Giddens – “El capitalismo y la
moderna teoría social”
Weber: protestantismo y
capitalismo
A Weber le preocupa la naturaleza de
la empresa capitalista y las características específicas del capitalismo
europeo occidental.
Orígenes
del espíritu capitalista
Weber empieza “La ética protestante”
sentando el hecho en que en la Europa moderna, los protestantes participan más
en la posesión del capital, en la dirección y en los más altos puestos de
trabajo especializado. El movimiento hacia el protestantismo significó aceptar
un nivel mucho más elevado de reglamentación de la conducta de lo que pedía el
catolicismo. El protestantismo adopta una actitud estricta frente a la
relajación y la diversión, algo que se ve mucho en el calvinismo. Se da el caso
de que la gente vinculada a la actividad económica y a la búsqueda de ganancia
son indiferentes a la religión por que se dirigen al mundo material, mientras
que la religión apunta al mundo espiritual. El protestantismo no solo difiere
del catolicismo (precedente) sino que también el capitalismo lo hace de sus
especies anteriores. Todas las otras formas que distingue Weber de capitalismo,
están en sociedades de “tradicionalismo económico”. El trabajador
tradicionalista no piensa en aumentar al máximo su jornal diario, sino en
cuánto trabajo tiene que realizar para satisfacer sus necesidades habituales.
El espíritu del capitalismo, entonces, viene caracterizado por una combinación
de la dedicación a la ganancia por medio de una actividad económica legítima y
el prescindir del uso de esos ingresos para gustos personales. Weber también
muestra que el concepto de “profesión – vocación”, que consiste en cumplir su
deber para con Dios por medio de la gestión moral de su vida cada día, se formó
en tiempos de la Reforma.
La influencia
del capitalismo ascético
Luego de Lutero, la elaboración del
concepto “profesión – vocación” fue obra de sectas protestantes, denominadas
por Weber como “protestantismo ascético”. Distingue cuatro corrientes:
calvinismo, metodismo, pietismo y sectas baptistas. Él se centra en el
calvinismo. Precisa tres principios básicos del calvinismo:
-
La
doctrina de que el universo ha sido creado para aumentar la gloria de Dios y de
que solamente tiene sentido en relación co los propósitos divinos.
-
Todos
los motivos de Dios están más allá de la comprensión humana.
-
La
creencia en la predestinación: sólo un número reducido de hombres son escogidos
para la gracia eterna. Se da desde el primer momento de la creación y no
depende de las acciones humanas. Con esto el calvinismo logró el
“desencantamiento del mundo”.
Los
calvinistas se cuestionaban así, si estaban entre los elegidos. Se
desarrollaron dos respuestas: • que el individuo debía considerarse siempre uno
de los elegidos, • que la intensa actividad en el mundo es el medio más
apropiado para desarrollar y mantener esa confianza. El calvinismo exige de sus
fieles una vida coherente y de disciplina continua, erradicando el
arrepentimiento y la remisión. El concepto de profesión – vocación es así, un
instrumento de Dios. La acumulación de la riqueza se condena moralmente si es
incitación al lujo y a la pereza; cuando las ganancias materiales se adquieren
por el cumplimiento ascético del deber profesional, son alentadas.
Los orígenes del capitalismo deben
buscarse en esta ética religiosa del calvinismo. La obra pretende mostrar que
la racionalización de la vida económica, característica del capitalismo
moderno, está vinculada a opciones valorativas irracionales.
Los ensayos metodológicos de
Weber
“La ética protestante” rechaza la
interpretación materialista de la historia como así también la idealista. Weber
rechaza la idea de Compte de que las ciencias se ordenan en jerarquía lógica y
empírica, adoptando la distinción entre ciencias naturales y las culturales.
Subjetividad
y objetividad
Weber concede que las ciencias
sociales se preocupan necesariamente de los fenómenos espirituales o ideales,
que son características humanas que no existen en el objeto considerado por las
ciencias naturales. Pero esta diferencia entre “sujeto” y “objeto” no requiere
el sacrifico de la objetividad de las ciencias sociales. Las ciencias sociales
se originaron con la preocupación por problemas prácticos y fueron estimuladas
por el interés de los hombres para realizar los cambios sociales deseados. El
análisis científico puede permitirnos determinar las posibilidades de un
conjunto de medios para alcanzar un fin determinado, pero no se puede demostrar
que un hombre deba aceptar
determinado fin como valor. Los costes implicados en la elección de un medio
concreto puede ser de dos tipos: - la realización parcial – la producción de
efectos secundarios que perjudican a los otros fines. El uso de la ciencia
empírica y del análisis lógico pueden mostrar a un individuo lo que le es posible
lograr y las consecuencias pero no que decisión debe tomar.
El universo se caracteriza por la
existencia de ideales irreductiblemente competitivos. El análisis que hace
Weber de la política y de su motivación se funda en que hay dos tipos de
proceder político: - ética de fines últimos: dirige todo el conjunto de su
actividad política hacia la consecución de un ideal, sin tener en cuenta el
cálculo racional de medios. - ética de responsabilidad: supone conciencia. Las
consecuencias efectivas pueden ser distintas de las intenciones y hasta
contrarias.
Juicios
de hecho y juicios de valor
El objetivo principal de las
ciencias sociales es la comprensión de la unidad de la realidad en que nos
movemos: comprender por qué los fenómenos históricos particulares llegan a ser
como son. Cualquier forma de análisis científico, sea ciencia social o natural,
implica una selección de la realidad. Por ejemplo, es erróneo suponer que las
ciencias naturales sólo buscan el descubrimiento de leyes; a veces también buscan
el conocimiento particular. Para establecer
una relación causal hay que aplicar un procedimiento de abstracción por
parte del científico social, construyendo un experimento de reflexión para
proyectar lo que hubiese ocurrido si los acontecimientos hubieran pasado de
otro modo. El objetivo de las ciencias sociales siempre está en movimiento.
La
formulación de tipos ideales
Son para interpretar y explicar una
configuración histórica. Se construye mediante la abstracción y la combinación
de elementos que, aunque se encuentran en la realidad, no descubren esta forma
específica. Un tipo ideal no es que sea deseable; es un tipo puro de sentido
lógico. La utilidad puede evaluarse en reafición con un problema concreto y el
único objetivo es facilitar el análisis de cuestiones específicas. Se limitan a
describir los rasgos comunes de agrupaciones de fenómenos empíricos.
La relación entre la ciencia social
y los juicios de valor es algo central en Weber. Se refiere al tema de si el
científico debe usar su puesto académico o prestigio para proteger los ideales
que tiene, pero esta depende de los valores y no se puede demostrar
científicamente.
Conceptos fundamentales de
sociología
Weber concibe a la sociología como
subordinada a la historia: estima que los principales problemas que interesan a
las ciencias sociales son los que atañen a cuestiones de determinada
importancia cultural. La sociología se preocupa por la formulación de
principios generales y de conceptos-tipo genéricos en relación con la acción social
humana. Al trazar su concepción de la “sociología interpretativa”, Weber
mantiene su énfasis sobre la importancia de lo subjetivo para el análisis
sociológico. La sociología debe tener en cuenta los objetos y acontecimientos
privados de sentido subjetivo, pero que influyen en la actividad humana. Estos
son condiciones de condición del comportamiento humano, pero carecen de una
relación necesaria con ningún objeto humano. El análisis científico de la
acción social avanza por medio de la construcción de tipos ideales. Weber
distingue dos tipos de captación interpretativa del sentido: - “comprensión
directa” donde comprendemos el sentido de una acción mediante la observación
directa. – “comprensión explicativa” que implica poner en claro motivos que se
interponen entre la actividad observada y su sentido para el agente.
Las
relaciones sociales y la orientación del proceder social
La acción social abarca cualquier
tipo de proceder humano que se orienta por las acciones de otros. Existe una
relación social en donde haya reciprocidad entre dos o más individuos muchas
tienen carácter transitorio. Distingue cuatro tipos del proceder social:
-
con
arreglo a fines: el individuo valora racionalmente las probables consecuencias
de un determinado acto en los términos del cálculo medios para un fin
-
racional
con arreglo a valores: va dirigida hacia una idea que pasa por encima de todo y
no tiene en cuenta la relevancia de ninguna otra consideración. Se trata de una
acción racional por que implica la fijación de objetivos coherentes hacia los
cuales el individuo encauza su actividad
-
acción
efectiva: no presupone que el individuo tiene un ideal definido y que domina su
actividad. Se lleva a cabo mediante el estado emotivo.
-
Tradicional:
se lleva a cabo bajo la costumbre y el hábito.
Toda
relación social se apoya en la probabilidad con que un agente dirigirá su
acción de una manera específica. Toda relación social que tiene carácter
duradero presupone uniformidades de conducta que consisten en “uso” y
“costumbre”. Por “uso” entendemos la probabilidad de una regularidad de la
conducta. Una “costumbre” es un uso que descansa en un arraigo duradero.
Legitimidad,
dominación y autoridad
Las formas más estables de relación
social son aquellas en las cuales las actitudes subjetivas de los individuos
están orientadas por la creencia en un orden legítimo, aunque no equivale a
hacerlo por adhesión a los principios de este orden.
Weber define a la sociedad política
como aquella cuya existencia y orden están protegidos dentro de un área
territorial determinada, por la amenaza y aplicación de fuerza física por parte
del personal gubernativo. Una organización política se convierte en Estado
cuando llega a ejercer efectivamente un monopolio legítimo sobre el uso de
fuerza en un territorio determinado. Weber define el “poder” como la
probabilidad con que un agente podrá realizar sus propios objetivos aun frente
a al oposición de otros. El concepto de “dominación” se refiere sólo a aquellos
casos de ejercicio del poder en que un agente obedece a un mandato específico
emanado por otro. La posibilidad de obtener recompensas materiales y de
asegurarse la consideración social son las formas con que más frecuentemente se
vinculan a un líder sus seguidores. Weber distingue tres tipos de dominación:
-
autoridad
tradicional: ejemplo: iglesia. Los que gobiernan carecen de personal
administrativo especializado, por medio del cual pueden ejercer su autoridad.
Gobernante y súbditos;
-
autoridad
legal – racional: obedecen a un superior, no por dependencia personal, sino por
que aceptan las normas impersonales que definen la autoridad;
-
dominación
carismática: ejemplo: Hitler, Perón. Weber define al carisma como la cualidad
extraordinaria de una personalidad que posee facultades notables no comunes.
El
influjo de las relaciones de mercado: clases y estamentos
Al estudiar la “clase”, el
“estamento” y el “partido”, Weber los define como tres dimensiones de la
estratificación, cada una de las cuales se distingue conceptualmente de las
demás. La concepción de clase en Weber parte del análisis generalizado de la
acción económica en el mercado. Weber define la acción económica como el
proceder que busca, por medios pacíficos, adquirir el control de las utilidades
deseadas. Las utilidades comprenden los bienes y los servicios. El mercado se
distingue del intercambio recíproco (trueque). Las clases sólo pueden existir
cuando tal mercado existe y esto a su vez presupone la formación de una
economía monetaria.
La situación en el mercado de
cualquier objeto de intercambio se define como la totalidad de las
probabilidades de cambio de éste contra dinero que puedan ser conocidas. La
forma en que se halla distribuido el poder de posesión sobre bienes de
intercambio crea por sí misma posibilidades específicas de existencia. Una
clase designa un agregado de individuos que comparten la misma situación de
clase. Los que carecen de propiedad y que solo pueden ofrecer servicios en el
mercado, se dividen según los tipos de servicios que pueden ofrecer. Weber
reconoce, como Marx, que la posesión contra la no posesión de la propiedad es
la base más importante de la división de clases en un mercado competitivo.
Weber distingue también las clases simplemente “sociales”. En la medida que los
individuos pueden trasladarse libremente dentro de un conjunto común de
situaciones de clase constituyen una clase social determinada. Weber describe
el capitalismo como integrado por la clase de obreros manuales, la pequeña
burguesía, los trabajares de “cuello blanco”, técnicos e intelectuales carentes
de propiedad y los grupos dominantes, empresariales o propietarios.
La conciencia de clase llega a
desarrollarse en aquellas circunstancias donde: - la clase enemiga es un grupo
que aparece visiblemente en directa competencia económica; - donde hay muchas
personajes que comparten la misma situación de clase; - donde es sencillo
organizar la asamblea y la comunicación entre sí; - donde la clase en cuestión
se busca dirigentes que proporcionan objetivos claros y comprensibles a sus
actividades.
Weber distingue la situación de
clase de la “situación de estamento”. La situación estamental de un individuo
se refiere a las evaluaciones que otros hacen de él y de su posición social,
atribuyéndole alguna forma de consideración o prestigio socia. Los que forman
un estamento, a diferencia de los que forman una clase, están conscientes de su
situación común y manifiestan su distinción de los demás llevando un particular
estilo de vida. Tienen importancia vital en el desarrollo histórico, ya que
pueden actuar influyendo de manera directa en el funcionamiento del mercado y
así pueden afectar causalmente las relaciones de clase.
Tanto la condición de miembro de una
clase como la de un estamento pueden ser una base de poder social; pero la
formación de partidos políticos es un influjo ulterior, independiente, en
relación con la distribución del poder.
El crecimiento del Estado moderno
trajo consigo el desarrollo de los partidos políticos de masas, y la aparición
de políticos profesionales.
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