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Gramsci - "Los intelectuales y la organización de la cultura" - Comunicación I - Cátedra: Entel

ANTONIO GRAMSCI (1891-1937):
CUADERNOS DE LA CÁRCEL, 1926-1935
“LOS INTELECTUALES Y LA ORGANIZACIÓN DE LA CULTURA”

- dirigente italiano socialista y después comunista. Pensador militante: activa participación política de la clase obrera italiana
- 1920: fascismo al poder; fue detenido, juzgado y condenado.
- 2da Internacional socialista (1889). Marx muere. En la 3ra Internacional comunista (1919), sus ideas se difundieron y se popularizaron; se expulsa a los anarquistas; mirada del marxismo un tanto mecanicista, determinista, economicista.
Momento previo:
La historia juega a favor. Se esperaban condiciones objetivas para un socialismo, pero se cayó en un nuevo género de barbarie. Deben ponerse a pensar qué es lo que ha sucedido, desde la derrota, las expectativas no cumplidas. Idea del derrumbe del capitalismo: tendencia a la proletarización de la población, a la superproducción.

Aportes del pensamiento de Gramsci à pionero de estudios culturales ingleses
- permite redefinir la teoría marxista
- El pensamiento de Gramsci es polémico porque introduce concepciones nuevas y críticas al marxismo, pero sin dejar de considerarse seguidor del materialismo histórico.
- Autor más historicista, lo que le vale muchas críticas. ≠ Mirada ortodoxa: evolucionista de la historia.
- Impronta más voluntarista: énfasis en la intervención humana y la voluntad colectiva en el centro de la historia.
- Contribuyó a desplazar una mirada reduccionista de lo social: alude a faceta economicista del marxismo.
- Economía, política y cultura arman un complejo entrelazado. Una mirada sobre la vida social, no una traslación mecánica. 
- Contribuye a superar la mirada sobre el estado dentro del marxismo: critica la idea de estado gendarme ß la función del estado es ser custodio de los intereses de la clase dominante. Piensa que ésta es una mirada reduccionista, pues el estado es mucho más. Es un actor dentro de los procesos económicos. Estado: es agente educador en el sentido que tiende a formar cultura
- El eje organizador de Gramsci es su concepción de la hegemonía. Este aporta una manera de interpretar las relaciones de poder: “un juego de relaciones de fuerza”.

- En Italia, se da cuenta de la diferencia norte (gran ciudad), sur (gran campo). Era necesario las alianza de clases: obreros y campesinos.
- Hegemonía (dos operaciones teóricas):
à Va a entender la problemática para analizar cómo la burguesía lleva a cabo la dominación de clase.
à Plantea la hegemonía como un proceso de dirección político y moral (o cultural).
- Hegemonía ≠ dominio

- Función del estado: suma de sociedad política y civil
- Sociedad civil.
· Conjunto de instituciones que tendemos a pensar como privadas (medios, escuelas, iglesias)
· (≠ con Marx y Hegel) Gramsci lo ubica en la superestructura. Diferencia entre oriente y occidente, a partir de la idea de complejidad de sociedades occidentales que piensan nuevas medios de poder.
· Nos indicaría hacia donde mirar pero no con qué nos vamos a encontrar, ya que las instituciones están en práctica.
- Profunda transformación entre Estado y masas ß pierden exterioridad con el estado al ser incorporadas a la vida social, al ser hegemonizadas.

- Rol del intelectual
· Intelectuales como rol político dentro de la vida social.
· da lugar a dominar el mismo sentido común ß repertorio de saberes de la vida cotidiana, saber naturalizado.
· Imposible separar intelectual de no intelectual: todos los humanos son intelectuales, pero no todos tienen una función en la vida social.
- Ideologías: concepciones del mundo que están materializadas en prácticas e instituciones.
- Folklore: cultura popular à puede haber elementos de resistencia o concepciones dominantes.
- Núcleos del buen sentido: fragmentos de relativa autonomía y relativa crítica hacia concepciones dominantes.
Tensión: intervención intelectual y el desarrollo del buen sentido. Debe convertirse en convivencia.

LA FORMACIÓN DE LOS INTELECTUALES
¿Los intelectuales son un grupo social autónomo e independiente o, por el contrario, cada grupo social tiene una categoría propia y especializada de intelectuales? Para responder a este interrogante, Gramsci analiza las formas en que se han formado las distintas categorías de intelectuales. Las dos formas más importantes:
1.       Cada grupo social, al nacer en el terreno originario de una función esencial en el mundo de la producción económica, se crea conjunta y orgánicamente uno o más rangos de intelectuales que le dan homogeneidad y conciencia de la propia función, en los campos social, político y económico. Aquí Gramsci da un atributo específico de los intelectuales: capacidad dirigente y técnica. Intelectuales orgánicos. Estos son generalmente “especializaciones” de aspectos parciales de la actividad primitiva del tipo social nuevo que la nueva clase ha dado a luz. [los campesinos no generan sus propios intelectuales]
2.       Cada grupo social, al surgir a la historia de la estructura económica, encuentra categorías intelectuales preexistentes y que además aparecen como representantes de una continuidad histórica (tradición) no interrumpida aún por los más complicados y radicales cambios de las formas políticas y sociales. Ej: los eclesiásticos, categoría intelectual orgánicamente ligada a la aristocracia terrateniente.
¿Cuáles son los límites máximos que admite el término “intelectual”? ¿Se puede encontrar un criterio unitario que caracterice a todas las categorías de intelectuales? El error que se ha cometido hasta ahora es el de haber buscado este criterio en “lo intrínseco de las actividades intelectuales y no, en cambio, en el conjunto del sistema de relaciones en que esas actividades se hallan en el complejo general de las relaciones sociales. Todos los hombres son intelectuales, pero no todos los hombres tienen en la sociedad la función de intelectuales. No hay actividad humana de la que se pueda excluir toda intervención intelectual. Siempre existe un mínimo de actividad creativa. El intelectual es aquel que puede elaborar críticamente su propia existencia y de esa manera llegar a una nueva concepción del mundo.
El tipo tradiciones y vulgarizado del intelectual: literato, filósofo, artista. En el mundo moderno, la educación técnica que se liga al trabajo industrial debe ser la base del nuevo tipo de intelectual. El modo de ser del nuevo intelectual no puede consistir ya en la elocuencia como motor externo y momentáneo de afectos y pasiones, sino en enlazarse activamente en la vida práctica como constructor, organizador y persuasor constante ‑pero no por orador‑ y, con todo, remontándose por encima del espíritu abstracto matemático; de la técnica‑trabajo se llega a la técnica‑ciencia y a la concepción humanística‑histórica, sin la cual se es "especialista", pero no se es "dirigente" (especialista + político).
Una de las tareas más importantes a las que se aboca cada grupo que se desarrolla en dirección al dominio es la lucha por la asimilación y la conquista ideológica de los intelectuales tradicionales.
El enorme desarrollo que ha alcanzado en el mundo moderno la institución escolar muestra la importancia que han adquirido las funciones y las categorías intelectuales. La escuela es el instrumento para formar los intelectuales de diverso grado. La complejidad de las funciones intelectuales en una sociedad dada se puede medir, objetivamente, por la cantidad de escuelas especializadas y por su jerarquización, de la misma manera que se puede medir el grado de desarrollo técnico alcanzado socialmente por la cantidad y calidad de fábricas.
Se debe observar que la elaboración de los grupos intelectuales en la realidad concreta no se cumple en un terreno democrático-abstracto, sino de acuerdo a procesos tradicionales muy concretos”. Existen grupos sociales que tradicionalmente “producen” intelectuales, como la pequeña y mediana burguesía terrateniente y algunos estratos de la pequeña y mediana burguesía urbana.  
8. ¿Cómo es la relación entre los intelectuales y el mundo de la producción? No es inmediata, sino mediata, en grado diverso en todo el tejido social y en el complejo de las superestructuras, en los que los intelectuales son ‘funcionarios’”. Los intelectuales operan en el plano de la superestructura, donde se diferencia dos grandes planos:
- sociedad civil: está formada por el conjunto de organismos vulgarmente llamados “privados” y tiene la función de hegemonía (consenso) que el grupo dominante ejerce sobre toda la sociedad;
- sociedad política o Estado: que tiene una relación con el aparato de coerción y que se asocia a la función de “dominio directo” o de comando, que se expresa en el Estado y en el gobierno “jurídico”.
En este esquema, las tareas desarrolladas por los intelectuales son organizativas y conectivas. Los intelectuales son los “empleados” del grupo dominante para el ejercicio de las funciones subalternas de la hegemonía social y del gobierno político, a saber:
- del consenso “espontáneo” que las grandes masas de la población dan a la dirección impuesta a la vida social por el grupo fundamental dominante, consenso que históricamente nace del prestigio que el grupo dominante deriva de su posición y de su función en el mundo de la producción;
- del aparato de coerción estatal, que asegura “legalmente” la disciplina de aquellos grupos que no “consienten” ni activa ni pasivamente, pero que está preparado para toda la sociedad en previsión de los momentos de crisis en el comando y en la dirección, casos en que no se da el consenso espontáneo.
Este planteo del problema da como resultado una extensión muy grande del concepto de intelectual. Pero en la propia función organizativa de la hegemonía se produce una división del trabajo que da lugar a toda una serie de gradación de calificaciones, en algunas de las cuales ya no aparece ninguna función directiva y organizativa. Por eso puede darse una diferenciación de grados que, en ciertos momentos, puede convertirse en una diferencia cualitativa. En el más alto grado se colocarán los creadores de las diversas ciencias, de la filosofía, del arte, etc.; en el nivel más bajo, los más humildes ‘administradores’ y divulgadores de la riqueza intelectual ya existente, tradicional, acumulada. Bajo estas premisas, entonces, se pueden incluir en el campo de los intelectuales a toda la masa de empleados y funcionarios estatales que han sido gestados por el sistema social democrático-burocrático, no todos por las necesidades sociales de producción, aunque justificadas por las necesidades políticas del grupo dominante.

DISTINTA POSICIÓN DE LOS INTELECTUALES DE TIPO URBANO Y DE TIPO RURAL
Los intelectuales de tipo urbano han crecido al mismo tiempo que la industria y están ligados a su destino. Su función puede ser comparada con la de los oficiales subalternos en el ejército: no tienen ninguna iniciativa autónoma para elaborar planes de construcción; ponen en relación, articulándola, a la masa instrumental con el empresario, elaboran la ejecución inmediata del plan de producción establecido por el estado mayor de la industria y controlan las etapas laborales elementales. Están muy “estandarizados” y se confunden cada vez más con el estado mayor industrial propiamente dicho. No ejercen ninguna función política sobre su masa instrumental; a veces, las masas instrumentales ejercen un influjo político sobre los técnicos a través de sus intelectuales orgánicos.
Los intelectuales de tipo rural son en gran parte “tradicionales”, es decir, están ligados a la masa social campesina y pequeño-burguesa de la ciudad todavía no formada y puesta en movimiento por el sistema capitalista: este tipo de intelectual pone en contacto a la masa campesina con la administración estatal o local (abogados, notarios, etc.) y por ello tiene una gran función político social, porque la mediación profesional difícilmente puede ser separada de la mediación política. Tiene un nivel de vida superior a la media. La actitud del campesino hacia el intelectual es doble y parece contradictoria: admira la posición social del intelectual pero a veces finge despreciarla. Cada desarrollo orgánico de las masas campesinas está ligado a los movimientos de los intelectuales y de ellos depende.
El punto central de la cuestión es la distinción entre los intelectuales como categoría orgánica de cada grupo social fundamental y los intelectuales como categoría tradicional.
Desde este punto de vista, el problema se plantea en torno al partido político moderno: ¿cuál es la relación entre éste y los intelectuales? Hay que hacer algunas distinciones: a) para algunos grupos sociales el partido político es el modo de articular la propia categoría de intelectuales orgánicos en el campo político y filosófico y no ya en el campo de la actividad económica; b) para todos los grupos sociales, el partido es el mecanismo que permite la unión entre los intelectuales tradicionales y los intelectuales orgánicos del grupo dominante; y el partido cumple esta función en forma dependiente de su función fundamental, que es formar sus propios componentes. Un intelectual que entra a formar parte del partido político de un determinado grupo social, se confunde con los intelectuales orgánicos del mismo grupo. Por eso todos los miembros de un partido político deben ser considerados como intelectuales.
A su vez, también es necesario un análisis histórico de la formación de los intelectuales tradicionales.
· Italia - el hecho central es la función internacional de sus intelectuales, que es causa y efecto de la disgregación en la que permanece la península desde la caída del Imperio Romano hasta 1870.
· Francia - es el exponente de un tipo de desarrollo armónico entre las energías nacionales y las categorías intelectuales. Las primeras células intelectuales (del nuevo tipo - 1789) nacen con las primeras células económicas.
· Inglaterra - el desarrollo es muy distinto del francés, por cuanto el nuevo grupo social engendrado sobre la base del industrialismo tuvo un gran desarrollo económico pero anduvo a tientas en el campo intelectual y político. Muy vasta es la categoría de los intelectuales orgánicos, pero en la esfera más elevada encontramos inalterada la posición de casi-monopolio de la vieja clase terrateniente que conserva una supremacía intelectual y es asimilada como “intelectuales tradicionales”.
· Alemania - Este desarrollo se repite, con la particularidad de que allí el desarrollo industrial se produjo con una envoltura semifeudal. Fueron los intelectuales de esas clases (Junkers) los que se convirtieron en intelectuales de los industriales alemanes, pero con una fuerte conciencia de ser un grupo social independiente.
· Rusia - se deben considerar dos períodos. En el primero, la organización política y económica fue creada por los normandos; luego, los alemanes y los franceses llevaron la experiencia europea a Rusia y dieron un primer esqueleto consistente a la gelatinosa historia de ese país. En una segunda etapa, una élite nacional de personas activas y enérgicas, emigraron al exterior y asimilaron la cultura y la experiencia histórica de Occidente, sin perder por eso los caracteres esenciales de su propia nacionalidad. Habiendo hecho de esta manera su aprendizaje intelectual, volvieron al país, obligando al pueblo a un forzado despertar en una acelerada marcha hacia delante, quemando etapas.
· Estados Unidos - allí los inmigrantes anglosajones fueron una élite intelectual, pero de carácter moral. Consigo importaron a América cierto grado de civilización, cierta fase de la evolución histórica europea que, trasplantada al suelo americano, continuó desarrollando las fuerzas implícitas en su propia naturaleza, pero con un ritmo incomparablemente más rápido que en la vieja Europa. En Estados Unidos se nota la ausencia de intelectuales tradicionales, y de ahí el diverso equilibrio de los intelectuales en general.
· América Latina y Central – no existe una vasta categoría de intelectuales tradicionales; la mayor parte de los intelectuales son de tipo rural y ligados al clero y a los grandes propietarios.
- India y China - se produce una enorme distancia entre los intelectuales y el pueblo.

· Japón – similar a Alemania e Inglaterra.


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