Itinerarios de la modernidad
Capitulo 1
La modernidad como autorreflexión
Modernidad como autoconciencia.
La problemática de la modernidad tiene
bastantes ecos de esta utilización que hacemos del vocablo moderno. La
modernidad seria una condición de la historia que comienza a darse de manera
consciente entre los pensadores los actores de esta historia. Su significado
más amplio y abstracto es modernidad como una particular condición de la
historia, tiene como elemento esencial un proceso de nueva comprensión de lo
real del sujeto y las cosas del yo y la naturaleza, de las formas de conocer
esa natu y ese yo mismo que estoy conociendo.
En lo moderno aparece un nuevo poder y es
el poder del autor, el poder de ese extraño personaje con sus públicos, de
estos personajes que en soledad desde sus arbitrariedades desde sus
contradicciones y complicaciones escriben libros que tendrán sus lectores.
(Habla un poquito de ilustración)
El pensamiento romántico que tiene como centro
casi paralelo a la ilustración del silo xviii a Inglaterra y Alemania es aquel
pensamiento que si bien celebra la libertad ejercerá por un lado una crítica
profunda a los sueños totalitarios de la razón científica y trabajara ideas de
sentimiento de patria de amor de nacionalidad que combinado con las ilustración
conformaran las dos grandes almas de lo moderno hasta el presente. Podríamos
entonces decir que la ilustración es este amanecer, esta aurora de la
modernidad en términos de lo que nos interesa que es la historia de sus ideas
que se va a extender a todos los campos de lo social y del conocimiento. La
ilustración trata de reconstruir la forma de interpretación y comprensión, de
generar historia no solo en el campo de lo científico y lo filosófico sino en
el campo de la economía política etc.
Para Habermas la modernidad es ese proceso
de racionalización histórica que se da en occidente y conjuga y consuma el
desencantamiento del mundo instituido por las imágenes míticas religiosas y sagradas.
La modernidad es este proceso que esencialmente se da en Europa y América,
proceso de racionalización como forma de comprender pero al mismo tiempo de
estructural el mundo la historia y el lugar del hombre en esa HISTORIA.
Racionalización del mundo a partir de saberes autónomos que no responden más a
dogmas ni iglesia ni reyes, dan cuenta de su propia esfera en lo que vayan
logrando en términos de conocimiento y reflexión
Esferas que organizan estos saberes
racionalizadores que caracterizan a la modernidad y su comprensión del mundo:
la esfera cognitiva, la normativa y la expresiva. La modernidad es ese
entramado de racionalización.
La modernidad es aquel discurso de la crítica
que funda la modernidad en su crítica a las viejas representaciones pero que la
ilustración planteará como perpetua crítica a la crítica como permanente
critica al conocimiento dado. Será la modernidad entonces un pensamiento que
avanza e infinidad de variables reflexivas que están de acuerdo o no con este
avance y lo que implica. La modernidad no puede ser pensada como finalizada
porque toda aquella critica que cuestione de la manera más profunda en realidad
está siendo modernidad por excelencia.
La modernidad objetiviza la historia. Le
otorga un sentido a la historia.
(habla un buen rato de subjetividad)
Capítulo
4 el tiempo de las vanguardias políticas
y artísticas
Las vanguardias son un espacio histórico
porque se constituye en lo social en el campo del arte de la cultura de la política
y también fenómeno particular de una época moderna.
En el capítulo trabajaremos
fundamentalmente sobre textos de la vanguardia, manifiestos, exposición de
ideas y principios, en tanto analizaremos las vanguardias como parte del mundo
de las ideas de la historia de las ideas modernas. Las vanguardias como
fenómeno cultural, sociocultural político cultural que atraviesa una época de
lo moderno para intervenir como lectura fuerte de la crisis y la crítica de ese
tiempo.
Las dos primeras décadas del siglo plantean
una serie de características necesarias de ser comprendidas, por un lado
aparece un clima de época de aceleración de la historia. Un clima que se da
como experiencia objetiva en el plano social y económico, avances técnicos,
logros de la ciencia.
Las historia genera un momento de aceleración
casi como cien años atrás en el pasaje del siglo xviii al xix se vivió una
aceleración política y cultural, también a principios de este siglo el campo
objetivo de la historia mostraba que esta se aceleraba en sus novedades, en sus
modificaciones en las cosas inéditas q planteaba- pero también esta atmosfera
de aceleración se daba principalmente en la subjetividad de los acortes de la
historia, en la conciencia de los sujetos históricos.
En estos años surge la idea de revolución,
de revolución social. Se venía más o menos desde 1870 a 1900 de muchas
variables que sustentaban esta idea de cambio histórico. Por un lado el
despliegue, la aceptación en las dirigencias de la clase obrera y los partidos
políticos de izquierda de las concepciones marxistas.
El desplegado mundo de la izquierda en
términos teóricos es otro de los elementos que hace a la constitución de las
vanguardias en términos de experiencia organización y también ambiciones
políticas.
Las tres figuras que de alguna manera van a
constituir en ocasiones las llamadas vanguardias modernas son el político,
artista y el intelectual.
La vanguardia artística es básicamente una
experiencia grupal que se da en el campo del arte, de artistas relacionados con
ideas políticas, con sus propias experiencias estéticas que pueden estar
constituidas por gente que esté en un único medio de expresión estética.
Las vanguardias artísticas sabían que
nacían para morir. Su grito de protesta, su cuestionamiento crítico desde el
arte a un mundo de razones dados, va a ser tan enérgico contra las formas institucionales
del arte, que su propio espíritu las obliga a pensarse circunstanciales. Y si
no mueren las matan las otras vanguardias.
Las vanguardias van a trabajar en un
sentido anti burgués. Buscan a través del arte un proceso concreto de
liberación de la subjetividad creadora y receptora de denuncia contra las
formas bellas del arte burgués instituido.
Las vanguardias plantean entonces por un
lado la necesidad de una nueva imagen crítica del mundo. Hay una conciencia
plena de generar una nueva imagen del mundo, construir otra vez la realidad,
construirla como representación distinta, verídica.
Las vanguardias a diferencia del arte
burgués van a mostrar las lacras fabulosas del mundo moderno. Trabajan en términos provocativos y también
humorísticos, corrosivos en su descripción de la época, en su descripción de
las figuras de su tiempo, de la cultura de su época.
El sueño de las vanguardias es integrar el
arte a la vida. Es hacer desaparecer el arte como una experiencia autónoma, el
arte en manos de artistas, el arte como un don de elegidos o situado en la
galería de los genios. La idea utópica de las vanguardias es que todos seamos
artistas. Pero las estéticas vanguardistas nunca van a poder superar ese
problema de autonomía del arte, de su ser esfera especifica donde finalmente
terminan almacenadas las obras de artes también las vanguardistas.
Todo el arte moderno y de vanguardia
cuestiona de distinta manera la época y su arte institucionalizado. Y es a
partir de ese cuestionamiento de ese trabajar con los lenguajes contra los
lenguajes que se constituye otro tramo del arte.
Habla un rato de partidos políticos
vanguardistas como Gramsci y también de Lenin
La vanguardia tiene que sentir en su pequeñez,
en su avanzada, es la representación anticipada genuina y más noble de toda la
sociedad.
La vanguardia está en un presente futuro,
es un futuro que ya lee la extinción del pasado, la clase obrera desmembrada es
ese pasado, clase que la vanguardia anticipa y salva para la historia del
cambio social.
(habla mucho de política pag 80 81 82)
La vanguardia estética, política es el
presente solo en estado absoluto en esa carga moderna donde el presente solo
puede comprenderse como futuro ya llegado antes de lo previsto antes de que el
conjunto tome conciencia.
La vanguardia aparece entonces claramente
como una aceleración de la historia donde todo pasa a ser inmediato. En
definitiva es la construcción de una subjetividad muy importante para entender
la modernidad.
Cuáles son los elementos que estructuran
una idea de vanguardia?
la vanguardia plantea una concepción lineal de la historia.la historia es un proceso unitario y complejo que avanza linealmente desde un punto hacia una meta. La idea de vanguardia es que se avanza claramente hacia un lugar.
la vanguardia plantea una concepción lineal de la historia.la historia es un proceso unitario y complejo que avanza linealmente desde un punto hacia una meta. La idea de vanguardia es que se avanza claramente hacia un lugar.
La vanguardia plantea que hay un determinismo histórico. Por donde avanza la vanguardia va a pasar la historia. Eso es inexorable. Las vanguardias creen en la idea de progreso fijado por la lógica de la modernidad capitalista desde sus albores productivos.
La vanguardia trabaja sobre varios
presupuestos, por un lado que está viviendo una época de transito, una época donde
algo se está cayendo. También plantean que el que fracasó es el burgués y se
necesita un hombre nuevo.
No existe una crítica a la modernidad sino
a la modernidad bajo predominio burgués.
Hay un aporte de todo el siglo xix de la
ciencia y del conocimiento que hace que las vanguardias se sientan seguras en
términos conceptuales teóricos, conocimientos que son imprescindibles de tener para encarar el
cambio de un país.
(habla de Nietzsche pero ya hablará mucho
en otros capítulos)
el artista se tiene que preocupar solo del artista. Aparece el que se anticipa, el que se adelanta al propio curso de la historia, el que marcha a la cabeza en los procesos sociales y culturales. El que ejerce una crítica desde un sitio y una conciencia precursora. El que busca demoler lo viejo, señalar lo que debe quedar atrás y marcar el camino de lo nuevo que necesita emerger. El hombre de la vanguardia.
Capítulo
9 La escena presente: debate
modernidad-postmodernidad
Confluye en la escena del presente en el
que vimos como primer momento la crisis del sistema capitalista, una crisis
particular en la cadena de muchas etapas de crisis que vivió el capitalismo,
una crisis de reformulación. El segundo elemento es la crisis del estado de
bienestar, un modelo de estado característico de un determinado momento del
capitalismo de nuestro siglo. Entró en profunda crisis en el marco de la crisis
global del capitalismo. El tercer elemento es la crisis del proyecto político e
ideológico alternativo al sistema capitalista. Crisis ideológica política de
los proyectos socialistas comunistas nacionalistas que son los que impregnaron
los procesos de los sesenta. En cuarto lugar podríamos incluir a la crisis de
los sujetos sociales históricos. Se vive una desagregación una pérdida de poder
sindical y político de este sujeto social económico y político. (la clase
obrera creo) . Como quinto elemento es la crisis de la sociedad del trabajo,
crisis de un modelo sociocultural paradigmático de sociedad. Como sexto elemento aparece la crisis de las
formas burguesas de lo político y la política. Todos estos factores se conjugan
entre si y se van afectando y condicionando la crisis de las formas clásicas
burguesas de lo político y la política se inscribe como consecuencia de esto
que venimos diciendo. Crisis de la capacidad de actuación de la forma
tradicional de partido político, de las formas tradicionales de representación,
de la capacidad de persuasión de los tradicionales partidos políticos. La
imposibilidad históricamente moderna de diferenciar sus pragmáticas políticas.
La ocupación del estado lleva a una indistinción de partidos políticos. Como séptimo factor se da la emergencia de un
tiempo cultural de reconversión tecnológica y de revolución tecnológica. Esta
reconversión produce mutaciones en la escena frente a las cuales las políticas
sobre todo las políticas progres y de izquierda no encuentran respuesta. Como
octavo elemento se procesa una intensa instrumentación cultural desde los
poderes del capital que tienen la posesión del mensaje de masas informativo
publicitario ficcional de entretenimiento deportivo, sobre lo social.
La escena de la actualidad nos muestra
profundas mutaciones en todos los planos. Nuevas dimensiones necesitadas de ser
analizadas en sus aspectos objetivos y subjetivos. La historia no se detiene no
se agota en el mundo de la gente ni de los pueblos. La vida las contradicciones
las injusticias lo infinito no resuelto por el hombre hacia sí mismo reponen la
historia día tras día.
Modernidad remite a todo lo que fuimos
viendo en el siglo xx a aquel legado del proyecto de la razón ilustrada del
siglo xviii posmodernidad como una noción conceptual que plantearía que estamos
mas allá cronológicamente de la modernidad. Que de lo que se trata es de un
corte cultural profundo, decisivo, terminante, se agotaron las razones de la modernidad
sus capacidades de dar cuenta de la propia historia.
El debate modernidad posmodernidad se va a
desplegar en lo estético, lo cultural, lo ideológico lo sociológico, lo
científico, lo político. Se da en el marco de esta crisis, de esta mutación de
lógicas económicas capitalistas. Se da en el marco de las lógicas políticas
dando cuenta de su incapacidad para hacer frente al mundo que nos toca vivir.
Esta nueva escena mutante de pérdida de
identidades de globalizaciones que crecen, es la que nos compete. Es la escena
donde estamos ubicados con todas las variaciones nativas de estas crisis y de
la marcha del modelo neoconservador liberal que lleva adelante el gobierno.
La característica de lo moderno es esta
conciencia de un mundo racionalizado objetivado racionalmente como proyecto y
fundamento de verdades universales. Proceso de racionalización que debemos
entender como objetivación histórica de estructuras racionales.
Junto a la modernización estructural
aparece una modernización cultural de las ideas del pensamiento de la reflexión
de las hipótesis del saber que señalan el sentido de la historia, que señalan
porque la historia, su para que, su cómo hacerse la historia su que sujeto para
esa historia.
Estamos en una etapa que exigirá
reencontrar este proceso de racionalización explicativa frente a los peligros
que entraña salir del camino de la razón cuestionarla equivocadamente porque no
da cuenta cierta o porque no llego a ninguna meta en relación a la felicidad
del hombre.
Hoy para teóricos de la posmodernidad en el
arte y la cultura se daría la desaparición del sello subjetivo, de esta marca
de la conciencia moderna en la obra, la escritura. Todo es de todos nada es de
nadie es el ilusorio mensaje de las estéticas massmediáticas donde ese sello de
autor desaparece de lo político de lo programático de la escena social.
Capitulo 10
historia, tiempo y sujeto: antiguas y nuevas imágenes
En todo mundo cultural, en toda época
histórica habría una escena invisible, una escena de fondo y necesaria de
construir a través de la reflexión, escena que sustentaría a esa época, a esa
cultura. Es una escena imaginaria que fundamenta a una época, que ilumina a una
cultura. Donde podríamos situar por ejemplo cómo nuestra propia cultura se
imagina al mundo.
Son las primeras etapas de la modernidad,
que en la noción del tiempo va a modificar esas viejas escenas.
lo importante pasa a ser el presente, lo que va quedando atrás irregresable, es el pasado. Lo que pasa a ser digno de consideración es el presente que comienza a proyectarse hacia el futuro.
Los siglos xvii y xviii van a ser siglos de
una nueva reformulación de las condiciones de la historia, de la idea sobre la
historia, de la conciencia en la historia, donde aparece la querrella, una
disputa de pensadores que va a durar largos años.
Esta crisis de conciencia es crisis de las
representaciones del mundo, este primer aviso de la muerte de dios surge en la
conciencia del hombre como muestra de degeneración, de decadencia de la historia,
como pesimismo.
La modernidad se asienta sobre esa rotunda
novedad de la historia, como valor supremo.
La escena invisible moderna es la
importante, las antiguas escenas han quedado invalidadas la escena que nos
pertenece a nosotros es la escena que habla de un sujeto y no un objeto. Esa es
la escena invisible moderna, invisible no porque no se enuncie sino porque
muchas veces su significado mas profundo no adquiere la resonancia que tiene
para explicarnos a nosotros, modernos. (habla un rato de Hegel pag 227)
El presente ha dejado atrás todos los tiempos
anteriores en la marcha de la conciencia. Ella está viviendo y a la vez
pariendo nacimiento tránsitos y conmociones, ahora.
La modernidad debe constatarse a sí misma.
Desprenderse de todo modelo y luego por su propia condición de lo nuevo, esa
conciencia autorreflexiva libre y autónoma ser la suprema validez de todo.
Herencia critica en tres momentos: primero
Nietzsche luego Freud y por último la escuela de Frankfurt.
La modernidad nació con un cuestionamiento
profundo a ciertos fundamentos epistemológicos. A lo que se desprendía de esa
escena invisible imaginaria que nosotros transformamos en constelación de
significados ocultos de la modernidad a partir de la reflexión.
Lo moderno, desde aquel sujeto que
analizamos hoy, se pensó como una historia para la libertad del hombre, para la
autonomía del sujeto para la emancipación de la humanidad, para la búsqueda de
la novedad, y creyó en la evolución, en el progreso. Ese sujeto, hoy borrado,
pensó en todas esas variables.
La escena invisible, imaginaria, se muestra
resquebrajada, irreconstituible. Aquel sujeto moderno de conciencia filosófica
que lo constituye al mundo que se piensa como valor de verdad hoy ha perdido
las imágenes de su propia representación. Lo posmoderno fija la escena de su
efectiva ausencia, de su indiscutible silencio. Una escena relativizada de
manera extrema sin posibilidad unificante donde ese sujeto de razón pagaría con
su salida de escena sus errores.
En el contexto de lo que vivimos de lo que
entendemos y no entendemos, lo que nos preocupa entender o no nos preocupa se
da el debate de modernidad, posmodernidad.
Capitulo 11
El lenguaje
de la ilustración – Forster
Lo que se intentó hacer es una genealogía
de la modernidad
Ilustración del siglo XVIII
La ilustración, el siglo de la rev francesa
de la declaración de los derechos del hombre, el siglo de Rosseau, de Voltaire,
es el territorio de gestación de las grandes apuestas del hombre moderno. Cuando
uno dice humanidad, sociedad civil, opinión pública está hablando del siglo
XVIII.
La ilustración construyo también una idea
de historia. La historia ya no depende de dios no tiene un destino signado por
el sino q los hombres son ahora los que toman la historia en sus manos, la
arman la habitan, la piensan y pueden exigirle conductas. La historia se convierte
en una artesanía de los hombres. Existe
un enemigo de la ilustración y es la religión, como tutora como padre absoluto,
como garantía de una verdad indiscutible la religión como ese mundo de ideas y
prácticas sociales que habían mantenido a los hombres esclavizados. Para la
ilustración que sustenta su estructura en la razón el conocimiento las luces de
la razón y del conocimiento el enemigo es la religión. Es el estado,
absolutista, autocrático y donde el estado impide a los hombres pensar x si
mismos
La ilustración también implica una pedagogía
universal. Implica luchas contra los particularismos. Implica decir que el hombre
es humanidad y no raza, religión etnia , es un universal abstracto, todos los
hombres son iguales.
La inquisición representa todo lo que los
ilustrados van a abominar. Una de las características centrales del pensamiento
ilustrado es ir contra el discurso y la práctica de la inquisición que
representa la tradición de la iglesia romana.
Poder ser dueño de uno mismo a partir de la
libertad que ofrece el conocimiento es otro de los puntos importantes de la
ilustración. El conocimiento como libertad, oportunidad, ya no la pertenencia a
una aristocracia sino la inteligencia como creadora de movilidad social.
Los procesos de colonización son
responsabilidad de la ilustración. Ilustraciones insuficientes mal hechas o
excesivas.
Capitulo 12
luces y sombras del siglo XVIII
De lo que se trata en la actualidad es
deliberar definitivamente a los hombres de cualquier sujeción externa, cualquier
trascendentalismo, cualquier figura paterna que por fuera de la propia voluntad
imponga condiciones. Cuando hablamos de autonomía que es una de las palabras
claves de la ilustración hacemos referencia precisamente a ese viaje de la
conciencia, de la voluntad subjetiva por liberarse de las ataduras de los
dogmas de la religión. El individuo emerge en el interior de la experiencia
ilustrada como el fundamento de una nueva praxis histórica una nueva figura de
la acción transformadora.
El pensamiento ilustrado implica un
amanecer de conciencia libre, la idea de que el hombre la sociedad la
naturaleza son territorios abiertos para esta nueva experiencia, para esta sed
de transformación.
El hombre adquiere una nueva universalidad
que es otro de los conceptos centrales de la ilustración. La ilustración
plantea una homologación entre hombre e igualdad. Una igualdad natural.
El problema básico de lo que podríamos llamar
el proyecto ilustrado es no haber podido lograr la correspondencia, el entrecruzamiento
entre los dispositivos jurídicos que fundaban este nuevo concepto de libertad
humana y el problema estructural de la desigualdad.
Dentro de la misma ilustración hay
distintas posiciones, posiciones elitistas posiciones que aceptan la
desigualdad, hay posiciones igualitarias, democráticas que se van a enfrentar a
la elitistas. Están aquellos que sostienen que todos los hombres aspiran a la
igualdad pero no todos pueden llegar a ser ilustrados, están aquellos que
defienden la sociedad como vanguardia dirigente de la sociedad, frente a una
masa no ilustrada que necesita de estos guías.
Por un lado está el concepto de orden
político, un concepto restringido de democracia representativa, y por otro podemos
hablar de una democracia de masas casi
aluvional fundada en el concepto de voluntad. Los dos momentos son parte de la
tradición ilustrada. En ambos dispositivos esta el elemento ilustrado central,
el concepto de individualidad unido al de universalidad. Esto es una paradoja
de la ilustración por un lado la idea de la autonomía y la individualidad, la
idea de una conciencia que trabaja en el interior sus propias creencias y por
otro emerge el concepto de universalidad, la idea de humanidad común que es
capaz de construirse por encima de las desigualdades y tiene de enemigos a los
particularismos.
Lo que aparece como ideal en el interior de
la filosofía ilustrada es la posibilidad de una conjunción entre la autonomía
individual y los ideales emancipatorios que involucran a la humanidad fundados
en un concepto universal del hombre.
El siglo XVIII
frente a la experiencia perturbadora del siglo XVII significó una mirada
optimista respecto a la historia. Aparece la concepción de historia como
progreso, la idea del progreso es el sustrato, el motor de la historia. El pensamiento
ilustrado implica una emancipación de la propia historia y del propio hombre.
Para la ilustración la historia está por hacerse el futuro está por concretarse.
La conciencia ilustrada creía que era
posible dar cuenta de la realidad, creía que era posible atravesar con las
luces de la razón las oscuridades de la naturaleza, explicarlas, dar cuenta de
su orden profundo, construir lenguajes que fueran capaces de explicar el
movimiento de la naturaleza, de las sociedades, de las conciencias. La ilustración
supone una materialidad de lo real y una correspondencia entre el discurso y
las cosas, una correspondencia cuyo enlace y justificación tienen en la figura
de la razón su momento ejemplar. Es la razón la que despliega sobre el mundo su
capacidad intelectiva, de indagación de auscultamiento. La ilustración implica
un optimismo de la razón. Un optimismo
de la voluntad pero de una voluntad que sabe que pueda iluminar las oscuridades
del mundo a través del entendimiento a través de la razón desplegada como fuerza
como mecanismo de transformación.
Hay dos ilustraciones; una profundamente
reivindicable de la que carecemos y que tiene que ver con los conceptos de
autonomía emancipación, con la relación compleja entre libertad e igualdad,
entre orden normativo como ley jurídica e igualdad material. Tiene que ver
también con esta apelación a la autoconciencia, a la disponibilidad crítica, al
lento trabajo de la autoilustración, la idea de que el hombre es capaz de
pensar críticamente al mundo. Y podemos hablar entonces de una ilustración libertaria
que funda un concepto e humanidad. Pero también tenemos que hablar de otra
ilustración que va desplegando una racionalidad absorbente, cuantificadora que
va limitando la exterioridad la naturaleza y supone que el hombre es estructura
racional.
El espíritu abierto crítico de la
ilustración fue en parte devorado por una nueva forma de la dominación
La ilustración lleva en su seno ciertas
contradicciones, tensiones, dialéctica. La ilustración deja a la conciencia
armada y al mismo tiempo desamparada. La deja en estado de urgencia pero la
ilustración impregno durante dos siglos los movimientos de las ideas los movimientos
políticos sociales de la sustantividad de la pasión de la libertad de la utopía.
Capitulo
13, el romanticismo y la crítica de las ideas
Las palabras construyen historias, al
mundo, le dan formas, lo dibujan. El
lenguaje es lo que hace al mundo ser mundo.
El movimiento romántico (fines del siglo
xviii y principios del xix) entre otras cosas importantes realza esta problemática:
la palabra la poética , el mundo y sus narraciones dadoras de sentido, la
vierte sobre esa nueva historia moderna que tomaba cuerpo en ideas modos y
métodos, en la búsqueda de la verdad desde la razón ilustrada. El romanticismo
también hijo y celebrante de las luces de la ilustración hace reingresar el
dilema del mito, en su preocupación por entender y revalidar lo irracional que
cobra vida en todo logos racionalizante.
El romanticismo como nueva mirada moderna
sobre la historia nace en gran Bretaña y paralelamente en Alemania que será la
vertiente que vamos a trabajar.
Por detrás de las
ideas románticas se mueven los espectros e idearios de una vieja Europa
occidental y religiosa. En el amplio gesto romántico aflora una plenitud
moderna incuestionable.
El romanticismo percibe las hondas grietas
que se abren bajo lógica racional moderna entre hombre y naturaleza. Entre el hombre
y una autentica relación con el mundo. Entre el hombre y ese cumulo de
sentimientos indecibles que lo constituyen.
Lo romántico no es un forzamiento
arbitrario de la modernidad e su mundo de ideas. No significa una reacción
conservadora y temerosa ante un mundo en caótico cambio de perspectiva, como
tampoco significa el mundo real develado solo desde la impronta romántica. El romanticismo
desde su mirar trágico poético, desde su desconsuelo frente al dios muerto puebla
a la modernidad de la más profunda historiografía humana por hallar respuestas
que aun no encontró.
El romanticismo abre las compuertas
literarias pero también existenciales de lo que la vida tiene de secreto, de
magia. Es la gran madre proovedora de lo
que luego la modernidad ya avanzada dedicara sus mayores esfuerzos de inteligibilidad.
El romanticismo no puede disimular su
originaria configuración en sede estética, como hemos visto, aunque luego se
despliegue como tipo social, como forma subjetiva que plaga una época. El romántico
se siente en un mundo sin alma y desespera por hallarla, por reconquistar una
relación con otro sentido, con otras referencias que revitalice lo existencial
del mundo y de las relaciones.
(novalis) lo romántico desde la perspectiva
novaliana de engendrar otro tipo de conocimiento de relación con el
conocimiento se inscribe en la atmósfera utópica de la ilustración pero desde
otras latitudes y herencias. Lo romántico abre el ancho curso para lo que luego
fueron las más importantes indagaciones intelectuales modernas podemos hablar
de lo romántico como un movimiento estético, filosófico, político, científico.
Que nace en los albores de la modernidad.
Para concluir con el romanticismo algunos
planteos que expondrá el romanticismo en el campo de las ideas y concepciones
modernas:
En primer término una sensibilidad cultural
que hace explicita la angustia de la razón como coordenada que discute con
aquellos lineamientos que proyectaban la historia moderna reasegurada de
antemano por la salud de la razón.
En segundo lugar el posicionamiento de un
yo moderno sensible utópico descentrador permanente de lo real, frente a un
racionalismo nomenclador científico, clasificatorio de la vida que vaciaba al
sujeto de toda problemática relacionada con la tensión
racionalidad/irracionalidad
En tercera instancia la recuperación para
el hombre de su historia personal y colectiva como tragedia intransferible y de
consistencia redencional frente a un iluminismo racionalista que tendía a
abstraer lo histórico diferenciador a aplanarlo en la ideología de lo
universalizable y sujeto a leyes simplemente necesitadas de ser descubiertas.
En cuarto lugar la conciencia de un alma
desconciliada necesitada de ser pensada en su reunificación misión que sobretodo
concernía a los lenguajes del saber, nucleadores, agregantes profanos y sagrados
frente a la disgregación desagregación y fragmentación de la razón científica
secularizada
En quinto termino la reposición del
lenguaje poético como vía de conocimiento frente al lenguaje instrumental
desustancializado de la comprensión científico técnica.
En sexto lugar la puesta en escena
reflexiva y expresiva de los lados oscuros de la razón y de lo particular
subjetivo frente a la ambición iluminista de explicarlo transparentarlo
universalizarlo y equipararlo todo.
En séptima instancia la recuperación de la
memoria, del pasado de lo reminiscente como constitutivo del sujeto de la
cognición frente a una idea solo situada en la fe en el progreso, la
aceleración lineal hacia adelante el arrasamiento de las herencias.
En octavo lugar la emergencia de un yo de
comprensión trágica de la condición del hombre rescatada de lo primordial del
pensamiento civilizador, frente a un yo racional, cerebral de exclusiva
resolución teórica en l interpretación de la realidad y su sujeto.
Capítulo
14 Karl Marx y Charles Baudelaire los
fantasmas de la modernidad
Tanto Marx como Baudelaire trabajaran
la figura del fantasma para radiografiar ese tiempo que habitan a mediados del
siglo xix. Siglo que en ese lapso produjo una violenta evolución de las
circunstancias históricas, de la modernización de la historia, desde las nuevas referencias del capitalismo industrial. Ambos
trataran de dar cuenta de esos primeros cincuenta años de siglo xix donde ahora
nos situamos.
Marx en el capital (1848) teorizará sobre el nacimiento y la
circulación del capital, sobre su función como factor en el proceso de los
bienes económicos en cuanto a sus formas de producción y circulación.
Marx lleva la constitución del sujeto a sus raíces
sociales, materiales, económicas culturales. Y ahí desde un nuevo molde
materialista, dialectico descifra una resolución para la historia moderna: la disolución
del injusto e irracional orden social existente. El pensamiento de Marx
invierte la lectura de un mundo donde las ideas aparecían desligadas de los
procesos sociales. Marx atraviesa los velos, los fantasmas que imponían una
visión falaz de la interpretación histórica. Busca por detrás de lo espectral,
en este caso desde lo ideológico. Lo que descifra será otro fantasma, lo
oculto, lo sepultado, una historia que vuelve pero contada desde otra forma.
En el manifiesto comunista Marx planteara la escena de
la modernidad del siglo xix, pletórica, prometeica. La hará haciendo surgir de
viejas historias anteriores, de las luchas pretéritas entre dominantes y
dominados. Para exponer aquel presente radiante en términos de la modernidad.
En la magistral pluma de Marx se precipita la tragedia también. Su escritura como exposición de una subjetividad
moderna del xix que navega entre la conciencia del desastre y la utopía del cambio
de la historia.
En el texto de Marx surge un fantasma que sus palabras
no dicen nunca, que nos diría ese fantasma? Que la única revolución moderna fue
y es la burguesa, ninguna otra ni antes ni después. El manifiesto comunista es
la constatación suprema de que hablando de revolución no habría más revolución
que la que Marx ya da como acontecida, la burguesa.
Marx se fantasmagoriza en nuestra propia y extensa biografía
moderna. No le estaría hablando a sus contemporáneos, sino que en este caso
parecería volver de un pasado, hacerse presente equivocadamente para decirnos
que el ya no es esa revolución hacia el futuro. Hoy es parte de la tradición
moderna como escritura incomparable en su pensamiento. Hoy el es su propio
fantasma, es la inmensa significación que retiene y sobrevuela la actual y
quizás marchita modernidad occidental para seguir anticipándonos su s finales.
En el manifiesto Marx alcanza el mayor clima
descriptivo de esa modernidad desorbitada de futuro y promesa para decirnos
“toda la sociedad burguesa moderna que ha hecho surgir como por encanto tan
potentes medios de produ y de cambio se asemeja al mago que ya no es capaz de
dominar las potencias infernales que ha desencadenado con sus conjuros”.
Marx, fantasma de sí mismo hoy contiene todavía el
secreto del final de una historia pensada desde un fondo teológico manifiesta.
La clase obrera debía llegar para salvar la modernidad, la historia el fin de
los sentidos, un progreso civilizatorio tendido a la nada.
Baudelaire: el primer poeta de la estirpe de los vates
malditos que reconoce la modernidad estética. Un agudo y fecundo pensador de su
propio oficio en aquella encrucijada de la cultura decimonónica. Baudelaire en
un texto se interrogara sobre el sujeto de su tiempo y las circunstancias que
lo rodean. Baudelaire también tendrá sus sueños y visiones de fantasmas
poblando su imaginación creadora. Baudelaire trabajara desde sus mascaras y con
las mascaras de lo moderno. A diferencia de Marx lo que Baudelaire vive
espiritualmente son solo las flores del mal de ese tiempo de hipocresía y desilusión
burguesa pero sin ningún tipo de ilusión redencional de la historia. Más bien
su posición enfrenta ese progreso devastador del alma que plantea la modernidad
y el auge del positivismo científico que proclama ser el único camino para
aquel orden y progreso capitalista.
Baudelaire elige la poesía la bohemia los prostíbulos
las pensiones de mala muerte donde nunca le alcanza para pagar el alquiler.
Pero también aspira a la consagración, al buen gusto, a los salones. En
Baudelaire encontramos una subjetividad esbozada de maquillajes. Hay un ansia
de otredad de escapar de sí mismo. De reencontrar otros espejos en el
torbellino de la modernidad contra aquello que siente una mecánica repetición
de lo siempre nuevo que concluye siendo lo nuevo siempre igual. Baudelaire se
mueve en coordenadas contrapuestas, el bien y el mal. En las que siempre surge
la figura del espectro, lo fantasmal. Lo que estaba oculto en el tiempo. El
fantasma habita en las cosas que tocamos, que sentimos y miramos.
Tanto Baudelaire como Marx esgrimieron el recurso de
lo espectral para detallar aspectos de una época pleno corazón del siglo xix.
Para Baudelaire el fantasma es aquella criatura que reinicia el tiempo y nos
vuelve al tiempo de envejecer, del añorar, del tedio. Para Marx el fantasma, el
comunismo es aquello que interrumpe un tiempo, el del sueño eterno de la dominación
capitalista y mesiánicamente arriba con otra historia que deja atrás. Para
Baudelaire el fantasma proviene del fondo de la conciencia, ese territorio íntimo
descuajado esa subjetividad moderna desarticulada. Para Karl Marx el fantasma
proviene del fondo de la historia de una indetenible lucha entre justos e
injusto, explotadores y explotados. Para Baudelaire el fantasma expone la
pesadilla de la historia frente a la cual no hay escapatoria son es a través de
una mirada poética que funde belleza y muerte en un combate arrasado. El fantasma
expone para Marx la historia como una pesadilla necesaria de dejar
definitivamente atrás con un último asalto al poder que extermine las diferencias
entre los hombres. Para Baudelaire el fantasma es el mal cobijado en las
entrañas del bien. Es lo atroz que anida en el supremo don: la vida. Para Marx
el fantasma es el bien refugiado en los pliegues del mal. Pero para ambos lo fantasmal es el reino en
este mundo, permite quebrar las falsas representaciones, abalanzar el pasado y
el futuro sobre el presente, romper con las apariencias.
Capítulo 16
Nietzsche y el siglo XIX
Nietzsche es el único que con su
pensamiento con su vida intenta traspasar sin ningún tipo de concepción las
grandes verdades construidas del siglo XIX , se pelea con todos, dice que cada
vez que escribe pierde a un amigo o una mujer amada. Nietzsche es volcánico
eruptivo, hacia el final de sus años lucidos en 1888 escribió una suerte de
autobiografía intelectual.
Existen diversos y contrarios rostros que
nos devuelven imágenes contrapuestas de Nietzsche, existe uno fascista al que
Hitler lo convocó para convertirlo en el filosofo de la raza aria y también uno
anarquista que repudia al estado al que identifica como una bestia que está
devorando a los hombre, reivindica la libertad y el individualismo. Existe otro
que odia a los alemanes reivindicando su ascendencia polaca . Nietzsche se
reclama frente a todos los nacionalismos, cosmopolita, ciudadano de Europa y
heredero de Voltaire. Es un hombre que
frente a la moral victoriana rechaza la falsedad a toda moral, declara la
muerte de dios, el derrumbamiento de los valores que articularon la marcha
histórica de occidente y no deja tampoco de ser un moralista y un hijo de
párroco protestante.
Dios ha muerto proclama Nietzsche los
hombres lo mataron, y el ya no puede sostener la falsedad de los ideales ni la
mentira de una sociedad moralista.
Nietzsche escribe contra todos los sistemáticos
los que suponen que existe la verdad objetiva o los que prefieren la opción de
dios como un modo de inventar un trasmundo. No hay una sola manera nietzscheana
de ver el mundo no hay un solo Nietzsche. Los eruditos hablan de distintas
capas en su pensamiento.
Las verdades carecen de perfección están
lejos de vivir una vida pacífica y sus comienzos tienen más que ver con la violencia
que con la armonía son más bien un poderoso gesto de la voluntad, de la fuerza.
Nietzsche frente a una sociedad contenta de
sí misma segura de su futuro anticipa lo que vendrá, anuncia la convulsión
declara la muerte de dios, el resquebrajamiento de los valores y la errancia a
laque es destinada una humanidad que ha perdido los valores. Anuncia la época
del vacío.
Frente a las grandes filosofías de la
historia Nietzsche plantea el límite la desconstrucción la pulverización de las
verdades.
Lo que aparece en Nietzsche principalmente
es una clara perspectiva pluralista, la de idea de la verdad como construcción
que lucha contra otras verdades.
Nietzsche reivindica que un pensador sea
capaz de contradecirse a sí mismo, reivindica el azar la fluidez el cambio.
Reivindica el gesto individual de la crítica, de la sospecha de la
desinteligencia con lo que el mundo considera verdadero.
Nietzsche es un hombre que todavía posee
valores críticos porque ironizaba sobre ellos. Es un peligro porque así como
convoca a la libertad convoca a la barbarie. Es un pensador radicalmente
extremo
Es el que despide al siglo XIX y el que
termina por llevar a sus extremos los sueños de todos estos personajes que
vertebraron el siglo XIX.
Nietzsche consagra con su propia experiencia
la locura la metáfora de una época, la marcha de un tiempo cargado de verdades
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