la vida interior, de la conciencia (el discurso interior) la
conciencia solo puede desarrollarse al disponer de un recurso tan elástico como
la palabra.
La palabra
acompaña, como un ingrediente necesario, a toda la creación ideológica en
general. La compresión de cualquier fenómeno id no se llaven a cabo sin la
participación del discurso interno. Esto no quiere decir que la palabra pueda
sustituir otros signos ideológicos. No todos los signos ideológicos son
sustituibles plenamente por la palabra.
No existe un
solo signo cultural que quede aislado: todos forman la unidad de una conciencia
estructurada verbalmente.
Palabra
|
ü Pureza sígnica
ü Neutralidad ideológica
ü Capacidad de convertirse en
discurso interno
ü Fenómeno colateral de todo
acto conciente
|
Palabra
como objeto
básico del
estudio de las ideologías
|
Cap. 2: “Problema de la relación entre las bases y las superestructuras”
El problema de la relación base / superestructura
está directamente relacionado con las cuestiones de la filosofía del lenguaje.
La afirmación de que las bases determinan causalmente las ideologías es
correcta, aunque demasiado general y, por lo tanto, polivalente. Si por causalidad
entendemos “causalidad mecánica”, esta afirmación se torna falsa.
Ante todo es indispensable determinar la
significancia de un cambio id en una contexto de la id respectiva. “Toda el
área ideológica representa una totalidad, que reacciona mediante todos sus componentes
a los cambios en las bases. Por eso una explicación debe conservar todas las
diferencias cualitativas entre las áreas en interacción, siguiendo todas las
etapas por las cuales el cambio atraviesa”.
Al hacer derivar la id de las bases se descuida el
fenómeno id como tal. Si bien la correspondencia es correcta en 1er lugar hay
aclarar el papel especifico en la estructura id y an la totalidad social.
La esencia de este problema se reduce a cómo la existencia real (las bases)
determina el signo; cómo el signo
refleja y refracta la existencia en su proceso generativo.
(V) recurre a la palabra como signo para dar cuenta
de este problema. La palabra es valiosa semióticamente en tanto es omnipresente
socialmente. “La palabra penetra prácticamente en cuanta interacción e
interrelación se lleve a cabo entre los hombres”. La palabra pone en funcionamiento
todos los hilos que traspasan las variadas zonas de la comunicación social, por
eso, lógicamente, la palabra actúa como el indicador
más sensible de las transformaciones
sociales. Inclusive aquellos que no logran una forma acabada de ideología.
La ideología social no se origina en una región
interior del individuo, sino que se manifiesta de modo global en el exterior: la palabra, el gesto, la
acción. En ella no hay nada interior y no expreso: todo está en el exterior, en
el intercambio y en el material, sobre todo en el material verbal.
Las RSP y la formación político social
(condicionada x aquellas) determinan los
posibles contactos entre los hombres → modos de comunicación verbal (en el trabajo, en la política…) las cuales
están determinadas por los modos de comunicación discursiva.
Todas estas formas de interacción discursiva se
relacionan estrechamente con las condiciones de una situación social dada y
reaccionan sensiblemente a todas las oscilaciones de la atmósfera social.
“La psicología social debe estudiarse bajo dos ángulos:
en primer lugar, desde el punto de vista de su contenido, es decir, de
los temas que son actuales para ella en un momento dado; y en segundo lugar,
desde el punto de vista de las formas y tipos de la comunicación
discursiva, en la cual dichos temas se realizan”. Este último es primordial: es urgente en el
marxismo.
Cada época y cada grupo social tienen su repertorio
de las formas discursivas de la comunicación ideológica real. A cada grupo de
formas homogéneas (a cada género discursivo concreto) le corresponde su
conjunto de temas.
Las formas de
comunicación discursiva están determinadas por las relaciones de producción y
por la formación político-social vigente. Todo signo se estructura entre los
hombres socialmente organizados durante el proceso de su interacción. Por eso,
las formas del signo están determinadas
tanto por la organización social de
los hombres como por las condiciones
más inmediatas de su interacción.
P
No disociar la ideología de la
realidad material del signo
P
No separar el signo de las formas
concretas de la comunicación social
P
No separar las formas de la
comunicación de sus bases materiales
Todo signo ideológico está determinado por el horizonte social de una época y un grupo
social dados.
En cada etapa de la sociedad existe un círculo
específico de temas expuestos a la atención de la sociedad, y en los que dicha
atención suele depositar un acento valorativo. “Para que un tema, cualquiera
que sea el nivel de la realidad a que pertenezca, forme parte del horizonte
social de un grupo y suscite una reacción semiótico-ideológica, es necesario
que dicho tema esté relacionado con los presupuestos socioeconómicos más
importantes del grupo mencionado; es preciso que involucre siquiera
parcialmente las bases de la existencia material del grupo señalado”. Solo aquello que posee un valor social puede
entrar en el mundo de la ideología, constituirse y consolidarse en él. Por
eso todos los acentos id aparecen como sociales que pretenden lograr un
reconocimiento social y se imprimen en el exterior. Cada signo constituido
posee su tema, toda manifestación verbal tiene su tema. Un tema ideológico
siempre aparece acentuado socialmente; y estos acentos sociales de los temas
ideológicos penetran también en la conciencia individual.
La refracción que
se produce en un signo ideológico está determinada por la intersección de los intereses sociales más diversos, que conviven
dentro de los límites de un mismo colectivo semiótico, es decir, por la lucha
de clases. La clase social no coincide con el colectivo semiótico, es
decir, con el grupo que recurre a los mismos signos de comunicación ideológica.
Las distintas clases sociales usan una misma lengua, y como consecuencia, en un
mismo signo ideológico se cruzan los acentos de distintas orientaciones. El
signo se convierte en arena de la lucha de clases. Este
carácter multiacentuado del signo ideológico es su aspecto más
importante. Pues gracias a este el signo aparece móvil, vivo y capaz de
evolucionar. En consecuencia, lo cambiante hace al signo capaz de refractar y
distorsionar la existencia. La clase dominante busca adjudicarle al signo
ideológico un carácter eterno, por encima de las clases sociales, pretende
reducir al interior la lucha de valoraciones sociales que se verifica en él.
Pero en realidad, todo signo ideológico posee dos caras: posee un carácter
internamente dialéctico.
SEGUNDA PARTE
HACIA UNA FILOSOFIA MARXISTA DEL LENGUAJE
CAP 1: Dos corrientes del pensamiento
filosófico-lingüístico
Problema metodológico: aislar el objeto de estudio de
la filosofía del lenguaje. El sonido compete a la física Luego, el proceso
fisiológico de la producción del sonido y su percepción no nos acerca al objeto, tampoco la “vivencia”
del hablante y el oyente. Este conjunto carece de alma. Es menester agregar: la
comunicación social organizada, situar al sujeto emisor/ receptor en su
atmósfera social, ambos pertenecen al mimo colectivo lingüístico y a una
sociedad. Y se reúnen en una situación concreta.
Así la unidad del medio verbal y la unidad del
acontecimiento social inmediato de la comunicación son condiciones
indispensables para que el proceso físico-psico-fisiológico se vincule al
lenguaje.
Corrientes del pensamiento filosófico y lingüístico
que trataron el problema de la separación y delimitación del lenguaje como
objeto de un estudio especifico.
1. subjetivismo individualista
2. objetivismo abstracto
La 1ra analiza el acto individual y creativo
del discurso como fundamento del lenguaje. (1)La psique individual es origen
del lenguaje, (2) las leyes de la creación lingüística pertenecen a la
psicología individual. Un hecho del
lenguaje es un acto razonado de
creación individual. (3) La lengua es análoga a otros fenómenos id como el
arte, la creación estética. (4) El lenguaje (como sistema estable de lengua) es
un sedimento muerto construido en abstracto por la lingüística confines de
enseñanza.
Representante: Humboldt.
Psicologismo empirista de Wundt: todos los hechos de
la lengua se explican desde el punto de vista individual basado en el
voluntarismo. Wundt no conoce la realidad sociológica propia de todo signo id
(que no se reduce a una ley individual)
Escuela de Vossler: rechazo decidido al positivismo
lingüístico. Se pone en 1er plano el aspecto conscientemente id del lenguaje: el motor de la creatividad lingüística
es el gusto lingüístico. Es como el
gusto artístico, gracias a este la lengua vive y es lo que el lingüista debe
descubrir.
No importan los fenómenos políticos, físicos…sino la
el sentido artístico de creación
lingüística.
Para Vossler la realidad principal de la lengua es al
acto individual y creativo del discurso. No son importantes las formas
gramaticales estables, comunes entonos los enunciados de la lengua sino la
concretización artística y la modificación de estas formas abstractas en el
enunciado individual. Así, todo hecho gramatical fue antes fenómeno
estilístico.
La 2da corriente: sistema de la lengua como sistema de formas
fonéticas, gramaticales y léxicas.
Todo enunciado es individual pero allí hay elementos idénticos, normativos que aseguran la unidad de la
lengua dada y su comprensión.
Lo esencial es la identidad normativa de un
sonido dado, es cual es el objeto específico de la ciencia lingüística.
La lengua se opone al individuo como una norma
inquebrantable e inobjetable. El individuo recibe el sistema totalmente hecho
del colectivo hablante y todo cambio va más allá de su conciencia individual.
La ley que rige el sistema es inmanente y especifica,
irreducible a cualquier ley ideológica. Todas las formas de la lengua son
mutuamente necesarias se complementa y hacen un sistema coherente regido por
una ley especifica. El individuo debe aceptar el sistema tal cual se presente
sin dar lugar a valoraciones. No cabe hablar de gusto lingüístico
¿Cómo es comprendido el cambio? Por una ruptura entre la historia y el sistema
de la lengua, tomada en su corte a-histórico.
La serie histórica se rige por la ley del error por
analogía: un error que se hace norma. Esta se verifica fuera de los límites de
la ciencia individual. Si una trasgresión no se corrige o no se advierte esta
puede devenir en nueva norma lingüística.
Representantes: gramática universal de Leibniz:
convencionalismo y arbitrariedad de la lengua, comparada al lenguaje
matemático. Interesada por la relación de los signos dentro de un sistema
cerrado. Se toma en cta al receptor que comprende y no la expresión.
Saussure: exponente del objetivismo abstracto. La
lengua es objeto de estudio, comprende formas normativamente idénticas,.la
lengua es recibida pasivamente
Excluye los actos individuales del habla -individual
y accidental- lo cual será el “proton seudon” de Saussure. Pues el habla
concierne a la enunciación, a la historia cuya ley es distinta del sistema de
la lengua.
CAP 2. Lengua, lenguaje y enunciado
Critica al
objetivismo abstracto.
- No le atribuyen a la
lengua una carácter material y objetual, solo es real en tanto norma
social.
Pero si
analizamos la lengua de una manera de veras objetiva no encontramos un sistema
con normas idénticas a si mismas, sino a una
generación permanente de las normas de la lengua.
No existe el
momento real en cuyo corte se pueda construir un sistema sincrónico de la
lengua.
El sistema
sincrónico solo existe en la conciencia
subjetiva del individuo hablante que pertenece al grupo lingüístico dado regido por estas normas. Objetivamente
no existe en ningún tiempo real histórico.
En otras
palabras: la lengua respecto de la conciencia individual aparece como sistema
de normas inmutables, esta es la relación objetiva. O sea la lengua como
sistema de normas es solo un modo de existencia para el hablante.
- Sostienen la realidad
inmediata de la lengua como sistema de formas normativamente idénticas.
Pero no
comprenden el género de actividad que es propio de la lengua en cuanto a
sistema objetivo
¿La lengua realmente
aparece para el hablante como sistema de normas idénticas? No. Pues tal sistema
es una abstracción, es producto de una reflexión sobre el lenguaje, reflexión
que no lleva a cabo la conciencia del nativo
Pues el objetivo
del hablante es producir un enunciado, le importa la nueva significación que la
forma normativa (que sí existe) adquiere en un contexto dado. No le importa que
la forma sea la misma sino como deviene en signo apropiado.
Al hablante no le
importa la forma lingüística como señal estable e igual a si misma, sino como
signo mutante y elástico.
En cuanto a la
comprensión no se reduce al reconocimiento de la forma que el hablante utiliza,
sino a su comprensión en un contexto dado y concreto, comprensión de su
significación en un enunciado: comprensión de su novedad y no
reconocimiento de su identidad. Un signo se comprende, una señal se
reconoce (esta no se refiere nunca a lo ideológico).
Aunque ni
siquiera en las fases de aprendizaje existe la señal pura.
Para una forma
lingüística en tanto signo, su momento constitutivo no es su auto-identidad
sino su variabilidad especifica.
La señalización
sí existe pero está desactivada, absorbida por la nueva calidad de signo.
La forma
lingüística que le es dada al hablante
se le da solo dentro de un contexto id dado: en la vida real no
pronunciamos palabras sino verdades, mentiras, lo bueno, lo nimio…la palabra
aparece llena de un contenido y de una significación ideológica o pragmática.
Así es como comprendemos la palabra.
Si separamos (y
convertimos en sustancia) la separación de la lengua de la capacidad id,
aprehendemos la señal. Así uno de los errores del objetivismo
abstracto es la ruptura entre lengua y su capacidad ideológica.
Entonces el
“sistema” se obtiene mediante abstracción. .
Encontramos una
orientación práctica hacia el estudio de las
lenguas muertas y ajenas (filología). La lingüística aparece en los lugares en
que aparecen necesidades filológicas, estas generaron la lingüística. Pero
faltaron sonidos para dominar el lenguaje vivo en su generación continua. Pues
la lingüística así guiada partía de los monumentos antiguos.
Si bien estos enunciados monológicos eran inalienables de
su contexto id, los lingüistas lo arrancan de su contexto y perciben como una
totalidad cerrada en si misma.
La definición de la lengua dentro del pensamiento
lingüístico es: lengua muerta (y por
ende) ajena, escrita. El enunciado
acabado, aislado, monologico, no como respuesta activa es el punto de partida
del pensamiento lingüístico.
Los monumentos devienen patrón escolar y clásico de una
lengua.
Los 1ros filólogos sacerdotes que se dedicaban a descubrir
el misterio en las palabras sagradas.
Se trata de filosofema de la palabra ajena y extranjera.
La lengua propia se vive de modo diferente, la lengua
materna es familiar, es la atmósfera en que vivimos y respiramos. Pero en la
filosofía del lenguaje fue la palabra ajena la que aportó las luces, la
religión, la organización política.
Sin embargo, en lugar de generar una conciencia de la
importancia de la lengua ajena, la filosofía del lenguaje se ha esclavizado a
ella.
El cruce lingüístico es factor principal de la evolución
de las lenguas, de hecho puede solucionar el problema del origen del lenguaje.
N. Ia. Marr: “la lengua es creación de la
sociedad, que surge en la interacción tribal producida por necesidades
económicas, y viene a ser el sedimento de esta comunidad, siempre
multi-tribal”. Además la “cultura nacional” o “lengua materna” es a-científica
e irreal pues las lenguas tribales “representan tipos de lenguas híbridas,
cruzadas de los elementos simples, de los cuales mediante el cruzamiento se
forman todas las lenguas”.
La palabra ajena
nos importa en cuanto a su rol determinante en la filosofía delo lenguaje.
Otras
consideraciones del objetivismo abstracto:
- Suele sistematizarse
el pensamiento ajeno, una vez que ha pasado la época creadora, cuando la
palabra está privada de voz. Esto es incompatible con la comprensión viva
e histórica.
- El trabajo se realiza
sobre el enunciado dado (filología) dejando de lado la política exterior.
Hay una ruptura con la estructura de la totalidad del enunciado;
estas serían comprendidas sobre el fondo de otros enunciados
totales en la unidad de una esfera ideológica.
- La forma lingüística
deviene mediante abstracción en un elemento separado en la realidad, con
su propia existencia histórica aislada. No existe el enunciado como
totalidad.
- ¿Cómo concilia la
polisemia con la unidad de la palabra? La unidad de la palabra se
sostiene al separarse de la pluralidad de sentidos, pues la
pluralidad es vista como matices ocasionales de un significado fijo. Es
decir, esta orientación es opuesta al proceso vivo de comprensión de los
hablantes. Se pretende crear la palabra de diccionario. Además los
contextos de uso de la palabra se
conciben comp. Formando una serie de enunciados cerrados y en un mismo
sentido, y nunca contrapuestos.
- La lengua se trasmite de
una generación a otra. Cuando en realidad la lengua no se pasa sino que se
continúa ininterrumpidamente. La lengua no se recibe sino que uno
despierta en ella.
El objetivismo
abstracto rechaza el acto discursivo como acto individual, y este es su proton
pseudos. Tampoco hay que entenderlo desde la vida individual (como el
subjetivismo) sino entenderlo en sus dimensiones sociológicas.
Capítulo 3.
Interacción discursiva
El subjetivismo
se relaciona con el romanticismo como reacción a la palabra ajena.
Fueron los filólogos de la lengua materna, para reestructurar radicalmente el
pensamiento lingüístico en base a la vivencia de la lengua vernácula.
También parten
del enunciado monologico pero encarado desde la interioridad del hablante,
desde la autoexpresión.
La expresión
es lo que se forma en la psique individual y que puede ser proyectado hacia
fuera mediante signos externos.
Contiene, así, 2 miembros: lo expresado (interno) y su objetivación
externa para los demás. Se entiende que lo expresado puede pre-existir
fuera de la expresión, en otra forma. La prioridad es lo interno, lo exterior
es recipiente del espíritu interno.
En realidad, lo
interno al exteriorizarse cambia, pues lo vivenciado se ve obligado a aceptar
un cierto compromiso, sin embargo el idealismo ha negado a la expresión en
tanto distorsión de la pureza interior.
La
teoría de la expresión es radicalmente errónea. La vivencia (expresado y
expresión) están hechas del mismo material. No hay vivencia fuera de su
encarnación sígnica por eso ni siquiera
podría plantearse la diferencia cualitativa entre lo interno y lo
externo. No es la vivencia lo que organiza la expresión sino al contrario, es
la expresión la que organiza la vivencia de la por 1ra vez una forma y una
determinación del sentido.
Lo que interesa
son las condiciones reales del enunciado en cuestión, la situación social
inmediata. La palabra está orientada hacia un interlocutor. Presuponemos un
cierto horizonte social típico y estable, hacia el cual se orienta la
creatividad ideológica del grupo social y de la época a que pertenecemos.
El mundo
interior y el pensamiento de todo hombre poseen un auditorio social
estable en cuya atmósfera se prefiguran sus argumentos internos, las
valoraciones.
La palabra se
determina en la misma medida por aquel a quien pertenece como por aquel a quien
está destinada. La palabra es el puente construido entre el yo y el otro.
El hablante toma
prestada la palabra en cuanto signo del acervo social de los signos existentes,
las relaciones sociales determinan la formulación individual del enunciado. Esa
“individuación estilística” es reflejo de las interrelaciones sociales. La estructura
del enunciado se determina por la situación social más inmediata y más
englobadora. Estas determinan el estilo y la forma del enunciado.
Una mínima
concientización de una sensación (como el hambre) se expresa bajo formas
ideológicas. Fuera de alguna orientación la vivencia no es posible.
Vivencia-yo: aniquilación, pierde
contenido id, acercando a la reacción del animal. Desarraigo social
Vivencia-nosotros: diferenciación id según el
grado de organización social.
Vivencia de
sí mismo:
individualismo (forma parte de la vivencia nosotros de la clase
burguesa), la seguridad en sí no se extrae de la experiencia interior sino del
exterior: interpretación id del reconocimiento social del yo.
La vivencia
interna de una persona también es un territorio social.
Sin contar con una objetivación, con una expresión
mediante un material determinado la conciencia es una ficción.
La ideología
cotidiana (a diferencia del arte, la religión...) es un mundo caótico del
discurso interior y exterior desordenado y no asentado, que confiere sentido a
nuestros actos éticos o acción. Los
sistemas id articulados deben mantener un vinculo con la id cotidiana, se
influyen retroactivamente. Fuera de ella están muertos: la obra debe establecer
nexos estrechos con la id cotidiana cambiante.
Estrato inferior de la id cotidiana: hechos azarosos, eventuales,
instantáneos. No tienen demasiada fuerza id ni eficacia posterior. Carecen de
lógica y de unidad.
Estrato superior: sistemas id mas
consistentes, responsables, de índole creativa. Son mucho más móviles y tensos
en comparación con una id estructurada, son capaces de trasmitir los cambios de
las bases socioeconómicas en forma más dinámica. Aquí se acumulan las energías
creativas con la ayuda de las cuales se
llevan a cado cambios parciales o radicales en los sistemas id.
Critica al
subjetivismo individual.
- Debemos rechazar la teoría
de la expresión: el centro organizador de cada enunciado se encuentra
afuera en el medio que rodea al individuo.
- Si bien las enunciaciones
singulares representan la única
realidad de la lengua, no se puede menospreciar la naturaleza social del
enunciado, tratando de derivar la enunciación del mundo interior del
hablante.
- Toda palabra es
ideológica; pero no depende este de un psiquismo interior.
- No podemos tomar comp.
Punto de partido el enunciado monologico.
La realidad
concreta del lenguaje depende del acontecimiento social de interacción
discursiva, llevada a cabo mediante la enunciación y plasmada en
enunciados.
Todo
enunciado es tan solo un momento en la comunicación discursiva continua
(cotidiana, política, literaria). Este intercambio es un momento de un continuo
y multilateral proceso generativo de un colectivo social determinado.
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