Bourdieu, Pierre - “Los usos del pueblo” - Seminario de cultura popular y masiva - Cátedra: Alabarces
Bourdieu, Pierre - “Los usos del pueblo” - Seminario de cultura popular y masiva - Cátedra: Alabarces
Las
discusiones a propósito del ¨pueblo¨ y de lo ¨pop¨ deben aclararse teniendo en
cuenta que lo pop es ante todo una de las apuestas de lucha entre los
intelectuales. Sentirse autorizado para hablar del ´pueblo¨ es una fuerza en
las luchas internas en los diferentes campos. Máxima en el campo político y
mínima en el campo literario y el campo religioso se sitúa entre los dos. Las
tomas de posición sobre ¨el pueblo¨o lo ¨pop¨dependen en su forma y su
contenido de intereses específicos ligados a la pertenencia al campo de
producción cultural y a la posición ocupada en el seno de ese campo. Hay que
recordar la frontera que separa a los profesionales y los profanos. El
profesional tiende a descalificar al ¨vulgar profano¨ que lo niega en tanto
profesional. Los clérigos están siempre
inclinados a condenar como magia y a someter a una depuración, las prácticas
religiosas que no manifiestan el ¨desinteres¨.
Si
lo popular negativo es decir ¨vulgar¨ se define como el conjunto de los bienes o de
los servicios culturales que representan un obstáculo para la imposición de
legitimidad por la cual los profesionales tienden a producir el mercado creando
la necesidad de sus propios productos, lo popular positivo es la pintura ingenua o
la música folk.
La
mayor parte de los discursos que se hicieron o se hacen en nombre del pueblo
provienen de productores que ocupan posiciones dominadas en el campo de
producción. El pueblo es un refugio contra el fracaso. La relación que los
productores que surgieron de él, mantienen con el pueblo tiende a variar en el
curso mismo de su vida, según las fluctuaciones de su capital simbólico en el
seno del campo. Los escritores salidos de las regiones dominadas del espacio
social pueden jugar con su supuesta proximidad al pueblo, reivindicar orgullosamente
sus orígenes y que se sirve de ¨su¨pueblo y de su ¨sentido de pueblo¨ para
imponerse en el campo intelectual. Revindicar con orgullo sus orígenes pobres,
sabiendo que no puede sino obtener de ello aumento de mérito y de rareza. Pero
en el campo político es donde el uso del ¨pueblo¨y de lo ¨popular¨es mas
directamente rentable. La eficacia simbólica del obrerismo: esta estrategia
permite a aquellos que pueden reivindicar una forma de proximidad con los
dominados colocarse como poseedores de una suerte de derecho de precedencia
sobre el pueblo. Les permite asumir o reivindicar todo lo que los separa de
sus competidores al mismo tiempo que enmascarar el corte con ¨el pueblo¨que
está inscrito en el acceso al rol de portavoz.
La
relación con los orígenes es vivida de manera demasiado visceral y dramático.
El principio de las diferentes maneras de situarse con relación al pueblo
reside todavía y siempre en la lógica de la lucha en el seno del campo de los
especialistas antiintelectualistas que inspira a veces a los intelectuales de
primera generación.
El
análisis previo de la relación objetiva con el objeto se impone de manera imperativa al investigador si quiere escapar a
la alternativa del etnocentrismo de clase y del populismo, que es su forma
inversa. El populismo tiene por efecto hacer desaparecer los efectos de la
dominación: interesándose en mostrar que ¨el pueblo¨no tiene nada que envidiar
a ¨los burgueses¨ en materia de cultura, olvida que los dominantes determinan a
cada momento la regla del juego por su existencia misma.
Se
objetará que se puede salir de este juego y pedir al pueblo que arbitre de
alguna manera en las luchas de los intelectuales por él. ¿Pero todo lo que
dicen las personas comúnmente designadas como ¨el pueblo¨ es realmente ¨popular¨ y todo lo que sale de
la boca del pueblo es realmente popular y todo lo que sale de la boca del pueblo
verdadero es la verdad del pueblo? Nada es menos seguro. Es necesario volver a
captar todo el sistema de relaciones del cual es producto, todo el conjunto de
las condiciones sociales de producción de los productores del discurso (en
particular la escuela primaria) y del discurso mismo, por lo tanto todo el
campo de producción del discurso sobre el pueblo.
La
cultura popular, las categorías mismas que se emplean para pensarla, las cuestiones
que se plantean son inadecuadas. Mas que hablar en general sobre la cultura popular,
tomaré el ejemplo de lo que se llama la lengua popular.
Es
paradójico en efecto definir la lengua dominada con relación a la lengua
dominante que no se define ella misma mas que por referencia a la lengua
dominada. No hay en efecto otra definición de la lengua legitima, sino que es
rechazo de la lengua dominada, con la cual instituye una relación que es la de
la culutra con la naturaleza. Lo que se llama ¨lengua popular¨, son modos de hablar
que, desde el punto de vista de la lengua dominante, aparecen como naturales,
salvajes, bárbaras, vulgares. Aquellos que hablan de lengua o de cultura popular son
víctimas de la lógica que lleva a los grupos estigmatizados a reivindicar el estigma
como signo de su identidad.
Forma
distinguida de la lengua vulgar, el argot es el producto de una búsqueda de la
distinción, pero dominada y condenada. Cuando la búsqueda dominada de la
distinción lleva a los dominados a afirmar lo que los distingue, es decir eso
mismo en nombre de lo cual ellos son dominados y constituidos como vulgares ,
¿hay que hablar de resistencia? Esta contradicción está inscrita en la lógica
misma de la dominación simbólica. La resistencia puede ser alienante y la
sumisión puede ser liberadora. Tal es la paradoja. La resistencia se sitúa en
terrenos muy distintos del de la cultura en sentido estricto, donde ella no es
nunca la verdad de los más desposeídos y toma las formas mas inesperadas,
invisibles.
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