Freud - "Pulsiones y destinos de pulsión" - Seminario de Diseño Gráfico y Publicitario - Cátedra: Savransky
PULSIONES Y
DESTINOS DE PULSION
Por
Sigmund Freud
Estímulo
- · Aportado al organismo desde afuera del organismo (origen externo)
- · Opera de un solo golpe.
- · Descargado hacia afuera mediante una acción acorde al fin, por el hecho de que sustrae a la sustancia estimulada de la influencia del estímulo, alejándola del radio de acción en que opera el estímulo. Se lo puede despachar mediante una única acción adecuada, cuyo tipo ha de discernirse en la huida motriz ante la fuente del estímulo.
Pulsión
- · Aportado al organismo desde el interior del organismo (origen somático)
- · No actúa como fuerza de choque momentánea, sino siempre como fuerza constante.
- · Puesto que no ataca desde afuera sino desde el interior del propio organismo, una huida de nada puede valer contra ella. Lo que cancela la necesidad pulsional es la satisfacción, que sólo puede alcanzarse mediante una modificación apropiada a la meta, de la fuente interior del estímulo.
La sustancia percipiente del ser vivo adquiere un
asidero para separar un afuera de un adentro. Registra estímulos de los que
puede sustraerse mediante la huida motriz y a estos los imputa a un mundo
exterior. Registra pulsiones frente a los cuales la huida motriz resulta
inútil, pues conservan su carácter de esfuerzo constante desde el interior.
Estos estímulos son la marca de un mundo interior, el testimonio de unas
necesidades pulsionales.
Hallamos la esencia de la pulsión en sus caracteres
principales, su proveniencia de fuentes de estímulo situadas en el interior del
organismo, su emergencia como fuerza constante y su incoercibilidad por
acciones de huida motriz. Hallamos la esencia del estímulo en sus caracteres
principales, su proveniencia de fuentes de estímulo situadas en el exterior del
organismo, su emergencia como fuerza de choque y su cancelación o disminución
por acciones de huida motriz.
El sistema nervioso es un aparato al que le está
deparada la función de librarse de los estímulos que le llegan, de rebajarlos
al nivel mínimo posible, un aparato que, de ser posible, querría conservarse
exento de todo estímulo. Atribuimos al sistema nervioso el cometido de dominar
los estímulos. Los estímulos exteriores plantean una única tarea, la de
sustraerse de ellos y esto acontece mediante movimientos musculares de los que
por último uno alcanza la meta y después, por ser el adecuado al fin, se
convierte en disposición heredada.
Los estímulos pulsionales que se generan al interior
del organismo no pueden tramitarse mediante este mecanismo. Plantean exigencias
mucho más elevadas al sistema nervioso y lo mueven a actividades complejas y
encadenadas entre sí, que modifican el mundo exterior lo suficientemente como
para que satisfaga la fuente interior del estímulo. Además, lo obligan a
renunciar a su propósito ideal de mantener alejados los estímulos, puesto que
producen un flujo continuado e inevitable de estos.
Las pulsiones y no los estímulos son los genuinos
motores de los progresos que han llevado al sistema nervioso a su actual nivel de desarrollo.
La pulsión nos aparece como un concepto fronterizo
entre lo psíquico y lo somático, algo así como un representante psíquico de los
estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma. Como no es
psíquica, la pulsión tiene que enviarle a la psique “embajadores” que para
hacerse entender deben hablar un lenguaje reconocible y comprensible por lo
psíquico, por lo que tienen que presentarse como representaciones.
Algunos términos que se usan en conexión con el
concepto de pulsión son los siguientes: esfuerzo, meta, objeto, fuente. Por
esfuerzo de una pulsión se entiende su factor motor, la suma de fuerza o la
medida de exigencia de trabajo que ella representa para satisfacerla. La meta
de una pulsión es en todos los casos la satisfacción que sólo puede alcanzarse
cancelando el estado de estimulación en la fuente de la pulsión. El objeto de
la pulsión es aquello en o por lo cual puede alcanzar su meta y puede ser
propio o ajeno. La fuente de la pulsión se entiende como aquel proceso corporal,
interior a un órgano o a una parte del cuerpo, cuyo estímulo es representado en
la vida anímica por la pulsión.
Freud propone distinguir entre dos tipos de pulsión:
las pulsiones yoicas o de auto-conservación y las pulsiones sexuales o
libidinales. (completar con el teórico 15 de Savranski, ya que el texto no dice
demasiado)
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