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Período 1880 - 1916 - Historia Argentina - ICSE - Introducción al Conocimiento de la Sociedad y el Estado - CBC

Período 1880 - 1916 - Historia Argentina - ICSE - Introducción al Conocimiento de la Sociedad y el Estado - CBC

Período 1880 – 1916

Contexto internacional:
Hacia 1880 la Argentina se incorpora en el mercado mundial, integrado por una minoría de países industriales (Gran Bretaña, Alemania, Francia, Países Bajos y Estados Unidos), y una mayoría de países generadores de materias primas, entre ellos Argentina, que exportaba en un primer momento lanas, y luego carnes y cereales. Se llama a este mercado “División Internacional del Trabajo”. Los países industriales eran los más poderosos y ricos, los únicos que tenían desarrollada la industria, y podían imponer sus condiciones al resto.
Este mercado solo se pudo conformar, por que ya se había desarrollado la segunda fase de la Revolución Industrial. Existía el desarrollo tecnológico suficiente para construir barcos movidos por vapor, más rápidos y que podían transportar mayor cantidad de materia prima. Nuevos descubrimientos en el plano energético (la electricidad, el uso del petróleo en los motores de combustión), las innovaciones en el transporte (en particular el automóvil) y en las comunicaciones (el telégrafo y el teléfono), favorecieron fundamentales avances en los procesos productivos.
Los años de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), si bien significaron un aumento de los precios de los tradicionales productos de exportación, también implicaron una fuerte caída en el volumen exportado. La guerra generó también problemas con las importaciones, ya que buena parte de la producción de los países centrales estuvo destinada a la industria bélica y, por ende, los bienes manufacturados con destino a los mercados como la Argentina sufrieron una merma significativa. Ante las dificultades de Gran Bretaña, Estados Unidos consiguió el primer lugar como proveedor de la Argentina.

Modelo económico:
El modelo económico desarrollado en este periodo, fue el modelo Agroexportador. Hacia 1880 termina de definirse un proyecto de integración al sistema capitalista basado en una producción agropecuaria destinada a satisfacer las necesidades de materias primas y alimentos de los países industrializados. El capitalismo argentino vivió un periodo de gran expansión cuyos principales beneficiarios fueron los sectores vinculados con las finanzas y el comercio exterior y aquellos grupos sociales que poseían tierras desde hacia mucho tiempo o se apropiaron de ellas gracias a las distribuciones que a lo largo del siglo XIX, el Estado había realizado, lo cual permitió que millones de hectáreas quedaran en sus manos. Al iniciarse el período la expulsión de los grupos indígenas se sus territorios (en La Pampa, en el Chaco), un verdadero genocidio llevado a cabo por el ejército nacional, le permitió al Estado entregar a los terratenientes y otros inversores una gran cantidad de tierras que aumentaron el área productiva al mismo tiempo que atribuyeron a concentrar la propiedad rural.
Este Burguesía, busco extraer el máximo provecho de las ventajas comparativas de La Pampa húmeda para producir, a un costo relativamente muy bajo, alimentos y materias primas. Conocedora de las excelentes condiciones de los suelos y sus propiedades, que hacían de esta región una de las mas fértiles del mundo, llevó adelante modificaciones políticas, económicas y sociales que facilitaron aquel objetivo. Contó para ello con el firme apoyo del Estado y con una situación internacional favorable. Fue el Estado el que dio el primer paso en la creación de un sistema de conservación de carnes. También favoreció la expansión ferroviaria a los efectos de ampliar el área productiva, permitiendo el ingreso de materiales ferroviarios sin pagar derechos de aduana. Además de ellos, organizó los medios de comunicación y reguló la producción del petróleo. En el sector financiero, también tuvo un rol importante, como tomador de créditos, necesarios para realizar obras públicas y sostener parte del aparato estatal. (Situación internacional favorable: explicar lo del contexto internacional)
Gran parte de las provincias que no pertenecían a La Pampa húmeda, entraron en un procedimiento de empobrecimiento. Se destruyo la industria local de las provincias.
El modelo Agroexportador se baso en un gran endeudamiento externo, por inversiones directas (Gran Bretaña y sus aportes para el ferrocarril) y prestamos. El capital extranjero se volcó con preferencia a las actividades que facilitaban la incorporación al mercado mundial de la producción agropecuaria ya que “consistían principalmente en material ferroviario y para la construcción de obras públicas portuarias, sanitarias, construcción de viviendas, desarrollo urbano (…) y también en insumos, hierro, acero, combustible.“ El  capital de origen británico encabezó la lista de inversores, si bien buena parte de este capital fue en forma de préstamos al Estado, otra parte se orientó a actividades empresariales, ferrocarriles en primer lugar, tranvías, bancos y frigoríficos.  Alemania fue otro origen de capitales externos, invertido en electricidad, telecomunicaciones y en el sector financiero. Francia controlaba el puerto de Rosario, el comercio cerealero y algunos bancos. Italia, Holanda y Bélgica, invirtieron sobre todo el sector financiero. Estados Unidos, tuvo una presencia desde principios del siglo XX, con el establecimiento de varios frigoríficos, algunos bancos, y otras empresas, al iniciarse la Primera Guerra Mundial, las inversiones europeas se detienen, y se nota un crecimiento en las provenientes de Estados Unidos.
La posibilidad abierta por las técnicas frigoríficas de exportar carnes congeladas modificó el perfil de producción pecuaria. Esto obligó a los empresarios a mejorar la producción cárnea del ganado, para lo cual se mestizaron los bovinos locales con razas inglesas, e introducir otros cambios en su producción, como el uso de cada vez más generalizado del alambrado. La producción agropecuaria argentina se desarrolló sobre la base de la gran propiedad latifundista. La practica de algunos grandes terratenientes de arrendar los campos a los inmigrantes también favoreció el desarrollo agrícola. Los propietarios entregaban parcelas de tierras a pequeños o medianos productores, a cambio del pago de un alquiler, y además se obligaba a los productores a dejar el campo sembrado con alfalfa, para luego destinar esa parcela al engorde de ganado.
Organización política

Modelo de estado:
El liberalismo fue la doctrina política del Estado argentino, el estado nacional intervino lo menos posible. El gobierno se limito a llamar a los inversores extranjeros, pidiendo e interviniendo lo menos posible. Intentaba poner las menores trabas aduaneras a las materias primas, y fomentaba el libre comercio.
A pesar de ello, el Estado argentino no fue ajeno al desarrollo de un modelo de capitalismo que tuvo como elemento dinámico al sector externo. Las inversiones de capital extranjero se vieron también facilitadas por la acción del Estado, que aseguro los depósitos bancarios, mantuvo el sistema monetario sujeto al patrón oro, garantizo beneficios mínimos, concedió tierras y eximio a algunas empresas de pago de impuestos. Favoreció la expansión ferroviaria a los efectos de ampliar el área productiva, permitiendo el ingreso de materiales ferroviarios sin pagar derechos de aduana y aplicando tarifas favorecedoras del transporte de ganado y cereales al puerto. Organizó los medios de comunicación y regulo la producción de petróleo, creando incluso una empresa, Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). Luego de las décadas de inestabilidad en el sector y como coletazo de la crisis de 1890, se creó el Banco de la Nación. Gozó de gran prestigio, lo cual explica que en 1914 absorbiera el 50% del total de los depósitos bancarios del país. Fue además el principal proveedor de créditos para los empresarios de la agricultura y el comercio, mecanismo por el cual el “Nación” contribuyó a la concentración económica de la pampa húmeda. Otra institución otorgadora de créditos fue el Banco Hipotecario Nacional, creado en 1886 para facilitar las compras inmobiliarias.

Sector hegemónico:
El sector hegemónico argentino, estaba compuesto por la burguesía agraria.
En este período se conformo una clase dominante que mantuvo su capacidad de acumular y captar excedente de capital, sin grandes fisuras en su interior y que se dedico a una diversidad de actividades. Esta unidad de clase fue reforzada a través de conductas sociales que resaltaban la idea de grupo exclusivo, pretendiendo convertirse en una aristocracia basada en la antigüedad de las familias y hasta en supuestos lazos con la nobleza europea, que hizo que tanto los aduladores como los críticos la llamaran la elite.

Forma de ejercer el poder:
Entre 1880 y 1916, gobernó el Partido Autonomista Nacional (PAN). La constitución Nacional, sancionada en 1853, proclamó un régimen republicano, representativo y federal. A través de la sanción de leyes electorales quedaba establecido un sistema cuyas características principales fueron el voto voluntario y público, que entre otros factores favorecieron la apatía ciudadana y la aplicación sistemática del fraude en las elecciones. Se puso en movimiento una maquinaria institucional para el fraude electoral, se convirtió rápidamente en el mecanismo para garantizar la continuidad en el gobierno.
La influencia de la filosofía positivista en algunos políticos e intelectuales ayudo a crear una mentalidad en la clase dirigente basada en la idea de progreso y en la neutralización de la política. Este ultimo concepto le sirvió a la clase dominante como justificación para conservar el manejo exclusivo de lo político.
El estado debía encargarse de garantizar la paz que el mercado necesitaba con su manejo de la fuerza y, de esta manera, la administración de los asuntos públicos quedaría fuera del alcance de las luchas políticas. El liberalismo, que sirvió de sustento ideológico al modelo económico, fue vaciado de su contenido democrático en lo político.
La conformación de un régimen político que cercenaba la participación de la población dio el manejo directo de la política a la clase social dominante.

Relación con la oposición
La oposición estaba formada por el Partido Socialista, Anarquistas y Sindicalistas.
Los primeros antecedentes del movimiento obrero en la Argentina se encuentran a mediados del siglo XIX, cuando surgieron las primeras agrupaciones caracterizadas por priorizar una función mutualista, formadas en su mayor parte por inmigrantes. Con la llegada de la inmigración masiva, se introdujeron las ideologías obreras que habían surgido en la Europa de la Revolución Industrial. Socialistas y anarquistas en un primer momento, sindicalistas a partir de los primeros años del siglo XX, comenzaron a formar las organizaciones obreras. Ante la importancia que adquirieron estas agrupaciones, en especial las de orientación anarquista, por el gran apoyo obtenido en las huelgas, los gobiernos recurrieron a la represión. El accionar represivo fue enmarcado dentro de dos leyes: la Ley de Residencia de 1902 permitió la deportación de extranjeros que “atentasen contra el orden social” y tuvo como blanco directo a los activistas inmigrantes; la Ley de Defensa Social de 1910 implementó una especie de estado de sitio permanente y estuvo destinada a la represión de los dirigentes argentinos. Ambas se aplicaron principalmente a militantes anarquistas.
Para los anarquistas, las huelgas iban más allá: eran una preparación del asalto final contra el Estado capitalista, que vendría de la mano de una huelga general revolucionaria conducida por los sindicatos.
Para los socialistas, los sindicatos y sus herramientas de lucha (la huelga en primer lugar) eran un camino para obtener las reivindicaciones inmediatas de los trabajadores y para fortalecer la acción del Partido Socialista en el campo político, que llevaría a cambios paulatinos en la distribución de la riqueza.
Los sindicatos se unieron y formaron centrales obreras que respondían a distintas ideologías, por este motivo el propósito de lograr una central obrera única se vio frustrada en varias ocasiones. Las grandes diferencias ideológicas debilitaron la capacidad de presión de estas estructuras tanto sobre las clases propietarias como sobre los gobiernos.

Políticas sociales
Dentro de la concepción liberal de la sociedad, predominante en los diferentes gobiernos y en el pensamiento de las clases dominantes, existía la idea de la mínima intervención del Estado en los temas sociales. Los distintos espacios de los social fueron considerados de responsabilidad individual no un problema de la comunidad, la población no fue tenida en cuenta como objeto de las políticas sociales.
El gobierno promovió la inmigración, facilito los mecanismos para los extranjeros europeos, a poblar la Argentina. Se buscaba mano de obra europea, principalmente de la población Anglosajona (Alemania, Gran Bretaña y Países Bajos) por dos motivos, primero por que se los creía mas civilizados, y en segundo lugar por que ya habían atravesado para Revolución Industrial. Finalmente la mayor parte de los inmigrantes fueron provenientes de Italia y en segundo orden de España. Para la visión de la época había llegado la peor parte de la sociedad. El impacto fue enorme, principalmente  en Buenos Aires. La mitad de la población era criolla y la otra mitad extranjera, lo que dejo como consecuencia enormes cambios culturales.
La escasez de la población de la Argentina, reforzó las políticas de fomento de la inmigración que ya venían desplegándose desde hacía decenios. Tanto la desigual incorporación a los procesos de industrialización en algunos países europeos como las crisis económicas de fines del siglo XIX favorecieron aquel proceso. Millones de europeos, en particular del sector agrícola, se trasladaron entonces hacia América del Norte y del Sur, cambiando la estructura social y demográfica de las regiones donde se establecieron. Los extranjeros multiplicaron la población argentina con rapidez. Venidos sobre todo de Italia y España, aunque también de Francia, Alemania, Polonia y Rusia. La mayor parte de los extranjeros se concentró en las áreas urbanas del Litoral, en la ciudad capital y en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, aunque también recibieron población extranjera Tucumán, Mendoza y Córdoba.

Política sanitaria
Hacia mediados del siglo XIX, la solución del problema de la salud y la enfermedad se hallaba en la esfera particular de las familias. El Estado empezó a proyectar una serie de medidas cuyo carácter respondió a una concepción higienista, que hizo hincapié en la prevención ante la aparición de focos de infección y, en función de esto, desarrollo una política de inspección. Fue sobre los pobres que se dirigieron estas políticas, que contuvieron un fuerte carácter de control y vigilancia.
Las primeras medidas tomadas por el Estado consistieron en llevar adelante un conjunto de medidas de saneamiento ambiental asociadas al crecimiento de la ciudad de Buenos Aires, como la construccion de obras de infraestructura urbana (cloacas, agua potable, traslado de cementerios, etc.) e inspecciones en las viviendas de los trabajadores. Se crearon y renovaron instituciones públicas de salud como el Departamento Nacional de Higiene. Se subsidió a instituciones privadas de caridad dedicadas a la salud, en especial a la Sociedad de Beneficencia.
Como contrapartida, los trabajadores generaron una respuesta propia, a través de la constitución de organizaciones mutuales, y que fueron financiadas por los propios trabajadores. La diferencia con la visión oficial estuvo dada en el carácter colectivo, horizontal y solidario con el que fue abordada la salud.

Política de vivienda
El rápido crecimiento de la población urbana generó una crisis habitacional. Las políticas publicas estuvieron destinadas sobre todo a la planificación del trazado de calles y manzanas, del uso del suelo y de la provisión de servicios, el embellecimiento de la ciudad y al control de la higiene. La primera propuesta por parte del Estado, fue llevada a cabo por el intendente de Buenos Aires y consistió en la construcción y administración de conventillos por parte del Estado. Este proyecto fue desechado en el marco de la concepción liberal de dejar la actividad en manos exclusivas del mercado. Como consecuencia de las protestas sociales, se sancionó la Ley Nacional de Vivienda que autorizó a la municipalidad a construir residencias destinadas a los sectores obreros.
El conventillo se convirtió en una salida al déficit habitacional para los trabajadores.
Tras la fiebre amarilla que había tenido su epicentro en el barrio sur, las familias pertenecientes a la Burguesía, decidieron trasladarse al norte de la ciudad, la construcción de sus nuevas viviendas simbolizo su poder económico y su estatus social, paulatinamente diferencio las zonas norte y sur. El Estado acompaño con su política urbana este proceso, al proveer al Barrio Norte en primer lugar de los servicios habitacionales.
El frigorífico, el puerto, el ferrocarril, el comercio, la construcción, a los que debe sumarse la innumerable variedad de oficios tendientes a satisfacer la demanda de la población, fueron fuente de trabajo para los habitantes de la ciudad.

Política educativa
La función de la educación estuvo ligada a los político: tuvo la tarea de formar ciudadanos a través de su integración a la sociedad. La educación se convirtió en un pilar fundamental del proceso de formación del Estado-Nación al favorecer la idea de identidad nacional. Se hizo necesario que los habitantes de las provincias se sintieran parte de una nación como estructura superior a la loca, también fue necesario integrar a los hijos de inmigrantes a la nueva nación.
La política educativa tuvo su pilar en la Ley de Educación Común (1.420), que estableció la educación primaria obligatoria, gratuita, gradual y laica.
La educación universitaria estuvo dirigida a la formación de la clase dirigente y los hijos de la elite. La Ley Avellaneda de 1885 sentó las bases de la organización universitaria y otorgaba a la universidad cierta autonomía que no fue necesario defender, debido a la armonía existente entre el poder político y los claustros.

Políticas laborales
Las condiciones en las que se encontraban los trabajadores eran pésimas, el bajo poder adquisitivo del salario, las extensas jornadas laborales, la insalubridad de determinadas tareas, la inadecuación y falta de higiene de los establecimientos y, englobando en parte a todos ellos, la ausencia de una legislación laboral.
Se inicio una redacción de la Ley Nacional del Trabajo. Dentro del marco de un Estado liberal, este proyecto significaba una ruptura con el modelo, el poner bajo el control del estado a las organizaciones obreras. El proyecto, que recibió criticas de patrones como de obreros, no fue sancionado. La Unión Industrial Argentina (UIA) se opuso por considerarlo demasiado protector de los derechos de los trabajadores. Sólo unas pocas leyes protectoras fueron sancionadas, como la Ley de Descanso Dominical, la creación del Departamento de Trabajo y de la jubilación para los trabajadores ferroviarios, entre otras.

A partir de la inmigración masiva proveniente de Europa, se introdujeron las ideologias obreras que habían surgido en la Europa de la Revolución Industrial, Socialistas, anarquistas y sindicalistas. Ante la importancia que adquirieron estas agrupaciones, en especial las de orientación anarquista, por el gran apoyo obtenido en las huelgas, los gobiernos recurriendo a la represión. El accionar represivo fue enmarcado dentro de dos leyes: La ley de Residencia de 1902 permitió la deportación de extranjeros que “atentasen contra el orden social“ y tuvo como blanco directo a los activistas inmigrantes. La Ley de Defensa Social de 1910 implementó una especie de estadio de sitio permanente y estuvo destinada a la represión de los dirigentes argentinos. Ambas se aplicaron principalmente a militantes anarquistas. 

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