Freud - "Introducción al narcisismo" - Seminario de Diseño Gráfico y Publicitario - Cátedra: Savransky
INTRODUCCIÓN AL
NARCISISMO
Por
Sigmund Freud
El término narcisismo designa aquella conducta por la
cual un individuo da al cuerpo propio un trato parecido al que daría al cuerpo
de un objeto sexual. Vale decir que lo mira con complacencia sexual, lo
acaricia, lo mima, hasta que gracias a estos mensajes alcanza la satisfacción
plena. El narcisismo cobra el significado de una perversión que ha absorbido
toda la vida sexual de la persona.
Una colocación de la libido definible como narcisismo
podría entrar en cuenta en un radio más vasto y reclamar su sitio dentro del
desarrollo sexual regular del hombre. El narcisismo no sería entonces una
perversión sino el complemento libidinal del egoísmo inherente a la pulsión de
auto-conservación, de la que justificadamente se atribuye una dosis a todo ser
vivo. Así podemos hablar de un narcisismo primario y normal.
Los parafrénicos muestran dos rasgos fundamentales de
carácter que son el delirio de grandeza y el extrañamiento de su interés
respecto de las personas y cosas del mundo exterior. Los histéricos y los neuróticos
también han resignado su vínculo con la realidad, pero no han cancelado el
vínculo erótico con las personas y cosas del mundo exterior. Lo conservan en
sus fantasías. Han sustituido las personas y cosas del mundo exterior por
objetos imaginarios y han renunciado a las acciones motrices que les
permitirían conseguir sus fines de satisfacción en esos objetos. Los
parafrénicos retiraron su libido de las personas y cosas del mundo exterior sin
sustituirlas por otros objetos en sus fantasías. La libido sustraída del mundo
exterior fue reconducida al yo y así surgió una conducta que podemos llamar
narcisismo en los parafrénicos. El narcisismo que nace del replegamiento de las
investiduras del objeto como un narcisismo secundario y anormal se edifica
sobre la base de un narcisismo primario y normal.
En los niños y en los pueblos primitivos hallamos
rasgos que si se presentan aislados podrían imputarse al delirio de grandeza:
sobreestimación del poder de los deseos, omnipotencia de los pensamientos, fe
en la virtud ensalmadora de las palabras, magia. Se forma una investidura
libidinal del yo originaria, que después es cedida a los objetos, pero que no
obstante persiste. Freud traza la oposición entre libido yoica (investidura libidinal
del yo) y libido del objeto (investidura libidinal del objeto) Con respecto a
las energías psíquicas, al comienzo están juntas en el estado del narcisismo y
son indiscernibles. Solo con la aparición de la investidura del objeto se
vuelve posible diferenciar entre una energía sexual (libido) y una energía de las pulsiones yoicas.
Es un supuesto necesario que no esté presente desde el
comienzo en el individuo una unidad comparable al yo. El yo tiene que ser
desarrollado. Las pulsiones auto-eróticas son iniciales y algo tiene que agregarse
al auto-erotismo para que el narcisismo se constituya.
La separación de la libido en una que es propia del yo
y en otra que es endosada a los objetos ha resultado de utilidad para el
análisis de las neurosis y de la histeria.
Además, en primer lugar, esta división conceptual responde al distingo
popular corriente entre hambre y amor, y en segundo lugar, consideraciones biológicas
abogan en su favor. La teoría de la libido y la hipótesis de las pulsiones
sexuales y yoicas descansan mínimamente sobre bases psicológicas y en lo
esencial cuentan con apoyo biológico.
Comentarios
Publicar un comentario