Heidegger - "La pregunta por la técnica" en Ciencia y técnica - Seminario de Informática - Cátedra: Ferrer

Heidegger - "La pregunta por la técnica" en Ciencia y técnica - Seminario de Informática - Cátedra: Ferrer

La técnica no es igual a la esencia de la técnica. La esencia no es algo técnico. La esencia de algo vale lo que algo es. La técnica es un dispositivo. La concepción corriente de la técnica, según la cual ésta es un medio y un hacer del hombre, puede llamarse la determinación instrumental y antropológica de la técnica. Se la quiere dominar. Esta determinación es correcta. Pero lo meramente correcto no es aún lo verdadero, no nos muestra aún su esencia.

Lo instrumental. La filosofía enseña que hay cuatro causas: materialis, formalis, finalis y efficiens. Se suele concebir la causa como lo que efectúa. Causa significa aquello que hace que en los resultados, algo resulte de una manera o de otra. Las cuatros causas son modos de ser-responsable-de.

En la copa sacrificial coimperan cuatro modos del ser-responsable-de. Esto permite avanzar hacia la llegada, dar-lugar-a. Dejan venir lo todavía no presente a la presencia. Esto es pro-ducir. Lo pro-ducido tiene el brotar en el pro-ducir no en sí mismo, sino en otro, en el artesano y en el artista. El pro-ducir acontece solamente cuando llega lo velado a lo desvelado. En el desocultar se funda todo pro-ducir.

La técnica no es simplemente un medio, es un modo del desocultar, es el ámbito de la verdad. El conocer abre, es un desocultar. La técnica moderna es también un desocultar, es un provocar que pone a la naturaleza en la exigencia de liberar energías, que en cuanto tales puedan ser explotadas y acumuladas. (ej. El campo es ahora industria motorizada de la alimentación). El poner que provoca las energías naturales, es un exigir en un doble sentido: exige en cuanto abre y expone, sin embargo este exigir está subpuesto de antemano a lo otro que se exige, esto es, impulsar la utilización mayor que sea posible con el mínimo esfuerzo. El desocultar que domina a la técnica moderna tiene el carácter del poner en el sentido de la pro-vocación. Se descubren las energías ocultas en la naturaleza, se transforma, se acumula, se reparte, se cambia. Sólo en cuanto que el hombre está provocado ya a pro-vocar las energías de la naturaleza, puede acontecer este desocultar establecedor. La técnica moderna no es un simple hacer humano. Por eso debemos tomar el pro-vocar que dispone al hombre a tomar lo real como constante. La determinación únicamente instrumental y antropológica de la técnica es casual y no se la puede completar por medio de una dilucidación religiosa.

La esencia de la técnica moderna reposa en lo dis-puesto, tiene que aplicar la ciencia natural exacta. De eso surge el engañoso parecer que la técnica moderna es ciencia natural aplicada. La esencia de la técnica moderna se muestra en lo que nosotros llamamos lo dispuesto.

El desocultar no acontece en ningún lugar más allá de todo lo humano, pero tampoco acontece sólo en el hombre y decisivamente por él.

Lo dis-puesto, en cuanto pro-vocación en el establecer, destina en un modo del desocultar. Siempre impera al hombre el destino del desocultamiento. La libertar es el ámbito del destino, lo que lleva a un desocultamiento a su camino. Cuando nos abrimos a la esencia de la técnica, nos encontramos tomados inespereadamente por un reclamo liberador. Existe el peligro de que el hombre se equivoque en lo desvelado y lo malinterprete. Peligro de que todo lo exacto se retraiga lo verdadero. El hombre así amenazado se pavonea como señor de la Tierra. Se extiende la mera apariencia de que todo lo que encontramos sólo es consistente por ser un producto del hombre. El hombre se pasa por alto a sí mismo como lo interpelado. La esencia de la técnica es el peligro, pero donde hay peligro crece también lo salvador. Salvar es reconducir hacia la esencia. Tenemos que preguntarnos por la técnica, pues en su esencia está enraizado y crece lo salvador.  Provocar es todo menos un confiar. Todo destino de un desocultar acontece apropiadamente desde el confiar y en cuanto tal.

Mientras concibamos la técnica como instrumento, vamos a permanecer apegados a querer dominarla y omitiremos la esencia de la técnica. Cuanto más nos acerquemos al peligro, tanto más claramente comienza a destellar el camino hacia lo salvador.