Mangone - "Qué hay de nuevo viejo, alternatividad y clases sociales" - Comunicación II - Cátedra: Mangone Gándara
MANGONE
“Que hay de nuevo viejo, alternatividad y
clases sociales”
La alternatividad no pudo escapar al desplazamiento culturalista de
los años 80, en el marco de derrotas políticas e ideológicas fue influido por
flujos discursivos posmodernos que pusieron en el centro la diferencia cultural
por sobre la desigualdad social.
Se perdió de vista entonces que la comunicación alternativa nació
por las desigualdades.
Con respecto a la cuestión del Estado en la intervención
alternativa, en los años 60 y 70 la existencia de dictaduras y de proyectos
nacionalistas producía ambivalencias en torno a recostarse en el Estado para
producir comunicación alternativa.
Se sistematizaban dos líneas de comunicación:
- una enfrentada a lo
transnacional.
- otra en oposición a las censuras ideológicas del Estado.
El problema se planteaba cuando la transición democrática
desorienta el rumbo de los proyectos alternativos. El Estado empieza a ser
percibido como una referencia no solo de protección legislativa sino de fomento
de prácticas culturales.
En los 80, el Estado atacado por el discurso dominante empieza a
ser apremiado por los movimientos sociales. Para cierta alternatividad, el
fracaso de las políticas nacionales de comunicación era su propio fracaso.
Ayuda a este proceso también, las políticas de descentralización de la gestión
estatal en educación y la entrada de las ONGs y fundaciones que resultan el
nuevo paraguas para intentos que quieren pasar por alternativos.
En los 80 comienza a revalorizarse el aspecto cultural de las
clases.
Históricamente las clases tuvieron que organizarse como estructuras,
como una organización rígida.
Frente a esas estructuras apareció la noción de movimiento, todo lo que no quería
aparecer como rígido aparecía como movimiento, que no era algo histórico sino
concreto. Se pueden rastrear los desplazamientos con respecto al tema de los
movimientos sociales.
Del optimismo inicial de Barbero
(en De los medios a las
mediaciones) sustentado en su crítica al concepto de masa y de clase
marxista, que se plasma también en la postura de García Canclini en Culturas híbridas, comienza un camino de
revalorizar los movimientos sociales hasta llegar a Consumidores y ciudadanos en donde les da carta de ciudadanía
mercantil.
Las tensiones siempre vigentes entre verticalidad y horizontalidad,
movimiento y estructura, base y dirección, reponen el programa anarquista para
justificar algunas definiciones. El nuevo lugar de la expresividad artística
por sobre las definiciones políticas en las prácticas alternativas actuales se
relaciona cómodamente con el anarquismo individualista no confrontativo que
difunden los medios de comunicación de masas.
Una posible consecuencia de la falta de articulación de los
conflictos (supuesta función de la alternatividad) se puede ver en la reducción
de la política a simples alianzas tácticas, conyunturales y puntuales, sin foco
estratégico.
Con respecto al concepto de vanguardia Grinberg las asimilaba a una
nueva y perniciosa forma de conductismo dejando abierta la puerta a lo que
ocurrió después con la revisión de la tarea de la vanguardia en la clave de los
movimientos sociales de los 80 y de los autónomos de los 90. Los nuevos sujetos
de comunicación alternativa no eran ya los cuadros marxistas y cristianos
formados al calor de las luchas de liberación de los 60 sino jóvenes urbanos
que tomaban más en cuenta algunas formas de vanguardias artísticas en
detrimento de los gestos históricos y tradicionales de la vanguardia política.
Esta tensión entre vanguardia artística y política, se instalan
desplazamientos conceptuales como el de alternativo a alterativo y de éste a
ciudadano o comunitario. Se acentúa el origen social pequeño burgués de los
participantes en las propuestas alternativas así como el afán profesionalizador
con el que se toma la iniciativa. Las dos vanguardias sufrieron desgastes, una
por su incorporación veloz y oportunista a la industria cultural, la otra por
el desprestigio que la teoría política le imprimió en la transición democrática
en América latina.
Comentarios
Publicar un comentario