Gilles Deleuze - "Postdata sobre las sociedades de control" - Teoría Social
Gilles
Deleuze: Postdata sobre las sociedades de control
Sociedades
disciplinarias: grandes espacios de encierro. Concentrar, repartir en el
espacio-tiempo una fuerza productiva cuyo efecto debe ser superior a la suma de
las fuerzas elementales. El modelo sucedía a las sociedades de soberanía; la
transición se hizo progresivamente.
Estamos
en una crisis generalizada de todos los lugares de encierro: prisión, hospital,
fábrica, escuela, familia. Las sociedades de control están reemplazando a las
sociedades disciplinarias.
Los
diferentes espacios de encierro por los cuales pasa el individuo son variables
independientes. Los diferentes aparatos de control son variaciones
inseparables. Los encierros son moldes, pero los controles son modulaciones. La
fábrica era un cuerpo que llevaba a sus fuerzas interiores a un punto de
equilibrio: lo más alto posible para la producción, lo más bajo posible para
los salarios. La empresa ha reemplazado
la fábrica; se esfuerza por imponer una modulación de cada salario, la
formación permanente tiende a reemplazar a la escuela, y la evaluación continua
al examen.
En
las sociedades de disciplina siempre se estaba empezando de nuevo, mientras que
en las sociedades de control nunca se termina nada. Las sociedades
disciplinarias tienen dos polos: la firma, que indica el individuo, y el número
de matrícula, que indica su posición en una masa (el poder es al mismo tiempo
masificador e individualizador). En las sociedades de control, lo esencial no
es una firma ni un número, sino una cifra: la cifra es la contraseña, mientras
que las sociedades disciplinarias son reglamentadas por consignas. Los
individuos se han convertido en “dividuos”, y las masas, en muestras, datos,
mercados o bancos. Las viejas sociedades de soberanía manejaban máquinas
simples, palancas, poleas, relojes; pero las sociedades disciplinarias
recientes se equipaban con máquinas energéticas; las sociedades de control
operan sobre máquinas de tercer tipo. Es una evolución tecnológica pero, más
profundamente, una mutación del capitalismo. El capitalismo del siglo XIX es de
concentración, para la producción, y de propiedad. Erige pues la fábrica en
lugar de encierro, siendo el capitalista el dueño de los medios de producción,
pero también eventualmente propietario de otros lugares concebidos por
analogía. El capitalismo ya no se basa en la producción, es un capitalismo de
superproducción: compra productos terminados o monta piezas. Vende servicios,
compra acciones. Es un capitalismo para el producto. La fábrica ha cedido su lugar
a la empresa. El marketing es ahora el instrumento del control social. El
control es a corto plazo y de rotación rápida, pero también continuo e
ilimitado, mientras que la disciplina era de larga duración, infinita y
discontinua. El hombre ya no es el hombre encerrado, sino el hombre endeudado.
Mecanismos
de control
En
el régimen de prisiones: penas de “sustitución”, collares electrónicos.
En
el régimen de las escuelas: evaluación continua. Formación permanente sobre la
escuela. Introducción de “empresa” a la escolaridad.
En
el régimen de los hospitales: nueva medicina “sin médico ni enfermo”. No
muestra un progreso hacia la individualización.
En
el régimen de la empresa: nuevos tratamientos de dinero, productos y hombres.
Son
ejemplos de la crisis de las instituciones, de la instalación progresiva y
dispersa de un nuevo régimen de dominación.
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