UNIDAD 1 – 2
Parte
MÁS,
SANTIAGO. “La Revolución
Rusa de 1917”.
Rusia ingresa en la 1º Guerra mundial como aliado de
Francia e Inglaterra, países a los que estaba estrechamente vinculada (mediante
una serie de acuerdos) en torno a intereses que iban desde el reparto de los
territorios conquistados al aporte de capitalistas.
De todas las fuerzas políticas que actuaban en esta
etapa de la historia de Rusia solo los Bolcheviques se opusieron a la guerra,
siguiendo las consignas levantadas por la 2da Internacional en el Congreso de
Basilea.
Rusia no estaba en condiciones para enfrenar a Alemania.
Si bien la economía rusa había crecido en los últimos años, aun estaba lejos de
poseer una potencia industrial acorde con las exigencias de la guerra moderna.
Las tropas rusas fueron de derrota en derrota. Los obreros y campesinos rusos
comenzaron a tomar conciencia de que habían marchado a la guerra por cuestiones
que les eran por entero ajenas.
En el plano interno la guerra sirvió de base para llevar
a cabo una ofensiva contra el movimiento obrero.
En el seno de la Duma se organizo un bloque que abarcaba
desde los octubristas (defensores del manifiesto de octubre de 1905) hasta los
kadetes (demócratas constitucionalistas, liberales). Este bloque, encabezado
por la burguesía, atacaba al gobierno, pero se autolimitaba por su terror a las
masas.
Desde fine de 1915 el movimiento obrero crecía
constantemente: durante ese año se realizaron 1034 huelgas. En enero y febrero
de 1917 el movimiento huelguístico alcanzó su punto más alto.
La
Revolución de Febrero
Los octubristas y los Kadetes vacilaban en tomar la
iniciativa. Mientras los terratenientes y la burguesía cabildeaban en busca de
una solución de masas comenzaron a movilizarse por su cuenta. El 22 de febrero,
enormes multitudes acosadas por el hambre se lanzaron a la calle. Cuando el 26
el zar intentó reprimir al pueblo de Petrogrado las tropas no le respondieron.
La Duma intentaba dar una respuesta a la explosión de masas que se había
producido. Los partidos que la integraban forman un comité provisional. El 1º
de feb se constituye el gobierno previsional.
El
Gobierno Provisional (Kadetes y Octubristas)
Fue encabezado por el Príncipe Lvov.
El gobierno representaba los intereses de los
terratenientes capitalistas y de la burguesía, y pugnó por reconstruir Rusia
sobre nuevas bases. Pero contra ello se alzó el afán de continuar la guerra
cumpliendo los tratados suscriptos por el zar. Esta contradicción entre las
promesas y su cumplimiento lo llevó a enfrentar al pueblo cuando este comenzó a
presionar para que el gobierno cumpliera sus promesas.
Desde un comienzo el gobierno se mantuvo firme con
respecto a la continuación de la guerra.
El patriotismo coincidía con el orden, pues en nombre de
la guerra se trataba de impedir la movilización de masas. Un último sector que
apoyaba la guerra se encuadraba en el “defensivo revolucionario”; estos decían
que Rusia se había convertido en un país donde imperaba la libertad en forma
amplia y esa libertad debía ser defendida de los reaccionarios alemanes. Hasta
no terminar con el peligro alemán la guerra debía continuar. En este sector
militaban los Mencheviques y los socialistas revolucionarios, las dos
principales fuerzas del sóviets.
Hubo sectores de la pequeña burguesía que se beneficiaron
con la guerra.
El
Sóviets
El 27 de feb un grupo de personas de diversos partidos
se autoconstituyó (en Petrogrado) en Comité Ejecutivo Provisional del Sóviets
de Representantes Obreros. Se eligió un delegado por cada mil obreros. Los
Sóviets se extendieron por toda Rusia.
En sus comienzos el sóviets era más parecido a una
asamblea permanente de obreros y soldados que a un órgano de poder de las
masas. La inmensa mayoría de los delegados eran socialistas revolucionarios y
mencheviques.
Las características de los representantes en el sóviets
(elección directa, revocabilidad de los mandatos, rendición de cuentas a sus
representantes, etc.) hicieron que fuera una expresión clara del sentimiento de
las masas, en especial de las masas obreras.
Este carácter fue la razón de la inestabilidad de la
relación sóviets – gobierno, este resultaba incapaz de satisfacer las
principales reivindicaciones populares: fin del hambre y tierra.
El problema básico de los nexos entre el gobierno
provisional y el sóviets era el poder. Las masas derrocaron el zarismo y que la
burguesía y los terratenientes capitalistas se alzaron con el poder. Frente al
gobierno, el sóviets se apoyaba en la mayoría del pueblo y en los obreros y
soldados armados.
Para los Bolcheviques se trataba del desarrollo de los
sóviets y de que éstos tomaran el poder; para que los Mencheviques y
socialistas revolucionarios se trataba de utilizar el poder de los sóviets para
apoyar la gestión del gobierno pues consideraban que en esa etapa de la
revolución el bastón de mando correspondía a la burguesía.
Los
Bolcheviques
El 5 de marzo reapareció Pravda, el periódico que denunciaba al gobierno provisional, lo
caracterizaba como “gobierno de capitalistas y terratenientes”; pedía que el
sóviets convocara a una Asamblea Constituyente y levantaba la consigna de
transformar la guerra imperialista en guerra civil.
Se produjeron variantes en lo político y cambió la
dirección del periódico, que adoptó una posición cercana a la de los
Mencheviques, impulsando la presión sobre el gobierno provisional para hacerlo
cambiar el rumbo.
La posición de Lenin contrastaba con la de los
Bolcheviques del interior de Rusia. El 6 de marzo hace telegrafiar a Petrogrado
el siguiente mensaje: “Nuestra táctica: total desconfianza; ningún apoyo nuevo
gobierno; sospechamos especialmente de Kerenski; única garantía armar
proletariado; elecciones inmediatas para Duma Petrogrado; ningún acercamiento a
otros pedidos”. En este telegrama se sintetiza la posición desarrollada en las
celebres Tesis de Abril expuestas el
4 de abril en Petrogrado.
El centro de las Tesis
era la número 2: “La peculiaridad del momento actual en Rusia consiste en
el paso de la primera etapa de la revolución, que ha dado el poder a la
burguesía por carecer el proletariado del grado necesario de conciencia y de
organización, a su segunda etapa, que debe poner el poder en manos del
proletariado y de las capas pobres del campesinado”. La transición entre ambas
etapas estaba caracterizada por: la plena vigencia de la legalidad (Rusia es
hoy el más libre de todos los países beligerantes); la ausencia de violencia
contra las masas y, la confianza inconsciente de éstas en el gobierno.
El segundo elemento de la línea expuesta en las Tesis consistía en la afirmación de que
no había que adoptar una actitud conciliadora con el gobierno, de que habían
“desenmascarado” y de que era útil exigirle que abandonara su carácter
imperialista pues ello implicaba exigirse que dejara de ser capitalista. Los
sóviets eran “la única forma posible de gobierno revolucionario”, y esto
implicaba una doble tarea: explicar los errores de su política y luchar para
que la totalidad del poder pasara a sus manos.
En relación con la guerra, se consideraba que la única
posibilidad de obtener paz era el derrocamiento del gobierno capitalista. La
táctica de Lenin tenía su centro en el paso de todo el poder a los sóviets. El
paso del poder zarismo a manos de la burguesía y los terratenientes
capitalistas significaba el fin de la etapa burguesa de la revolución.
Por ultimo, la posición de Lenin sobre la guerra no era
“pacifista”. Proponía una paz democrática en la que todas las potencias
renunciarían a las anexiones y a las indemnizaciones. Lo que se trataba era de
defender el poder en manos del proletariado y de los campesinos pobres.
Lenin el debate no quedó enteramente resuelto.
Las Tesis de Abril
1. En nuestra actitud ante la guerra, que por parte de Rusia
sigue siendo indiscutiblemente una guerra imperialista, también bajo el nuevo
gobierno de Lvov y Cía., en virtud del carácter capitalista de este gobierno,
es intolerable la más pequeña concesión al "defensismo
revolucionario".
El proletariado consciente sólo puede
dar su asentimiento a una guerra revolucionaria, que justifique verdaderamente
el defensismo revolucionario, bajo las siguientes condiciones: a) paso del
poder a manos del proletariado y de los sectores más pobres del campesinado a
él adheridos; b) renuncia de hecho y no
de palabra, a todas las anexiones; c)
ruptura completa de hecho con todos los intereses del capital.
Dada la indudable buena fe de grandes
sectores de defensistas revolucionarios de filas, que admiten la guerra sólo
como una necesidad y no para fines de conquista, y dado su engaño por la
burguesía, es preciso aclararles su error de un modo singularmente minucioso,
paciente y perseverante, explicarles la ligazón indisoluble del capital con la
guerra imperialista y demostrarles que sin derrocar el capital es imposible
poner fin a la guerra con una paz verdaderamente democrática y no con una paz
impuesta por la violencia.
Organizar la propaganda más amplia de
este punto de vista en el ejército de operaciones
2. La peculiaridad del
momento actual en Rusia consiste en el paso de la primera etapa de la
revolución, que ha dado el poder a la burguesía por carecer el proletariado del
grado necesario de conciencia y de organización, a su segunda etapa, que debe
poner el poder en manos del proletariado y de las capas pobres del campesinado.
Este tránsito se caracteriza, de una
parte, por el máximo de legalidad (Rusia es hoy el más libre de todos los
países beligerantes); de otra parte, por la ausencia de violencia contra las
masas y, finalmente, por la confianza inconsciente de éstas en el gobierno de
los capitalistas, los peores enemigos de la paz y del socialismo.
Esta peculiaridad exige de nosotros
habilidad para adaptarnos a las condiciones especiales de la labor del partido
entre masas inusitadamente amplias del proletariado que acaban de despertar a
la vida política.
3. Ningún apoyo al
Gobierno Provisional; explicar la completa falsedad de todas sus promesas,
sobre todo de la renuncia a las anexiones. Desenmascarar a este gobierno, que
es un gobierno de capitalistas, en vez de propugnar la inadmisible e ilusoria
"exigencia" de que deje de ser imperialista.
4. Reconocer que, en la
mayor parte de los Soviets de diputados obreros, nuestro partido está en
minoría y, por el momento, en una minoría reducida, frente al bloque de todos
los elementos pequeñoburgueses y oportunistas -sometidos a la influencia de la
burguesía y que llevan dicha influencia al seno del proletariado-, desde los
socialistas populares y los socialistas revolucionarios hasta el Comité de
Organización (Chjeídze, Tsereteli, etc), Steklov, etc, etc.
Explicar a las masas que los Soviets de
diputados obreros son la única forma posible de gobierno revolucionario y que,
por ello, mientras este gobierno se someta a la influencia de la burguesía,
nuestra misión sólo puede consistir en explicar los errores de su táctica de un
modo paciente, sistemático, tenaz y adaptado especialmente a las necesidades
prácticas de las masas.
Mientras estemos en minoría,
desarrollaremos una labor de crítica y esclarecimiento de los errores,
propugnando al mismo tiempo, la necesidad de que todo el poder del Estado pase
a los Soviets de diputados obreros, a fin de que, sobre la base de la
experiencia, las masas corrijan sus errores.
5. No una república
parlamentaria -volver a ella desde los Soviets de diputados obreros sería dar
un paso atrás- sino una república de los Soviets de diputados obreros, braceros
y campesinos en todo el país, de abajo arriba.
Supresión de la policía, del ejército y
de la burocracia. (Nota 1 de Lenin: Es decir, sustitución del ejército
permanente con el armamento general del pueblo)
La remuneración de los funcionarios,
todos ellos elegibles y amovibles en cualquier momento, no deberá exceder del
salario medio de un obrero calificado.
6. En el programa
agrario, trasladar el centro de gravedad a los Soviets de diputados braceros. Confiscación de todas las tierras de los
latifundios.
Nacionalización de todas las tierras
del país, de las que dispondrán los Soviets locales de diputados braceros y
campesinos. Creación de Soviets especiales de diputados campesinos pobres.
Hacer de cada gran finca (con una extensión de 100 a 300 deciatinas, según las
condiciones locales y de otro género y a juicio de las instituciones locales)
una hacienda modelo bajo el control de diputados braceros y a cuenta de la
administración local.
7. Fusión inmediata de
todos los bancos del país en un Banco Nacional ú nico, sometido al control de
los Soviets de diputados obreros.
8. No
"implantación" del socialismo como nuestra tarea inmediata, sino
pasar únicamente a la instauración inmediata del control de la producció n
social y de la distribución de los productos por los Soviets de diputados
obreros.
9. Tareas del partido:
a) celebración
inmediata de un congreso del partido;
b) modificación
del programa del partido, principalmente:
1) sobre el
imperialismo y la guerra imperialista,
2) sobre la
posición ante el Estado y nuestra reivindicación de un
"Estado-Comuna" (Es decir, de un Estado cuyo prototipo dio la Comuna
de Paris)
3) reforma
del programa mínimo, ya anticuado;
c) cambio de
denominación del partido (En lugar de "socialdemocracia", cuyos
líderes oficiales han traicionado al socialismo en el mundo entero, pasándose a
la burguesía (lo mismo los "defensistas" que los vacilantes
"kautskianos"), debemos denominarnos Partido Comunista)
10. Renovación de la Internacional.
Iniciativa de constituir una
Internacional revolucionaria, una Internacional contra los socialchovinistas y
contra el "centro".
La
Crisis de abril
La primera crisis del gobierno provisional se
produjo en torno al problema de la guerra. El gobierno no había roto con la
política exterior zarista. El 14 de marzo el sóviets de Petrogrado aprueba una
resolución llamando a los pueblos del mundo a tomar en sus manos la decisión
del problema de la guerra y la paz.
La única voz disonante es la de Lenin, que
desde Zúrich aprueba la consigna de que los alemanes derroten a Guillermo. La
línea del sóviet significaba un cierto enfrentamiento con el gobierno
provisional. El 27 de marzo el gobierno y el sóviet llegan a un acuerdo que, en
palabras de Miliúkov, “no exigía cambio alguno en la continuación de esa
política”. El 30 del mismo mes la Primera Conferencia de los Sóviets de toda
Rusia aprueba un documento en el cual se exige a los aliados la renuncia a las
anexiones e indemnizaciones y pide al gobierno que lo envié.
El gobierno acepta, pero adjunta una nota
declarando que se comprometa a no suscribir una paz por separado, que busca una
“victoria decisiva” y que apoya las medidas necesarias para evitar una nueva
guerra. El 20 de abril se publica el documento. Al día siguiente las calles se
llenan de manifestaciones que protestan contra Miliúkov.
Las manifestaciones significan un apoyo a la
línea bolchevique. Ya las masas comenzaban el viraje hacia el enfrentamiento
con la guerra.
La crisis de abril abre un abismo entre el
pueblo y los dirigentes del sóviet. El gobierno supera la crisis mediante la
incorporación de los mencheviques y de los socialistas revolucionarios.
La incorporación de seis ministros
socialistas, sobre dieciséis, tenia el objetivo de mejorar las relaciones con
el sóviet. Sin embargo, el dominio de los Kadetes hacia difícil diferenciar la
política del nuevo gobierno de la del viejo.
El
Crecimiento de la Revolución
En el seno del partido bolchevique se
desarrollaba una lucha intensa. El 7 de abril fueron publicadas las Tesis de Lenin, con una nota que
señalaba que ellas eran su “opinión personal”. Las Tesis son discutidas por el
Comité de Petrogrado, que las rechaza.
El triunfo de Lenin inicia el paso de los
bolcheviques hacia su propuesta: diez días después, la conferencia del partido,
conocida como “Conferencia de abril”, aprueba las resoluciones propuestas por
Lenin. A partir de ese momento el partido en su conjunto actúa bajo el objetivo
de hacer que el poder pase a los soviets.
La influencia bolchevique se acrecentaba
constantemente. Su crecimiento se producía fundamentalmente entre el
proletariado urbano.
Mas tarde, con Lenin a la cabeza, los
bolcheviques se hacían cargo del gobierno.
La
Guerra continúa
Durante la primera mitad de 1917, en medio de
la guerra, comienza el renacimiento del movimiento obrero.
A partir de febrero comenzó a reinar, de
hecho, la paz en el frente oriental; los soldados se mantenían en un estado de
asamblea permanente. El gobierno provisional se encontró ante la necesidad de
optar entre la paz por separado y la organización de una ofensiva. Continuar en
la pasividad significaba la desintegración del ejército.
Cuando comenzó el retorno de los emigrados
políticos el gobierno comenzó a discriminar. Los que, como Trotski, se oponían
a la guerra e intentaron regresar por Inglaterra fueron detenidos en campos de
prisioneros.
El desarrollo de la revolución colocó al
gobierno en la necesidad de pasar a la ofensiva. En palabras del general
Denikin: “una ofensiva acompañada por el éxito…podía levantar y purificar su
moral. La victoria proporcionaría la paz externa y también algunas
posibilidades de paz interior. Una derrota abriría ante el estado un abismo sin
fondo. El riesgo era inevitable y estaba justificado por su objetivo: la
salvación del país”.
El 6 de julio la ofensiva había fracasado
estrepitosamente.
Las
Jornadas de Julio
Para junio los Bolcheviques convocaron a una
manifestación en Petrogrado. Sus consignas eran: “todo el poder a los sóviets”.
El problema que se representaba era la
intención del gobierno de la mayoría de los sóviets de hacer desaparecer a los
bolcheviques de la política, y estos aun no estaban en condiciones de soportar
semejante enfrentamiento.
En los primeros días de Julio estallan en
Petrogrado manifestaciones espontaneas que ponen a los bolcheviques ante el
hecho consumado: los obreros y los soldados exigen en la calle el poder para
los sóviets. Los bolcheviques entonces se ponen a la cabeza y pugnan por darle
una organización a estos hechos.
La multitud de factores que originaron estas
manifestaciones espontaneas pueden agruparse: el cansancio de las masas con
respecto a un gobierno que de palabra reconocía sus aspiraciones pero que no
hacia nada por satisfacerlas. A ello se añadió, el 6 de julio, el anuncio del
fracaso de la ofensiva.
En ese momento la situación de los
bolcheviques era muy delicada. Por un lado presionaban a las masas para que se
lanzaran a la toma de poder; por el otro debían frenarlas para evitar que el
combate decisivo se diera antes de tiempo.
La convocatoria de tropas del frente para
reprimir las manifestaciones plasma la alianza de los mencheviques y
socialistas revolucionarios con la burguesía. Los bolcheviques retiran la
consigna de “todo el poder a los sóviets”.
La Puja
por el Poder
A partir de la crisis de julio de abre una
etapa de clara lucha por el poder. El 7 de julio Kerensky forma un gobierno aun
mas derechista que el anterior. El nuevo gabinete inicia un ataque en toda la
línea contra los bolcheviques. Prohíbe las manifestaciones en Petrogrado;
condena los intentos de los campesinos de apropiarse de la tierra.
En conjunto las medidas del gobierno impedían
a los bolcheviques desarrollar su actividad política, pues las principales
prohibiciones se referían a la difusión de sus consignas; además prohibía
explícitamente luchar por cambios en el poder.
El objetivo de las derechas era estabilizar
la situación hasta que se lograra superar la creciente influencia bolchevique.
El gran error de las derechas fue basar su
política exclusivamente en la represión. Los sectores mas lucidos vieron el
peligro e insinuaron que debía buscarse la paz por separado con Alemania.
Por intermedio de un delator policial
aparecieron documentos (falsos) que demostraban que los bolcheviques actuaban a
las órdenes de los alemanes. Los defensores del statu quo creyeron esto. Esta
ceguera política impidió al gobierno articular una repuesta que pudiera frenar
efectivamente el crecimiento bolchevique.
Los bolcheviques no perdieron la serenidad y,
en cierta medida, le dejaron la iniciativa a la derecha y trabajaron para
señalar ante el pueblo de donde venia el peligro contrarevolucionario.
La
irrupción del Campesinado
De febrero a julio los movimientos campesinos fueron
creciendo hasta cubrir toda Rusia. La base de estas movilizaciones eran los
sóviets de campesinos, creados con el aporte de los socialistas
revolucionarios. Desde un comienzo los bolcheviques habían incitado al
campesinado a que ocupara tierras que los sóviets se encargarían de manejar.
La
Sublevación de Kornílov
Las jornadas de julio demostraron que los mencheviques y
los socialistas revolucionarios eran incapaces de detener la ola probolchevique
en el pueblo. La burguesía apeló entonces a la dictadura militar. Kornilov
encontró eco en la Conferencia de Estado, una reunión de partidos e
instituciones que excluyó a los bolcheviques. Kornilov hizo una rápida carrera
bajo el gobierno de Kerenski. En una carta a su ayudante de campo quedó
documentado su programa: “ha llegado el momento de colgar a los agentes
alemanes encabezados por Lenin; de dispersar el sóviet de Representantes
Obreros y Soldados, de forma que nunca jumas llegue a reunirse de nuevo”.
Kornilov comenzó a concentra tropas reaccionarias en los alrededores de
Petrogrado.
La sublevación coloco nuevamente las cosas en su lugar.
Las tropas de Kornilov más que por las balas fueron derrotadas por los
agitadores. En unos días todo el fantasma de los “agentes alemanes” se esfumo y
los bolcheviques que surgieron fortalecidos. A partir de ese momento el
gobierno tiene sus días contados. Kerensky consiguió nuevamente el apoyo de los
Kadetes y de los socialistas revolucionarios y los mencheviques.
Hacia
la toma de poder
En julio loa bolcheviques suman 200.000 militantes.
Rápidamente conquistan posiciones. El 31 de agosto el sóviets de Petrogrado
aprueba, por primera vez, una moción bolchevique; días después conquistan la
mayoría del sóviet y el 25 Trotsky asume su presidencia. De allí en adelante se
multiplican los éxitos.
PLA,
ALBERTO. “De la
Revolución Rusa a la 2da Guerra Mundial”
HOBSWAN,
ERIC. Historia del Siglo XX. Capítulo II: La Revolución Mundial
La finalidad de la
revolución de octubre no era instaurar la libertad y el socialismo en Rusia,
sino llevar a cabo la revolución proletaria mundial.
Las repercusiones de la revolución de octubre fueron
más profundas y generales que las de la revolución francesa. La revolución de
octubre originó el movimiento revolucionario de mayor alcance de la historia
moderna. Tuvo una gran expansión mundial.
En 1918 Europa fue barrida
por una oleada de huelgas políticas y manifestaciones antibelicistas.
Dos años luego de la revolución de octubre, una oleada
revolucionaria barrió el planeta.
El impacto de la revolución rusa en las
insurrecciones europeas de 1918-1919 era tan evidente que alentaba en Moscú la
esperanza de extender la revolución del proletariado mundial.
Muchos regímenes se ajustaron al modelo de la URSS en la segunda oleada
revolucionaria (1944 y 1949) que siguió a la conclusión de la segunda fase de
la larga guerra mundial.
Esta segunda oleada de la revolución social mundial surgió de la segunda guerra mundial, al
igual que la primera había surgido de la primera guerra mundial, aunque en una
forma totalmente distinta. En la segunda ocasión, fue la participación en la guerra y no su rechazo lo que llevó la
revolución al poder.
Durante gran parte del
siglo 20, el comunismo soviético pretendió ser un sistema alternativo y
superior al capitalismo, destinado por la historia a superarlo.
Desde la revolución de
octubre, la política internacional ha de entenderse, con excepción del periodo
1933-1945, como la lucha de las fuerzas del viejo orden contra la revolución
social, a la que se asociaba con la Unión Soviética y el comunismo internacional, que
se suponía que la encarnaban y dirigían.
Ya en los años 80 tenían
poca influencia sobre la política internacional.
La gran guerra concluyó en
medio de una crisis política y revolucionaria generalizada, particularmente en
los países derrotados. En 1918 los cuatro gobernantes de los países derrotados
(Alemania, Autria-Hungria, Turquía y Bulgaria) perdieron el trono, además del
zar de Rusia que ya había sido derrocado en 1917. Por otra parte, los
disturbios sociales también sacudieron a los países beligerantes europeos del
bando vencedor.
Los aliados no vieron ninguna razón para
comportarse generosamente con el centro
de la subversión mundial. Diversos ejércitos y regímenes contrarevolucionarios
se levantaron contra los soviets. Financiadas por los aliados, se enviaron al
suelo ruso tropas británicas, francesas, norteamericanas, japonesas, polacas,
serbias, griegas y rumanas.
Así se produjo la guerra
civil de 1918-1920.
Los únicos factores de
peso que favorecían al nuevo régimen soviético, mientras creaba de la nada un ejército
vencedor, eran:
-
la incompetencia y
división de las fuerzas “blancas”
-
su incapacidad para ganar
el apoyo del campesinado ruso
-
la sospecha de las
potencias occidentales de que era imposible organizar adecuadamente a los
soldados y marineros para luchar contra los bolcheviques.
La victoria del ejército rojo se consumó a finales
de 1920.
Así, contra lo esperado, la Rusia soviética sobrevivió.
Los bolcheviques extendieron su poder y lo conservaron a lo largo de varios años
de continuas crisis y catástrofes.
La revolución sobrevivió
por tres razones principales:
-
Porque contaba con un
instrumento extraordinariamente poderoso: un Partido Comunista fuertemente
centralizado y disciplinado.
-
Porque era el único gobierno
que podía y quería mantener a Rusia unida como un estado, y para ello contaba
con un considerable apoyo de otros grupos de patriotas rusos.
-
Porque la revolución había
permitido que el campesinado ocupara la tierra. Entonces, en el momento
decisivo, la gran masa de campesinos rusos consideró que sus oportunidades de
conservar la tierra eran mayores si se mantenían los rojos que si el poder
volvía a manos de la nobleza. Eso dio a los bolcheviques una ventaja decisiva
en la guerra civil de 1918-1920.
La primera reacción
occidental ante el llamamiento de los bolcheviques a los pueblos para que
hicieran la paz fue la elaboración de los catorce puntos del presiden-te
Wilson, en los que se jugaba la carta del nacionalismo
contra el llamamiento inter-nacionalista de Lenin. Se iba a crear una zona
pequeños estados nacionales para que sirvieran de cordón sanitario contra el
virus rojo. Esto, aunque no sirvió mucho para poner fin a los conflictos
nacionales en el escenario de las revoluciones, frenó el avance de la
revolución bolchevique.
Los bolcheviques
cometieron su error fundamental al estructurar su nuevo movimiento comunista
internacional según el modelo del partido de vanguardia de Lenin. Al hacer
esto, dividieron permanentemente el movimiento obrero internacional.
Con la creación de la Tercera Internacional ,
lo que buscaban Lenin y los bolcheviques no era un movimiento internacional de
socialistas simpatizantes con la revolución de octubre, sino un cuerpo de
actividad totalmente comprometido y disciplinado; una especie de fuerza de
asalto para la conquista revolucionaria. A los partidos que se negaron a
adoptar la estructura leninista se les impidió incorporarse a nueva Internacional
o fueron expulsados de ella.
En el momento que se
reunió la Internacional
perecía posible que el ejército rojo propagara la revolución hacia Occidente.
Pero no se pudo por lo que las perspectivas revolucionarias se desplazaron
hacia el este. Así entre 1920 y 1927 las esperanzas de la revolución mundial
parecieron sustentarse en la revolución china que progresaba bajo el partido de
liberación nacional. Pero luego este se volvió contra los comunistas. Así,
tampoco Oriente estaba preparado para un nuevo octubre.
Producto de esto, en 1921
la revolución se batió en retirada en la Rusia soviética, aunque el poder político
bolchevique era inamovible.
Entre 1928 y 1934 el
movimiento no esperaba ocupar el poder en ningún sitio. Ese cambio se explica
por razones de política interna del Partido Comunista soviético, cuando su
control pasó a manos de Stalin. Prevalecieron los intereses de estado de la Unión Soviética
sobre los afanes de revolución mundial de la Internacional Comunista, a la que
Stalin redujo a la condición de un instrumento al servicio de la política del
estado soviético bajo el estricto control del Partido Comunista soviético.
La revolución mundial
pertenecía a la retórica del pasado.
Se desvaneció la
convicción de que el socialismo enterraría al capitalismo en razón de su
superioridad económica.
Los partidos comunistas orientados hacia Moscú
perdieron a sus líderes como con-secuencia de las divisiones y luchas, pero
sólo se fragmentaron después de 1956, cuando el movimiento perdió su fuerza
vital.
Solo a partir de 1956
tuvieron los revolucionarios la posibilidad de elegir entre varios movimientos
eficaces desde el punto de vista político o insurreccional. Pero todos ellos
eran de inspiración más o menos leninista. Los viejos partidos comunistas continuaban
siendo los grupos más numerosos de la extrema izquierda, pero para entonces el
viejo movimiento comunista había perdido su fuerza interior.
El modelo leninista
ejercía un notable atractivo especialmente en el tercer mundo.
Los revolucionarios
sociales del siglo 20 descubrieron tardíamente la senda de la revolución a
través de la guerra de guerrillas. Con anterioridad a la primera guerra
mundial, la guerrilla no figuraba entre las tácticas de los revolucionarios.
La segunda guerra mundial
ofreció una ocasión más inmediata y general para adoptar el camino de la
guerrilla hacia la revolución: la necesidad de resistir a la ocupación de la
mayor parte de Europa continental por los ejércitos de Hitler y de sus aliados.
Esta revolución ha
transformado el mundo, aunque no en la forma en que lo esperaban Lenin y
quienes se inspiraron en la revolución de octubre. Fuera del hemisferio
occidental bastan los dedos de las manos para contar los pocos estados que no
han pasado por alguna combinación de revolución, guerra civil, resistencia y
liberación frente a la ocupación extranjera, o por la descolonización
preventiva de unos imperios condenados en una era de revolución mundial.
Incluso en el hemisferio occidental se han registrado grandes revoluciones
sociales que han transformado el mundo latinoamericano.
Se han agotado ya las
revoluciones en nombre del comunismo.
La revolución de octubre
fue reconocida como un acontecimiento
que conmovió al mundo.
HOBSWAN,
ERIC. Historia del Siglo XX. Capítulo X: La Revolución Social, 1945-1990.
SPYROPOULOS
GEORGE. “Sindicalismo y Sociedad. Problemas actuales del
Sindicalismo en el Mundo”.
Capítulo IV: El Sindicalismo
Trasnacional e Internacional.
El Movimiento Sindical Internacional se inició en 1864
con la creación de la Primera Internacional Socialista (la Asociación
Internacional de Trabajadores). Tanto la 1ra.; 2da. y 3ra. Internacional
influyeron en la evolución del movimiento sindical mundial. Las primeras
organizaciones internacionales agruparon a sindicatos de la misma profesión
(zapateros, mineros, tipógrafos, etc.); las que unieron a sindicatos nacionales
fueron posteriores y ya en 1914 se contaba con
alrededor de 30 secretarías de ese tipo.
En 1901 se estableció por 1ra. vez una Secretaría
Internacional de Centrales Sindicales, creada a la sombra de la 2da. Internacional, que empezó a tomar la
forma de una verdadera internacional sindical, a partir de 1913 cuando cambió
su nombre por el de Federación Internacional de Sindicatos (F.I.S.). Esta fue
la precursora de las organizaciones sindicales internacionales actuales.
Las influencias exteriores que se han ejercido durante
el siglo XIX se manifestaron en ocasión de acontecimientos que ponían en
contacto sociedades y sistemas iguales: dos guerras mundiales, la Revolución de
1917, la intensificación de los movimientos migratorios internacionales, la
descolonización de África y Asia, la recesión económica de 1929 y la crisis
económica que empezó en 1973, etc. El siglo XX es el siglo de la
transnacionalización y de estructuras políticas, económicas, sociales y
sindicales internacionales. En este proceso hay que distinguir dos fases:
1) Durante las
primeras 5 ó 6 décadas del siglo, el concepto de Estado estuvo en el centro de
los intercambios internacionales y de la acción sindical. Las preocupaciones
nacionales están en el origen de la acción internacional durante este período,
por ejemplo, los sindicatos de los países industrializados apoyan la acción de
la OIT por razones de política nacional: el objetivo es el de generalizar en
todos los países la aplicación de normas ya en vigor en esos países. Otra
manifestación es el desarrollo de contactos bilaterales que influyeran en las
estrategias de los actores sociales en ciertos países. La transferencia de
ideas y de prácticas económicas y sociales de un país a otro se manifestó de
diferentes maneras: a) entre países operando sobre una base de igualdad y de
reciprocidad; b) entre países que tienen entre sí vínculos coloniales o donde
existe otra forma de subordinación política o económica.
Más directas y radicales han sido y siguen siendo las
influencias que ejercen los sindicatos de los países industrializados en la
organización social de los países colonizados o recientemente independizados.
Se pueden distinguir tres formas de influencia: 1) la influencia externa
directa durante la fase colonial (ej.: Francia e Inglaterra en sus colonias de
África y Asia); 2) influencia externa indirecta después del acceso a la
independencia (ej.: Francia e Inglaterra en los años '50 y 60'); 3) y la
ejercida por EE. UU. por intermedio de la A.I.F.L.D. en América latina. En la
mayoría de los países del Tercer Mundo, el sindicalismo experimentó durante
esta época influencias ideológicas exteriores que lo marcan profundamente.
2) A partir de
1960, el proceso de "transnacionalización" entra en una nueva fase
caracterizada por políticas transnacionales de nuevo tipo, políticas que
corresponden a cambios profundos de la economía internacional ocasionados: por
el fortalecimiento de los procesos de integración económica regional y por la expansión de empresas
multinacionales.
La anterior fase estaba caracterizada por una evolución
lenta y bastante bien controlada. La actual coincide con una aceleración de los
cambios estructurales orientados hacia la acentuación de la mundialización de
la economía.
Diferencias que existen entre los principales tipos de
sociedad:
- Sociedad pluralista:
económicamente desarrollada en Occidente. Los sindicatos son fuertes,
independientes, poderosos, influyentes y prestigiosos.
- Centralismo revolucionario de la URSS
y otros países socialistas en donde el sindicalismo tiene un status formal
muy elevado pero está controlado por el partido político en el poder.
- El modelo
de segmentación y de dependencia económica
que caracteriza a la mayoría de los países en desarrollo. Los trabajadores
son organizados, tienen un status y un poder intermedio en el sistema
nacional, pero sus organizaciones son dependientes de las condiciones
externas y sometidas a influencias externas
Las organizaciones sindicales Internacionales y Regionales
Evolución
Histórica
La primera aparición de una organización sindical
internacional compuesta de centrales sindicales nacionales coincidió con el
comienzo de siglo, pero recién en 1913 aparece la verdadera internacional
sindical: la Federación Internacional de Sindicatos (F.I.S.).
La Federación Sindical Mundial (F.S.M.), sucesora de la
F.I.S. fue creada en 1945, como organización sindical única, con el objeto de
contribuir al mantenimiento de la paz duradera y de la unión entre los aliados.
Esta unidad fue de corta duración (cuatro años). Tuvo que enfrentar conflictos
internos de carácter ideológico que condujeron en 1949 a la retirada de los
sindicatos de los principales países occidentales y a la creación de la
C.I.O.S.L. (Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres) en
un período que desembocó en la llamada "guerra fría".
A partir de 1949, la historia de las organizaciones
sindicales internacionales está marcada por la por la competición
ininterrumpida entre la FSM y la CIOSL para ganar adherentes, influencia y prestigio,
dado que la precursora de la CMT, la Confederación Internacional de Sindicatos
Cristianos (CISC), central de pequeño tamaño, se mantuvo fuera de competición.
Los
Sindicatos y la O.I.T.
La creación y la evolución histórica de la Organización
Internacional del Trabajo está ligada a la historia del movimiento sindical
tanto nacional como internacional. El progreso social exigía una acción
internacional por lo que los esfuerzos de los sindicatos durante los treinta o
cuarenta años que precedieron a la creación de la O.I.T. en 1919 fueron pasos
decisivos orientados a la creación de la misma.
Durante la 1ra. Guerra Mundial, diferentes centrales
sindicales, nacionales e internacionales, adoptaron resoluciones y pliegos de
peticiones para ejercer presión sobre la conferencia de paz. Cuando ésta se
reunió, cuatro sindicalistas fueron nombrados miembros de la Comisión de
Legislación Internacional del Trabajo (órgano precursor de la O.I.T.). Las
recomendaciones de esta Comisión fueron la base de la parte XIII del Tratado de
Versalles, y éste fue a su vez el fundamento de la Constitución de la O.I.T. Esta,
por su estructura tripartita y por sus principios, ha sido una institución
estimulante para los sindicatos colocando a los representantes de los
trabajadores en un pie de igualdad con los de los gobiernos y de los
empleadores. La O.I.T. contribuyó a la consolidación del sindicalismo,
considerado como una de sus tareas principales, así como la adopción de normas
internacionales relativas a la libertad sindical y a otros aspectos
fundamentales de las relaciones laborales.
Las
Organizaciones Sindicales Internacionales
Hay tres principales organismos sindicales
internacionales (la F.S.M., la C.I.O.S.L. y la C.M.T.). No existe un movimiento
obrero único a nivel internacional y tampoco una organización concertada a
nivel mundial.
Existe un cierto número de centrales sindicales
nacionales que no tienen afiliación internacional o regional. Algunas son
pequeñas organizaciones poco conocidas, pero otras son grandes y desempeñan un
papel importante en la escena internacional (por ej. la Federación Nacional de
Sindicatos de China - FNSCh; la Confederación de Sindicatos de Yugoslavia -
CSY; el CUT de Brasil; etc.).
Las tres organizaciones globales han establecido en
casos, un "modus operandi" que
les permite coordinar su acción y gozan de un estatuto consultivo pleno con la O.I.T.
Durante los últimos diez o quince años, las centrales internacionales han
mostrado un interés más amplio por las cuestiones económicas en general, por la
paz, el desarme, las empresas multinacionales.
La repartición de las fuerzas sindicales a nivel mundial
era hasta 1989 la siguiente:
- La F.S.M.: afiliados
en muchas partes del mando, principalmente, en los países socialistas de
Europa del Este;
- La
C.I.O.S.L. con menos miembros en total, dispone de una composición
internacional mas amplia;
- La
Confederación Mundial del Trabajo (C.M.T.), concentrada en un número
pequeño de países, especialmente en Europa Occidental y América Latina.
a)
La Federación Sindical Mundial (FSM)
Fue creada en 1945, como organización única, con objeto de contribuir al
mantenimiento de la paz y de la unión entre los aliados.
Tuvo que enfrentar conflictos internos de carácter ideológico que
condujeron en 1949 a
la retirada de los sindicatos de los principales países occidentales y a la
creación de la C.I .O.S.L.
Esta central se transformó, a partir de 1949 en la expresión del
sindicalismo de tipo marxista-leninista y se identifica con la política seguida
por la Unión Soviética.
Las reformas políticas y económicas experimentadas por la misma a partir
de 1985 no fueron suficientes para realizar un revisión radical del
sindicalismo internacional ya que sus estructuras quedaron intactas a pesar de
los cambios. La disminución reciente de los organismos oficiales en la mayoría
de los países de Europa Central y Oriental tiende a ser sustituida por un nuevo
tipo de sindicatos independientes del poder y del partido, democráticos y
pluralistas.
Bajo la presión de la política de la “perestroika”, la FSM había
emprendido su autocritica, que culminó con las decisiones tomadas por el 12º
Congreso de la FSM (1990).
El congreso se ha pronunciado a favor de la construcción de una
organización nueva “desideologizada” y pragmática, más cercana de las
realidades regionales y ocupacionales, autónomas frente al Estado y abiertas a
la confrontación y al pluralismo de opiniones. La lucha de clases ha sido
suprimida de los estatutos.
b)
La Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL)
Nació en 1949 con el propósito de dar una respuesta
sindical de alcance internacional a la FSM. En 1987, la CIOSL declaraba contar
con 142 organizaciones afiliadas en 97 países.
Las actividades tornan esencialmente a tres formas:
·
Actividades de Representación: la CIOSL
mantiene una estrecha relación con la OIT, resultado de una política de
presencia.
·
Actividades de Organización: consisten en la
promoción y fortalecimiento de sindicatos independientes en los países del
Tercer Mundo.
·
Actividades de Servicio: son
esencialmente actividades de educación, de formación, de investigaciones y de
documentación.
Como su rival la FSM, la CIOSL ha mostrado un interés
creciente por los asuntos económicos, comerciales, financieros, etc. Y ha
diversificado aun más sus campos de interés y de intervención.
La CIOSL suele expresar su deseo de ser una gran central
sindical democrática, en oposición a la expresión del sindicalismo comunista de
la FSM. Su objetivo es de “unir a los trabajadores de los sindicatos libres y
democráticos”. Para la FSM, la CIOSL era una organización “anticomunista”. Para
los sindicalistas cristianos y ciertos empleadores, sigue siendo un central
“socialista”. La verdad se sitúa en estos dos extremos: solo una parte de las
organizaciones afiliadas a las CIOSL se identifican con los principios
socialistas o social–demócratas. Los demócratas–cristianos representan un
porcentaje importante de los afiliados de la CIOSL.
La CIOSL se presenta actualmente como una combinación de
dos estrategias: la de la social-democracia europea, por una parte, y la de la
poderosa central norteamericana, la AFL-CIO (muy reformistas y nada de
revolucionaria). Por ejemplo: es la componente social-demócrata que prevalece
en las actividades de la CIOSL en América Latina, mientras que la componente
norteamericana se manifiesta a menudo en Asia.
En conclusión, se puede afirmar que la CIOSL es, en su
gran mayoría, una organización representativa sobre todo de los intereses de
los sindicatos de los países industrializados, bien estructurados,
relativamente ricos, que operan en un contexto político de democracia
pluralista. Esta en competición con las otras internacionales para mantener y
desarrollar su implantación en América Latina.
c)
La Confederación Mundial del Trabajo (CMT)
Creada en 1968, la CMT es producto de las Confederación
Internacional de Sindicatos Cristianos (CISC), creada en 1920, pero
desconfesionalizada. Ahora la CMT es laica.
La CMT cuenta con 11 Federaciones Internacionales
Profesionales.
Se dirige a todos los trabajadores que compartan sus
valores fundamentales y sus objetivos y posiciones: la condena del capitalismo
y del estatismo marxista y de todo tipo de dictadura: la lucha por los derechos
humanos y sindicales: la prioridad al Tercer Mundo en sus acciones; la
concepción del desarrollo solidario. El programa actual de la central (1990),
incluye acciones en campos tales como: la defensa de los derechos humanos; la
lucha contra toda forma de discriminación: la acción a favor de la paz; la
defensa del empleo; la búsqueda de un nuevo orden económico; la acción sindical
frente a las empresas multinacionales; la defensa de la condición de la mujer
trabajadora, etc.
El éxito relativo de la CMT en América Latina se debe,
al énfasis que esta central pone sobre un sindicalismo independiente y
realmente no-alineado, así como a sus esfuerzos para estimular y apoyar en el
Tercer Mundo el fortalecimiento de un sindicalismo original, adaptado a las
necesidades de los trabajadores de esas regiones, ajeno a modelos impuestos
desde el exterior.
Las
Organizaciones sindicales Regionales
Durante los años '80 se ha registrado una expansión de
organismos regionales de trabajo. Esta evolución es en parte la consecuencia
natural del crecimiento de las organizaciones regionales intergubernamentales y
de los programas de asistencia y de cooperación técnicas a éste nivel. También
hay una expansión de organismos sub-regionales. La mayoría de las
organizaciones sindicales regionales han sido establecidas por la C.I.O.S.L. o
por la C.M.T.
La F.SM. se limita a celebrar con organismos regionales
y no tiene estructuras regionales propias.
La Situación de América Latina: organizaciones
sindicales regionales creadas para cada una de las centrales internacionales:
la ORIT (Organización Regional Interamericana de Trabajadores), afiliada a la
CIOSL; la CLAT (Central Latinoamericana de Trabajadores), afiliada a la CMT; y
el CPUSTAL (Consejo Permanente por la Unidad de los Sindicatos de Trabajadores
de América Latina), organización aliada a la FSM pero formalmente
independiente.
La Organización para la Unidad
Sindical Africana (OUSA): la OUSA fue creada en 1973 como una tentativa de
restructuración del sindicalismo africano sobre una base unitaria y
panafricana, fuera de las demás internacionales sindicales.
La Confederación Internacional de
Sindicatos Árabes (CISA): la única representante de los trabajadores árabes a
nivel internacional.
Los
Sindicatos frente a la mundialización de la Economia
La aparición y la expansión de las empresas multinaciones
durante los últimos 30 años constituye el aspecto principal de la
mundialización de la vida de la económica y social.
Estas empresas son bastante heterogeneas, tanto por su
tamaño, como por la naturaleza de su producción o por el tipo de tecnología
utilizada.
La mundialización progresiva del sector de los servicios
(turismo, publicidad, bancos, etc.) constituye quizás la evolución mas
significativa de los años pasados.
Diversos observadores de la escena social y la mayoría
de los sindicalistas ponen en duda la contribución de las empresas
multinacionales a la creación de empleos.
Políticas
laborales de las Empresas Multinacionales
Tienen una característica común: producen y operan en
varios países a la vez.
El comportamiento de estas empresas en tanto que
entidades socio-economicas frente a las organizaciones sindicales y al mundo
laboral en su conjunto, esta dictado por la especifidad de sus estructuras. Las
conductas de trabajo y de vida de sus empleados dependen de las empresas
multinacionales mediante las estructuras nacionales que estas utilizan.
Las preocupaciones legitimas de los sindicatos frente a
los particularismos de las firmas multinacionales, tanto en los países en
desarrollo como en los países industrializados son de otras índoles:
- La Dualidad de los centros decisivos que
complica el trabajo de los sindicatos. En lo que se refiere a la política
de inversiones y los aspectos financieros, hay una centralización de las
operaciones.
- La Flexibilidad de las operaciones económicas, por ejemplo,
la posibilidad de deslocalizar una actividad. Básicamente, me mudo a otro
país.
- La Opacidad de las cuentas financieras y la gran
variedad de estructuras jurídicas que se ofrecen al capital multinacional.
No se sabe cuanto tienen las multinacionales, por lo tanto los sindicatos
no tienen de donde agarrarse para negociar.
La
Respuesta Sindical
Las estrategias sindicales frente al crecimiento de las
empresas multinacionales varian mucho seguen los países y los sectores de
actividad económica. Los sindicatos tienen prioridades y maneras de acción
diferentes, según el tipo de sociedad a la cual pertenecen: sociedad
pluralista, sociedad de centralismo revolucionario, sociedad de segmentación y
de dependencia económica.
Aun dentro del mismo tipo de sociedad, las reacciones
sindicales varian según el grado de centralización del movimiento sindical. Un
sindicalismo descentralizado a nivel de las empresas, como el norteamericano,
se opondrá a todas las transferencias de actividades, es decir de empleos,
hacia países con salarios bajos, mientras que un movimiento sindical
centralizado a nivel nacional, mas preocupado por el interés general de los
trabajadores del país en su conjunto, puede adoptar una posición diferente.
En la búsqueda de modalidades de acción eficaces, los
sindicatos utilizaron dos caminos complementarios: 1) el camino de la acción
directa y de la negociación, 2) y el camino de la reglamentación legislativa
internacional.
Las iniciativas sindicales a nivel transnacional, se
puede distinguir entre tres tipos de acción sindical:
a)
Reunión de informaciones y de documentación;
b)
Coordinación de acción sindical; y
c)
Promoción de negociaciones colectivas a nivel
transnacional (y posiblemente conclusión de acuerdos colectivos
transnacionales).
El éxito de estas iniciativas depende de las existencia
de estructuras sindicales apropiadas, de organizaciones sindicales que puedas
actuar a nivel de las políticas laborales de las empresas multinacionales.
Papel
de las Organizaciones Sindicales Internacionales
La experiencia de los últimos 25 años ha demostrado que
este papel es bastante modesto, y en definitiva, poco eficaz.
Las organizaciones sindicales internacionales, que
agrupan a las confederaciones sindicales nacionales, no son las estructuras mas
adecuadas para enfrentar los problemas específicos del trabajo de las empresas
multinacionales, sobre todo cuando se trata de problemas limitados a una de
estas empresas.
Las confederaciones sindicales internacionales tuvieron
mas éxito con sus esfuerzos de reglamentar, a nivel internacional, la política
laboral de las empresas multinacionales, por intermedio de la adopción de
Códigos de Buena conducta.
Secretarias
Profesionales Internacionales
Han demostrado más eficacia en la lucha a favor de los
trabajadores de las empresas multinacionales.
Mientras que las Confederaciones Sindicalistas
Internacionales intervienen esencialmente en las discusiones y las
negociaciones que se desarrollan en el seno de organismos intergubernamentales
internacionales (tales como la OIT), las Secretarias Profesionales
Internacionales concentran su acción en la coordinación de acción sindical a
nivel de las ramas especificas de actividad y la promoción del dialogo y de la
negociación colectiva, tanto en el marco de las empresas multinacionales, como
en materia de integración económica regional.
Una de las actividades más importante de las Secretarias
Profesionales ha sido su esfuerzo de crear nuevas estructuras sindicales: los Consejos Sindicales Mundiales,
instituidos en el marco de grande compañías multinacionales.
Tres tareas principales fueron asignadas a estos
consejos: 1) difusión de informaciones, 2) acciones de solidaridad y 3)
coordinación de la acción sindical a nivel de cada una de las compañías
multinacionales. La tercera no la logró.
ZAPATA
FRANCISCO. “Autonomía y
subordinación en el Sindicalismo Latinoamericano”. Introducción y
1º Parte: Capítulo 1 y 2.
En América Latina, desde fines del siglo XIX, y como
resultado de procesos como la implantación de capitales extranjeros, de la migración
del campo a las ciudades, y de la urbanización y de la industrialización, se
empezaron a formar organizaciones de trabajadores alrededor de los centros
productivos (puertos, ferrocarriles, servicios públicos).
La crisis del Estado oligárquico permite el acceso de
nuevos grupos sociales a la estructura de poder, especialmente las clases
medias que intentaban desplazar a la oligarquía en alianzas con el
sindicalismo. Dicha alianza sentó las bases de lo que sería el Estado
populista.
Las primeras organizaciones surgieron en el desamparo
total, no tenían derechos ni protecciones legales. Buscaron institucionalizarse
a través del conflicto y de la presión sobre el sistema político. Se trataba de
constituir una acción colectiva que permitiera el crecimiento y la
consolidación del movimiento obrero, apareciendo lo que se puede llamar la
política sindical.
El conflicto tuvo un papel muy importante ya que
permitió la unión del movimiento obrero. A partir de la toma de conciencia de
clase, el sindicalismo pasó a otro nivel que es la negociación y la
participación política.
La causa del sindicalismo se limitó a la administración
de demandas económicas, sociales y educativas de los trabajadores. La
definición de movimiento obrero implicó la búsqueda del lugar de la clase
obrera en la estructura social, dándole al trabajador voz y voto en el proceso
de toma de decisiones en la
sociedad. La ampliación de la participación de los
trabajadores estuvo dada por la expansión del sufragio.
La política sindical tendió a fortalecer a los partidos
políticos que canalizaron sus reclamos. Los sindicatos buscaron nexos con
dichos partidos a través de la participación de sus líderes.
Modelos
de desarrollo y transiciones
Se distinguen tres etapas históricas: el crecimiento hacia
fuera, crecimiento hacia adentro y la etapa actual, cada una de las cuales está
relacionada con una fase del movimiento obrero: heroica, institucional y
excluyente. Se distinguen 2 tipos de sindicalismo: el de clase, típico de
Bolivia, Chile y Perú y el populista, típico de Argentina, Brasil o México.
Crecimiento
hacia fuera
La característica central de este periodo es la
existencia de un sector exportador que domina la economía y que contribuye a
reorganizar lo que había sido un sistema económico centrado en la agricultura
de las haciendas y en el mercado interno. La dinámica económica pasa a
concentrarse en la satisfacción de una demanda externa que corresponde a las
necesidades de la reproducción de las inversiones extranjeras que se localizan
en nuestros países desde fines del siglo XIX.
Se abren las exportaciones, aparecen nuevas formas de
producción, nuevas redes de comunicación (ferrocarriles, puertos), nuevos
servicios (financieros, comerciales, bancarios). Aparecen nuevos sectores
laborales y más trabajadores en las ciudades por el crecimiento de la Administración Pública
y los servicios, con lo que el peso del campo va disminuyendo.
Se generó un discurso anti-imperialista que se
caracterizó por plantear la defensa del patrimonio nacional amenazado por la
creciente inversión extranjera. A partir de allí se intentó emprender un
proyecto basado en recursos internos y orientado a satisfacer las necesidades
de cada país.
En esta época no se observa un marco institucional que
regulara las relaciones sociales que se derivaban de este modelo económico.
Esta falta originó el carácter heroico de la acción obrera ya que los
trabajadores no tenían canales de acceso al poder.
El
período de la industrialización sustitutiva (crecimiento hacia adentro)
La industrialización por conducto de la sustitución de
importaciones, se generaron dentro de las tensiones provocadas en el régimen
oligárquico por la ausencia de mediaciones entre modelo de acumulación y marco
institucional y a partir del detonante de la crisis económica de 1929 (caída de
la bolsa de Nueva York). Con esta crisis, cambió la relación entre América
Latina y el resto del mundo, ya que la imposibilidad de seguir importando
obligó a aumentar la sustitución de las importaciones. Se produce el cambio de
un régimen oligárquico en uno populista.
La industria comienza a tomar vuelo propio y a emprender
nuevas inversiones. Se desarrolla la industria textil y la producción de
alimentos envasados y el calzado. Hay una emigración del campo a las ciudades a
causa de las nuevas industrias que se reabren en los grandes distritos. El
Estado se transformó en benefactor entre el obrero y el patrón ya que permitió
la participación de los trabajadores en la estructura de poder, legalizando la
organización sindical, el derecho de huelga y la seguridad social. Las
relaciones laborales estuvieron conformadas por empresarios/sindicatos/Estado.
Fue importante para este modelo el planteamiento
identificado con el desarrollismo y la modernización. Los
sindicatos y los partidos asociados en ellos se constituyeron como agentes de
control de las masas. El desarrollismo produjo la idea de que los frutos del
desarrollo iban a alcanzar para todos produciéndose en este período reformas
sociales y económicas que ampliaron la participación de los trabajadores a
través de su integración en el proyecto. Tambien dieron lugar a una expansión
de la participación electoral y al desarrollo de un proceso de consolidación de
la ciudadanía. El populismo le dio al pueblo la sensación de estar dentro de la
sociedad y de la nación.
Si bien este modelo transformó el aparato productivo, no
pudo impedir que el producto se concentrara en pocas manos, es decir que no fue
capaz de generar progreso para todos.
En el campo la ausencia de modernización de las maquinarias
impidió la baja de los precios de los alimentos y un abastecimiento creciente
para la población. Por
último, los sindicatos movilizaron a sus afiliados por mejoras salariales y por
un acceso al consumo. Todas estas demandas chocaron con la rigidez del sistema
político. Las crisis de este modelo generaron en Latinoamérica golpes militares
que por lo general cuestionaron a los regímenes populistas.
El
periodo del desarrollo transnacionalizado (Etapa actual)
A partir de los
golpes militares de los años ‘60 y ‘70 se inicia el desmantelamiento del modelo
de desarrollo que había asociado la industrialización sustitutiva con el
régimen populista. En el nuevo modelo de acumulación se rompe el pacto
empresarios, Estado y trabajadores. Los militares pusieron en marcha una nueva
estrategia la cual propuso que el desarrollo de la región latinoamericana no
era incompatible con la penetración del capital extranjero en la industria, con
la apertura a productos extranjeros y con la privatización de empresas estatales.
A partir de la década del ’60 la localización del
capital transnacional se desplazó a sectores industriales como automotrices y
textiles. El modelo de acumulación y el marco institucional de regulación de
las relaciones sociales tiende a separarse, perjudicando a este último.
Corporativismo
La
expansión capitalista se dió dentro de un marco político corporativo estatal en
América Latina. Fue importante el papel del sindicalismo ya que era funcional
en la construcción del modelo capitalista de producción. Los empresarios para
realizar inversiones dependían del aporte estatal y al mismo tiempo el
movimiento obrero no fue autónomo sino que dependía del Estado para cumplir con
sus objetivos.
Entre 1890 y 1930 el Estado buscó su legitimidad a
través del sufragio universal y la legislación social. Entre 1960 y 1990 se
produjo un cambio en el Estado que regresó al centro político y debió resolver
su relación con los militares y con los grupos populares que fueron desplazados
del sistema político.
El nuevo Estado se identificó con el neo-liberalismo y
por lo tanto buscó construir una base social que se identificara con los
empresarios para modernizar la economía. Pero no se pudo romper los lazos con el
corporativismo ya que esto implicaba una ruptura de los mecanismos de la
política a la cual están acostumbradas las élites. El nuevo Estado no tenía
interés en generar mecanismos de distribución del ingreso o políticas sociales
capaces de atraer al obrero al Estado populista.
La
fase heroica
Las luchas anti-imperialistas tuvieron un papel
importante en el desarrollo de iniciativas organizativas que dieron lugar a la formación de los
sindicatos. La mezcla de elementos como los del marxismo y la Revolución Rusa
fueron la base para la formación de los sindicatos en Latinoamérica.
Aparecieron también las mutuales de carácter urbano, que agruparon a los
artesanos en el siglo 19 y se transformaron en sindicatos a principios del
siglo 20. Los sindicatos promovieron la creación de mecanismos para
institucionalizar sus demandas y a partir de su organización y movilización de
masas quisieron salir de la naturaleza heroica del principio y se enfrentaron
con las fuerzas represivas del Estado oligárquico.
A la creación de los partidos políticos siguió la
creación de sindicatos que fueron su base de apoyo. El pensamiento reformista
de las élites que buscaban mecanismos para resolver la explotación
indiscriminada dió origen a los proyectos de legislación social.
Las oligarquías se vieron obligadas a abrir el espacio
político y a iniciar “una democratización por vía autoritaria” que neutralizó
las presiones que ejercían los sindicatos en la estructura política. Existe una
hipótesis de que el Estado populista fue el resultado de un sindicalismo
antiestatista y poco interesado en la toma del poder político (anarquismo);
mientras que el Estado de clase, represor y poco interesado en consolidar bases
populares fue el resultado de un sindicalismo leninista.
La
fase institucional
Durante los años 20/30, el Estado oligárquico entró en crisis.
Los grupos medios tomaron el poder y reemplazaron a las oligarquías; la acción
sindical se institucionalizó a través del paquete de leyes sociales (en algunos
países tomaron la forma de códigos de trabajo); la acción sindical quedó
regulada suprimiendo la libertad de difusión y limitando las posibilidades de
acción.
Este cambio tiene que ver con la sustitución de
mercadería la cual aumenta los cambios en la estructura ocupacional lo que
provoca a su vez un cambio en la trayectoria sindical.
Durante los años ‘20 y entrados los ’40 se generan
organizaciones sindicales nacionales que agrupan a sindicatos profesionales y
de empresa o a sindicatos por rama de actividad. La Confederación General
del Trabajo (C.G.T.) en Argentina asumió la representación nacional de los
sindicatos y desempeña un papel importante para la negociación del salario
globalmente. La consolidación del sindicalismo fortaleció al Estado populista y
se produjo un aumento considerable de la afiliación sindical.
La
fase excluída
A
fines de los años ’70, entró en crisis el modelo de industrialización
sustitutiva de importaciones. Se producen déficits en la balanza de pago por
los altos volúmenes de importación de bienes intermedios. Comienzan períodos de
inflación y se generan movilizaciones sociales de los sectores que iban
perdiendo poder. Todo esto se reflejó en golpes militares que cuestionaban al
Estado populista.
Los militares desmantelaron el corporativismo que había
permitido la participación directa del
aparato sindical en el Estado. Cambia la estructura ocupacional provocando
cesantías, sub-empleo y se fortalece el sector terciario. Esto repercute en el
sindicalismo que pierde una parte considerable de sus afiliados.
Los Estados de facto modificaron los modos de inserción
política del movimiento obrero suprimiendo el sindicalismo. La década de
flexibilización del '80, fue marcada por la escasa intervención sindical, a
causa de la apertura comercial internacional en el mercado de capitales, de
trabajo y de servicios. Es decir, la desregulación de los 3 mercados.
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