Coetzee - "Las vidas de los animales" en Elizabeth Costello - Seminario de Informática - Cátedra: Ferrer
Coetzee - "Las vidas de los animales" en Elizabeth Costello - Seminario de Informática - Cátedra: Ferrer
* Coetzee:
“Las vidas de los animales”
*
Que el hombre entienda algo de la bestialidad humana a partir de los animales,
p´entender como el hombre está en el centro. Mataderos: modo de crear lugares
de industrialización de la muerte (= Agamben donde el campo de concentración
era el lugar p´la matanza), no hay + campos de concentración, pero el matadero
sirve y es funcional p´todos.
*
No argumenta pq´defiende a los animales pq´siempre choca con el tema del
lenguaje (planteado en término de dominación, establece ya un tipo de
relación), el lenguaje personifica a la razón moderna: se abandona la cuestión
de ser un cuerpo, reconciliar cuerpo con alma, pero somos un alma dentro de un
cuerpo, se le permite castigar al cuerpo.
*
Equipara la matanza de los animales en los mataderos con los campos de
concentración nazi q´termina con la justificación de ser vegetariana, pq´ella
equipara cualquier cadáver, no diferencia entre el cuerpo del hombre y el
cuerpo de un animal.
*
Poesía = lugar donde Heiddeger planteaba con respecto a Hordeling, en la poesía
el lenguaje no está en representación del mundo, no dice nada, se lo goza por
su sonido y no por lo q´dice. Poema = lugar donde el cuerpo se encarna, las
poesías sobre animales vuelven la esencia de la fragilidad q´hace a la relación
de los animales con las cosas. Se trata a los animales como prisioneros de
guerra (no están legislados y pq´no tienen derechos), por lo tanto se hace lo
q´se quiere con ellos pq´no hay leyes (= Agamben con el estado de excepción en
los campos de concentración). PENSAR EN TERMINOS DE ANIMALES, ES PENSAR QUE ES
EL CUERPO, POR UN LADO SE LOS DESPRECIA COMO OBJETOS A SER USADOS. POR OTRO
LADO LOS ANIMALES NOS ALIMENTAN. EL HOMBRE MODERNO COME AQUELLO QUE DESPRECIA.
Resumen 2
El
cuento se centra en la conferencia de la escritora australiana, Elizabeth
Costello sobre los derechos de los animales. En el centro de su conferencia,
aunque omitidos, están los horrores de sus vidas y muertes en los centros de
producción (granjas), los mataderos, barcos pesqueros y laboratorios. Compara la muerte de la gente en los campos
de concentración nazis, dice que la denuncia de ellos está impregnada del
lenguaje del matadero: “Fueron como ovejas al matadero”, “Murieron como
animales”, “Los mataron los carniceros nazis”. Habla de los alemanes que ignoraron esos campos, que obviaron dichas
acciones: “Fue y sigue siendo inconcebible que una gente que no supiera nada
sobre los campos de concentración pueda ser del todo humana. En la metáfora,
las bestias fueron ellos y no sus víctimas. Al tratar a congéneres humanos,
seres creados a imagen de Dios, como a bestias, ellos mismos se convirtieron en
bestias”.
Del mismo modo, estamos rodeados
de una industria de la degradación, la crueldad y la muerte, una industria
cárnica que trae animales al mundo con el único propósito de matarlos. Realiza una crítica de la razón y dice
que la misma constituye el ser de cierto espectro del pensamiento humano. Dice
que a los animales solamente les queda su silencio para enfrentarse con
nosotros. Dice que algunas voces humanas argumentan que los grandes simios son
criaturas que comparten con el hombre la facultad de la razón y por ello habría
que proporcionarles derechos humanos: a la vida, a no padecer dolor ni a
recibir daños y a una protección igual por parte de la ley.
Habla del libro de Kafka “Informe
para una academia”, que trata de un simio cultivado, Pedro el Rojo, que
está ante los miembros de una sociedad cultural contando la historia de su
vida, de su ascenso de bestia a algo cercano al hombre. Pasó por un período de
adiestramiento destinado a humanizarlo. El relato de Kafka trata del elevado
precio personal que pagó este simio humanizado. Köhler, un psicólogo, realizó
estas experiencias con simios, examinando los límites de su capacidad mental.
Dice que es en las criaturas menos capacitadas para soportar el encierro donde
vemos sus efectos más devastadores: en los zoos, laboratorios y en las
instituciones donde no hay lugar para el flujo de goce que deriva de vivir no en
un cuerpo ni como un cuerpo, sino del mero hecho de vivir como ser
encarnado. Retoma el tema de los campos de concentración y dice que el horror
es que los asesinos se negaran a pensarse en sí mismos en el lugar de sus
víctimas, igual que el resto del mundo. El corazón es la sede de la facultad de
compasión que nos permite compartir el ser ajeno. La imaginación compasiva no
tiene topes.
Luego de la conferencia, varias
personas la increpan, entre ellas su nuera, para que aclare su pensamiento
sobre los animales. Ella comienza
diciendo que la elección de qué animales comer y cuales no, es arbitrario, es
un tabú, sin lógica. No está ya el permiso divino, nos hemos librado de los
dioses, pero no del asco, que es una versión del horror religioso. La
discusión se centra luego en “lo que es limpio comer y no”, que parece definir
una división social. Elizabeth cuenta de Gandhi y su vegetarianismo que, sin
embargo, lo relegó a los márgenes de la sociedad. Otra persona dice que el
vegetarianismo es un código que se basa en el respeto a la vida, que no debe
ser una simple costumbre, sino que está basado en una preocupación moral
genuina. Terminan hablando sobre el especismo. Elizabeth se pregunta si
entendemos el universo mejor que los animales.
Dos: Los poetas y los animales
La nuera de Elizabeth sostiene,
al contrario de lo que ella piensa, que la razón nos ofrece un conocimiento
real del mundo real. Está demostrado y funciona. Para ella no existe ninguna
posición fuera de la razón en la que uno se pueda poner y debatir sobre la
razón y luego llevar a cabo un juicio sobre ella.
Elizabeth brinda una conferencia
sobre “los poetas y los animales”. Dice que en cierta clase de poesía los
animales adquieren formas humanas: el león representa el valor, la lechuza la
sabiduría, etc. Habla de la poesía de Hughes, quien está investigando una
modalidad distinta de estar en el mundo. El cuerpo se define por cómo se mueve.
Con Hughes, es cuestión de habitar otro cuerpo. Es una poesía que trata del
registro de una unión con el animal. La poesía a los animales cae dentro de una
economía totalmente humana en la cual el animal no participa. Hughes nos enseña
que nosotros podemos encarnar a los animales mediante el proceso de invención
poética, que mezcla aliento y sentidos.
Dice que los etnobiólogos dicen
que la vida de la especie es una fuerza que actúa a través del individuo pero
que éste es incapaz de entender. Para los gestores de la ecología, el único
organismo sobre el que no nos arrogamos este poder de dar la vida o la muerte
es el hombre porque el hombre entiende el mecanismo, a diferencia del resto, el
hombre es un ser intelectual.
Luego,
discute sobre el criterio de racionalidad y concluye en que aceptar la
condición de hombres ha comportado masacrar y esclavizar a una raza de seres
divinos o bien creados por los dioses y de esa forma hacer caer una maldición
sobre nosotros mismos.
Elizabeth dice que tratamos a
los animales como a prisioneros de guerra, y cómo no pertenecen a nuestra
tribu, podemos hacer lo que queramos con ellos. Se los convierte en rebaños
cautivos. Su trabajo es reproducirse para nosotros. Incluso sus actos sexuales
se convierten en una forma de trabajo. Elizabeth habla sobre la amabilidad con
los animales que se ha vuelto una norma social, apenas 150 o 200 años, en una
parte del mundo. Esta historia está relacionada con la de los derechos humanos.
Finalmente, no admite que lo que nos separa de los animales sea la razón.
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