Populismo-gentismo
ü Los
gobiernos populistas en América Latina siempre tuvieron con respecto a los
medios una política activa (ejemplos latinoamericanos y sobre la política de
radiodifusión del peronismo) creando organismos y agencias nacionales afines a
una política de comunicación determinada.
ü No obstante, durante el desarrollo de los
primeros populismos los medios acompañaban o no de alguna manera los procesos políticos (populistas) pero no
desempeñaban aun un rol preponderante porque su presencia estaba relativizada
por otras tantas mediaciones entre las personas y la política. ( las
movilizaciones populares, las presencia en la plaza y en las fábricas y la
militancia territorial que constituían centralidades públicas de una
determinada forma de estructuración de la política)
ü Luego
del fracaso del paradigma neoliberal nuevas alianzas nacionales y populares han
accedido al gobierno de Estados latinoamericanos y manifiestan cierta
continuidad con las tradiciones populares de aquellos gobiernos de la década
del treinta y del cuarenta del siglo pasado. Y, como en esa etapa, adoptarán
políticas explícitas en el campo de la comunicación. (ejemplos). En consonancia
con un camino de democratización y de conquistas sociales que los coloca en la
vereda de enfrente de los gobiernos más conservadores.
ü Salvando
las distancias comparten una orientación conjunta: desmontar el modelo
neoliberal consolidado durante los años 90 causante de una profunda crisis
económica y social en toda la región.
ü Las
iniciativas compartidas se dan, entonces, en torno a un nuevo rol y
potenciamiento del Estado que asume un lugar de intervención redistributiva,
como activo impulsor de ampliaciones democráticas y de inclusión social. (
radical inclusión) Por lo tanto, es un
Estado que avanza de manera integral, no solo en la disputa de bienes
materiales, sino en una abierta confrontación hegemónica en la construcción del
imaginario social.
ü De
esta manera, las políticas comunicacionales de los nuevos populismos
Latinoamericanos sobre la democratización de los MCM que emanan nuevos marcos
normativos desde las reformas constitucionales hasta leyes específicas que
apuntan fundamentalmente al fomento de la diversidad, la pluralidad de
emisores, el acceso universal, y la participación social son parte de la nueva
orientación asumida,
ü Y
por esa razón han tenido una política sectorial muy profunda sobre los medios
de comunicación ya que encontraron en las empresas privadas comerciales de
difusión masiva a su principal opositor político.
ü El
inicio de un ciclo concentración, extrajerización, e ingreso del capital
financiero al sector signado por el fortalecimiento de los conglomerados
mediáticos en un escenario de
convergencia tecnológica desplegada durante los años 90 fueron los distintos
factores que confluyeron en la conformación del escenario antagónico actual con
las siguientes características.
ü Una
potenciación de la asimilación espacio público- espacio mediático. Con la
consiguiente, subsunción de lo político institucional como subsistema
mediático.
ü Un
nuevo rol de liderazgo en tanto fracción organizadora de los intereses dominantes, heredero de su
matriz histórica de profunda relación
entre las élites locales y el capital norteamericano.
ü Reaparece,
entonces, el escenario antagónico en cuanto esos gobiernos asumen en
continuidad cierta tradición populista. De hecho, el concepto mismo de
“populismo” es reiteradamente invocado
por los conglomerados para caracterizar peyorativamente sus medidas y conductas
como desvíos de la vida institucional.
ü Las
iniciativas de los gobiernos populistas pueden sintetizarse a partir de cierta
dialéctica consistente en fortalecer el bloque popular ampliando su base
democrática (derechos, fortalecimiento de los sistemas públicos, incorporación
de medios y emisores) al mismo tiempo que se debilita al bloque contra
hegemónico por medio de la sustracción de recursos, el incremento de la
competencia o la reducción de las licencias.
ü Las
normas inscriben el concepto de responsabilidad social sobre los mensajes
mediáticos. Y además promueven la recuperación pública de los principales
contenidos audiovisuales en manos de los grupos privados del cable y su
difusión gratuita por la tv abierta.
ü En
este contexto, los medios opositores en
tanto que “adversarios” como actores
políticos constituirán un tipo de relación simbólica anti-política que
denominaremos “gentismo” que se opone a la lógica de construcción
política de los movimientos populares.
ü Así
entre ambos se conforma una relación de disputa por el lugar de la política que
forma dos bloques antagónicos; El dispositivo mediático empresarial
conservador, producirá una constante deslegitimación de su adversario (estatal)
con la esperanza de sancionar el triunfo
de la gente sobre el pueblo.
ü Lo
que emerge, entonces, como una convocatoria constante a la protesta y que tiene
como protagonista a los medios privados opositores como promotor y principal
articulador constituye en realidad, dicen los autores, la avanzada de anti populismo
que configura estratégicamente, a su vez, la anti política con su propia lógica de
interpelación desde y hacia la gente.
ü Un
montaje cultural eficaz porque logra imponer su conciencia y sentido como el sentido común general.
ü El
disgusto de los MCM privados con los
gobiernos populistas tiene que ver, desde ya, con que las medidas
comunicacionales llevadas a cabo por los mismos afectan la estructura de
propiedad de sus negocios pero la verdadera disputa, sostienen los
autores, está y estará dada por el lugar de la política en la
sociedad y por la distinción entre la política convencional y la política no
mediática. Es decir, por cuál de los dos tiene derecho a expresar adecuadamente
al pueblo y a la ciudadanía.
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