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Voloshinov - "El signo ideológico y la filosofía del lenguaje" - Comunicación III - Cátedra: Caletti

Voloshinov - "El signo ideológico y la filosofía del lenguaje" - Comunicación III - Cátedra: Caletti


Primera parte: La importancia de la filosofía del lenguaje para el marxismo

Cap.1: “El estudio de las ideologías y la filosofía del lenguaje”

Todo producto ideológico es parte de la realidad natural y social en dos sentidos: como cuerpo físico, y como elemento que además refleja o “refracta” otra realidad, que está más allá de su materialidad. “Todo producto ideológico posee una significación”, es decir, sustituye algo que se encuentra fuera de él; aparece como signo. “Donde no hay signo no hay ideología”. Un cuerpo físico que permanece idéntico a sí mismo no significa nada.

Pero un cuerpo físico que se percibe como imagen de algo, cuando simboliza algo, se convierte en un producto ideológico. La cosa física no deja de ser parte de la realidad material, pero adquiere al mismo tiempo la cualidad de reflejar y refractar otra realidad que no es la propia de su ser material. Lo mismo puede decirse de los instrumentos de producción: por sí mismos carecen de significación, y su único destino es el de servir para cierto propósito en el proceso de producción. Sin embargo, un instrumento de producción puede convertirse en un signo ideológico (ver ejemplo de la hoz y el martillo como símbolos de la Revolución Rusa). Un producto de consumo también puede devenir signo: pan y vino son símbolos religiosos. Así al lado de la naturaleza, los prod del trabajo y del consumo están el mundo de los signos.

Al refractar otra realidad el signo bien pude distorsionar o bien serle fiel a dación singular de la naturaleza. “A todo signo pueden aplicársele criterios de una valoración ideológica (mentira, justo…). Todo lo ideológico posee una significación sígnica.

Cada zona de la creatividad ideológica se apropia de una función en la totalidad de la vida social. El carácter sígnico es la determinación general de todos los fenómenos ideológicos”.
Todo sigo, además de reflejo de la realidad, es parte material de la realidad. La realidad del sg es objetiva: es un fenómeno del mundo exterior, el sg y sus efectos son parte de la experiencia externa.

(V) critica a las filosofías idealista y psicologista de la cultura, porque ambas corrientes afirman que “la ideología es un hecho de la conciencia”: “el cuerpo exterior del signo es tan solo la envoltura o un recurso técnico para conseguir un efecto interior: la comprensión”. (V) señala que estas corrientes no consideran que la comprensión misma sólo puede llevarse a cabo por medio de algún material sígnico. “La propia conciencia sólo puede realizarse y convertirse en un hecho real después de plasmarse en algún material sígnico”. La comprensión responde al signo mediante otros signos. Esta cadena de la creatividad id es unificada y continua, no puede haber rupturas: la cadena no se sumerge en una existencia interior no material, que no se plasme en el signo.
Los signos surgen en la interacción entre conciencias. “La conciencia sólo deviene conciencia al llenarse de un contenido ideológico, es decir sígnico, y por ende, solo en el proceso de interacción social”.
P  Para el idealismo, la conciencia se convierte en el todo, se sitúa por encima del ser, determinándolo.
P  Para el psicologismo, la conciencia se convierte en la nada, es un conjunto de reacciones psico-físicas individuales.
Para (V), el lugar auténtico de lo ideológico se encuentra en el ser; “en el específico material sígnico y social creado por el hombre”. Aparece entre los hombres organizados, es su ambiente.

El signo solo puede surgir en un territorio interindividual, territorio que no es “natural”, en el sentido literal de la palabra, sino que es necesario que los individuos estén socialmente organizados, que representen una comunidad, un colectivo. “La conciencia individual no solo es incapaz de explicar nada en este caso, sino que, por el contrario, ella misma necesita ser explicada a partir del medio ideológico social”.  Una definición objetiva de la conciencia solo puede ser sociológica. La conciencia se construye y se realiza mediante el material sígnico, creado en el proceso de la comunicación social de un colectivo organizado. La conciencia individual se alimenta de signos, crece en base a ellos. Sin contenido signito en la conciencia nada queda.
El estudio de las ideologías no depende de la psicología. Las leyes de la id son leyes de la comunicación semiótica determinada por las leyes económicas y sociales. La realidad de los fenómenos ideológicos es la realidad objetiva de los signos sociales.

La palabra es el fenómeno ideológico por excelencia. Toda la realidad de la palabra se disuelve por completo en su función de ser signo.
1)       La palabra no sólo representa un signo puro y ejemplar, sino que aparece además como un signo neutral. Todo el material sígnico restante se especializa de acuerdo con las áreas de la creación ideológica. Cada una de ellas posee su propio material ideológico, forma sus signos y símbolos específicos, que resultan inaplicables en otras áreas, en las que el signo se crea por su función ideológica particular y es inseparable de ella. La palabra es neutral con respecto a la función id, sea científica, religiosa, moral.
2)       Además. Existe una enorme zona de la comunicación ideológica que no se dejar relacionar con esfera ideológica alguna. Es la zona de la comunicación de la vida cotidiana. El llamado lenguaje coloquial esta en la id de la vida cotidiana.
3)       La palabra posee otra particularidad de suma importancia: es el medio de la conciencia individual. A pesar de que la realidad de la palabra, como la de cualquier otro signo, se ubica entre los individuos, la palabra (al mismo tiempo) se produce mediante los recursos de un organismo individual sin intervención alguna de instrumentos o materiales extra-corporales. Por este motivo, la palabra se ha convertido en el material sígnico de la vida interior, de la conciencia (el discurso interior) la conciencia solo puede desarrollarse al disponer de un recurso tan elástico como la palabra.
La palabra acompaña, como un ingrediente necesario, a toda la creación ideológica en general. La compresión de cualquier fenómeno id no se llaven a cabo sin la participación del discurso interno. Esto no quiere decir que la palabra pueda sustituir otros signos ideológicos. No todos los signos ideológicos son sustituibles plenamente por la palabra.
No existe un solo signo cultural que quede aislado: todos forman la unidad de una conciencia estructurada verbalmente.

Palabra
ü  Pureza sígnica
ü  Neutralidad ideológica
ü  Capacidad de convertirse en discurso interno
ü  Fenómeno colateral de todo acto conciente
Palabra como objeto
básico del estudio de las ideologías



Cap. 2: “Problema de la relación entre las bases y las superestructuras”

El problema de la relación base / superestructura está directamente relacionado con las cuestiones de la filosofía del lenguaje. La afirmación de que las bases determinan causalmente las ideologías es correcta, aunque demasiado general y, por lo tanto, polivalente. Si por causalidad entendemos “causalidad mecánica”, esta afirmación se torna falsa.
Ante todo es indispensable determinar la significancia de un cambio id en una contexto de la id respectiva. “Toda el área ideológica representa una totalidad, que reacciona mediante todos sus componentes a los cambios en las bases. Por eso una explicación debe conservar todas las diferencias cualitativas entre las áreas en interacción, siguiendo todas las etapas por las cuales el cambio atraviesa”.
Al hacer derivar la id de las bases se descuida el fenómeno id como tal. Si bien la correspondencia es correcta en 1er lugar hay aclarar el papel especifico en la estructura id y an la totalidad social.

La esencia de este problema se reduce a cómo la existencia real (las bases) determina el signo; cómo el signo refleja y refracta la existencia en su proceso generativo.

(V) recurre a la palabra como signo para dar cuenta de este problema. La palabra es valiosa semióticamente en tanto es omnipresente socialmente. “La palabra penetra prácticamente en cuanta interacción e interrelación se lleve a cabo entre los hombres”. La palabra pone en funcionamiento todos los hilos que traspasan las variadas zonas de la comunicación social, por eso, lógicamente, la palabra actúa como el indicador más sensible de las transformaciones sociales. Inclusive aquellos que no logran una forma acabada de ideología.

La ideología social no se origina en una región interior del individuo, sino que se manifiesta de modo global en el exterior: la palabra, el gesto, la acción. En ella no hay nada interior y no expreso: todo está en el exterior, en el intercambio y en el material, sobre todo en el material verbal.
Las RSP y la formación político social (condicionada  x aquellas) determinan los posibles contactos entre los hombres modos de comunicación verbal  (en el trabajo, en la política…) las cuales están determinadas por los modos de comunicación discursiva.
Todas estas formas de interacción discursiva se relacionan estrechamente con las condiciones de una situación social dada y reaccionan sensiblemente a todas las oscilaciones de la atmósfera social.
“La psicología social debe estudiarse bajo dos ángulos: en primer lugar, desde el punto de vista de su contenido, es decir, de los temas que son actuales para ella en un momento dado; y en segundo lugar, desde el punto de vista de las formas y tipos de la comunicación discursiva, en la cual dichos temas se realizan”.  Este último es primordial: es urgente en el marxismo.
Cada época y cada grupo social tienen su repertorio de las formas discursivas de la comunicación ideológica real. A cada grupo de formas homogéneas (a cada género discursivo concreto) le corresponde su conjunto de temas.
 Las formas de comunicación discursiva están determinadas por las relaciones de producción y por la formación político-social vigente. Todo signo se estructura entre los hombres socialmente organizados durante el proceso de su interacción. Por eso, las formas del signo están determinadas tanto por la organización social de los hombres como por las condiciones más inmediatas de su interacción.

P  No disociar la ideología de la realidad material del signo
P  No separar el signo de las formas concretas de la comunicación social 
P  No separar las formas de la comunicación de sus bases materiales

Todo signo ideológico está determinado por el horizonte social de una época y un grupo social dados.
En cada etapa de la sociedad existe un círculo específico de temas expuestos a la atención de la sociedad, y en los que dicha atención suele depositar un acento valorativo. “Para que un tema, cualquiera que sea el nivel de la realidad a que pertenezca, forme parte del horizonte social de un grupo y suscite una reacción semiótico-ideológica, es necesario que dicho tema esté relacionado con los presupuestos socioeconómicos más importantes del grupo mencionado; es preciso que involucre siquiera parcialmente las bases de la existencia material del grupo señalado”. Solo aquello que posee un valor social puede entrar en el mundo de la ideología, constituirse y consolidarse en él. Por eso todos los acentos id aparecen como sociales que pretenden lograr un reconocimiento social y se imprimen en el exterior. Cada signo constituido posee su tema, toda manifestación verbal tiene su tema. Un tema ideológico siempre aparece acentuado socialmente; y estos acentos sociales de los temas ideológicos penetran también en la conciencia individual.

La refracción que se produce en un signo ideológico está determinada por la intersección de los intereses sociales más diversos, que conviven dentro de los límites de un mismo colectivo semiótico, es decir, por la lucha de clases. La clase social no coincide con el colectivo semiótico, es decir, con el grupo que recurre a los mismos signos de comunicación ideológica. Las distintas clases sociales usan una misma lengua, y como consecuencia, en un mismo signo ideológico se cruzan los acentos de distintas orientaciones. El signo se convierte en arena de la lucha de clases. Este carácter multiacentuado del signo ideológico es su aspecto más importante. Pues gracias a este el signo aparece móvil, vivo y capaz de evolucionar. En consecuencia, lo cambiante hace al signo capaz de refractar y distorsionar la existencia. La clase dominante busca adjudicarle al signo ideológico un carácter eterno, por encima de las clases sociales, pretende reducir al interior la lucha de valoraciones sociales que se verifica en él. Pero en realidad, todo signo ideológico posee dos caras: posee un carácter internamente dialéctico.

SEGUNDA PARTE
HACIA UNA FILOSOFIA MARXISTA DEL LENGUAJE
CAP 1: Dos corrientes del pensamiento filosófico-lingüístico
Problema metodológico: aislar el objeto de estudio de la filosofía del lenguaje. El sonido compete a la física Luego, el proceso fisiológico de la producción del sonido y su percepción  no nos acerca al objeto, tampoco la “vivencia” del hablante y el oyente. Este conjunto carece de alma. Es menester agregar: la comunicación social organizada, situar al sujeto emisor/ receptor en su atmósfera social, ambos pertenecen al mimo colectivo lingüístico y a una sociedad. Y se reúnen en una situación concreta.
Así la unidad del medio verbal y la unidad del acontecimiento social inmediato de la comunicación son condiciones indispensables para que el proceso físico-psico-fisiológico se vincule al lenguaje.
Corrientes del pensamiento filosófico y lingüístico que trataron el problema de la separación y delimitación del lenguaje como objeto de un estudio especifico.
1.       subjetivismo individualista
2.       objetivismo abstracto
La 1ra analiza el acto individual y creativo del discurso como fundamento del lenguaje. (1)La psique individual es origen del lenguaje, (2) las leyes de la creación lingüística pertenecen a la psicología  individual. Un hecho del lenguaje es un acto razonado de creación individual. (3) La lengua es análoga a otros fenómenos id como el arte, la creación estética. (4) El lenguaje (como sistema estable de lengua) es un sedimento muerto construido en abstracto por la lingüística confines de enseñanza.
Representante: Humboldt.
Psicologismo empirista de Wundt: todos los hechos de la lengua se explican desde el punto de vista individual basado en el voluntarismo. Wundt no conoce la realidad sociológica propia de todo signo id (que no se reduce a una ley individual)
Escuela de Vossler: rechazo decidido al positivismo lingüístico. Se pone en 1er plano el aspecto conscientemente id del lenguaje: el motor de la creatividad lingüística es el gusto lingüístico. Es como el gusto artístico, gracias a este la lengua vive y es lo que el lingüista debe descubrir.
No importan los fenómenos políticos, físicos…sino la el sentido artístico de  creación lingüística.
Para Vossler la realidad principal de la lengua es al acto individual y creativo del discurso. No son importantes las formas gramaticales estables, comunes entonos los enunciados de la lengua sino la concretización artística y la modificación de estas formas abstractas en el enunciado individual. Así, todo hecho gramatical fue antes fenómeno estilístico.

La 2da corriente: sistema de la lengua como sistema de formas fonéticas, gramaticales y léxicas.
Todo enunciado es individual pero  allí hay elementos idénticos,  normativos que aseguran la unidad de la lengua dada y su comprensión.
Lo esencial es la identidad normativa de un sonido dado, es cual es el objeto específico de la ciencia lingüística.
La lengua se opone al individuo como una norma inquebrantable e inobjetable. El individuo recibe el sistema totalmente hecho del colectivo hablante y todo cambio va más allá de su conciencia individual.
La ley que rige el sistema es inmanente y especifica, irreducible a cualquier ley ideológica. Todas las formas de la lengua son mutuamente necesarias se complementa y hacen un sistema coherente regido por una ley especifica. El individuo debe aceptar el sistema tal cual se presente sin dar lugar a valoraciones. No cabe hablar de gusto lingüístico
¿Cómo es comprendido el cambio? Por una ruptura entre la historia y el sistema de la lengua, tomada en su corte a-histórico.
La serie histórica se rige por la ley del error por analogía: un error que se hace norma. Esta se verifica fuera de los límites de la ciencia individual. Si una trasgresión no se corrige o no se advierte esta puede devenir en nueva norma lingüística.
Representantes: gramática universal de Leibniz: convencionalismo y arbitrariedad de la lengua, comparada al lenguaje matemático. Interesada por la relación de los signos dentro de un sistema cerrado. Se toma en cta al receptor que comprende y no la expresión.
Saussure: exponente del objetivismo abstracto. La lengua es objeto de estudio, comprende formas normativamente idénticas,.la lengua es recibida pasivamente
Excluye los actos individuales del habla -individual y accidental- lo cual será el “proton seudon” de Saussure. Pues el habla concierne a la enunciación, a la historia cuya ley es distinta del sistema de la lengua.

CAP 2. Lengua, lenguaje y enunciado

Critica al objetivismo abstracto.
  • No le atribuyen a la lengua una carácter material y objetual, solo es real en tanto norma social.
Pero si analizamos la lengua de una manera de veras objetiva no encontramos un sistema con normas idénticas a si mismas, sino a una generación permanente de las normas de la lengua.
No existe el momento real en cuyo corte se pueda construir un sistema sincrónico de la lengua.
El sistema sincrónico solo existe en la conciencia subjetiva del individuo hablante que pertenece al grupo lingüístico  dado regido por estas normas. Objetivamente no existe en ningún tiempo real histórico.
En otras palabras: la lengua respecto de la conciencia individual aparece como sistema de normas inmutables, esta es la relación objetiva. O sea la lengua como sistema de normas es solo un modo de existencia para el hablante.
  • Sostienen la realidad inmediata de la lengua como sistema de formas normativamente idénticas.
Pero no comprenden el género de actividad que es propio de la lengua en cuanto a sistema objetivo
¿La lengua realmente aparece para el hablante como sistema de normas idénticas? No. Pues tal sistema es una abstracción, es producto de una reflexión sobre el lenguaje, reflexión que no lleva a cabo la conciencia del nativo
Pues el objetivo del hablante es producir un enunciado, le importa la nueva significación que la forma normativa (que sí existe) adquiere en un contexto dado. No le importa que la forma sea la misma sino como deviene en signo apropiado.
Al hablante no le importa la forma lingüística como señal estable e igual a si misma, sino como signo mutante y elástico.
En cuanto a la comprensión no se reduce al reconocimiento de la forma que el hablante utiliza, sino a su comprensión en un contexto dado y concreto, comprensión de su significación en un enunciado: comprensión de su novedad y no reconocimiento de su identidad. Un signo se comprende, una señal se reconoce (esta no se refiere nunca a lo ideológico).
Aunque ni siquiera en las fases de aprendizaje existe la señal pura.
Para una forma lingüística en tanto signo, su momento constitutivo no es su auto-identidad sino su variabilidad especifica.
La señalización sí existe pero está desactivada, absorbida por la nueva calidad de signo.
La forma lingüística que le es dada al hablante  se le da solo dentro de un contexto id dado: en la vida real no pronunciamos palabras sino verdades, mentiras, lo bueno, lo nimio…la palabra aparece llena de un contenido y de una significación ideológica o pragmática. Así es como comprendemos la palabra.
Si separamos (y convertimos en sustancia) la separación de la lengua de la capacidad id, aprehendemos la señal. Así uno de los errores del objetivismo abstracto es la ruptura entre lengua y su capacidad ideológica.

Entonces el “sistema” se obtiene mediante abstracción. .
Encontramos una orientación práctica hacia el estudio de las lenguas muertas y ajenas (filología). La lingüística aparece en los lugares en que aparecen necesidades filológicas, estas generaron la lingüística. Pero faltaron sonidos para dominar el lenguaje vivo en su generación continua. Pues la lingüística así guiada partía de los monumentos antiguos. 
Si bien estos enunciados monológicos eran inalienables de su contexto id, los lingüistas lo arrancan de su contexto y perciben como una totalidad cerrada en si misma.
La definición de la lengua dentro del pensamiento lingüístico es: lengua muerta (y por ende) ajena, escrita. El enunciado acabado, aislado, monologico, no como respuesta activa es el punto de partida del pensamiento lingüístico.
Los monumentos devienen patrón escolar y clásico de una lengua.
Los 1ros filólogos sacerdotes que se dedicaban a descubrir el misterio en las palabras sagradas.
Se trata de filosofema de la palabra ajena y extranjera.

La lengua propia se vive de modo diferente, la lengua materna es familiar, es la atmósfera en que vivimos y respiramos. Pero en la filosofía del lenguaje fue la palabra ajena la que aportó las luces, la religión, la organización política.
Sin embargo, en lugar de generar una conciencia de la importancia de la lengua ajena, la filosofía del lenguaje se ha esclavizado a ella.

El cruce lingüístico es factor principal de la evolución de las lenguas, de hecho puede solucionar el problema del origen del lenguaje.

 N. Ia. Marr: “la lengua es creación de la sociedad, que surge en la interacción tribal producida por necesidades económicas, y viene a ser el sedimento de esta comunidad, siempre multi-tribal”. Además la “cultura nacional” o “lengua materna” es a-científica e irreal pues las lenguas tribales “representan tipos de lenguas híbridas, cruzadas de los elementos simples, de los cuales mediante el cruzamiento se forman todas las lenguas”.
La palabra ajena nos importa en cuanto a su rol determinante en la filosofía delo lenguaje.

Otras consideraciones del objetivismo abstracto:
  • Suele sistematizarse el pensamiento ajeno, una vez que ha pasado la época creadora, cuando la palabra está privada de voz. Esto es incompatible con la comprensión viva e histórica.
  • El trabajo se realiza sobre el enunciado dado (filología) dejando de lado la política exterior. Hay una ruptura con la estructura de la totalidad del enunciado; estas serían comprendidas sobre el fondo de otros enunciados totales en la unidad de una esfera ideológica. 
  • La forma lingüística deviene mediante abstracción en un elemento separado en la realidad, con su propia existencia histórica aislada. No existe el enunciado como totalidad.
  • ¿Cómo concilia la polisemia con la unidad de la palabra? La unidad de la palabra se sostiene al separarse de la pluralidad de sentidos, pues la pluralidad es vista como matices ocasionales de un significado fijo. Es decir, esta orientación es opuesta al proceso vivo de comprensión de los hablantes. Se pretende crear la palabra de diccionario. Además los contextos  de uso de la palabra se conciben comp. Formando una serie de enunciados cerrados y en un mismo sentido, y nunca contrapuestos.
  • La lengua se trasmite de una generación a otra. Cuando en realidad la lengua no se pasa sino que se continúa ininterrumpidamente. La lengua no se recibe sino que uno despierta en ella.

El objetivismo abstracto rechaza el acto discursivo como acto individual, y este es su proton pseudos. Tampoco hay que entenderlo desde la vida individual (como el subjetivismo) sino entenderlo en sus dimensiones sociológicas.

Capítulo 3. Interacción discursiva


El subjetivismo se relaciona con el romanticismo como reacción a la palabra ajena. Fueron los filólogos de la lengua materna, para reestructurar radicalmente el pensamiento lingüístico en base a la vivencia de la lengua vernácula.

También parten del enunciado monologico pero encarado desde la interioridad del hablante, desde la autoexpresión.
La expresión es lo que se forma en la psique individual y que puede ser proyectado hacia fuera mediante signos externos.  Contiene, así, 2 miembros: lo expresado (interno) y su objetivación externa para los demás. Se entiende que lo expresado puede pre-existir fuera de la expresión, en otra forma. La prioridad es lo interno, lo exterior es recipiente del espíritu interno.
En realidad, lo interno al exteriorizarse cambia, pues lo vivenciado se ve obligado a aceptar un cierto compromiso, sin embargo el idealismo ha negado a la expresión en tanto distorsión de la pureza interior.

La teoría de la expresión es radicalmente errónea. La vivencia (expresado y expresión) están hechas del mismo material. No hay vivencia fuera de su encarnación sígnica por eso ni siquiera  podría plantearse la diferencia cualitativa entre lo interno y lo externo. No es la vivencia lo que organiza la expresión sino al contrario, es la expresión la que organiza la vivencia de la por 1ra vez una forma y una determinación del sentido.
Lo que interesa son las condiciones reales del enunciado en cuestión, la situación social inmediata. La palabra está orientada hacia un interlocutor. Presuponemos un cierto horizonte social típico y estable, hacia el cual se orienta la creatividad ideológica del grupo social y de la época a que pertenecemos.
El mundo interior y el pensamiento de todo hombre poseen un auditorio social estable en cuya atmósfera se prefiguran sus argumentos internos, las valoraciones.
La palabra se determina en la misma medida por aquel a quien pertenece como por aquel a quien está destinada. La palabra es el puente construido entre el yo y el otro.
El hablante toma prestada la palabra en cuanto signo del acervo social de los signos existentes, las relaciones sociales determinan la formulación individual del enunciado. Esa “individuación estilística” es reflejo de las interrelaciones sociales. La estructura del enunciado se determina por la situación social más inmediata y más englobadora. Estas determinan el estilo y la forma del enunciado.
Una mínima concientización de una sensación (como el hambre) se expresa bajo formas ideológicas. Fuera de alguna orientación la vivencia no es posible.

Vivencia-yo: aniquilación, pierde contenido id, acercando a la reacción del animal. Desarraigo social
Vivencia-nosotros: diferenciación id según el grado de organización social.
Vivencia de sí mismo: individualismo (forma parte de la vivencia nosotros de la clase burguesa), la seguridad en sí no se extrae de la experiencia interior sino del exterior: interpretación id del reconocimiento social del yo.
La vivencia interna de una persona también es un territorio social.

Sin contar con una objetivación, con una expresión mediante un material determinado la conciencia es una ficción.

La ideología cotidiana (a diferencia del arte, la religión...) es un mundo caótico del discurso interior y exterior desordenado y no asentado, que confiere sentido a nuestros actos éticos o acción.  Los sistemas id articulados deben mantener un vinculo con la id cotidiana, se influyen retroactivamente. Fuera de ella están muertos: la obra debe establecer nexos estrechos con la id cotidiana cambiante.

Estrato inferior de la id cotidiana: hechos azarosos, eventuales, instantáneos. No tienen demasiada fuerza id ni eficacia posterior. Carecen de lógica y de unidad.

Estrato superior: sistemas id mas consistentes, responsables, de índole creativa. Son mucho más móviles y tensos en comparación con una id estructurada, son capaces de trasmitir los cambios de las bases socioeconómicas en forma más dinámica. Aquí se acumulan las energías creativas  con la ayuda de las cuales se llevan a cado cambios parciales o radicales en los sistemas id.

Critica al subjetivismo individual.
  • Debemos rechazar la teoría de la expresión: el centro organizador de cada enunciado se encuentra afuera en el medio que rodea al individuo.
  • Si bien las enunciaciones singulares  representan la única realidad de la lengua, no se puede menospreciar la naturaleza social del enunciado, tratando de derivar la enunciación del mundo interior del hablante.
  • Toda palabra es ideológica; pero no depende este de un psiquismo interior.
  • No podemos tomar comp. Punto de partido el enunciado monologico.

La realidad concreta del lenguaje depende del acontecimiento social de interacción discursiva, llevada a cabo mediante la enunciación y plasmada en enunciados.

Todo enunciado es tan solo un momento en la comunicación discursiva continua (cotidiana, política, literaria). Este intercambio es un momento de un continuo y multilateral proceso generativo de un colectivo social determinado.



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