Lacan - "El estadio del espejo como formador de la función del Yo” - Comunicación 3 - Cátedra: Caletti
Lacan,
J. “El estadio del espejo como formador
de la función del Yo”
Estadio del espejo: desde los seis hasta los dieciocho
meses. Debemos comprender el estadio del espejo como una identificación, en el sentido pleno del término: la transformación
producida en el sujeto cuando asume una imagen.
El hecho de que la imagen especular sea asumida
jubilosamente por el niño manifiesta la matriz simbólica en la que el Yo se
precipita en una forma primordial, antes de objetivarse en la dialéctica de la
identificación con el otro y antes de que el lenguaje le restituya en lo universal
su función de sujeto. Esta forma primordial es designada por Lacan con el
nombre de yo-ideal; y actuará como
tronco de las identificaciones secundarias, cuyas funciones de normalización
libidinal también se denominarán bajo el mismo término.
La forma total del cuerpo no le es dada al sujeto sino
como Gestalt, es decir, en una exterioridad
donde, sin duda, esa forma es más constituyente que constituida. Esta Gestalt simboliza la permanencia mental
del Yo al mismo tiempo que prefigura su destinación enajenadora; está preñada
todavía de las correspondencias que unen al Yo con la estatua en la que el
hombre se proyecta. La imagen especular parece ser el umbral del mundo visible.
La función del estadio del espejo se nos revela entonces como la de establecer
una relación del organismo con su realidad; del Innenwelt (mundo interior) con el Umwelt (medio ambiente).
Este desarrollo es vivido como una dialéctica temporal
que proyecta decisivamente en historia la formación del individuo. El momento
en que termina el estadio del espejo inaugura, por la identificación con la
imago del semejante y el drama de los celos primordiales, la dialéctica que
desde entonces liga el Yo con situaciones socialmente elaboradas.
Resumen 2:
Resumen 2:
El Estadio del
Espejo como formador de la función del yo – LACAN
El Sujeto se transforma al asumir una imagen, se identifica con su
imagen.
El
estadio del espejo se presentaà como
una fase fundamental en la constitución del sujeto ya que produce la matriz
sobre la cual van a desarrollarse las identificaciones secundarias.
El espejo, aquel momento de la
primera relación consigo mismo que es irremediablemente y para siempre relación
con otro, representa una fase privilegiada en tanto y en cuanto posee un valor
ejemplar para todo el desarrollo ulterior; no es un estadio destinado a ser
superado, sino una configuración insuperable.
Esto es previo a la enajenación paranoica que data del viraje del yo
especular al yo social. En el momento que termina el estadio del espejo se
inaugura la identificación con la imago del semejante y el drama de los celos
primordiales de las situaciones sociales.
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