Capítulo 3:
La construcción del otro por la desigualdad
Cuando termina la SGM comienzan los procesos de
liberación nacional. Esas sociedades habían sufrido de profundas
transformaciones. Sufrieron cambios básicamente políticos que los llevaron a
transformarse de “pueblos primitivos” en sociedades complejas. Las
transformaciones eran producto de tres situaciones:
1) La situación colonial:
una situación total de dominación de un pueblo sobre otro. Esta situación fue
producto del sistema capitalista en su fase imperialista, cuando tomó contacto
con otras sociedades o culturas. Éste sistema desposeyó de sus bienes a las
otras culturas y ejerció diversas presiones. Éstas culturas, cada vez más
desposeídas, fueron cada vez más dependientes de la potencia colonial, que
controlaba varios aspectos de la vida social, económica y política. La cultura
dominada perdió así la posibilidad de ejercer una real acción sobre lo propio.
2) Los procesos de
descolonización: estos fueron diversos y esta diversidad se debió a las
características propias de cada cultura nativa y de la diversidad de formas que
tomó la dominación. Las sociedades dominadas pasaron a ser naciones, sociedades
complejas, con clases, es decir, se asemejaron a occidente. Se trata
principalmente de los movimientos de liberación en Asia y Africa en las décadas
del 50 y 60.
3) La situación
postcolonial: aunque las sociedades estaban liberadas políticamente, Occidente
seguía actuando como factor de cambio. Las nuevas sociedades mantenían con los
países centrales una relación de dependencia económica. Las relaciones
internacionales eran desiguales y la situación colonial parecía mantenerse.
En todas estas situaciones está presente una
relación de dominación. El elemento común, dominante es Occidente, por lo tanto,
las causas de las transformaciones había que volver a Occidente. Gracias al
proceso de descolonización, cambió la mirada de Occidente sobre el otro. Y
también la perspectiva de la Antropología sobre otras culturas, es decir, que
la práctica de la antropología dominante también se transformó y se criticaron
las teorías postuladas hasta ese momento. Se pasó a pensar la diversidad
cultural como desigualdad.
Las elaboradas hasta la SGM postulaban el
relativismo cultural, el respeto por el otro cultural, la equivalencia, pero no
tenían en cuenta las relaciones entre culturas y no reconocían la relación
desigual que vinculaba a esas culturas con Occidente. En otros casos, como el
de L-S, aunque se planteara la relación entre culturas como el elemento distintivo
de la diversidad, se dejó de lado la situación de dominación. Las teorías
elaboradas hasta ese momento no podían dar cuenta de las transformaciones que
estas sociedades habían sufrido.
Fue necesario cambiar la teoría desde la cual se
observaba, poder explicar el porqué de las transformaciones y la teoría que
finalmente se encontró fue el marxismo. Como había sido planteada originalmente
no podía ser aplicada directamente a los nuevos problemas, por lo tanto se la
modificó, dando lugar al neomarxismo.
Con el neomarxismo, la antropología se propuso
estudiar los procesos sociales, económicos, políticos y culturales que
condujeron, guiados por Occidente, a la transformación de las sociedades
primitivas. Los problemas que preocupaban eran:
- Las características de las
sociedades no occidentales antes de la situación colonial.
- Las características de
occidente cuando entró en relación (sus componentes fundamentales).
- Las relaciones que se
establecieron con el contacto, si implicaban diferencias en la relación.
- Los cambios que esa
relación sufrió y las modificaciones que ese cambio produjo en las sociedades
no occidentales.
Se estudiaban básicamente dos elementos:
- El interior de una unidad
particular (ya sea una sociedad aún primitiva o una nueva sociedad compleja).
El interés era la existencia de desigualdades sociales, ver si eran semejantes
a las que caracterizaban a las sociedades capitalistas occidentales, y ver qué
tipo de modo de producción tenían.
- La relación entre
sociedades capitalistas y no capitalistas, la vinculación entre modos de
producción distintos, y la desigualdad que tiene lugar.
Se planteó que el concepto tradicional de cultura,
concepto central en las teorías antropológicas, presentaba el problema de
englobar todas las instancias y modelos de comportamiento de una formación
social, sin establecer jerarquías entre ellas. Primero se separó la noción de
“sociedad” (formación social) de “cultura”. La sociedad se consideró como una
totalidad conformada por instancias interdependientes y jerarquizadas. La
cultura era una instancia o dimensión de la totalidad social, determinada por
otras instancias. En las teorías marxistas tradicionales el concepto que más se
acercaba a esta idea de cultura era el de ideología. Entonces se revisaron los
postulados marxistas sobre la ideología y se los adaptó al concepto de cultura.
Primero, se consideró la ubicación de la ideología,
como instancia, en la totalidad social. Marx había establecido una vinculación
con el modo de producción capitalista.
Marx planteó un modelo constituido por una
Estructura y una Superestructura. En la Estructura, se ubican las fuerzas
productivas y las relaciones sociales de producción. Las fuerzas productivas
están conformadas por la relación entre los hombres, los medios y los objetos
de trabajo. La capacidad humana y técnica que tiene una sociedad para
apropiarse de los bienes de la naturaleza, transformarlos y obtener así los
bienes necesarios para su reproducción. Las relaciones sociales de producción
son necesarias e independientes de la voluntad de los hombres y se vinculan con
la propiedad de los medios. Históricamente, primero se produjo el despojo a
ciertos hombres poseedores y se los obligó a vender su fuerza de trabajo.
La forma en que se articulan las relaciones entre
fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción determinan un modo
de producción. En el modo de producción capitalista, esa relación de
propiedad es la propiedad privada de los medios de producción. Y esa
apropiación privada determina la existencia dos clases de hombres: los
propietarios y los no propietarios de los medios de producción.
Se plantea a la sociedad como conformada por dos
partes. La Estructura es la base económica de la sociedad, la base real sobre
la que se alza un edificio jurídico y político. Son las formas ideológicas
dentro de las cuales los hombres toman conciencia de lo que sucede en la
Estructura. La relación entre las dos partes es de determinación: la E
determina a la S, la E tiene un rol principal. Además, mientras la E opera de
manera objetiva, las formas jurídicas, políticas e ideológicas son formas
conscientes.
Las formas jurídicas y políticas conforman el
Estado. El Estado establece la distinción entre hombres dominantes y hombres
dominados, juega un papel en la dominación, la organiza. Ésta nueva
clasificación de los hombres tiene una particularidad que es que los que
dominan no son los mismos que explotan. Esta distinción es clave, porque aunque
son diferentes, están asociados.
En el pasado, la ideología era definida como un
sistema de ideas y representaciones, algo superestructural, separado de toda
forma material, como algo que cumple la función de ocultar y deformar la
realidad, como la expresión de la clase dominante y como algo determinado de
manera causal y unidireccional por la Estructura. El neomarxismo en ciencias
sociales tiene que afrontar esto, el hecho de que la S no tenga ningún poder.
Todo esto la hacen poco útil para explicar las desigualdades culturales. Para
explicarlas fue necesario repensarla como instancia y atribuirle de alguna
manera “poder”, para que fuese una instancia que generara por si misma
desigualdad y que tuviera un peso considerable respecto de esa totalidad
social.
El poder que puede ejercer por si misma la cultura
(poder propio) es el poder hegemónico. Gramsci realiza una separación
entre dos modos de dominación: la coercitiva y la hegemónica. En la coercitiva,
el control es político y directo, ejercido a través de la coerción y, en última
instancia, de la violencia física. En una sociedad capitalista moderna, el
Estado tiene el control monopólico de ese recurso. Pero ni este poder
coercitivo ni el poder económico son suficientes para mantener y reproducir el
sistema social. No hay clase hegemónica que pueda asegurar su poder económico
sólo con el poder represivo, éste es un último recurso.
El poder hegemónico es un poder sutil, simbólico o
cultural. Es un proceso de dirección política, ideológica y cultural, en el
cual una clase o sector se alía con otras clases y logra una apropiación de las
instancias de poder. Se admiten espacios donde los grupos subalternos o no
hegemónicos desarrollan sus prácticas. Este proceso abarca la totalidad de la
vida social, produce el sentido o significados. Los hombres lo viven como sentido
común (natural, dado).
Actúa a través del consenso, no es impuesto de modo
coercitivo, sino que tiene que ser aceptado, consentido por parte de los grupos
o clases no hegemónicas. Es decir, tiene que ser un poder legitimado. Además,
logra la dominación pero nunca de manera total y definitiva sino que necesita
ser renovado permanentemente, porque es resistido y desafiado permanentemente.
Con ésta noción de hegemonía se establecen las
distinciones hegemónicos/subalternos (apropiación desigual de los medios para
producir sentido), diferente de dominantes/dominados (apropiación desigual de
los medios para ejercer la violencia física), y de la económica
explotadores/explotados (apropiación desigual de los medios de producción de lo
material).
Althusser acuñó el término causalidad estructural,
que permite dar cuenta de que ya no hay una sola determinación sino modalidades
distintas de determinación. Afirma la determinación de la Superestructura por
parte de la Estructura. Pero la Estructura no necesita cualquier
Superestructura sino que trata de lograr aquella que le permita funcionar,
reproducirse de la manera más eficaz. Entonces, la Estructura necesita de la
Superestructura. De alguna manera, la S condiciona a la E, la ayuda a
reproducirse, perpetúa el modo de producción. Aquí juega un rol la democracia
parlamentaria ya que con un sistema donde se supone que hay igualdad y donde
las personas eligen, las relaciones pueden ser las mismas que en la dictadura
pero es más eficaz. Siempre que la Superestructura demuestre eficacia en el
cumplimiento de su función, seguirá teniendo esa función, la de permitir la
reproducción de las condiciones de posibilidad de esta determinación.
Los antropólogos usan ese concepto para explicar la
relación de dominación que tienen las sociedades occidentales con las demás. El
sistema colonial era un modo de dominación específica: era básicamente
coercitiva y violenta. Es como la dominación que ejerce el Estado dentro de su
propia sociedad, que ejerce el monopolio de la violencia física. Pero cuando
este monopolio se termina, Occidente seguía, de algún modo, dominando. Así, se
amplía la noción de dominación. Cuando desaparece la dominación coercitiva,
sólo queda la hegemónica. Luego de la liberación, proviene del consentimiento.
La dominación genera desigualdad.
Planteo de Godelier
Godelier propone algo distinto de Althusser. Se
preguntó sobre las sociedades precapitalistas, sobre las razones del dominio
del parentesco en esas formaciones sociales. No ve las relaciones de parentesco
como un elemento de la superestructura que permite la perpetuación de las
condiciones de producción. Las considera como estructuras plurifuncionales
comunes a la estructura y a la superestructura. Plantea que la sociedad está
divida en niveles o estructuras y que guardan un orden porque no todos cumplen
la misma función. La causalidad puede darse entre estructuras o dentro de una
estructura.
En las sociedades sin clases, las sociedades
“primitivas”, las relaciones de parentesco están presentes en la base-estructura
ya que regulan el acceso de los grupos e individuos a las condiciones de
producción y a los recursos. Y también están presentes en la superestructura,
ya que son el marco social de las actividades políticas y rituales, y son la
base del esquema ideológico. Así, las relaciones de parentesco aparecen como
dominantes, controlan a otras estructuras. Eso es posible porque funcionan como
relaciones de producción. Para que una estructura sea dominante tiene que
funcionar como relaciones de producción, como la instancia donde se produce la
apropiación de bienes materiales o simbólicos.
En las formaciones sociales donde el parentesco es
una instancia dominante, la separación entre estructura y superestructura no
revela una distinción entre instituciones. Así, para Godelier la causalidad
estructural es un tipo de determinación que debe ser probada para cada
sociedad, el antropólogo debe estudiar cada caso en particular.
Siguiendo esto, García Canclini saca dos
conclusiones. Una es que la ideología ya no es algo exterior a las relaciones
sociales sino que cualquier práctica es económica y simbólica al mismo tiempo.
Al actuar a través de ella, le atribuimos significado. La segunda es que la
ideología o cultura como parte de la superestructura mantiene con respecto a la
estructura la relación de causalidad estructural, está originada por la
estructura pero a su vez la sobredetermina a fin de reproducirla.
A partir de las nociones de hegemonía y causalidad
estructural, se puede redefinir el concepto de cultura. García Canclini define
la cultura como un proceso de producción de sentido que es al mismo tiempo
material y simbólica, y que representa y
reproduce la realidad, las estructuras materiales, un sistema social. Esa producción
es considerada como una elaboración de productos materiales o simbólicos, que
pueden ser representaciones, fenómenos, hechos, sentidos, y otros. Cumple con
la función de reproducir y a veces transformar la realidad.
Así, la noción de cultura toma un lugar en la
totalidad social, que antes ocupaba la noción de ideología. Es un espacio donde
se produce sentido. El poder hegemónico reproduce la arbitrariedad derivada de
la fuerza económica de la clase dominante inculcando como necesaria y natural esa arbitrariedad.
La desigualdad entre culturas y la desigualdad
dentro de una cultura ya no son producto de una relación de dominación sino
tres: dominación política, explotación económica y hegemonía cultural. Cuando
se habla de dominación cultural, no se quiere decir que la física esté ausente.
Una sociedad que está basada en un sistema desigual
reproducirá ese sistema desigual a través de maneras y formas desiguales. La
relación de dominación, incluso la hegemónica, es una relación conflictiva en
la cual se encuentra consenso, adaptación, sometimiento, pero también
resistencia y oposición por parte de los dominados.
·
Proposiciones del otro por la desigualdad
Si existen semejanzas entre las culturas, las
teorías evolucionistas o funcionalistas no alcanzan a explicarlas. Las
semejanzas no se explican por la UPB del hombre, por el origen común o por las
necesidades comunes. Pueden explicarse o porque hay una lógica común, una
estructura que comparten los hombres en sociedad o porque son producto de un
hecho histórico que tiende a homogeneizar.
Sobre la desigualdad cultura también se pueden
plantear proposiciones:
1) La diversidad y la
diferencia eran consideradas como hechos empíricos constatables. La desigualdad
es una realidad pero no está dada de manera natural sino que es un producto
histórico, un elemento a explicar.
2) La desigualdad expresa y
es producto de una relación de dominación
3) La dominación se funda en
una apropiación desigual de bienes materiale sy simbólicos. Ésta apropiación
genera relaciones sociales asimétricas que toman formas diversas y que se
expresan en formas culturales, económicas, políticas y sociales distintas.
4) La desigualdad se
fundamenta en una relación de dominación de algunos hombres, grupos o
sociedades sobre otros hombres, grupos o sociedades.
5) La especificidad de una
cultura se explica como producto del modo particular que toman las relaciones
de dominación.
·
Mecanismos de construcción del otro desigual.
En éste caso, el con y el sin estan presentes
simultáneamente. En este modelo, el “sin” aparece como despojo pero no producto
de un acto deliberado del observador, sino como un hecho objetivo producido por
las relaciones entre los hombres. Hay carencia porque un grupo o sociedad se
apropia, despoja al otro de los medios materiales y simbólicos que garantizan
su reproducción. Esta carencia no es temporal ni transitoria sino que es
estructural.
El sin no deja un vacío sino que el Nosotros
participa en la conformación de los atributos del otro. Esos atributos son
coproducidos por la relación Nosotros-Otros. El mecanismo de construcción por
la desigualdad consiste en encontrar en el otro una estructura común que está
presente siempre en toda relación social.
El nosotros es simultáneamente con y sin, es en sí
una sociedad desigual.
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