AGNES
HELLER (1929):
BIOPOLITICA,
1995
“LA
MODERNIDAD Y EL CUERPO”
Heller ubica muy bien el problema al hablar de la
liberación del cuerpo como otra promesa no cumplida de la Modernidad, y es afín
a lo ya visto, cuando se refiere al compromiso fáustico de dominar la
naturaleza.
De ahí en más cita una serie de promesas tampoco
cumplidas vinculadas con la primera:
-
una
sociedad racional
-
razón
y libertad se concretarían armónicamente
-
el
espíritu del mundo -hegeliano- se volcaría abarcando una totalidad armónica.
Sin
embargo, después de Auschwitz y del Gulag ya no es posible confiar en tales
promesas. Heller pone el acento en la ciencia, rescata su poder liberador, pero
también reconoce su capacidad opresora y su certidumbre como un ‘paradigma’.
Gran parte de las reflexiones modernas intentaron
hablar de la liberación del cuerpo
adjudicando la opresión a la dicotomía cristiana alma-cuerpo. Foucault: en vez de ver esta
alma como los restos reactivados de una ideología, se vería como el correlativo
actual de una cierta tecnología de poder sobre el cuerpo. El alma es la
consecuencia y el instrumento de una anatomía política; el alma es la prisión
del cuerpo. La promesa de liberar el Cuerpo no se ha cumplido.
Los fundadores intelectuales de la modernidad comprendieron muy
bien que la dualidad cristina había sido inventada con el fin de armonizar dos
tareas contradictorias en un acto. Por una parte, es de esa dualidad de donde
proviene el carácter pecaminoso del actor humano, atado a su ‘parte
perecedera’. Al mismo tiempo, la dualidad invistió al sujeto cristiano con un
componente, el ‘alma’ que era un órgano de comunicación con lo divino y heraldo
de la redención de esta frágil vasija.
Tal dicotomía no fue superada por la Modernidad. Ya
no se trataba de aquel alma cristiana, que no tenía más remedio que existir en
la "frágil vasija" de un cuerpo pecaminoso al que redimiría. Se
trataba más bien de un espíritu racional que debía controlar (y disciplinar)
los excesos del cuerpo. La nueva invención, ‘lo espiritual’. El nuevo concepto nunca ha
cortado del todo el cordón umbilical que lo vincula a la tradición cristina
(como un signo de otra promesa más que la modernidad no cumplió: la
secularización completa de la sociedad).
Heller reconoce que Hegel ya había advertido sobre
la necesidad que la Modernidad
tendría de ese cisma. Ya no se trataba
de "alma" sino del proceso dialéctico por el cual el espíritu debía
realizar la autonegación que permitiría diferenciarse "para alcanzar su
plena armonización al final de la Historia".
Habría, no obstante, una diferencia entre alma y
espíritu: el alma se había concebido como un fuerte opuesto al cuerpo."En
cambio el cuerpo era una morada digna para lo espiritual" ya que
pertenecía al más "elevado" de los seres vivientes.
Por otra parte, mientras el alma cristiana se había
concebido como individual, singular de una persona, lo espiritual sería más
interpersonal."Se trataba del nombre colectivo de todo lo que no fuera
natural". Y también de todas aquellas actividades que no pertenecían a la
producción material de la vida social humana". Más aún, lo espiritual incluía
aquello que no era real, tangible pero que resultaba crucial para la
comprensión de la realidad: ideas, formas de la imaginación, utopías. Las
reflexiones críticas - sobre todo desde el materialismo - apuntaban a sostener
que el "actor humano" es demiurgo de su propio mundo.
A través de este camino, lo espiritual terminó por
asimilarse a lo intelectual,"y se identificó cada vez más con lo racional
expresando el espíritu dominante de la Modernidad".
En este sentido, afirma Heller que "la
Modernidad concibió lo espiritual de tal manera que su separación del cuerpo
era un simple experimento mental"
El proceso que se desplegó desde la aceptación de
"alma" como "pneuma", "halo divino" hasta la
convalidación del espíritu con eje en la racionalidad atravesó diferentes
etapas:
- los humanistas del Renacimiento no abolieron la
relación cuerpo/alma. Trataron de que el alma no fuera demasiado dura con el
cuerpo en un proceso tal vez de desculpabilización.
- la filosofía idealista (Hegel) priorizó
"espíritu" a "alma"
- Pero
ese espíritu en la plenitud de la Modernidad, aunque seguía albergando lo que
Heller llama una sombra de lo divino, terminó por constituirse en eje del
disciplinamiento del cuerpo. Es decir que, por un lado, la secularización nunca
se cumplió y, por otro, las condiciones materiales promovieron el
disciplinamiento (el "guardián" de Foucault)
Fue así como casi todas las tendencias dinámicas de
la Modernidad fueron contrarias al cuerpo, lo infravaloraron, lo reglamentaron
y hasta se dedicaron a sustituirlo. El deterioro sistemático y la paralización del Cuerpo en el trabajo
industrial es una característica constante de la tecnología moderna. La revolución industrial y la expansión tecnológica
posterior tendieron a la eliminación del cuerpo, en un movimiento muy
interesante que iba desde la utilización y explotación de las masas de obreros
hasta su reemplazo por la máquina.
Con la guerra ha sucedido algo similar. La excelencia corporal, que
los grandes capitanes consideraban en toros tiempos el arma más poderosa, no
tiene ya ningún valor en la guerra. Dos principales tendencias de la modernidad:
reclutamiento y el consecuente crecimiento cuantitativo inmenso de los ejércitos
y la introducción de tecnología bélica moderna. Heller recuerda que Napoleón se quejaba porque sus
inmensos ejércitos resultaban ingobernables, y ponía énfasis en el
adiestramiento más que en las habilidades particulares de los guerreros. Hoy la
industria bélica se "ha perfeccionado" de tal modo que ya no necesita
el cuerpo del soldado combatiente en el campo de batalla (y diríamos, ha
perfeccionado el exterminio).
Con respecto a la política, la idea de "cuerpo
político" pertenece a cosmovisiones premodernas y se identifica en Europa
con el cuerpo del rey. La Modernidad estableció sistemas representativos más
despersonalizados e incorpóreos. El
cuerpo regresó, no obstante, al escenario en la asamblea general de la
democracia directa local. (Y también, agregaríamos, en las más variadas formas
de protesta, en los actos de rebeldía, en los procesos de inmolación).
Norbert Elías (El proceso de la civilización) Hay una propensión subyacente que
parece autocontradictoria: es equivalente a los esfuerzos frenéticos destinados
a transformar el hábitat humano en auténticamente ‘humanístico’ eliminando de él todo rastro de la
existencia física de humanos. El proceso civilizador tiene dos objetivos
principales: uno higiénico y otro ético. En principio estos objetivos estaban
auténticamente diferenciados. Higiene era la forma que tenía la ciencia moderna
de enfrentarse a los nuevos peligros que la urbanización y la superpoblación
habían creado. Luego, el discurso higienista es asociado con el discurso
ético (la bondad asociada con la limpieza se generalizó en los ambientes burgueses,
en el sistema educativo, etc.).
Paradójicamente, el mismo proceso que expulsa al
cuerpo lo emancipa en lo escrito, en las leyes, a través del habeas corpus ―institución jurídica que garantiza la libertad
personal del individuo―, antes
sólo privilegio de la nobleza (en algunos países esto ocurrió temprano: el
habeas corpus fue reconocido en 1215 en la Carta de Inglaterra promulgada
durante el reinado de Juan Sin Tierra).
Según Heller la expansión del habeas corpus tuvo un
doble juego:
- por
un lado garantizar la libertad personal
- por
otro resultaba una estrategia para "establecer la tutela de lo espiritual
sobre lo corporal" à Nadie
que sea un simple cuerpo puede convertirse en una persona política y racional. Para conseguir esto último, hay que liberar al simple
“cuerpo”.
Pero lo irónico del procesa moderno
fue precisamente que este acto de liberación, cuyo objetivo proclamado era acabar
con la corporeidad abstracta, preparase el camino para la biopolítica.
“En el mundo moderno en el que el
cuerpo estaba legalmente reconocido por la ley del habeas corpus, y donde, al
mismo tiempo, las principales tendencias de la vida social apuntaban a oprimir,
eliminar, silenciar el cuerpo, se abría un espacio para la biopolítica”.
¿Cómo y desde qué lugares se idearon las políticas
del cuerpo? Principalmente desde la "racionalidad" moderna (diríamos
en Occidente). Tal racionalidad tendió a ser una teoría formal y generalizada
de las "ideas de razón" aplicables "científicamente" al
caso individual. Pero tal supuesta cientificidad fue valorativa:
- la
racionalidad moderna tiene principios fijados y generalizados que prescriben
cómo deberías ser el Cuerpo y, a los que es rebelde, se le llamará "desviado"
o perverso y será rechazado, castigado.
- la
racionalidad moderna se considera justa –no arbitraria– y, por lo tanto,
desarrolla instituciones y normas que se ocupan de castigar (red penitenciaria)
- la
racionalidad moderna obviamente está inmersa en la cosmovisión del desencanto
weberiano. Este desencanto tiene dos caras:
1) la de la liberación de la magia, la superioridad
de la explicación científica.
2) El reconocimiento de que se ha perdido
"algo": el ‘elemento perdido’ es la conciencia del carácter único de
la existencia corporal, la capacidad de captar la maravilla del Cuerpo que
existe sólo una vez y desafía normas generalizadas y explicaciones científicas.
La magia del encantamiento se apoyaba precisamente -
como ya lo señalaba Adorno - en la convicción de que la entidad única no puede manufacturarse
ni producirse en serie. La racionalidad desencantada, en cambio, se propuso
abandonar lo singular. La imaginación tecnológica entrañaba, por su concepción
misma, una negación de la singularidad.
Pero la racionalidad responsable de tal liberación y,
al mismo tiempo, abandono, hoy ya no puede dar cuenta de su superioridad
(después de Auschwitz y del Gulag). Tampoco cumplió la promesa de armonizar el
mundo y sí propició formas de destrucción.
Resumen 2 (por capítulos):
Unidad 1: Heller Agnes “De la hermenéutica en las ciencias
sociales a la hermenéutica de las ciencias sociales”
1-Sobre la comprensión de las
ciencias sociales:
La hermenéutica de las ciencias
sociales tiene como objeto comprender las ciencias sociales. Estas ciencias son
modernas por en de la hermenéutica de estas ciencias es una hermenéutica de la
modernidad que intenta comprender la autocomprensión de nuestra época.
Con la ilustración apareció un
nuevo tipo de conciencia histórica.
Hegel afirmaba que nadie podrá
escapar ni trascender la contemporaneidad (su propio tiempo).
Esta capsula temporal hegeliana
contiene una paradoja dual que solo el sistema hegeliano elimino.
El hombre quiere constantemente
trascender sus limites (conocerlo todo) pero se encuentra preso en su propia
contemporaneidad.
La conciencia historia moderna
abarco esta paradoja dual. Para poder vencer la contemporaneidad hay que
encontrar un punto arquimedico (fuera de la contemporaneidad). Eso no se puede
hacer. Se pueden hacer huidas ilusorias.
Antes se creía que las cs
sociales y las cs naturales eran exactas y acumulativas. Esta idea fracaso. Decían
que las cs sociales eran demasiado jóvenes y por eso su fracaso. Matrimonio que
fracaso (cs sociales y cs naturales).
Weber plantea que durante el
modernismo hubo una división de las esferas culturales en donde la esfera
dominante fue la ciencia. Cada esfera posee reglas y normas intrínsicas a ellas
mismas y distintas de las normas y reglas de otras esferas.
Ciencia social esfera distinta que
la esfera de la ciencia natural.
Las cs sociales son no
cumulativas mientras que las cs naturales son cumulativas. Las cs sociales no
están interesadas en la resolución de problemas. Crean significado y construyen
a nuestro autoconocimiento. Pueden proporcionar un conocimiento verdadero
acerca de la sociedad. El significado esta relacionado con el verdadero
significado.
Norma de verosimilitud: sin esta
norma la ciencia social no existiría según Weber.
La verdad y el conocimiento
verdadero son distintos. El conocimiento verdadero no tiene que llevar a la
verdad---WEBER
La búsqueda de conocimiento
verdadero, similitud, es la norma fundamental de las ciencias.
¿Cuáles son los criterios del
conocimiento verdadero, los criterios de verosimilitud, en las ciencias
sociales?
Heller plantea que la verdad es
una cuestión práctica y no una formulación teórica. Esperamos de las cs
sociales que nos proporcione los criterios para distinguir lo verdadero de lo
falso.
2- Sobre la búsqueda del
conocimiento verdadero en las ciencias sociales
Kant decia que el “momento
cartesiano” era la actitud de no aceptar ningun texto como representación de
una autoridad indiscutible.
Heller dice que no hay nada que
se nos presente como la Autoridad.
Cuanto mas crucial y central es
un concepto social, menos puede ser definido ese concepto (claridad y nitidez).
Las cs sociales se abren a la
falsificación y a la interpretación-reinterpretación. Al hacerlo fracasan en
sus intentos de encontrar sus criterios de claro y nitidez.
Las cs sociales no pueden ofrecer
una definición clara y nítida de sus propias nociones básicas.
La interpretación como la
explicación tienen que ser plausibles. En las cs sociales la probabilidad o la
plausibilidad significan verosimilitud. La plausibilidad no es un criterio
suficiente de conocimiento verdadero.
La que hace plausible una teoría
en la retórica y en la vida cotidiana es un conjunto de procedimientos que no
son idénticos de los que hacen plausible una teoría en las cs sociales.
La verosimilitud debe guiarse por
ciertas normas. Una de ellas es que las cs sociales no deben utilizar al
destinatario como medio para alcanzar ciertos objetivos del científico social.
Heller acuerda con Weber en que
las ciencias sociales deben observar las normas de su propia esfera, y que las
normas de otras esferas culturales no deben inmiscuirse en las normas de la
ciencia social.
Resumen: La verosimilitud no
puede ser equivalente a la correspondencia, por que no hay ahí ni una sola cosa
con la que pueda corresponderse al conocimiento verdadero, y que un cierto
aspecto de la correspondencia tiene que estar presente en que la misma
existencia y modalidad de los hechos interpretados deben ser corroboradas por
todo tipo de interpretación y teoría relacionada con el. La verosimilitud en
las ciencias sociales puede ser entendida como la identidad de la identidad y
no identidad.
Se puede decir, que cualquier
obra producida en las ciencias sociales contiene un núcleo y un anillo.
El conocimiento nuclear es aquel
al que puede llegar cualquier persona (observar todos los fenómenos relevantes
de un hecho, familiarizarse con la comunidad científica de ese tema a
estudiar).
El conocimiento anular es aquel
que uno llega desde un punto de vista concreto, mediante la experiencia
individual o colectiva. El conocimiento anular tiene la habilidad especial de
dar significado por que aporta originalidad, innovación. Es por ello que nadie
puede nunca conjeturar que otro llego a idéntica teoría o interpretación sobre
algo.
*Núcleo:
mas grande núcleo que anillo= una obra concreta de la cs social será aburrida
aunque verdadera.
*
Anillo
más grande que núcleo: la obra será más
Ficcional o ideológica.
Las cs sociales están sometidas a
una doble presión: 1) mucha acumulación de información, 2) se espera de los
científicos que sigan una tendencia.
Mantener el núcleo y el anillo,
los elementos de identidad y no identidad en el seno de la identidad en el
equilibrio justo es una de las tareas de las cs sociales.
Heller entiende a la cs social
como una subesfera que aspira a entender la sociedad, cuyo objetivo es
descifrar el espíritu objetivo.
Las ciencias sociales esta en
peligro de convertirse en nuevas enciclopedias
Fronesis del científico social= equilibrio
3- ¿Qué significa comprender
en las ciencias sociales?
No toda comprensión es
interpretación. Lo que comprendemos no necesitamos interpretarlo. La comprensión
significa tener sentido de algo que tiene sentido.
La explicación en la ciencia social
puede ser considerada como comprensión de una forma que no puede ocurrir en la
ciencia natural (gravedad manzana).
El estar seguros de hacer algo
requiere que yo debo comprender las normas hasta el grado que me permite hacer
lo que no supone que debo hacer.
La vida social esta regulada por
reglas y normas que pueden cumplirse de manera distintas.
La comprensión es relacional
(relativa) al proyecto del actor.
Circulo hermenéutico: comprender
algo de manera preliminar, luego son comprendidas diversas cosas relacionadas
con esa primera que ya se ha comprendido y después se vuelve a esa primera cosa
para comprenderla a un nivel mas alto---HEGEL denomina “generalidad concreta” a
este movimiento en espiral.
Cuanto más entran las ciencias
sociales en su “espiral de comprensión” más luz vierten sobre nuestra vida
social.
Sin una traducibilidad (condición de la comprensión)
mutua, la comprensión mutua queda fuera del alcance. Carecer de traducibilidad
significa infringir una importante norma de la ciencia social.
4- Interpretación y explicación
en las ciencias sociales:
La objetividad es una de las
normas mas importantes de las cs sociales.
Uno tiene que ser objetivo para
obtener el conocimiento verdadero.
La cs social extrae el
significado de lo significativo.
La objetividad requiere que se
escuche a todos los testigos si su testimonio es de importancia para el tema
que se investiga.
La lectura comunicativa como
conversacional puede dar lugar al mejor nivel de comprensión de todos los
enfoques. Pero no puede ofrecer ciertos tipos de comprensión cuando la
comunicación conversacional esta prohibida.
La interpretación debe aspirar a
descubrir el significado de la acción de la institución imaginaria.
Todas las teorías son
explicativas. Hermenéutica es la comprensión de la comprensión, es una teoría y
por ende explicativa.
Hay varios tipos de explicación:
la explicación con causas eficientes (leyes generales), la explicación con
causas finales (es considerada una interpretación) y al explicación con causas
formales.
La explicación es el cerebro de
la ciencia social y la interpretación es el alma.
No siempre hay algo nuevo en la
explicación, si en la interpretación.
Como regla general, las cs
sociales no leen textos de infinitud intensiva.
5- Consenso, teorías y valores:
El consenso se puede alcanzar si ambos grupos (investigados
y miembros participantes) comparten ciertos valores: el valor de la libertad.
Si hay ciertos valores compartidos, si la comunicación se
hace posible mediante la traducción y la disponibilidad mutua para tal
comprensión, puede darse un consenso justo entre el investigador y los miembros
participantes sometidos a estudio. El consenso no es el criterio del verdadero
conocimiento, pero si se cumplen ciertas condiciones, el consenso estaría
basado en el conocimiento verdadero.
El conocimiento verdadero es objetivo, aunque relativo. La
verdad es también subjetiva, aunque absoluta.
Cuanto menos relativista sea un científico social, mas cree
esa persona en el progreso de las ciencias. Esa persona espera que en el futuro
alguno de sus resultados sea mejorado.
En cambio, cuanto mas relativista sea un científico social
menos enérgica es su afirmación de haber proporcionado la única explicación
plausible. Los científicos sociales pueden ser perspectivita. Marx era un
perspectivita.
LEER LO DEL RELATIVISMO PAGINA 89.
Un científico social tiene el derecho al consenso procesal-formal.
El científico social no tiene derecho a un consenso
substantivo (acuerdo sobre lo que ha sostenido ese científico social concreto)
La exigencia de un consenso formal puede
criticarse----proceso desenmascador---- interés particularista.
El consenso formal es el consenso de una comunidad científica
ampliamente definida. La entrada en esta comunidad es gratuita, pero la
comunidad tiene el derecho de determinar las condiciones, tanto de conocimiento
como de no conocimiento.
6- ¿Es todavía posible la ciencia social?
La ciencia social sostiene que ha encontrado puntos
arquimedicos externos a nuestro mundo: por un lado, las leyes generales y por
otro la consideración de lo ajeno.
En un aspecto las cs sociales no han fracasado: Han
proporcionado autoconocimiento y nunca han cesado de proporcionar
autoconocimiento de la sociedad moderna. No pueden proporcionar un conocimiento
que sea cierto por que ningún autoconocimiento es cierto. Pero proporcionan un
conocimiento que nos permite transformar nuestra contingencia en destino. La
modernidad occidental es nuestra contingencia.
Robert Merton
Sobre las teorías sociológicas de alcance intermedio
TAI: teorías intermedias entre esas hipótesis de trabajos
menores pero necesarias que se producen durante la investigación.
Sistemas totalizadores: Teoría unificada que trata de
explicar todas las uniformidades observadas de la conducta, la organización y
los cambios sociales.
Las TAI se utilizan para guiar la investigación empírica. Es
una teoría intermedia a las teorías generales de los sistemas sociales. Incluye
abstracciones, pero tmb están cerca de los datos observados para incorporarlos
en la prueba empírica. Tratan aspectos delimitados de los fenómenos sociales:
teoría de los grupos de referencia, de la movilidad social o de conflicto de
papeles.
Cada una de estas teorías nos ofrece una imagen que originan
inferencias.
Sugieren hipótesis específicas que se someten a prueba al
ver si sus inferencias son conformadas empíricamente.
Una teoría (TAI) comprende un conjunto de suposiciones de
las cuales se han derivado las generalizaciones empíricas.
Las TAI son derivadas de teorías más generales para tratar
un tipo particular de problema.
Ejemplo PAG 42 de la teoría de grupo de papeles.
Grupo de papeles no e igual a papeles múltiples.
Sistemas completos
de la teoría sociológica:
La búsqueda de las TAI exige del sociólogo un compromiso
diferente que la búsqueda de una teoria totalizadora. Algunos sociólogos
escriben como si esperasen la formulación de la teoría sociológica general.
En la primera sociología se introducían por todos lados
sistemas filosóficos.
Resumen 3 (Textual):
Heller, De la hermenéutica en las ciencias sociales a la hermenéutica de las
ciencias sociales
Sobre
la comprensión de las ciencias sociales
La hermenéutica en las ciencias sociales entiende la
búsqueda de un significado como la interpretación en el seno de las esferas de
todas esas ramas de investigación que se denominan a sí mismas ciencias y que
tienen como objetivo comprender la sociedad. La hermenéutica de las ciencias
sociales tiene como objetivo comprender las ciencias sociales al plantear
preguntas como ¿qué significa realmente “ciencia social”? ¿Qué pretenden los
científicos sociales con la práctica de tales ciencias? Y otros temas afines.
La hermenéutica de las ciencias sociales (hermenéutica de la modernidad)
intenta comprender la autocomprensión, la comprensión de la autoconsciencia de
nuestra época.
Los hombres y
mujeres de Occidente se embarcaron en una comprensión de su época en términos
de su calidad de producto de la progresión histórica del mundo.
El universalismo
reflejo dio origen al Hombre faustiano, que derriba todos los tabúes y
trasciende sus límites, que está ansioso por conocerlo todo, que realiza todos
sus proyectos y deseos. No obstante, esta misma universalidad refleja declaró
que estamos cautivos en la prisión de la contemporaneidad. La conciencia
histórica moderna abarca esta paradoja dual, así como abarca también todos los
intentos de darle una solución.
A fin de vencer la
paradoja, hay que encontrar un punto
arquimédico fuera de la contemporaneidad. Sin embargo, la prisión del
presente sólo permite huidas ilusorias.
Ejemplos de “huidas ilusorias”:
►
Las ciencias sociales
nomotéticas (o explicativas): supongamos que podemos establecer ciertas
leyes histórico-sociales generales las cuales pueden ser aplicadas a todas las
historias y a todas las sociedades. Así, nuestra propia historia y nuestra
propia sociedad podrán ser total y
verdaderamente explicadas y comprendidas.
►
Las ciencias
hermenéuticas alcanzarán un resultado similar: supongamos que podemos
conversar con personajes de épocas pasadas o con miembros de culturas
extranjeras. Si podemos conseguir que esos “otros” formulen sus preguntas y
valoren y juzguen nuestra historia e instituciones desde su perspectiva (es
decir, su conciencia histórica), habremos establecido un punto arquimédico fuera de nuestra cultura.
Las
ciencias sociales nomotéticas y las hermenéuticas son ambas producto de nuestra
conciencia histórica. Ambas han originado intentos formidables de proporcionar
un autoconocimiento verdadero a una
época que se entiende a sí misma como histórica.
Según
Weber, la ciencia es una esfera cultural junto a las esferas política, legal,
estética, económica, religiosa y erótica. Cada esfera posee reglas y normas
intrínsecas a ella misma y distintas de las normas y reglas de otras esferas.
La división entre las esferas depende de nuestra percepción. Las ciencias
sociales se han comportado como las ciencias naturales, pero desde que se es
consciente de esto, las ciencias sociales se perciben como una esfera
independiente con sus propias reglas y normas intrínsecas. Las ciencias sociales, pese a la tendencia a construir ciertos
tipos de conocimiento, resultaron ser esencialmente no cumulativas.
Las CS
no están predominantemente interesadas en la resolución de problemas. Crean
significado y contribuyen a nuestro autoconocimiento; no existe la solución final de un problema, ni
siquiera cuando se trabaja en el marco de uno
y el mismo paradigma. Sin embargo se pretende que puedan proporcionar un
conocimiento verdadero acerca de la sociedad. ¿Cómo se puede lograr esto?
Evitando malentendidos.
La verdad y el conocimiento verdadero son distintos. El conocimiento verdadero
puede convertirse en Verdad, pero no presentándose a sí mismo como conocimiento
verdadero. Weber: la búsqueda del conocimiento verdadero debe ser
elegida como una vocación y no como un camino que lleva a la Verdad.
Verosimilitud (conocimiento verdadero): es la norma
fundamental de las ciencias.
¿Cuáles
son los criterios del conocimiento verdadero, los criterios de verosimilitud,
en las ciencias sociales? El establecimiento de estos criterios no concierne
sólo a la razón teórica. Aquí tenemos una cuestión fundamentalmente práctica,
en la que el término “práctica” significa lo político y lo moral. Es por medio
de estos criterios por lo que se deben rechazar y descartarse falsificaciones.
Sobre la búsqueda del conocimiento
verdadero en las ciencias sociales.
Las CS nunca han estado
totalmente de acuerdo con los criterios racionalistas de Verdad. Tampoco
pudieron cumplir el otro imperativo metodológico, el de deducir todas sus
afirmaciones a partir de unos cuantos axiomas.
El
elemento de la gran tradición racionalista es el “momento cartesiano” manifiesto en
toda investigación científica. Momento
cartesiano Þ algo que es
equivalente a la actitud de no aceptar ningún texto, afirmación o presentación
como representaciones de una autoridad indiscutible. El conocimiento sólo puede
ser verdadero si está condonado por la propia razón del investigador. Otro legado cartesiano Þ aunque algunos científicos sociales no
puedan estar de acuerdo con el dogma cartesiano de que la claridad y la nitidez
de una idea presente en nuestras mentes han de ser tomadas como prueba de su
veracidad, deben seguir manteniendo sus ideas tan claras y nítidas como sus
medios respectivos se lo permitan. Ya que cuanto más crucial y central es un
concepto social, menos puede ser definido.
Las CS
no sólo se abren ellas mismas a la falsificación,
cosa que hacen todas las ciencias, sino que se abren también a la interpretación-reinterpretación. Las obras importantes de las ciencias
sociales son valiosos hallazgos a los que siempre recurrimos en nuestra
búsqueda de significado y de conocimiento verdadero. Tanto la interpretación
como la explicación han de ser plausibles, pero Heller no acepta que
plausibilidad sea un criterio suficiente de conocimiento verdadero.
La verosimilitud es el resultado de un
estudio social, y este estudio debe guiarse por ciertas normas. Una de estas
normas es: la ciencia social no debe
utilizar al destinatario como medio para alcanzar ciertos objetivos del
científico social.
Las CS
deben observar las normas de su propia esfera y que las normas de otras esferas
culturales no se inmiscuyan en la propia. Mantenerse leal a las normas internas
de las CS es un deber para todas y cada una de las teorías, ya que la
constitución de una teoría es una cosa y la manipulación del destinatario otra
distinta. Si la plausibilidad y la verosimilitud no están igualadas, hay que
sacar la conclusión de que existe más de una teoría social plausible.
Cualquiera que sea el observador, es –al mismo tiempo- un miembro participante
de ciertas esferas e instituciones distintas de la institución o la esfera de
la ciencia social.
Se
deduce que:
1. La verosimilitud
no puede ser equivalente a la correspondencia. Porque no hay “ahí” ni una sola
cosa con la que pueda corresponderse el conocimiento verdadero, y
2. Que un cierto
aspecto de correspondencia tiene que estar presente en que la misma existencia
y “modalidad” de los hechos interpretados deben ser corroboradas por todo tipo
de interpretación y teoría relacionado con él. La verosimilitud en las CS puede
ser entendida como la identidad de la identidad y no identidad.
Se puede decir de una obra que sea producto de las CS que contiene un núcleo y un anillo, no como dos partes separadas de la teoría sino como sus dos
aspectos.
El “aspecto núcleo” no es idéntico a la
suma total de hechos interpretados y el “aspecto
anillo” no es idéntico al marco teórico general utilizado por los científicos
sociales. El conocimiento nuclear es aquel del que uno tiene buenas razones
para creer que cualquier persona llegará a él desde cualquier perspectiva, el conocimiento
anular es conocimiento al
cual uno llega desde un punto de vista concreto. El conocimiento nuclear
también está abierto a la falsificación.
El científico social se
siente presionado a incluir cada pieza de información relacionada con el tema
que estudia. El considerar la aprobación o desaprobación es desde luego una
cuestión de juicio y está relacionada con la perspectiva del investigador (“el
anillo”). Sin embargo, es imposible evaluar sobre cada retazo de información
desde una u otra perspectiva. Lo que queda es una masa sin digerir de
información que tiene como resultado la hinchazón del núcleo.
¿Cuál es el
equilibrio adecuado entre los “elementos de identidad” y los “elementos de no
identidad” en el seno de la identidad, entre el núcleo y el anillo? Esto
depende de la frónesis, la medida
adecuada situada entre el “demasiado poco” y el “demasiado”.
La Verdad es “el
todo”, no porque se refiera a la totalidad, sino porque lo hace a nuestra
existencia como un todo. En este
sentido la Verdad es siempre subjetiva (“verdad para mí”). La Verdad
no es meramente teórica, es también práctica
(moral). Sin embargo, nunca es pragmática. Puede ser considerada como absoluta, como perenne, y también como histórica pero es siempre subjetiva en el
sentido que tiene impacto sobre toda nuestra existencia.
¿Qué significa “comprender” en las ciencias sociales?
La “comprensión” depende
de la teoría en cuyo contexto se utiliza la categoría. Heller no identifica
comprensión con interpretación porque toda interpretación es también
comprensión, pero no toda comprensión es interpretación. Lo que comprendemos no
necesitamos interpretarlo.
La comprensión no sólo significa “tener
sentido”, sino “tener sentido de algo que ya tiene sentido”. Es por ello que la
explicación en la ciencia social puede ser contemplada como “comprensión” de
una forma que no puede ocurrir en la ciencia natural.
Habermas Þ una persona comprende algo al adquirir
la aptitud para hacer ese algo.
Rorty Þ si entendemos el juego de lenguaje,
habremos comprendido todo lo que haya para comprender, sobre todo porque se
efectúan movimientos que se realizan en ese lenguaje concreto.
Ambos escritores
discuten la comprensión como la comprensión
de las reglas, y sólo las reglas, y ambos sugieren que hay un punto en el que llegamos a la
comprensión y que ese punto puede ser correctamente identificado y descrito.
Dado que la vida
social no está regulada por reglas sino también por normas, las mismas normas
pueden cumplirse de manera distintas y, dentro de ciertos límites, cumplirse
igualmente bien.
La comprensión es relacional en el sentido de que es
relativa al proyecto del actor o actores.
Cuando una persona
continúa con la búsqueda de comprensión en una determinada esfera, entra en el círculo hermenéutico. Este círculo es
más un espiral pues nunca vuelve del todo a sí mismo. Algo es comprendido de
manera “preliminar”, luego son comprendidas de diversas cosas relacionadas con
esa primera ya comprendida, y entonces vuelve a esa primera cosa a fin de
comprenderla a un nivel más alto y así sucesivamente. La generalidad concreta es el resultado de este progresivo movimiento
en espiral.
En la vida
cotidiana moderna se dan por sentadas ciertas reglas; la búsqueda de
comprensión cesa cada vez que una persona ha valorado la necesaria aptitud para
actuar de acuerdo con esas reglas. Los hombres y mujeres modernos pueden seguir
competentemente esas reglas y, sin embargo, no entenderlas. Ciertas teorías
sociales intentan vencer esas dificultades construyendo el mundo moderno como
un complejo de instituciones gobernadas por reglas.
Todo esto indica
que comprensión en CS implica
“hacerse comprender uno mismo”. Éste no es el caso en todas partes, e incluso
donde lo es, no lo es hasta el mismo grado. La reciprocidad simétrica requiere la comprensión mutua; la
reciprocidad simétrica de la comunicación puede darse si, y sólo si, podemos
repetir en nuestro lenguaje lo que afirman los miembros de otra cultura y
viceversa.
Los científicos
sociales deben llegar al punto en el que tanto el proceso y el resultado de su
investigación sea adecuadamente comprendido por el público más amplio. El
científico social no está obligado a formular
ideas y resultados de una forma que resulte accesible para todos. El
científico social no está ni siquiera obligado a realizar el trabajo de traducción. Sin embargo, carecer de
traductibilidad significa infringir una importante norma de la ciencia social.
El límite de la
autoridad de la ciencia social es el mismo límite de la esfera cultural de la
ciencia social: la autocomprensión de la sociedad, del “espíritu objetivo”.
Para encontrar la
“justa medida” entre el demasiado poco y
el demasiado, no hay “criterios
objetivos” para seguir. Es un deber de la ciencia social el intentar ser
sincera acerca de los límites de nuestra comprensión y no transgredir la
autoridad de este juego de lenguaje.
Interpretación y explicación en las CS
Toda comprensión comporta
malentendidos; toda interpretación comporta interpretaciones erróneas.
Comprensión e interpretación no son contérminos pero están intrínsecamente
relacionadas.
Comprensión Þ “tener sentido” de algo que tiene
sentido para los objetos de estudio; más específicamente, que tenga sentido de
los asuntos humanos, manifestaciones, acciones, etc. Tener sentido incluye la
interpretación.
La objetividad es
una de las normas más importantes de las CS; es la forma de justicia en las CS.
Hay que ser objetivo para obtener el conocimiento verdadero. El conocimiento
verdadero no puede deducirse de los principios fundamentales de la razón, o ser
adquirido mediante la observación, el experimento o la introspección. La CS extrae
el significado de lo significativo.
Leer testimonios
es la tarea más compleja en las CS porque comporta una gran variedad de
diferentes tipos de lectura. La mejor relación con un testimonio es la conversación y no el interrogatorio,
dicho de otro modo, el modelo hermenéutico de actividad interpretativa.
La literatura
hermenéutica conclusiva nos ofrece fórmulas para una interpretación adecuada.
Entre otras cosas, se nos dice que la interpretación no debe aspirar a
descubrir lo que quiere hacer una sola persona. Lo que tenemos que descubrir es
el significado de la acción de la “institución imaginaria”, la propia
objetivación. Esta fórmula está basada en la experiencia con la que todo el
mundo está familiarizado a partir de la simple introspección: el significado de
lo que queremos hacer no es idéntico ni equivalente con lo que queríamos hacer.
Todas las teorías
son explicativas en tanto que proporcionan el marco en el que los testimonios,
tanto antes como después de la interpretación, pueden ser ordenados, relacionados
entre sí, y trasladados a una perspectiva concreta. “Hermenéutica” no es
equivalente a interpretación porque es la comprensión de la comprensión, o la
comprensión de la interpretación, y en tal calidad es una teoría, y por tanto,
explicativa.
La teoría en la CS
tiene doble filo. Existe una teoría más elevada que proporciona la perspectiva
evaluativa y especulativa, más general en la búsqueda de significado. Sin una
hipótesis preliminar, sin una serie general de contextos de significado, no puede
darse ninguna búsqueda del significado. Si la teoría más elevada no es elegida
conscientemente y no se reflexiona sobre ella, puede ser tan particularista que
impida la objetividad en el trabajo de interpretación desde su mismo comienzo.
La elección de una teoría filosófica “más elevada” no evita por sí misma que el
teórico caiga en una falsa interpretación ideológica, solo reduce la
posibilidad de que esto ocurra. Después que la teoría más elevada (general) ha
proporcionado el marco de selección y ha predeterminado el tema principal de
conversación con los testigos, se presenta la versión final de la teoría.
Tanto si es
elevada como aplicada, una teoría siempre explica. La explicación con causas
eficientes puede tomar la forma de leyes generales y puede utilizar también
causas aisladas de carácter no humano (epidemias, plagas) como instrumentos de
explicación. Sin embargo, la forma más habitual es la de la explicación
multicausal, en la que todas las causas son “causas eficientes”, o sólo lo es
una de ellas.
La explicación es
el cerebro de la ciencia social; la interpretación es el alma. Encontrar el
equilibrio adecuado entre explicación e interpretación es una cuestión de frónesis. El equilibrio adecuado debe
alcanzarse de nuevo cada vez y en cada ocasión; no existe ninguna forma
universal, ni metamétodo ni ninguna pauta que pueda aplicarse.
El juicio
prudencial por sí solo no garantiza la distinción, para lograrla se requiere imaginación. La imaginación sin un buen juicio da unos resultados dilatantes,
mientras que el buen juicio sin imaginación da un resultado completamente
profesional, pero no añade prácticamente nada importante al autoconocimiento de
la sociedad. La imaginación creativa abre nuevos horizontes teóricos al
inventar nuevos marcos explicativos.
Dado que la
interpretación se ha convertido en “pluralística” debido a los distintos marcos
teórico-explicativos, Heller reafirma su posición e hipótesis inicial: en la
ciencia social, cada comprensión comporta malentendidos. Sin embargo, hay que
tener presente que los criterios de comprensión en las CS no son idénticos a
los de la filosofía. Las CS están abiertas a la falsificación, mientras que la
filosofía no lo está.
Consenso, teorías, valores
Baumann, basándose
en la teoría del consenso de Habermas, afirma que la verdad consiste en un acuerdo entre el investigador y el
objeto de su investigación (los miembros participantes). Heller discute la
afirmación de Baumann pero sustituye el término “conocimiento verdadero” por el
concepto de “verdad”.
El científico
social puede aceptar la norma de la
situación ideal para hablar, y por su parte llevar la conversación como si la
norma fuera constitutiva. La ciencia social debe renunciar a la búsqueda del
conocimiento verdadero, siempre y cuando la norma antes mencionada sea
contrafactual o aceptar la limitación de su pretensión de consenso.
Si estuviéramos de
acuerdo con la noción concreta de comprensión que requiere ponerse de acuerdo
en temas que presuponen la fusión de las distintas visiones del mundo, entonces
casi todas las ramas de la ciencia social estarían descalificadas como medio
para alcanzar la comprensión.
Todos nuestros problemas
han sido suscitados por la asunción de que los científicos sociales investigan
desde el punto de vista de ciertos valores. Si los miembros de los grupos
objetivos están guiados por valores, y exigen esos valores, y el investigador
se encuentra a una distancia libre de valores, entonces la comunicación y la
comprensión mutua (no el consenso) está incluso fuera de todo alcance. Si hay
ciertos valores compartidos, si la comunicación se hace posible mediante la
traducción y la disponibilidad mutua para tal comprensión, puede darse entonces
un consenso justo entre el investigador y los miembros participantes sometidos
a estudio. El consenso no es el
criterio del verdadero conocimiento pero, si se cumplen ciertas condiciones, el
consenso estará basado en conocimiento verdadero.
El conocimiento verdadero es objetivo
aunque relativo. La verdad es también subjetiva aunque absoluta. Si un tipo concreto de
conocimiento que nos da la ciencia social hace impacto sobre la auténtica
existencia de una persona o grupo, entonces revelará Verdad para ellas (y
seguirá siendo conocimiento verdadero, no Verdad, para otras). Sin embargo, la
fusión de la experiencia existencial de personas por un lado, y por otro, la
del conocimiento verdadero alcanzado mediante la obra de las CS, no pueden ser
denominadas “consenso”.
Raramente ocurre
que los científicos sociales exijan que todo el mundo esté de acuerdo con todo
lo que han apuntado. Una actitud como ésta indica delirios de grandeza y no una
auténtica exigencia científica. Esto es así al menos por dos razones:
1. Los propios
científicos sociales distinguen entre los aspectos primario y secundario de sus
recomendaciones. El acuerdo en el primero es el consenso que buscan, mientras
que en los aspectos secundarios quedan abiertos a modificaciones.
2. Cuanto menos
relativista sea un científico social, más cree esa persona en el progreso de las ciencias. Debido precisamente
a esta creencia, esta persona espera que al menos algunos de sus resultados
sean adicionalmente elaborados, mejorados o perfeccionados en el futuro. En
cambio, cuanto más relativista sea un científico social, menos enérgica es su
afirmación de haber proporcionado la única explicación o interpretación
plausible (verdadera).
Aunque haya
consenso respecto a que “la teoría X
es verdadera y correcta”, no hay ningún tipo de consenso en qué hay en ella que la haga cierta y verdadera.
En la actualidad sólo
hay un consenso: el consenso de que no
existe consenso en las CS. Estar de acuerdo con la tesis de que no hay
consenso alguno en la teoría social, no es más que una demanda: la demanda de
un relativismo total. Se ha señalado a veces que el relativismo total es
autocontradictorio. Subjetivamente, el autor puede ser un relativista total,
pero sus escritos no pueden tener un carácter totalmente relativista ya que
trabaja en el marco de la ciencia social y no escribe ficción.
Si nos imaginamos
un científico social que está en el género de la CS y que cree que la mayoría
de argumentos relativistas son relevantes, nos encontramos con una posición
definida como relativismo restringido (o
limitado). El relativismo restringido ocasiona el rechazo de las ideas (normas)
de la ciencia social, incluidas las de verosimilitud y la búsqueda de la
objetividad. Cada interpretación conlleva malinterpretación; cada comprensión,
comprensión errónea. Pero no toda malinterpretación es una interpretación y no
toda comprensión errónea es comprensión.
El científico
social no tiene derecho a un consenso
substantivo. Sin embargo, ese consenso substantivo es exigido con bastante
frecuencia. El derecho a un consenso substantivo es por tanto la exigencia de
un derecho imperfecto. Los derechos
perfectos van con las obligaciones, los derechos imperfectos con los logros. La
exigencia de un consenso substantivo (basado en el derecho imperfecto) se
cumple si otros están de acuerdo en que la teoría y la interpretación es una de
las teorías buenas, correctas y plausibles entre muchas otras.
El consenso formal es el consenso de una
comunidad científica ampliamente definida. La exigencia de este tipo de
consenso formal puede criticarse.
Aunque las CS no
son cumulativas en el sentido de resolver problemas, en el marco de esas
ciencias podemos encontrar conocimiento cumulativo. Pueden descubrirse
documentos que antes no se conocían, puede reunirse información adicional, etc.
De este modo, pueden falsificarse ciertos
principios de una teoría, aunque también ocurre que nos limitemos a tomar una
teoría “vieja” como inspiración y añadir que ésta u otra afirmación ya no
tienen validez.
El consenso se alcanza si
todo el que está famililarizado con las proposiciones de la teoría y con
ciertas críticas puede decir: “hay verdad en ello”. Este puede considerarse el consenso ideal en las CS. Si los
científicos están de acuerdo y los ciudadanos interesados y comprometidos no (o
viceversa), no hay consenso.
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