Grupo Mu - "Los fundamentos perceptivos del sistema visual" y "Semiótica general de los mensajes visuales" en tratado del signo visual - Seminario de Diseño Gráfico y Publicitario - Cátedra: Savransky
FUNDAMENTOS PERCEPTIVOS DEL SISTEMA
VISUAL
Por
Grupo Mu
LUGAR DE LA
DESCRIPCION DE LOS CANALES EN UNA SEMIOTICA
Ciertas propiedades del canal visual tendrán una
influencia decisiva en la manera con la que aprehendemos las formas y los
colores y con la que los instituimos como sistemas semióticos.
PRIMERA
COMPARACION DEL LENGUAJE Y DE LA COMUNICACIÓN VISUAL
Correlación de la codificación del
canal
El mensaje lingüístico tiene posibilidad de
actualizarse tanto en la sustancia fónica como gráfica. La estructura semántica
de un mensaje lingüístico es idéntica si llega a través del canal auditivo o
visual. La indiferencia a la sustancia (fónica o gráfica) para acceder al
código, está ligada a la arbitrariedad del signo lingüístico y la arbitrariedad
del signo lingüístico está ligada al carácter apremiador del código, pues el
lenguaje es un sistema de transmisión altamente codificado.
Los sistemas semióticos que transitan por el canal
visual, en comparación con el sistema lingüístico, parecen poco codificados. Se
observa la emergencia de sistemas en los que las unidades presentan raramente
un nivel de estabilidad y discernibilidad comparable con el del lenguaje y en
los que las relaciones sintácticas permanecen sin comparación posible con el
alto grado de elaboración lingüística. Como primera repercusión, tenemos el
papel más reducido de las relaciones arbitrarias, que a su vez tendrá como
consecuencia el carácter ligero del código. Como segunda repercusión, tenemos
la importancia relativa de las particularidades impuestas al sistema por el
canal visual.
Potencia y reducción
La primera particularidad del canal visual es su
potencia de percepción, pero la enorme cantidad de estímulos recibidos debe ser
simplificada y reducida antes de llegar a una conciencia menos potente. Los
órganos sensoriales son procesadores sensoriales que tratan los datos antes de
enviarlos al cerebro y realizan transformaciones a la percepción bruta de
estímulos que van a dar lugar a la elaboración de constructos como el límite,
la línea, la superficie, el contorno, la figura, la forma, el fondo y a
entidades tales como el objeto. De lo que se trata en definitiva es de adecuar
la capacidad del canal visual (potente) a la capacidad de la conciencia (menos
potente).
DEL ESTIMULO A
LA FORMA Y DE LA FORMA A LA FIGURA
El sistema retinex como un aparato
activo
Si bien sabemos de la existencia de un espectro visual
que cubre 70 octavas, los órganos de la percepción visual son sólo sensibles a
una zona media que cubre una sola octava. Es esta banda de estímulos la que
actúa sobre nosotros para provocar la sensación de luz, por medio de un aparato
óptico que autoriza la proyección de los estímulos sobre la superficie sensible
que es la retina. La retina se compone de dos tipos de células, que son los
bastones y los conos, relacionadas con las células que constituyen el nervio
óptico, el cual llega al cerebro. El sistema retinex está compuesto por la
retina y el córtex, o bien por el ojo y el sistema de decodificación asociado
con él. Además de este límite cuantitativo, tenemos otros dos límites
cualitativos, que son la intensidad sensorial (existe un umbral mínimo y máximo
de excitabilidad visual) y el orden temporal (la excitación no ocurre más allá
de una cierta duración en la emisión del
estímulo, duración llamada tiempo útil).
El sistema retinex funciona no como una suma de
excitaciones elementales y yuxtapuestas, sino como un todo. Se concibe
fácilmente que esta síntesis tenga lugar a nivel del córtex o sistema nervioso
central. Pero es ya a nivel de la retina donde se establecen los enlaces: las
células multipolares, cuyos axones constituyen el nervio óptico, están
conectadas simultáneamente con varias células sensoriales en contacto con los
conos y los bastones y funcionando ya desde ese momento como un sistema
central.
Primer percepto: el campo
La percepción visual es indisociable de una actividad
integradora. Nuestro sistema de percepción está programado para desprender
similitudes. El ángulo sólido que engloba lo que es visible por el ojo será el
campo. Las nociones de centro, de atracción hacia el centro y de periferia
están ya preparadas en el sistema ocular.
Segundo percepto: el límite
El sistema visual está preparado para desprender
similitudes, pero también para despejar las diferencias, siendo el reconocimiento
de las diferencias el primer acto de una percepción organizada. El sistema
perceptual percibe el cese o el cambio de la cualidad translocal del campo
perceptual, lo que permite hablar de límites. Para que haya un límite, no es
necesario que el paso de una cualidad translocal a otra sea brutal (no es
necesario que las desigualdades de estimulación sean localmente próximas) ni
que este paso esté violentamente marcado (no es necesario que las desigualdades
de estimulación sean cuantitativamente muy importantes) Son posibles una
infinidad de intermediarios entre el campo indistinto y el campo diferenciado,
produciendo efectos que van del límite neto al límite borroso. Tampoco es
necesario que haya una cerca para que pueda hablarse de límite de una figura.
Basta con una cierta proximidad para que puntos dispersos constituyan el
límite.
Límite, línea y contorno
El límite es un trazado neutro que divide el campo en
dos regiones sin establecer a priori ningún estatuto particular para una o para
la otra. La decisión de llamar a una, figura y a la otra, fondo transforma la
línea en contorno. El contorno es el límite de una figura y forma parte de la
figura. La línea puede tener dos estatutos y ser anexada, en tanto que
contorno, a cada una de las dos regiones que determina en el campo perceptual.
Fondo, figura y forma
Fondo y figura. Si la aparición del límite
es el primer grado de una organización diferenciada del campo perceptual, la
operación de segregación que distingue la figura del fondo es el segundo grado
de una organización diferenciada del campo perceptual. Es figura lo que
sometemos a una atención que implica un mecanismo cerebral de escrutinio local
y es fondo lo que no sometemos a este tipo de atención y que de hecho será
analizado por mecanismos menos potentes de discriminación global. Tenemos entonces el par de oposiciones
figura/fondo y escrutinio local/discriminación global. El fondo participa del
campo por ser indiferenciado y sin límites y parece estar dotado de una
existencia bajo la figura, la cual parecerá más próxima del sujeto que el fondo.
De la figura a la forma. Deben distinguirse dos
modalidades dentro del segundo grado de organización del espacio percibido que
es la distinción entre figura y fondo. La segunda es más elaborada que la
primera y es aquí donde distinguiremos figura y forma. Para empezar, toda forma
es una figura, pero no a la inversa. La figura es la unidad perceptiva
distinguible sobre un fondo indiferenciado, es el producto de un proceso
sensorial que equilibra zonas de igualdad de estimulación. Se trata de un
procedimiento primitivo al alcance de un hombre normal, de un ciego que
recupero la vista tras una operación y de un animal. Todos reconocen la mancha
negra sobre el fondo blanco, aunque no sepan la forma de esa figura. La noción
de forma hace intervenir la comparación entre diversas ocurrencias sucesivas de
una figura y moviliza la memoria. No existe la forma hasta que sea decretado
que una figura se parece a otras figuras percibidas y se distingue de otras. Al
mecanismo bruto de escrutinio local se le añade un segundo mecanismo destinado
a reconocer el tipo. El ciego de nacimiento operado distingue sobre el fondo
blanco tanto el círculo como el cuadrado negros, pero son figuras y necesitara
de un tiempo para diferenciar los dos tipos de figuras y distinguir la forma
triángulo de la forma cuadrado.
Origen de las formas y figuras. Las fuentes de elaboración
de la figura y de la forma que conciernen a los estímulos son la proximidad de
los estímulos y la identidad de los estímulos. Puntos dispersos pueden ser
percibidos como limitando una figura/forma si están relativamente próximos unos
con otros. Los estímulos parecidos entre ellos son preferiblemente
seleccionados como constitutivos de la figura/forma. Pero las fuentes de la
figura no son suministradas solo por el estímulo. El reconocimiento de las
figuras, así como la atribución de una forma estable a esas figuras, resultan
de un sistema jerarquizado de procesadores llamados extractores de figuras. Se
trata de células nerviosas que se ponen en funcionamiento si el campo receptivo
al que están enganchadas contiene ciertas formas. Los extractores de contrastes
permiten la elaboración del límite, los extractores de dirección funcionan si
el estímulo presenta una orientación determinada. Están también los detectores
de puntos y líneas, los detectores de hendiduras y los detectores de bordes. Es
en el nivel de la integración entre los extractores de figuras que se efectúa
el paso de la figura a la forma. Los extractores de figuras deben ser
ejercitados de manera tal que la percepción de la forma llegue a ser un
fenómeno de la memoria, pues en la percepción y en el reconocimiento de las
formas los procesos cognitivos intervienen de manera decidida.
TEXTURAS,
COLORES Y FIGURAS
Si la figura puede aparecer gracias al contorno, puede
también nacer gracias a un contraste de color o gracias a un contraste de
textura, contrastes que a su vez, crearán un contorno.
APARICION DE LA
NOCION DE OBJETO
El objeto como suma permanente y funcional
La actividad visual es inseparable de una
programación, que se encuentra ya genéticamente codificada en los detectores de
figuras, de manera tal que, en los casos de los preceptos que determinan, se
puede hablar de universales visuales.
La percepción sólo llega a ser plenamente activa en el
momento en que interviene una actividad cognitiva. Es el paso de la
circunstancia a la serie, del acontecimiento al tipo, lo que permite introducir
el concepto de objeto.
El objeto es a menudo el producto de informaciones
provenientes a la vez de diversos canales sensoriales (visual, táctil, olfativo,
gustativo, auditivo o sinestésico) Se puede hablar de objeto a partir del
momento en que una forma es reconocida como capaz de acompañarse de tal
requerimiento de informaciones o cuando nos aparece como una suma de
propiedades permanentes, que además cumple una función. La coordinación entre
los canales es fruto del aprendizaje en sociedad.
El objeto adquiere permanencia desde el momento en que
su existencia cesa de estar sometida a la presencia de una simple estimulación
física, la invariancia está ligada al carácter funcional y pragmático del
objeto. Los invariantes son una guía para la acción del sujeto, de forma tal
que así se vuelven factores de decisión.
El objeto percibido es una construcción, un conjunto de informaciones
seleccionadas y estructuradas en función de la experiencia anterior, de las
necesidades, de las intenciones del organismo implicado activamente en una
situación.
Del objeto al signo
Del hecho de que los objetos son una suma de
propiedades dotadas de permanencia y que conducen a la acción (tiene una
función), se puede avanzar que esta noción se acerca a la de signo. El signo es
por definición una configuración estable de sentido cuyo papel pragmático
es el de permitir anticipaciones,
recuerdos o sustituciones a partir de situaciones. La función perceptiva
alcanza la función semiótica y la noción de objeto no es separable de la de
signo.
RECAPITULACION
La actividad del sistema visual en sus dimensiones,
que son la espacialidad, la textura y el cromatismo, permite explicar la producción
y la estructura de preceptos. El sistema perceptual analiza, integra y organiza
los estímulos. Tanto en el plano de la especialidad, como en el del cromatismo
o la textura, estos mecanismos tienen por función la de acentuar igualdades en
la estimulación (producción de similitudes) y la de acentuar desigualdades
(producción de contrastes) Así aparecen el campo, el limite, el contorno, la
oposición figura-fondo, la figura, la forma y finalmente el objeto, cuando a
las propiedades visuales se agregan las no visuales
(táctiles, olfativas, gustativas, auditivas, sinestésicas y funcionales) y las
funciones cognitivas.
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